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Black Sabbath - Vol. 4 (1972)

Calificación:*****

No todas las bandas tienen lo que hay que tener para desechar "la oportunidad" de  aprovechar su momento de fama y lanzar un par de discos con pegadizos singles y éxito garantizado.

Black Sabbath había lanzado en dos años (1970 y 1971) tres discos que, a día de hoy, son considerados piezas claves dentro del Heavy Metal. Ozzy, Tony, Geezer y Bill se habían convertido rápidamente en una banda de culto a la que le aguardaban  grandes éxitos. Su oscuro y homónimo debut, el álbum que dio vida al Heavy Metal, "Paranoid", un disco que no necesita ningún tipo de presentación, y el Master Of Reality, otro clásico con el que la banda mantiene gran solidez compositiva.

Con este panorama lo normal es que Sabbath hubiera grabado rápidamente un nuevo álbum donde al menos 3 temas fueran extremadamente pegadizos con la finalidad de mantener su status dentro del Rock y el resto mantuvieran la estética pesada y característica del conjunto. Afortunadamente, no eran tipos con esa mentalidad, al menos en esa época.

 Desde mi punto de vista, este "Vol.4" mucho menos reconocido por el público en general (muy injusto, por cierto) que sus predecesores, pero, a su vez, más querido que los siguientes tres álbumes que la banda lanzaría con Ozzy, antes de que este fuera expulsado por la banda. En ningún momento del álbum podremos decir que suena "comercial". Esa es la gran peculiaridad de este trabajo que, pese a estas características, tampoco tiene un sonido muy rebuscado. Digamos que seguramente no enganche a la primera, pero al cabo de un par de escuchas engancha más que algunos de sus clásicos.

Tras un año cargado de conciertos, entrevistas y buenas críticas, el cuarteto se tomó un par de meses de descanso antes de reunirse de nuevo en el estudio para preparar el siguiente álbum. Contra todo pronóstico el siguiente álbum sería completamente diferente. No era el momento de lanzar un "Paranoid", un "Iron Man" o un "Sweet Leaf". La próxima criatura de Black Sabbath se distinguiría del resto por formar un núcleo sólido compuesto por una serie de temas trabajados meticulosamente, y no un trabajo en el que sobresalieran dos o tres himnos por encima del resto. Para ello, los ingredientes estaban claros: G chords distorsionados, atmósferas cada vez más tétricas, una instrumentación de primer nivel y unas letras cargadas de pesimismo, miedo, rebeldía y algo de humor, por muy contradictorio que parezca. Sin embargo, a este listado de elementos se le unió uno que jugó un papel fundamental en el resultado, dándole un "sabor" especial a este trabajo: las drogas.  

Fueron el LSD, la cocaína y la marihuana, entre otras sustancias, las responsables de muchas de las composiciones de este álbum. Los abusos comenzaban dando buenos resultados en lo artístico, pero un par de años más tarde se convertiría en la principal causa del declive de la era de Ozzy. Colocados hasta las uñas de los pies, estos cuatro soñadores comenzaron a componer y grabar todos los temas en mayo de 1972 en los estudios Record Plant de Los Ángeles. Muchos de los equipos de sonido escondían droga en su interior con los que la banda se "concentraba" para cumplir con su labor.

Geezer Butler llegó a reconocer hace un par de años, con el lanzamiento del disco "13", que en 1972, durante las sesiones de grabación de este álbum se  gastaron alrededor de 75.000 dólares en cocaína. Una cifra descabellada . A eso hay que sumarle los 60.000 dólares que invirtieron para grabar el disco. Gastaron más en drogas que en su nuevo material.

En su autobiografía, Ozzy Osbourne dijo: "En algún punto nos empezamos a preguntar de dónde coño estaba saliendo toda esa coca. Te lo digo en serio: esa coca era la más blanca, pura y fuerte que te puedas imaginar. Una esnifada y eras el rey del universo".

En un primer momento el álbum se iba a llamar "Snowblind", como uno de los temas del álbum del que más tarde os hablaré, pero su discográfica, Vértigo, mostró reticencias ya que era una clara mención a las drogas, por lo que vieron la necesidad de impedirles titular así a todo el material. El nombre, pese a lo aparentemente sencillo que es, "Vol.4", creo que combina a la perfección con el interior del disco. No sabes lo que te vas a encontrar y, seguramente, a la primera escucha te sientas decepcionado, pero al cabo de un par de escuchas te darás cuenta de que estás ante uno de los mejores álbumes que has escuchado en tu vida.




