Tras
un primer álbum caracterizado por el Blues-Rock, con “Stand Up” Jethro Tull
mostraría con mayor claridad su orientación musical, que combinó elementos de
Rock, de Folk o de Jazz, además de matices progresivos. También este LP
demostró la madurez sonora que estos británicos ya poseían por aquellos
tiempos.
La
marcha de Mike Abrahams pocas semanas antes de que la grabación del álbum diera
inicio provocada por diferencias musicales con Ian Anderson (Mike quería
mantener el estilo Blues de “This Was”), propició que el segundo se convirtiera
en el líder absoluto del conjunto, siendo el compositor de todas las canciones
y letras del trabajo (excepto “Bourée”). En general estas canciones distan
mucho del sonido de su debut, pudiendo escuchar, además de instrumentos
esperables en un disco de Rock, otros no tan habituales como la mandolina o la
balalaika (ambas tocadas por el propio Anderson). Como sustituto de Mike, llegó
a la banda el mismísimo Martin Barre, guitarrista más querido y clásico de la
banda que estuvo en sus filas hasta 2012. En medio de esta sucesión, como
muchos saben, uno de los padres del Metal, el mítico Tony Iommi, llegó a tocar
durante un breve periodo de tiempo en esta banda, apareciendo en el “Rock And
Roll Circus” de los Stones y, según dicen, colaborando activamente en la
composición de varios temas de este “Stand Up” que ya mismo comienzo a
analizar.
Los
primeros minutos del álbum parecían indicar que “Stand Up” era, más bien, un
“This Was 2.0”. Y es que “A New Day Yesterday” volvía a apostar por el
Blues-Rock que predominó en su primera placa. No obstante, ya os aviso que no
es la tónica de ese trabajo. Este tema muestra la básica estructura propia del
Blues, pero con unos arreglos progresivos sencillamente geniales (no faltará un
pequeño momento de magia “flautil” cortesía del señor Anderson). Tampoco se
quedan atrás tanto el riff principal, magníficamente acompañado por el bajo,
como el posterior solo de guitarra. Un temazo sin discusión.
La
segunda pista “Jeffrey goes to Leicester Square”, muestra una evolución mucho
más notoria en el sonido de Tull. Esta breve pieza de dos minutos se antoja
alegre y dulce, con una percusión atractiva y una bailable flauta que acompaña
la voz de Ian. Así se prepara al oyente para disfrutar de la reconocida “Bourée”,
que es un clásico en toda regla de la banda, además de ser el único tema de
este disco no compuesto por Ian Anderson sino por el mismísimo Johann Sebastian
Bach. Este es el quinto movimiento de su “Suite en mi menor para laúd” y el
término “Bourrée” hace referencia a una danza barroca de origen francés que se
utilizó en los ballets y las óperas galas de los siglos XVII y XVIII. Sin duda,
este fue uno de los primeros clásicos de Jethro. Su aroma clásico, la dulzura
de Ian al tocar la flauta, el acompañamiento instrumental realizados por todos
los músicos y la entrada a mitad de la canción de una sección más intensa que
coquetea con el Rock y el Jazz, hacen de “Bourée”, una pista que nadie puede
obviar.
“Back
To The Family” suena más progresiva, aunque no pierde la esencia rockera que
reina en todo el disco. Su inicio tranquilo contrasta con algunas secciones de
mayor contundencia en la que la banda se desmelena y nos muestra su venada más
bestia. La cara A cierra con la bella “Look Into The Sun”, una preciosa joya
melódica con una ambientación que podría calificar de folky o, incluso,
medieval.
Lejos
de levantar el pie del acelerador, la cara B comienza por todo lo alto de la
mano de mi pieza favorita de todo el trabajo. “Nothing is easy” es una canción
que cautiva desde la primera escucha. Su progresión, en la que la melodía va
creciendo hasta explotar en una sección instrumental en la que se suceden
punteos de guitarra y solos de flauta. Más que progresivo, que desde luego algo
de ello tiene, esta canción es una exhibición de Rock. Una nueva lección de
magia de los británicos.
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“We
Used To Know”, como ya sucedió con “Look Into The Sun”, apuesta por la belleza
a través de melodías logradas, un tono dramático y una limpieza instrumental
asombrosa (me quito el sombrero ante el solo de guitarra con wah-wah de Martin
Barre). Y más de lo mismo (en el buen sentido) con “Reasons For Waiting”. Otra
composición preciosa e imperdible antes de que el Blues-Rock vuelva a resurgir
de sus cenizas para cerrar el álbum bajo el título de “For a Thousand Mothers”
y ofrecernos una de las interpretaciones de flauta más grandes del maestro
Anderson en toda su carrera (¡palabras mayores!), combatiendo contra los
vertiginosos solos de guitarra firmados por Barre en esta canción.
“Stand
Up”, aunque cronológicamente fue su segundo trabajo, debe ser catalogado como
el primero sobresaliente de Jethro Tull. Sus diez canciones mantienen un nivel
que solamente fue superado, a mi parecer, por “Aqualung” y “Thick As A Brick”,
las dos obras cumbre de estas leyendas. No obstante, este es el único álbum de
Jethro que llegó al número uno en las listas británicas del año 69 (¡seis
semanas seguidas!). Para mí es un trabajo casi perfecto que es merecedor de un
9,5 (cuatro estrellas y media).
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