La muerte de Lemmy Kilmister a finales de 2015 supuso, como era de esperar, el final definitivo de los queridos Motörhead. Siendo fieles a su líder, Mikkey Dee y Phil Campbell, sus fieles escuderos hasta el último día, decidieron rehacer sus carreras por separado, alejándose de vivir de los logros pasados y de girar por el mundo tocando los antiguos clásicos de Motörhead. En el caso de Mikkey Dee, como muchos sabrán, no tardó en ocupar la vacante dejada por James Kottak, convirtiéndose en el baterista de los míticos Scorpions (donde ha estado desempeñando un trabajo excepcional, algo que no es sorprendente viniendo de él, siendo sueco). Por su parte, el buen Phil Campbell se unió a sus hijos y al vocalista Neil Starr para fundar el proyecto PHIL CAMPBELL AND THE BASTARD SONS. Con esta formación, lanzaron un EP titulado homónimamente (2016) y dos álbumes de estudio muy recomendables: "The Age Of Absurdity" (2018) y "We’re The Bastards" (2020).
Tres años después, con la incorporación de Joel Peters
como nuevo cantante tras la partida de Neil Starr, el grupo vuelve a captar
nuestra atención con el tercer álbum de su carrera, titulado "Kings Of The
Asylum", el cual, como era de esperar, presenta una portada de alta
calidad, siguiendo la tendencia que han mantenido desde su primer álbum. Hace
apenas un par de meses, estos galeses lanzaron un álbum en vivo inédito llamado
"Live In The North", que sirvió como presentación oficial de Joel
Peters. Sinceramente, creo que nunca antes la banda había sonado tan enérgica
como en ese momento. Aunque Neil me parece un cantante más que aceptable,
considero que Joel es la voz que este proyecto necesitaba desde su inicio. Este
álbum en vivo, junto con los primeros avances que el grupo ha revelado, ha
aumentado mi ansia por escuchar cuanto antes "Kings Of The Asylum",
el cual analizaré a continuación.
Tras escuchar íntegramente la canción inicial
"Walking In Circles", es evidente el salto de calidad que Peters ha
aportado al grupo, así como la cohesión de la banda más allá de los lazos
familiares. La canción es un número muy veloz que capta nuestra atención desde
el primer segundo gracias a las guitarras intensas, la agresividad de Dane en
la batería y la línea de bajo de Tyla que te hace vibrar. Joel se desenvuelve
con pasión frente al micrófono, encajando perfectamente con la instrumentación
como si hubiera estado en el grupo desde el principio. Esta canción es una
explosión de Hard-Rock y Speed Metal.
Un riff que recuerda ligeramente al de "Over The
Top" de Motörhead (se nota la firma de quien está detrás de la guitarra)
anuncia la llegada de la cruda "Too Much Is Never Enough", una pista
con una fuerte presencia de la base rítmica que bien podría haber formado parte
de sus dos primeros álbumes. El breve pero contundente solo también lleva el
sello de nuestro querido Phil, quien nunca decepciona en su compromiso de
emocionarnos cada vez que toma su guitarra.
Una vez más, el bajo de Tyla se hace destacar en la
rápida "Hammer And Dance", que fue elegida como segundo sencillo del
álbum y, en mi opinión, es una de mis favoritas en todo el trabajo. La forma en
que el riff principal se abalanza como un cocodrilo que había estado acechando
al oyente, el estribillo coral, el acelerado solo del maestro Campbell o la
manera en que Joel Peters aborda la canción, son razones suficientes para
considerarla una de las mejores pistas en toda su discografía.
Tras la cumplidora "Strike The Match", donde
el grupo adopta un enfoque más comercial y radiante de lo habitual (tanto el
estribillo como el interludio coral están diseñados para que el público grite
en cada concierto), nos encontramos con la ya conocida "Schizophrenia",
el primer sencillo del álbum y una dosis acertada de velocidad y agresión a
partes iguales. Destaco especialmente el potente riff principal que aparece en
varias secciones de la canción y el amenazante estribillo.
La primera mitad culmina con una de las mayores
sorpresas en la discografía de estos galeses. "Kings Of The Asylum",
con sus cinco minutos y medio de duración, esconde un trabajo instrumental
ambicioso y evocador en el que las guitarras trazan líneas lentas y melódicas
extremadamente elegantes. También es digno de mención el estribillo sencillo,
pero increíblemente efectivo (quedó grabado en mi mente desde la primera
escucha). A veces recuerda a su canción recomendada "Dark Days", pero
rápidamente adquiere su propia identidad. Una pista muy lograda.
Después de alejarnos bastante de la esencia sonora del
grupo, el riff principal de "The Hunt" revive el espíritu destructivo
e incisivo de Motörhead. Con un doble pedal vibrante, una sección de guitarras
excepcional (honor a Todd en la parte rítmica) y Joel marcando la diferencia
con su voz solamente puedo deshacerme en elogios. Es una pena que el solo de
Phil no se extienda más, ya que parecía prometer ser absolutamente arrollador,
pero termina demasiado pronto.
"Show No Mercy" es otra fuerte candidata
para estar entre las pistas más atractivas de todo el álbum. De hecho, suena un
poco más parecida a sus primeros trabajos (Phil y Todd juegan con líneas de
Rock Clásico en sus guitarras), pero con el valor agregado de tener a Joel como
vocalista y un estribillo festivo que también resulta muy pegajoso.
No sé si se debe a la calidad de todo lo escuchado
previamente, pero tengo que admitir que "No Guts! No Glory!" me ha
parecido una de las pistas más flojas en toda la producción. Aunque su puente y
estribillo aportan cierta novedad, en general la pista se siente más como un
relleno sin elementos destacables. Por suerte, "Ghosts" nos devuelve
a la buena senda con un Metal más clásico y oscuro (se nota la influencia de
bandas como Saxon en su sonido) que brilla especialmente tanto en la línea de
bajo de Tyla como en las líneas más limpias que ambas guitarras ofrecen en los
versos. Quizás no sea la octava maravilla del mundo, pero nos rescata después
de una pista previa que carecía de gancho.
Todo llega a su fin con la animada "Maniac". Es imposible no pensar en "Going To Brazil" de Motörhead. Rock clásico y bailable con un toque más distorsionado y una gran dosis de energía, que cumple con su propósito de dejarnos con un sabor dulce en la boca después de escuchar el álbum. Vale la pena mencionar que, en algunas ediciones, la banda ha incluido un tema adicional llamado "Monster", que suena bastante estándar y no aporta mucho al resultado final.
CONCLUSIÓN
No es necesario escuchar "Kings Of The
Asylum" cien veces para darse cuenta de que es el mejor trabajo que Phil
Campbell And The Bastard Sons han producido hasta la fecha. Este álbum notable contiene
la dosis de Rock que todos esperábamos de estos músicos, pero con toques
frescos que la banda ha introducido, posiblemente debido a su mayor experiencia
como grupo. Si a esta mejora compositiva le sumamos la acertada inclusión de
Joel Peters como cantante (¡ha realizado un trabajo tremendo!), creo que el
resultado estaba destinado a convencer.
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