Y sin más dilación....¡pinchamos el disco y comenzamos a reseñarlo!

El álbum abre de la mejor forma con "Wheels of Confusion". Ese inicio instrumental marcado por un solo de Sir Tony Iommi, que experimenta con un Blues depresivo que pronto deriva en uno de sus sólidos Riffs. Pronto aparece un genial Ozzy que canta con mucha pausa y seguridad una letra que habla sobre las fantasías que uno tiene de pequeño y el dolor que causa madurar, darse cuenta de que todo era una simple ilusión y la realidad es otra muy diferente. No tardarán en aparecer los cambios de ritmo que tanto le gustaban a estos colosos del Metal. Cuando parece que el tema estaba finiquitado a los 5 minutos comienza la segunda parte, titulada "The Straightener", con una atmósfera más depresiva. Iommi nos destroza con unos punteos que solo él sabe hacer. Mientras tanto, el mellotrón marca la base, aportando mayor misticismo a este momentazo del disco. Así nos daban la bienvenida a su nueva creación los Sabbath.

El segundo plato lleva por nombre "Tomorrow`s Dream". Se nos viene encima una oleada de riff vacilones y machacones cortesía del capitán Tony Iommi, quien crea una base guitarrera sólida sobre la que el Madman Ozzy Osbourne se moverá a placer con el micrófono. Ward saca a relucir un amplio arsenal de  golpes y recursos a la hora de defenderse con la batería. Poco después del intermedio del tema, quería destacar el breve solo distorsionado y técnico que Tony se marca, aunque realmente no es nada raro que este DIOS haga algo así.

Para nuestra sorpresa, los reyes de Birmingham se descuelgan los instrumentos y el E-Chord da paso a una maravillosa balada únicamente interpretada al piano y algún que otro momento de melotrón que responde al nombre de "Changes".  Nos volvemos a topar con un nuevamente magistral Ozzy, que canta con mucha clase y dramatización una letra triste que llora la pérdida de un amigo/a. Es inevitable traducir la letra y pensar que Ozzy estaba cantando dramáticamente mientras vaticinaba lo que le ocurriría a este mismo con su futuro amigo Randy Rhoads, otro Guitar Hero, quien fallecería en un lamentable accidente de avioneta. "Changes" se une a "Planet Caravan" y "Solitude" para formar una santísima trinidad de baladas tenebrosas firmadas por toda la formación inicial de Sabbath.

Tras el extraño instrumental (si es que podemos considerarlo un instrumental) es el turno de "Supernaut", o lo que es lo mismo, una nueva muestra del potencial que tenían esto cuatro villanos. El Riff inicial de un siempre inspirado Iommi (¡Dios no perdona!) tendrá la suerte de tener como escudero a Bill Ward, uno de los rompeparches más grandes de la historia (¡¡ojo al intermedio de percusión que se marca el solito!!) y el resultado es bestial. Ozzy continúa en su línea, cantando con maestría mientras el resto de inmortales hacen su labor. No puedes dejar de escucharla cada vez que decidas reproducir este disco. No me falles....no falles a Sabbath.

La sexta parada de este álbum seguramente sea la más importante y trascendental de toda  la obra, tanto por ser un clásico histórico del género como por toda la controversia que se generó por el contenido de su letra y por el interés que la banda tenía en llamar al álbum con el título hasta que su discográfica se lo prohibió. "Snowblind"  hace alusión a la cocaína, droga consumida en grandes cantidades por la banda en aquellos tiempos, tratando tanto sus aspectos positivos como negativos. El espectacular contenido lírico de la composición es "sonorizado" con un arsenal de Riffs pesados, cortesía de Dios Iommi, que sigue aportando y aportando su magia, así como un endemoniado solo que solo está a su alcance, digan lo que digan. Ozzy logra la perfección absoluta con su voz, llegando incluso, si puedo decirlo, a realizar una de sus mejores interpretaciones. Cierto que la canción es sobre las drogas, pero es que esta canción en sí misma es una droga dura

