Parece mentira, pero ya ha llovido lo suyo desde aquel glorioso 14 de noviembre de 2016, día en que Helloween paralizó al mundo del Metal con el comunicado que muchos habían soñado desde hacía décadas: “Creíste en ello por años y seguiste preguntando por ello. Ahora es el momento. A finales de 2017 Michael Kiske y Kai Hansen volverán a subirse a los escenarios con Helloween y resucitarán la formación legendaria del grupo”.
No mucho tiempo antes ya había sucedido lo mismo con
los Guns N’ Roses, pero a diferencia de Axl Rose y compañía, el regreso de Kai
y Michael a la banda que los hizo grandes fue más allá de los meros intereses
comerciales debiéndose más bien a la mayor madurez de Kiske y Weikath para resolver
sus problemas y cumplir el deseo de millones de seguidores ,y pienso que de
ellos también, por volver a tocar juntos (Kai ya había tocado como invitado
especial junto a Helloween, pero Kiske llevaba alejado del grupo desde hacía
demasiados años).
El proyecto estaba, por tanto, conformado ahora por
un total de siete músicos siendo compartiendo dos de ellos el rol de cantante.
Por fin podíamos ver por primera vez a Kiske y Andi Deris juntos, cantando los
temas de sus propias épocas con el grupo, pero, al mismo tiempo, animándose a
cantar piezas del otro con un respeto y calidad envidiables. Y es que, a fin de
cuentas, nos ha quedado claro viendo los vídeos del Pumpkins United Tour, del
cual editaron un maravilloso concierto titulado “United & Alive”, que la
conexión entre ambos cantantes es total y, como ellos mismos han reconocido,
esta reunión ha hecho posible que surja una enorme amistad entre ambos músicos,
la cual, por cierto, se construyó en el Puerto de la Cruz, una preciosa ciudad
de Tenerife, isla de donde procede este Blog y donde Deris tiene, además de su
casa, los estudios Mi Sueño donde Helloween suele grabar sus discos. Por tanto,
parece que todo esto puede eliminar aquellas cansinas discusiones entre
seguidores que apoyaban a uno de los cantantes y detestaban al otro. Por
supuesto que puedes preferir a uno (hay quien pueda preferir también a Hansen),
pero está clarísimo que no existe ninguna tensión ni mal rollo en el núcleo de
las calabazas.
Otro elemento que le da ciertos aires de grandeza al disco, así como de emotividad, es el hecho de que Dani Löble haya grabado el disco usando el kit de batería del mítico Ingo Schwichtenberg, quien ocupó su puesto durante los años gloriosos del grupo. Una pena su trágica pérdida.
LA ENTREVISTA
Durante la misma semana que este disco vio la luz, y para añadirle más emoción al lanzamiento del LP, se me presentó la oportunidad de entrevistar a ANDI DERIS y DANI LÖBLE. En esta charla ambos revelaron varios detalles de gran interés sobre este trabajo y me gustaría compartiros el enlace por aquí por si hay algún interesado. Haciendo click aquí podréis leerla siempre que queráis.
