Para este que escribe siempre es sinónimo de alegría el hecho de que un grupo trascendental en la historia del Metal lance un nuevo disco de estudio y se encuentre, todavía, en un buen estado de forma. En este caso hablamos de los mísmísimos Accept, exponentes claves en la música dura alemana y “Too Mean To Die”, un nuevo LP que el grupo grabó en plena pandemia mediante las mejores técnicas tecnológicas posibles (cortesía el gran Andy Sneap).
Hay que reconocer que
ante este nuevo lanzamiento tengo cierto miedo debido al menor nivel que mostró
el grupo en “The Rise Of Chaos”, un disco con un par de composiciones muy buenas
pero con muchísimo relleno que seguramente a muchos terminó por resultar el más
flojo de la época con Mark Tornillo.
Un hecho importante
sobre el disco es que es el primero tras la marcha del mismísimo Peter Baltes,
cuya labor con el bajo se prolongó durante más de 40 años en las filas del
grupo. Ocupando su puesto está Martin Motnik. Pero esta no es la única cara
nueva ya que, también por primera vez en la historia del grupo, los alemanes han
optado por incorporar a Philip Shouse como TERCER guitarrista del álbum. Ya
veremos, con el avance de las canciones si notamos la ausencia de Baltes, así
como si la fórmula de las tres guitarras funciona o no.
Los Accept de los ochenta se asoman en “Overnight Sensation” (no, no se trata de la canción de Motörhead jejeje), una canción que nace de un riff distorsionado y a medio gas que parece garantizar al oyente que le va a encantar este viaje por el Metal clásico. Los versos son buenísimos, pero nada comparable con el puente y el estribillo, con especial presencia de los coros y un feeling muy AC/DC que, particularmente, me ha encantado. A mi parecer solo este tema y el previo se comen entero al disco previo en su integridad. Por cierto, mucha atención a la letra tan crítica con la sociedad tecnológica actual y que sigue con la temática del tema inicial.
"Quiero
ser famoso por nada
Como
una Kardashian
Cortarle
al mundo la historia de toda mi vida
Aunque
no tenga una"
La triada de guitarras
irrumpe con fuerza en una canción que dispara a quemarropa contra las clases
poderosas y que lleva el título de “No One’s Master”. Me encanta como Tornillo
repta con su voz para otorgar más protagonismo a una sección de guitarras
monumental. Una vez más nos encontramos con un buen puente-estribillo (mucho
mejor que los del previo álbum), aunque no sea tampoco excesivamente
sorprendente.
"Los
medios controlan a las masas
Avivando
nuestra ira y miedo
Dividiendo
aún más las clases
Al
servicio de las carreras de los más ricos"
He leído todo tipo de comentarios acerca de “The Undertaker”, tema que el grupo eligió como primer sencillo del disco y que parece que no convenció a todo el mundo, lo cual llego a entender sin problema ya que me sucedió lo mismo la primera vez que lo escuché por mostrar una faceta melódica y compleja menos propia de Accept (no ayudó en absoluto el hecho de que fuera la primera toma de contacto con el disco). Sin embargo, a mí me gusta mucho cómo la banda opta por romper con los moldes y se atreve con una pieza más densa. Ese bajo pega constante en nuestros oídos mientras la guitarra de Hoffmann introduce acordes y Tornillo canta con suavidad. El remate lo pone un estribillo más eléctrico en el que los coros repiten eso de “Undertaker!!” con tonos graves. El gran “pero” que le pongo al corte es su duración. Para mí tres minutos y medio, que es justamente cuando entra el solo, hubiera sido más que suficiente ya que todo lo que viene después, además de no aportar gran cosa, rompe demasiado con el factor sorpresa.
Que no teman aquellos
que se asustaron con el tema previo que los Accept de toda la vida, o su faceta
más contemporánea, reaparece en la mordiente “Sucks To Be With You”, una
canción cargada de malas intenciones y que siento que Tornillo disfruta
cantando. La letra, por cierto, no puede ser más explícita y clara (no me
gustaría ser la persona a quien se la dedicaron jejejeje). En términos
generales, la canción tampoco es nada del otro mundo, pero se deja escuchar.
¡Y se hizo la luz! La
buena onda de Accept renace en las guitarras iniciales de “Symphony Of Pain”
que avisan de la llegada del apocalipsis en un tema letal de Metal
contemporáneo que destruirá tus oídos con semejante arsenal de riffs, golpes de
bajo y baquetazos. Para rematar la faena, y sin perder su esencia, un
estribillo machacón nos termina de deleitar y, ahora sí, hacernos sonreír de lo
lindo.
Tornillo “roba el show” en la curiosísima “The
Best Is Yet To Come”, un corte baladístico con reminiscencias setenteras en las
que el cantante deja a un lado su voz más aguda para cantar con dulzura y
maestría. De vez en cuando la canción sube su intensidad para que en los
estribillos se erijan los coros, pero en líneas generales estamos ante una
pieza lenta y realmente lograda. También me ha sorprendido notablemente “How Do
We Sleep”, una canción más melódica de lo habitual y monumental en el plano
guitarrero que con cada escucha me fascina más y más. Aunque la distorsión es
metalera, aquí hay más Hard-Rock de lo que uno cree. De hecho no paro de pensar
en Thin Lizzy y Phil Lynott cuando la reproduzco (me imagino al moreno tras el
micrófono)
“Not My Problem” tiene un grandísimo riff inicial, pero no termina de decirme nada tras varias oportunidades. Está bien su estructura y la manera en la que Tornillo canta, pero no termino de encontrarle nada que la haga memorable. Para terminar la banda apuesta por un corte completamente instrumental titulado “Samson And Deliah” que, para bien de todos, cierra el disco con más elegancia gracias a los tres guitarristas que comandan la nave. Se nota que Wolf ha sido el principal responsable de esta composición por el tono clásico del mismo, con la inclusión, por si fuera poco, de la melodía principal de la novena de Dvorák, mejor conocida como "From The New World" , así como de una impresionante selección de escalas arábigas que, a título personal, siempre me han fascinado.
“Too Mean To Die”
supera mis expectativas personales, así como el pobre nivel que el grupo había
demostrado en “The Rise Of Chaos”. No es un disco perfecto ni mucho menos, ni
tampoco lo esperaba a estas alturas de la película, pero sí siento que hay unas
cuantas apuestas sonoras que perdurarán por mucho tiempo en los oídos de los
seguidores del grupo.
Comentarios
Publicar un comentario