En 1977 no había nadie que pudiera toser a Kiss en Estados Unidos. Sus primeros trabajos habían sido un éxito de masas absoluto que había convertido al grupo liderado por Simmons y Stanley en algo más que una banda. De la noche a la mañana el merchandising del cuarteto llegaba a todo tipo de tiendas y en forma de todo tipo de objetos que terminaron por convertir a Kiss también en un producto (algo que creo que a Simmons no sentó mal visto lo visto). El objetivo del grupo no se limitaba a alcanzar la cima musical sino también en cualquier mercado que pudiera participar. De ahí que la banda no parara de promocionarse (en cualquier programa americano estaban ellos en algún más pronto que tarde) siempre, eso sí, con la cara pintada para mantener cierto aura de misterio.
Pero como ya he dicho y diré al final de esta reseña, Kiss era, por encima de todo, un grupo de música de cuatro miembros con gran potencial que en pocos años habían conquistado el mundo con cinco discos monumentales (“Kiss”, “Hotter Than Hell”, “Dressed To Kill”, “Destroyer” y “Rock’N’Roll Over”), un álbum en vivo que arrasó en lo que a ventas se refiere (“Alive!”).
Ni si quiera la oleada del movimiento Punk que arrasaba Inglaterra y que comenzaba a hacer ruido en Estados Unidos pudo con Paul, Peter, Gene y Ace, quienes entraron rápidamente en neoyorquinos Record Plant Studios junto al excelente productor Eddie Kramer para dar luz a “Love Gun”, un disco que con poco más de media hora reivindicó el Rock como un movimiento de masas frente al Punk y que supuso un pequeño ascenso más para unos ya gigantes Kiss. Además, por si fuera poco, la portada del disco, obra de Ken Kelly, quien también lo bordó con la de “Destroyer”, es un regalo visual lleno de color y que tiene como protagonistas centrales a los miembros del grupo, quienes están rodeados de mujeres ataviadas y pintadas como los miembros del grupo. Cabe señalar como anécdota que la primera versión en vinilo del álbum incluyó una pistola de cartón para montar (bastante sencilla pero como recuerdo no está nada mal).
¡Pasemos a la música!
La banda estaba en estado de gracia (nadie puede negarlo) y eso se vio reflejado en las 10 canciones que terminaron conformando “Love Gun”, álbum que vio la luz el 30 de junio de 1977.
Como primer plato la banda nos sacude con “I Stole Your Love”, un tema sencillo en cuanto a lo instrumental (Kiss era consciente del peso cada vez mayor del Punk y su estilo menos depurado) pero extremadamente bueno que contiene un estribillo monumental y, como venía sucediendo en cada disco, una actuación estelar del “Star Child” Paul Stanley (el apodo le ha hecho siempre honor). Unos segundos después seremos sacudidos por todo un clásico como “Christine Sixteen”, esta vez con Gene a la voz, y que muestra esa faceta más comercial y melódica del grupo que los ha distinguido y que tanto bien les ha hecho. Temazo donde brillan los coros, el riff inicial y esa voz más pesada de un Simmons siempre cumplidor.
Gene no se aleja del micrófono y se marca una más que buena “Got For Sale”, tema ideal para una buena fiesta que mezcla las guitarras eléctricas con algunos pequeños arreglos acústicos en su parte trasera. El estribillo vuelve a ser efectivo y ya llevamos tres de tres temas ganadores.
Se viene todo un temazo gracias a “Shock Me”. Este fue el primero que contó con la voz del bueno de Ace Frehley, quien llevaba ya por aquel entonces muchas composiciones aportadas al grupo pero se sentía inseguro para atreverse al micrófono. Sus compañeros esta vez, y tras insistirle lo suyo, lograron que cantara esta canción en la que su registro, realmente, encaja a la perfección. Medio tiempo donde las guitarras tienen gancho y Peter te atrapa con su compleja línea de batería, hasta que la guitarra de Space Ace se aventura con el solo y termina de enamorar a cualquiera. El título del tema se inspiró en un incidente sufrido por Ace durante la gira de “Rock ‘N’ Roll Over” que quedó en un susto pero que pudo haberle costado la vida. Resulta que durante un show el músico se electrocutó y perdió por momentos la sensibilidad entera del brazo. Afortunadamente no fue a más.