La Portada
Si todos estos antecedentes de por sí lo han
convertido en uno de los álbumes de los últimos años (yo creo que desde la
anunciada reunión en 2016 la mayoría lleva esperando esto con ansias) me
apuesto lo que quieras, querido lector, a que casi todos sentimos, aún si cabe,
más ganas de escucharlo cuando llegó a nuestros ojos la magnánima portada del
álbum, obra del artista israelí Eliran Kantor, quien ha trabajado para
Testament, Sodom o Havok, en la que apreciamos numerosas referencias a
diferentes álbumes y eras del grupo: aparece el guardián de las siete llaves
que protagoniza las portadas de los “Keepers” y “Time Of The Oath”, los anillos
del “Master Of The Rings”, las trompetas de “Walls Of Jericho”, relojes que
parecen homenajear al tema “A Little Time” o incluso, aunque no sé si es una
interpretación algo más personal, varios ángeles (el más grande es quien porta
los mencionados anillos) que pienso que representarían a los que aparecen en la
canción “The Time Of The Oath” encarnados por el coro de la Orquesta de
Hamburgo y que, en dicho tema,
En su conjunto la portada parece mostrar una especie
de resumen del Apocalipsis, de esa lucha del bien y el mal encarnada por el
mal, que sería el monstruo verde que está tratando de detener al Guardián (el
bien) para arrebatarle las Siete Llaves, que, si conoces la historia (si no es
así tienes que escucharte el tema “Keepers Of The Seven Keys”), son las que
abren los Siete Mares (el mar del odio, del miedo, de la avaricia, de la
insensatez, de la ignorancia, de la enfermedad…) y que deben permanecer
alejadas de la humanidad. Me atrevería, incluso, a decir que la portada aporta
una continuación cronológica a las portadas de las dos primeras partes de los
mencionados Keepers.
Aquí lo expongo:
En la primera parte aparece el guardián sosteniendo
una bola que contiene las siete llaves, mientras que en la segunda, acorde con
la canción homónima que ya os he invitado a leer, se observan en primer plano
dos manos forcejeando por el control de las llaves, siendo la de la derecha la
del guardián y la de la izquierda la del mal, la cual es verde como la del
personaje que aparece en la portada del nuevo LP (no es una casualidad, sino
una referencia maravillosa).
Creo que esta frase de la mencionada canción resume
bien la escena que se expone en nuestra nueva imagen:
“Ten
las llaves a buen recaudo, escóndelas de demonios y rescata a la humanidad, o
el mundo en el que vivimos sucumbirá antes las fuerzas de Lucifer.”
¡Yo me lanzo ya a analizar cada canción que no aguanto más!
OUT
FOR THE GLORY (WEIKATH)
Unas guitarras lentas y dobladas con ciertas
similitudes a las de “South Of Heaven” abren por todo lo alto el LP. Estas
siembran en el oyente un nerviosismo tremendo y lo preparan para una tormenta
sonora que se desatará en pocos segundos con la aparición de un contundente
golpe de batería tras la que emergerán unos punteos que nos retrotraerán a los
“Keepers”, una realidad que se confirma cuando Kiske toma el micrófono y nos
lleva a la segunda mitad de los años ochenta con solo cantar el primer verso.
Aquí hay mucho de “March of Time” en su estructura, pero su estribillo me
recuerda mucho al de “Twilight Of The Gods” (¡qué épico les ha quedado!. Deris
se mantiene en un segundo plano hasta el final del segundo estribillo, donde
rompe irrumpe con unos salvajes screams que no le recordaba mientras parece
decir “aquí estoy yo”. Si faltaba algo, sobre el cuarto minuto, los tres
maestros de la guitarra se baten en un duelo de solos acojonante (y me
perdonarán ustedes la expresiones). Honor también para Dani golpeando sin
piedad el kit de Ingo y a ese genio del
bajo llamado Markus. Esta obra maestra
de Weikath tiene que estar SÍ O SÍ en los próximos directos del grupo.
“Listo
para la gloria, puño en alto
para
gobernar los cielos eternos
Despliega
tu esfuerzo, vencedor para siempre
Ahora
ha llegado tu momento y que todos lo vean”
FEAR
OF THE FALLEN (Deris)
Y tras un demencial inicio, las guitarras acústicas
arpegiadas marcan el inicio de un auténtico bombazo como “Fear Of The Fallen”.
