Tras años soñando con tocar en las siniestras Catacumbas de París, Queens Of The Stone Age rompieron todas las barreras en julio de 2024, convirtiéndose en la primera banda autorizada a ofrecer un concierto en vivo a 20 metros bajo tierra, entre los restos de seis millones de cuerpos.
La idea,
gestada durante casi dos décadas, tomó forma gracias al empeño de Josh Homme,
quien, aun en proceso de recuperación tras una operación y habiendo gestionado
una emergencia médica, condujo al grupo hasta el ossuario en un insólito
formato acústico y contemplativo.
Para
quienes no estén familiarizados, las Catacumbas de París —inauguradas a finales
del siglo XVIII— conforman un vasto laberinto subterráneo que originalmente
funcionó como red de canteras y, posteriormente, como cementerio improvisado
cuando los tradicionales colapsaron por exceso de cadáveres. Sus pasillos
estrechos y sus muros compuestos por cráneos y fémures apilados no solo
transmiten historia y sobrecogimiento, sino también un peso simbólico
formidable: un templo de la muerte transformado en escenario para una liturgia
sonora sin precedentes.
Este EP de
cinco temas captura esa atmósfera irrepetible: un set íntimo, con guitarras
acústicas, percusión minimalista e incluso delicados arreglos de cuerda que
conquistan desde la primera escucha. Cabe destacar que durante el concierto
original la banda también interpretó “This Lullaby” —una joyita que no tocaban
desde 2005— y una pieza inédita titulada “Insignificant Other”, que según
parece es completamente nueva y podría formar parte del próximo álbum del
grupo.
Nuestra
breve, pero intensa travesía por las catacumbas comienza con un medley suave,
casi onírico, que enlaza el pasado glorioso del grupo (“Running Joke”) con uno
de los temas más destacados de su último trabajo (“Paper Machete”). El
resultado es una fusión elegante, donde las texturas acústicas y los arreglos
de cuerda realzan la riqueza compositiva y el poder emocional de este
repertorio tan especial. Resulta particularmente llamativa la reinterpretación
ralentizada de “Paper Machete”, cuya fuerza eléctrica cede paso aquí a una
versión mucho más introspectiva.
A
continuación, la banda recupera con elegancia la grandeza de “Kalopsia”, una de
mis piezas predilectas del subestimado …Like Clockwork (2013), con una
interpretación sincera en la que las voces se entrelazan con una belleza
sombría acentuada por un violín tenue y otros matices orquestales que elevan
esta canción a un plano superior.
El viaje
prosigue hasta el más reciente Villains, desde donde emerge una “Villains of
Circumstance” más oscura, impregnada de susurros por parte de Homme que cargan
la atmósfera de misterio. Aquí, la letra adquiere nuevos significados al
despojarse de la distorsión habitual. La voz se mueve entre sombras y lamentos
de cuerda, ganando intensidad conforme avanza. El delicado solo de violín que
irrumpe hacia la mitad corona un conjunto que resulta francamente memorable.
En “Suture
Up Your Future”, las melodías originales ceden protagonismo al dramatismo que
emerge de unas guitarras acústicas afinadas en registros graves, cuyas
resonancias se proyectan contra las bóvedas del ossuario, quebrando siglos de
silencio con cada acorde.
Para el
cierre del EP, la banda ofrece una versión sentida y despojada de “I Never
Came”, una de mis canciones favoritas de Lullabies to Paralyze (2005). La
interpretación de Homme se erige como el núcleo absoluto del tema, saboreando
cada verso con maestría mientras una instrumentación frágil lo envuelve,
creando así un final que roza lo espiritual.
CONCLUSIÓN
Tras casi
dos décadas de gestiones, sabíamos que el descenso de Queens Of The Stone Age a
las Catacumbas no sería un episodio anecdótico en su trayectoria. Alive In The
Catacombs demuestra que Joshua Homme y sus secuaces han transformado una
auténtica locura logística en una experiencia musical irrepetible, donde lo
acústico adquiere un carácter ceremonial, y donde la fragilidad —en parte
literal, por los problemas de salud que aquejaban a Homme— convierte cada nota
en un testimonio vivo entre tantos vestigios de un pasado... que ahora también
resuena con vida.
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