¿Y qué decir de los riffs que la no menos adictiva "Cornucopia"? Otra joyita que muy pocos han sabido apreciar, al menos en comparación con los grandes clásicos del conjunto. El pobre Bill Ward hace un trabajo sensacional pese a su odio a interpretarla, llegando incluso a discutir seriamente con el resto de compañeros sobre esta, lo que casi provoca su expulsión. Llegado el segundo minuto, y tras un breve pasaje reflexivo, la guitarra vuelve a la carga con un ritmo más acelerado siendo este uno de mis momentos preferidos de todo el plástico. Me siento mal por no mencionar mucho a Sir Geezer Butler, amo y señor de las letras y del bajo de Black Sabbath. Siempre está ahí y siempre lo borda, pese a que no le he dado tanta atención en este análisis. No hay más que escuchar lo que es capaz de hacer con las cuatro cuerdas en este tema. Un orgasmo para el oído, como en todos los temas.

Ahora sí, podremos disfrutar un bellísimo corte instrumental titulado "Laguna Sunrise", en el que podemos transportarnos a lugares cargados de fantasía alejados de esta sociedad tan globalizada y explotada. Los sentimientos que me produce esta canción son similares a los que me provoca "Black Mountain Side", una canción del mismo estilo que aparece en el primer álbum de Led Zeppelin, y que es interpretado por otro Guitar God, Jimmy Page. Esta contrastará rápidamente con el siguiente corte, donde la banda nos invita a bailar, pero ni más ni menos que al Baile de San Vito ("St.Vitus Dance"), una enfermedad que en la Edad Media se atribuía al Diablo. El que la padeciera sería condenado a la hoguera porque estaban poseídos. Seguramente sea en esta breve composición donde nos topamos con el Riff más pegajoso y pegadizo de Tony, el cual se adhiere a nuestra mente y es muy difícil sacarla. Una divertida canción que sirve como antesala a un mastodonte con el que cerraremos este álbum....


..."Under The Sun" es para este fanático que escribe la mejor canción del álbum, estando por encima, incluso de "Snowblind" (¡no estoy loco!). La versión más oscura de Black Sabbath está de vuelta, similar o, mejor dicho, calcada a la de su primer y diabólico disco. Iommi se convierte en el mismísimo Satanás y comienza a tocar los Riffs más oscuros de todo el álbum, mientras Ozzy clama con rabia la libertad de creencia, especialmente en la fe en uno mismo, sin imposiciones por parte de nadie. Pero cuando parece que no vamos a experimentar grandes cambios, las seis cuerdas de Ton cambian el ritmo por completo, acelerando la marcha de todo el conjunto, produciéndose nuevos momentos en los que Bill Ward brilla con luz propia a partir de pequeños solos de batería que convencen a cualquiera. No tardaremos a volver a reencontrarnos con el ritmo inicial para, posteriormente, terminar con una melodía plácida y lenta instrumental con la que la banda cierra un disco antológico, una de esas piezas inmortales que sobrevivirán al paso del tiempo, digan lo que digan los que supuestamente saben. Un final de fiesta insuperable.

 Una obra así estaba destinada al éxito. Solamente un mes después de salir, el álbum fue acreditado como Disco de Oro. Sabbath jugó perfectamente sus cartas una vez más. Pronto vendrían tiempos peores o, al menos, no tan buenos. Sus siguientes tres lanzamientos no son recordados por gran parte de los fieles del cuarteto (no me incluyo en este grupo de detractores), pero eso es otra historia que pronto os contaré. Hasta entonces disfrutemos de este clasicazo que a día de hoy se considera una de las bases sobre las que se cimentó el Heavy Metal.

  

Comentarios

  1. Muy buena reseña! Gracias por contribuir a que más fans de Sabbath revaloricen esta obra maestra. Saludos desde Mérida, la de México!

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    1. ¡¡Muchas gracias!! Significa mucho para mí ese comentario positivo ^^ ¡Hay que apoyar la música por encima de todo! ¡¡Saludos desde Tenerife!!

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  2. Enhorabuena, me ha gustado mucho la reseña de una pedazo de obra maestra como es este disco. Muy currado. Animo y larga vida al heavy!!!

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