Entre sonidos suaves aparece la voz de Deris al más puro estilo “King For 1000
Years” con ese tono de narrador experimentado que tiene…pero la calma tiene también
una fecha de caducidad en este tema y el trío de hachas nos rompen los esquemas
con un riff veloz, de puro Power Metal para que Andi y Michael se midan en un
duelo vocal cuyo único vencedor es el oyente que está cumpliendo el sueño de
escuchar juntos a ambos genios. El estribillo es melodía pura. Y es que en en
ese “Here come the fear of the fallen//We rise when you're calling//A light in
the night” es un resumen fiel y de clase de los cánones del más clásico Power
Metal. Otro solo monumental, un pequeño parón atmosférico y, atención, porque
se viene uno de mis momentos preferidos del disco: el sonido va in crescendo
hasta que ambos cantantes se desgañiten gritando “Listen to your heart!” hasta
alcanzar agudos que erizarán todos los pelos de tu cuerpo.
"Falsos
santos y creyentes
Enemigos
y engañadores
¿Has
elegido ahora un bando?
(Decide)
Hora
de retractarse
Estamos
listos y de pie
Los
cobardes pueden correr, no pueden esconderse"
BEST
TIME (Gerstner/Deris)
Con cada escucha siento que “Best Time” se está
convirtiendo en una de mis canciones preferidas del conjunto. Esta composición
con la firma compartida de Sascha y Andi nos acerca a los Helloween más
contemporáneos, pero adaptándolo a las posibilidades que te ofrece el hecho de
tener a Kiske y Kai en tu elenco. Una canción que definiría como “medio tiempo”
dentro de los registros del grupo, con una interpretación vocal tanto de Deris
como de Michael absolutamente sobresaliente que ambos llevan a la máxima
expresión de calidad en un estribillo agudo (aquí el veterano Kiske hace lo que
le da la gana) y un adictivo segundo fraseo de Hansen que se pega a la sesera
de una manera que roza lo enfermizo (es escribir esto y estar coreando ese
“Yesterday is history, tomorrow is a mystery”). Los solos son más breves que en
los anteriores dos números, pero me gustan por su tono más “happy”. Ciertamente,
por el hecho de sonar fiel al estilo de los más recientes esfuerzos
discográficos de las calabazas se me vienen varios títulos de canciones
similares a la cabeza, pero curiosamente no dejo de pensar en “Real World” de
Gamma Ray como mayor símil. Me he quedado asombrado.
“Tendré
el mejor momento de mi vida
Ayer
es historia mañana es un misterio
Tendré
el mejor momento de mi vida
Mañana
es un día perfecto, otra oportunidad
Más
juegos para jugar”
MASS
POLLUTION (Deris)
¿¿Pero Markus?? Nuestro querido bajista se desmelena
con una línea de Groove desorbitadamente que termina por ser seguido por unas
guitarras no menos imponentes. Deris se hace el amo y señor del corte, cantando
con rabia y una juventud envidiables, tirando de registros más de Hard-Rock en
los versos para, posteriormente, golpearnos con un puente más melódico y,
finalmente, un estribillo directo y claro. Y cuando piensas que no pueden
sorprenderte más, los tres guitarristas esperan al final del segundo estribillo
y se marcan una de las secuencias de solos más técnicos y cuidados de toda la
obra.
“Simplemente
nos encanta fuerte
¡Bang!
y grítalo
“No
somos armas de
Contaminación
masiva”
Levanta
tus manos ahora
Hasta
la última fila
Divertirse
no es
Contaminación
masiva”
ANGELS
(Gerstner)
Arriesgadísimo invento el que nos propone Sascha y
que puedo entender que no todo el mundo sepa digerir. Esa introducción me
recuerda a su proyecto pararelo más moderno y ajeno al Rock (Palast es el nombre de dicho grupo), pero tiene una presencia de teclados flipantes. Kiske está pletórico
una vez más, marcándose la interpretación más teatral de toda la obra (¿qué
decir de ese momento en el que se queda cantando a solas con el piano?). En su
ecuador Grosskopf sube el volumen al bajo y se entiende a la perfección,
precisamente, con ese omnipresente piano justo antes de que Deris también haga
acto de presencia y comparta protagonismo en el micrófono con Kiske. Escuchen
esta pieza varias veces y verán que descubrirán demasiada clase tras cada
segundo que pasa. Aquí no hay Power Metal, sino un homenaje al Metal con tintes
progresivos.
