Así fue como ya en 1995, y no sin antes
deleitarnos con otras dos obras del calibre de “Sigh No More” (1991) e “Insanity
and Genius” 1993), Hansen nos regaló uno de los mejores álbumes de la historia
de Power Metal: “Land Of The Free”. Estamos hablando de una obra maestra de lo
más completa y enérgica que además marcaría un punto de inflexión en la
historia del grupo, ya que esta se convertiría en la primera obra en la que el
propio Hansen asumiría el rol de cantante principal del grupo tras la salida
del magnánimo Ralf Scheepers, quien pronto fundaría Primal Fear. No era misión
sencilla llenar el vacío dejado por Ralf, pero el bueno de Kai, sin ser un
vocalista de primera categoría firma una interpretación colosal y honesta que dota de mayor garra a un LP que
pronto obtendría un pasaporte a la eternidad.
Lo primero que me gustaría señalar del
disco es que, sin llegar a ser un LP oficialmente conceptual, sus letras hablan siempre sobre
un mundo oprimido y sometido al poder de unos pocos que hacen con las clases
bajas lo que se les antoja. Las letras del LP critican abiertamente a la
religión y a todos aquellos sectores de la sociedad que hacen imposible vivir
en armonía e igualdad.
El inicio de nuestro viaje no puede ser más glorioso. Y es que como primer plato, este álbum nos regala un clasicazo del Power Metal como “Rebellion In Dreamland”, mi canción predilecta de Gamma Ray con esos casi 9 minutos de giros rítmicos frenéticos que nos llevan de secciones oscuras y melódicas a otras absolutamente devastadoras, algo que sucede gracias a la precisión quirúrgica con la que Kai y Dirk Schlächter entrelazan sus guitarras, así como a las notorias aportaciones de teclados y una batería trepidante. Líricamente es un llamado a la rebelión, un manifiesto contra las sombras de un mundo que parece haber sucumbido a la desesperanza, siendo “Dreamland” un símbolo de conformismo de una sociedad que no es consciente de que puede aspirar a una realidad más digna y justa.
En menos de un minuto de duración
“Fairytale” recuerda a los Helloween más desenfadados gracias a esa melodía
juguetona sin por ello renunciar al doble bombo, los riffs veloces y los
desgarradores agudos de Hansen. Es de valorar el hecho de que en tan pocos
segundos Kai carga contra un sistema que mantiene a la gente dormida en la
inopia, como si de un cuento de hadas (de ahí el título) se tratara.
Las revoluciones bajan notoriamente en la
oscura y melódica “All Of The Damned”, una canción excelente en el plano vocal
ya que Hansen saca a relucir sus tonos más graves y densos, algo que empasta a
la perfección con una letra que habla sobre la impotencia y la rabia que una
persona siente al ver lo mal que está su entorno. El título lo dice todo: el mundo está lleno
de condenados, no por castigo divino, sino por ignorancia inducida. La guinda a
este temazo lo pone el colosal solo de guitarra, cuyo despliegue de técnica es
abrumador.
Tras un interludio breve pero épico
titulado “Rising Of The Damned” donde no faltan arreglos orquestales, la
batería irrumpe para anunciar la llegada de “Gods Of Deliverance”, un tema de
Power Metal clásico cuyo groove y estribillo agresivo te dejarán boquiabierto.
Hansen apuesta aquí por un tono más áspero y melódico, lo cual le dota de un
mayor dramatismo. No puedo pasar por alto del vibrante duelo de solos que
encontramos en esta pista y que da más credibilidad a una pista ya de por si
convincente.
El momento lacrimógeno del disco lo pone
“Farewell”, una balada profunda y alejada de las pomposidades de las Power
Ballads que por aquellos tiempos veían la luz. El tono dramático y de despedida
del tema se acentúa cuando emerge sorprendentemente la voz del bueno de Hansi Kürsch (Blind Guardian) en las
voces añade una emoción tremenda
Tras la calma es hora de que la tormenta
vuelva a estallar. En esta ocasión “Salvation’s Calling” es la bomba elegida
para dejarnos sin habla durante varios minutos. Vuelve el doble bombo, los
riffs afilados y esos coros épicos que tanto nos gustan. Tampoco debo dejar de
mencionar el solo tan melodioso y complejo que encontraremos aquí, aportando
algo más de luminosidad. Adoro la reivindicativa letra que Hansen introduce
aquí, invitando al oyente a escuchar la voz interior y el instinto a la hora de
moverse por la vida.
Hora de un clásico mayúsculo como “Land Of
The Free”, himno sobre la libertad en todas sus manifestaciones (personal,
social, espiritual, artística,…) que la banda ejecuta con una convicción
arrolladora. Power Metal de máximo nivel con una adictiva transición sonora de
unos versos reposados a uno de los mejores estribillos en la historia de este
subgénero. La progresión musical que encontramos aquí me parece sobresaliente.
"Muy alto, en el borde del mundo
Estamos buscando gloria y paz
Cuando llegue el momento, veremos
Nuestro regreso a la tierra de los
libres."
Cogemos algo de aire con el interludio
celestial titulado “The Saviour” que ofrece algo de calma antes de que la
complejísima “Abyss Of The Void” saque a relucir la faceta más progresiva e
intrincada de Gamma Ray. A lo largo de sus seis minutos de extensión
encontramos momentos lentos, pero también otros más pesados y progresivos que
empastan a la perfección con una letra que habla sobre el abismo interno que
todos tenemos. Un canto crudo sobre la oscuridad interior que todos escondemos.
Hansen canta con un dramatismo casi operístico, apoyándose sabiamente en coros
de categoría que dotan de más teatralidad al número.
El tema más alegre del álbum llega de la
mano de “Time To Break Free”, una adictiva pieza de Metal pegadizo en el que
Kai Hansen comparte tareas vocales con el mismísimo Michael Kiske, su gran
amigo y también ex Helloween en aquel momento. La mezcla de ambas voces, unida
al luminoso puente-estribillo que esta canción posee la convierten en una de
mis preferidas de todo el LP.
“Afterlife” se encarga de ofrecer el final
perfecto a un álbum de esta categoría, apostando por un ritmo lento, épico y
sombrío haciendo una especie de síntesis de todo lo escuchado. Un pequeño
réquiem que, en vez de cerrar con una explosión de Power Metal, apuesta por un
tono más denso.
CONCLUSIÓN
No me parece un disparate afirmar que
“Land Of The Free” es uno de los mejores álbumes que nos ha dado el Power
Metal. Después de varios álbumes donde trató de encontrar su sonido, Gamma Ray
encontró su propio estilo y lo materializó en una colección de canciones que ya
son historia del subgénero. No hay relleno. Todo está medido, pensado, pero
tocado con el corazón. Un álbum sobresaliente con el que volvemos a reivindicar
la figura de Kai Hansen como un genio absoluto del Metal.

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