Nunca he entendido por qué “Tomorrow And Tonight” no es un clásico de los americanos. Tema pegadizo como sus mejores hits, con unos versos que podrían ser los de la posterior “Heaven’s On Fire” y un estribillo fiestero que evoca el espíritu del “Rock’N’Roll All Nite”. Muy buen Paul, por cierto.
Y llegamos al momento clave. Si hay un clásico indiscutible en este disco esa es la que da nombre al álbum. Un riff mordedor que es acompañado por la sobria batería de Peter nos da la bienvenida a “Love Gun” justo antes de que seamos atravesados por una de las mejores interpretaciones que nos dejó Paul Stanley, desgañitándose y sintiendo la canción en cada instante. El estribillo es caviar del bueno, ya no solo por el papelón de Paul sino por los armónicos coros que lo acompañan.
Peter Criss decidió que había llegado su turno con el micrófono y nos obsequia con la machacona “Hooligan”, canción que me sirve para reivindicar una vez más el vozarrón rebelde y hasta salvaje que este genio de las baquetas poseía en sus mejores tiempos. Después volverá a tomar el protagonismo Gene con otro tema duro, de los que a él tanto le gustan (su voz siempre empasta bien en este tipo de piezas), y que se titula “Almost Human”. Ojo al estribillo tan curioso que contiene la pieza y a la percusión adicional que añade el señor Criss.
A veces me pregunto qué se le pasaba por la cabeza a Gene Simmons para escribir letras...especialmente cuando descubres el significado tan grotesco de “Plaster Caster”. Resulta que habla de una célebre groupie que, siempre que se acostaba con alguna estrella del Rock, hacía un molde de yeso de su pene (cada cual tiene sus aficiones supongo...). El tema está marcado por el grave bajo de Simmons que dirige al resto de instrumentos y al pegadizo estribillo.
Para terminar, la banda se marca una solemne y elaborada versión del “Then She Kissed Me” de The Crystals que cumple a la perfección con su propuesta. Es sabido el amor que Simmons y Stanley sentían por el soul desde su infancia, por lo que era de esperar que esto sucediera.
Pero como ya he dicho y diré al final de esta reseña, Kiss era, por encima de todo, un grupo de música de cuatro miembros con gran potencial que en pocos años habían conquistado el mundo con cinco discos monumentales (“Kiss”, “Hotter Than Hell”, “Dressed To Kill”, “Destroyer” y “Rock’N’Roll Over”), un álbum en vivo que arrasó en lo que a ventas se refiere (“Alive!”).
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrPCEZoSqdu9DBKwiOK9N-hEqb6raBRiYFC0MBtkc-X5U767s7k2AkJXvMJyzvByhuQ0oa9yu6rpT67n9EwoQerMFjUDNsgUSTrI3FU9QEUUS7-_jv8EIQ_kIY8513ROE_kuo2rnShXTXb/s400/kiss+1977.jpg)
¡Pasemos a la música!
La banda estaba en estado de gracia (nadie puede negarlo) y eso se vio reflejado en las 10 canciones que terminaron conformando “Love Gun”, álbum que vio la luz el 30 de junio de 1977.
Como primer plato la banda nos sacude con “I Stole Your Love”, un tema sencillo en cuanto a lo instrumental (Kiss era consciente del peso cada vez mayor del Punk y su estilo menos depurado) pero extremadamente bueno que contiene un estribillo monumental y, como venía sucediendo en cada disco, una actuación estelar del “Star Child” Paul Stanley (el apodo le ha hecho siempre honor). Unos segundos después seremos sacudidos por todo un clásico como “Christine Sixteen”, esta vez con Gene a la voz, y que muestra esa faceta más comercial y melódica del grupo que los ha distinguido y que tanto bien les ha hecho. Temazo donde brillan los coros, el riff inicial y esa voz más pesada de un Simmons siempre cumplidor.