“Cuando
los ángeles te causan pesadillas
No
puedes luchar contra ellos
Su
hechizo te mantiene bajo control
Cuando
los ángeles te causan pesadillas
Y
caen de los cielos
Destruyendo
tu vida y tu alma”
RISE
WITHOUT CHAINS (Deris)
Los alemanes ahora se alejan de inventos y nos
patean la cabeza con un buen corte de Power Metal cuyo estribillo recuerda
muchísimo al de “Eagle Fly Free” cuando Michael alcanza su famosa nota más
aguda. En líneas generales vuelvo a encontrar impresa la seña de identidad de
los Helloween más modernos, lo cual no es en absoluto malo. Una vez más hay que
detenerse en ese extenso duelo de guitarras donde hay momentos para el
lucimiento de cada uno de sus hachas, incluyendo algunos con “Twin Guitars”. La
letra es una nueva evocación libertaria en toda regla y eso, particularmente,
me flipa. “Rise Without Chains” es una joya
que puliremos con cada nueva escucha.
INDESTRUCTIBLE
(Grosskopf)
Cuando escucho los primeros compases de
“Indestructible”, con ese riff punzante que nos martillea la sesera, me es
imposible no pensar en los primeros años del grupo, con esas influencias tan
palpables de Judas Priest por momentos (especialmente en los versos) para
derivar en un puente-estribillo de gran valor. Para disfrute del respetable se
vienen un par de solos llenos de técnica y mucha (muchísima) coordinación, como
suele suceder. Otro elemento distintivo de los Helloween más clásicos, y que
Hansen también quiso llevar a Gamma Ray, es el tema de la “libertad del ser
humano” como un recurso lírico muy habitual.
En esta canción el grupo lanza un nuevo grito contra la opresión (algo
que ya habían tratado en la pieza previa).
Cabe señalar que esta canción pudo ser disfrutada por muchos (me
incluyo) cuando recibimos la versión en vinilo del sencillo de “Skyfall” y que
incluyó esta canción. Hay mucho de “Keepers” y eso nunca puede ser malo. Por
cierto, ¿hay alguien que no se imagine esta canción como habitual en los
futuros shows del grupo?
Luchamos
por un mundo sin opresión
Luchamos
por un mundo en el que podamos vivir sin miedo.
Somos
indestructibles
Porque
somos uno
ROBOT
KING (Weikath)
El maestro Weikath vuelve a asomarse con una
composición de las que quitan el aliento. “Robot King” es Power Metal atemporal
con un riff que parece sacado del “Better Than Raw” y que Deris borda en cada
maldita estrofa. El rubio está colosal, pero es que Kiske no se queda atrás y
vuelve a desgañitarse en un puente nasal que nos hace rozar el cielo antes de
que la banda al completo nos obsequie con uno de mis estribillos preferidos de
toda la obra (aquí hay “Keepers” en buena cantidad). Pero atención…el
interludio se la trae con unos screams de Deris que me dejan de piedra y con un
despliegue instrumental que demuestra la virtuosidad de estos tres ases que
están en estado de gracia (tampoco se queda atrás la dupla Löble-Markus). Los
últimos dos minutos de pieza son un desmadre absoluto. De las mejores canciones
de todo el disco.
“¿Eres
consciente de lo que eres ahora, Cerebrus One?
Este
es tu cerebro positrónico interno dirigiéndose a ti
Eres
la nueva raza destinada a gobernar todo el mundo
Yo
lidero el camino, me uno a tus parientes”
CYANIDE
(Deris)
Los primeros compases parecen anunciar una canción
más melódica y tristona, pero no tarda en cambiar hacia terrenos más “jevatas”
con un riff que, ojo, me ha hecho pensar en “Walls Of Jericho” por esos
parecidos razonables con los Judas Priest de los ochenta en sus versos. En
líneas generales es una canción donde la banda pone el piloto automático y
facturan una canción sin grandes inventos pero de la que destaco el
puente-estribillo (muy agresivo) y los solos de guitarra nuevamente. Están en
un estado de forma de locos.
