Pocas bandas pueden
presumir de haber publicado dos obras maestras en un mismo año. El caso de
Black Sabbath, amos y padres del Heavy Metal, es muy especial. Tras publicar el
viernes 13 de febrero de 1970 su primer disco, de título homónimo y que inició el
género, no tardaron sino 4 meses en ponerse a trabajar en lo que sería el
segundo LP que salió en septiembre del mismo año y que llevó el título de
"Paranoid". Si estás leyendo esta reseña y no has escuchado estos dos
álbumes te recomiendo que empieces por ello antes de adentrarte en este tercer
álbum.
"Black
Sabbath" y "Paranoid" habían confirmado al mundo que el Heavy
Metal había nacido para quedarse para siempre. La oscuridad y la fantasía de
las letras y de las portadas, la pesadez de los riffs, que mezclaban las
primitivas influencias blueseras con algo más tétrico y mal visto en aquellos tiempos, y el
siniestro "look" de sus miembros los convirtieron rápidamente en una
banda a tener en cuenta para el futuro, no solo de ellos, sino de bandas que
nacerían influidas por esta. Y es que cualquier banda que toque algo
relacionado con el Metal, ya sea Thrash, Stoner, Doom.....tiene en su ADN,
aunque sea en pequeñas proporciones, genes "sabbathianos".

Este álbum se
caracterizó por la confirmación definitiva del sonido de Sabbath, en el sentido
de que abandonaron definitivamente toda influencia del Blues, para explotar a
tope su vertiente más oscura y Heavy. Por lo tanto, los 8 temas (6 + 2
instrumentales) que componen este interesantísimo materia van a ser muy cañeros
y pesados, por lo que todo amante del género tiene diversión asegurada con este
"Master Of Reality".

Además, si escuchas la
discografía desde el principio es imposible decir que Sabbath no cuidaba el
nivel compositivo hasta el álbum que aquí reseñamos. Siempre fueron una máquina
muy engrasada, por no decir perfecta.
Aviso que Black Sabbath
es una de mis bandas preferidas, por lo que es muy probable que en las
siguientes líneas impere la subjetividad:
Una tos entrecortada
abre el álbum de la mejor manera posible.
"Sweet Leaf" muestra las primeras evidencias de que los Sabbath
más crudos estaban de regreso. Un Riff perfecto, pegadizo y sencillo sirve nos
ataca desde el inicio, ganándose nuestro respeto y nuestro amor por siempre.
Precisamente sobre el amor habla esta letra tan buena como polémica. Pero no
sobre amor entre una pareja de personas, sino sobre un persona y el cannabis. Butler,
en una entrevista en 2001 para Guitar World, recordó la manera en la que
escribió esta letra.
"Acababa de llegar
de Dublín, y ellos (los irlandeses) tenían esos cigarrillos llamados Sweet
Afton, que solo podías comprar en Irlanda. Estábamos discutiendo sobre lo que
podíamos escribir cuando de repente saqué la cajetilla y, mientras la abría,
leí en esta un mensaje que ponía "It`s the sweetest leaf that gives you
the taste" (es la hoa más dulce que te da sabor) Y entonces dije "Oh,
Sweet Leaf!"
Iommi nos tenía preparado
un solo de primera categoría para el intermedio del tema, como si nos estuviera
diciendo "vale que el Riff inicial puedas más o menos emularlo, pero este
solo de guitarra no lo harás en tu vida ni en la próxima".
De segundo plato
tenemos la canción que cerró un par de bocas a todos aquellos grupos religiosos
que crearon diversas campañas contra Sabbath por "ser satánicos". "After Forever" es, en pocas
palabras, la "canción cristiana" de Black Sabbath, ya que en su letra
se defiende el mensaje de amor de dios y la importancia de este en el devenir
del mundo. No por ello no deja de ser algo extraño escuchar a Sabbath mandando
mensajes de este tipo. Instrumentalmente es un tema mucho más elaborado que el
anterior, con constantes cambios de ritmo que nos mantienen alerta en todo
momento ante una nueva sacudida de buenos Riffs de la mano de Iommi, quien
parece que nunca ha perdido la inspiración. Butler se marca una línea de bajo
destacadísima, demostrando lo fundamental que es su labor en esta banda. Un
tema poderosísimo que nos prepara para
la que se va a liar en el siguiente tema.
La tétrica instrumental
"Embryo" introduce con sus
30 segundos de duración una de las canciones más grandes de la historia, un
clásico que vivirá por siempre...."CHILDREN
OF THE GRAVE". Una entrada 100% Iommi, con Riffs procedentes del
inframundo en poco tiempo serán acompañados por el cabalgante sonido del bajo
de Butler y Bill "pulpo" Ward que hace magia con las baquetas de
principio a fin. Ozzy Osbourne canta con una dosis añadida de rabia, lo que
hace de esta interpretación una de sus mejores con el micrófono. Aún así,
recomiendo escuchar la versión que Sabbath grabó en el "Live Evil"
con Ronnie James Dio a la
voz....¡terriblemente brutal! Poco se me ocurre decir que no se haya dicho nada
sobre este himno del Metal. Simplemente destacar de nuevo la variedad de ritmos
que la banda vuelve a ofrecernos, con una coordinación instrumental envidiable.
Tras disfrutar de lo
lindo es hora de relajarnos durante algo más de un minuto de la mano de "Orchid", un nuevo pasaje instrumental
donde Tony Iommi nos va a deleitar con unos bellísimos arpegios. Sin tiempo
para más se inicia otro de los hits del disco, "Lords Of This World". Ozzy cumple con su papel, cuajando
una gran actuación, aunque lo que más destaca es el colosal trío
guitarra-bajo-batería. Es una canción muy interesante en este ámbito, ya que
los tres músicos se compenetran como única fuerza derivando en crudos Riffs,
afilados solos, una línea de bajo técnica y unos baquetazos de mucha variedad.

Cerramos por todo lo
alto el LP. "Into The Void"
tiene uno de mis Riffs preferidos de Tony Iommi...¡qué pegadizo es el jodido!
Una introducción magna donde cada instrumento destaca como solista y en
conjunto. Es innegable que los Sabbath crearon el Heavy Metal, pero al escuchar
este tema podemos aventurarnos a decir que algunos derivados del género como el
Thrash y el Sludge también nacieron de los metafóricos espermatozoides y óvulos
de los de Birmingham, así como otros estilos musicales como el Punk. Esta
canción, gracias a los cambios de ritmo que tiene, va saltando en diferentes
estilos, obviamente en una perspectiva primitiva. Creo que no existe una
canción de Sabbath repetitiva. Cada canción tiene un trabajo previo muy
elaborado por el que cada canción es un mundo totalmente diferente en el que
hay que aventurarse.
Tres discos
firmados, tres obras únicas y difícilmente superables. El siguiente capítulo
del conjunto, que recibe el nombre de "Vol.4", mantendría el nivel de
las producciones, aunque esa historia os la cuento en otra entrada. El "maestro
de la realidad", como tantos discos de Sabbath, fueron una clara
inspiración para todas las bandas y leyendas que vendrían poco tiempo después.
A sus pies
"master" ;)

¡Buen trabajo (y)!
ResponderEliminarGracias!! ;D
EliminarLos Sabbath son geniales de principio a fin!!!
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