Gene no se aleja del micrófono y se marca una más que buena “Got For Sale”, tema ideal para una buena fiesta que mezcla las guitarras eléctricas con algunos pequeños arreglos acústicos en su parte trasera. El estribillo vuelve a ser efectivo y ya llevamos tres de tres temas ganadores.
Se viene todo un temazo gracias a “Shock Me”. Este fue el primero que contó con la voz del bueno de Ace Frehley, quien llevaba ya por aquel entonces muchas composiciones aportadas al grupo pero se sentía inseguro para atreverse al micrófono. Sus compañeros esta vez, y tras insistirle lo suyo, lograron que cantara esta canción en la que su registro, realmente, encaja a la perfección. Medio tiempo donde las guitarras tienen gancho y Peter te atrapa con su compleja línea de batería, hasta que la guitarra de Space Ace se aventura con el solo y termina de enamorar a cualquiera. El título del tema se inspiró en un incidente sufrido por Ace durante la gira de “Rock ‘N’ Roll Over” que quedó en un susto pero que pudo haberle costado la vida. Resulta que durante un show el músico se electrocutó y perdió por momentos la sensibilidad entera del brazo. Afortunadamente no fue a más.
Nunca he entendido por qué “Tomorrow And Tonight” no es un clásico de los americanos. Tema pegadizo como sus mejores hits, con unos versos que podrían ser los de la posterior “Heaven’s On Fire” y un estribillo fiestero que evoca el espíritu del “Rock’N’Roll All Nite”. Muy buen Paul, por cierto.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhud-cnhFomIgey-vL2U-nPPRKecujmKwbFAd-Z8OGN8ZqTiCGJzGkl_yCOsmNvLBfoFHbdyKXMC_zx-ITvL6d0PUAl6u0w41M3NOIZzhAf39_363PMq5s6j-2n0KfI6gKLs5P2IoLNYJZ0/s320/love+gun.jpg)
Peter Criss decidió que había llegado su turno con el micrófono y nos obsequia con la machacona “Hooligan”, canción que me sirve para reivindicar una vez más el vozarrón rebelde y hasta salvaje que este genio de las baquetas poseía en sus mejores tiempos. Después volverá a tomar el protagonismo Gene con otro tema duro, de los que a él tanto le gustan (su voz siempre empasta bien en este tipo de piezas), y que se titula “Almost Human”. Ojo al estribillo tan curioso que contiene la pieza y a la percusión adicional que añade el señor Criss.
A veces me pregunto qué se le pasaba por la cabeza a Gene Simmons para escribir letras...especialmente cuando descubres el significado tan grotesco de “Plaster Caster”. Resulta que habla de una célebre groupie que, siempre que se acostaba con alguna estrella del Rock, hacía un molde de yeso de su pene (cada cual tiene sus aficiones supongo...). El tema está marcado por el grave bajo de Simmons que dirige al resto de instrumentos y al pegadizo estribillo.
Para terminar, la banda se marca una solemne y elaborada versión del “Then She Kissed Me” de The Crystals que cumple a la perfección con su propuesta. Es sabido el amor que Simmons y Stanley sentían por el soul desde su infancia, por lo que era de esperar que esto sucediera.
Kiss volvía a demostrar que, además de ser una máquina de hacer dinero, era una banda de primera categoría con los elementos necesarios para triunfar. Los singles de “Love Gun” y “Christine Sixteen” fueron un éxito absoluto en todo el mundo, aunque con especial peso en Estados Unidos y Japón. El disco no tardó en ser platino y los americanos se lanzaron a la carretera en una extensa gira millonaria de la que se extrajeron los temas que conformarían la segnda parte de “Alive”. No obstante, este ritmo frenético y la suma considerable de dinero trajo consigo también el inicio de la decadencia de Peter Criss y Ace Frehley, los dos miembros más propensos a caer en adicciones (vivían en un estado de juerga constante) que redujo su profesionalidad a escalas considerables y traería problemas en el futuro...aunque esto es otra historia. Estamos aquí para hablar de “Love Gun” y el caso es que este es un trabajo digno de la máxima nota, como cada LP que hasta la fecha estos chavales habían facturado.
Discazo de 10
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