DOWN IN THE DUMPS (Weikath)
Definitivamente, Weiki se nos ha convertido en la
mismísima reencarnación del rey Midas porque las tres composiciones que se ha
marcado las ha convertido en oro. “Down In The Dumps” sale algo de la zona de
confort de los alemanes y propone una introducción más oscura en la que Dani
clava una base de batería contundente. Durante los versos, en los que ahora se
dividen las tareas vocales entre tres (¡Kai se anima en esta a cantar!), suena más fiel al Power, pero en su
estribillo nos vuelven a embestir con un estribillo que parece un descarte del
“Dark Ride” por esa mayor oscuridad. Tras el segundo estribillo nace otro solo
de los que solo ellos saben marcarse que, por cierto, incluye un momento en el
que los vocalistas corean el punteo de guitarra y no dejo de imaginármelo en
vivo. Estamos ante otro acierto de Helloween. Y ya van…
¿Podría
existir una maldición
Para
causar este triste destino?
ORBIT
Y SKYFALL (Hansen)
“Orbit” es un instrumental poco reseñable tanto en
duración como en contenido que actúa como introducción a la más ambiciosa pieza
de este trabajo, a la más extensa y, al mismo tiempo, más compleja composición
del disco que se ha sacado de la chistera ese genio llamado Kai Hansen, que
decidió unir varias ideas para contarnos en una sola canción la historia de un
alienígena que cae en la Tierra por accidente y es detenido por los servicios
secretos de inteligencia (acaba en el “Hangar 18” que tanto sonará a los
metaleros más clásicos). La firma de Kai se nota en cada rincón de una
composición que retrotrae a los Gamma Ray (¡cómo no!) de sus tiempos dorados,
reviviendo la esencia de álbumes como “Land Of The Free”, el “Power Plant” o el
“Insanity And Genious”. De hecho diría que por momentos parece que el veterano
guitarrista también quería redimirse con este tema tras haber lanzado con los
GR algunos discos algo más flojos en las últimas dos décadas.
El caso es que suena un acorde de quinta y la voz de
Kiske emerge coreando un más que épico “I fell from the sky so don't ask me why
I'm feeling so down” sobre una, aún si cabe, línea de guitarra que pronto se
dobla. Pausa y…¡tachán! Un riff asesino al que se van sumando cada vez más
instrumentos antes de que empiece la exhibición vocal de Kiske y Deris (¡que
alguien me pellizque!), así como del aún genial Hansen (se le nota más
desgastado de garganta, pero cumple a la perfección, especialmente en las
secciones más melódicas). Los cambios de ritmo de la maquinaria instrumental
(Markus sigue haciendo magia con el bajo cuando se le antoja) son de escándalo,
creando atmósferas con identidad tan propia como la de nuestros alemanes.
Llaman la atención los teclados, cortesía de un invitado de lujo como Jens
Johansson (Stratovarius). Podría detenerme a analizar cada minuto de canción,
pero esta oda al Power Metal de 12 minutos de extensión merece ser escuchada,
disfrutada y juzgada por cada uno. Sí hablaré con especial cariño de la sección
más veloz que emerge tras el minuto 5 y que llega hasta un extenso duelo de
guitarras (¿he dicho ya que Kai y Weiki forman una de las duplas más grandes de
la historia del género?…¡y ahora encima se añade Sascha!) pasando por un
acelerón de Deris donde se deja la voz cantando eso de “Onwards to the sky, the
stars are bright, they'll shine forever on and on we fly, so far away”. El otro
gran momento, desde mi perspectiva, vendrá casi al final, cuando el ritmo se
ralentiza y Kiske toma todo el protagonismo gritando a los cuatro vientos “When
the sky falls!!!!!” (cierra los ojos y deja que tus oídos lloren ante tal
perfección). Para este que escribe estamos ante la canción de 2021, el himno
del Power Metal del nuevo milenio y una de las mejores canciones del grupo. Se
propusieron hacer algo tan grande tanto en duración como en parámetros de
calidad como “Halloween” o “Keeper Of The Seven Keys” y no decepcionaron a
nadie, facturando un clásico instantáneo que debes escuchar en su versión
original y no quedarte con el single. Me quito el sombrero.
“Cuando
el cielo cae y el mundo que conoces se derrumba
Cuando
el cielo cae y todo cambia
Los
cambios cruzaron el cielo, bienvenido al otro lado
Y
todo está cambiando”
BONUS TRACKS
Y como no se trata de un disco cualquiera, os dejo
aquí un pequeño análisis de las tres canciones incluidas como bonus en diferentes
ediciones del trabajo junto a “Pumpkins United” que salió hace unos años y no
he sentido la necesidad de analizar.
GOLDEN TIMES
Tremendo punteo de guitarra y entradilla de Kiske.
En general es una canción fiel a Helloween y con cierto parecido extra a
Avantasia, grupo con el que Michael, como sabréis, ha colaborado en infinidad de
ocasiones. Una canción que me ha gustado
mucho, pero que ciertamente no lograría ubicar en el conjunto de canciones
elegida en el LP. Eso sí. Los solos de guitarra son una auténtica maravilla de
técnica y elegancia, así como de velocidad en su segunda mitad.
SAVE MY HIDE
Como en “Golden Time” encuentro una gran canción en
la que, en esta ocasión concreta, Deris se suma a Kiske y empastan sus voces
con ese buen hacer que hemos encontrado a lo largo de todo el disco. No
obstante, no tiene ni el factor sorpresa de las piezas que sí entraron dentro
del LP, así como el estribillo lo noto algo falto de carácter.
WE ARE REAL
Esta canción ha sido lanzada únicamente en el
mercado japonés, pero Internet no impone los límites que en su ausencia
sufrimos. De los bonus, sin contar “Pumpkins United”, es la canción que más me
ha gustado por el tono más alegre que tiene y por ese mensaje de unión que
pretenden transmitir a través de una letra que, claramente, alude a la reunión
de todo el grupo y las emociones acumuladas en estos últimos años. Kai tiene
mucha presencia en el micrófono y eso es algo que, como admirador absoluto que
soy, celebro al máximo.
CONCLUSIÓN
La reunión de Helloween con Kai Hansen y Michael
Kiske prometía traducirse en un gran disco, pero creo que este homónimo LP va
más allá de lo grande. A lo largo de 11 canciones y un breve instrumental la
banda repasa toda su trayectoria con canciones que nos hacen viajar por la
etapa de Kiske de los Keepers, de los primeros años de Deris con el grupo y,
por supuesto, por los sonidos más cercanos en el tiempo. Es una síntesis de lo
mejor que estos colosos musicales lamentablemente infravalorados han facturado
a lo largo de las décadas.
Hay quien pensará que ponerle un diez a este disco
lleva implícito un exceso de emoción por el hecho de que dos antiguos miembros
hayan “vuelto a casa”, pero me resultaría personalmente injusto no darle las
cinco estrellas a un álbum de semejante calidad, cargado de grandes momentos y
temas que en unos años calificaremos de eternos.
Los “Keepers” serán siempre insuperables, pero es
que esos están por encima de todo calificativo. Sin embargo, este nuevo álbum,
aunque no sea “el mejor disco de Helloween” (sería injusto decirlo), para mí
está ya entre sus grandes placas y se merece mi máxima nota.
Si el destino es justo, el homónimo de Helloween tendrá un hueco en la eternidad y despertará respeto siempre que se le nombre. Álbum del año.
¡LEYENDAS!
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