El paso de las décadas ha demostrado que, más allá de ser pioneros del llamado Rock Cristiano y de su inconfundible estética negra y amarilla, Stryper esuna de las bandas más trascendentales de la escena americana, y un claro ejemplo de fidelidad a sus principios musicales e ideológicos. Gran parte de esta constancia probablemente se deba a la inquebrantable alianza entre Michael Sweet, Robert Sweet y Ox Fox, quienes, desde 1983, han forjado una carrera sólida con un buen número de álbumes de alto nivel que han convertido a la banda en una leyenda. Hace apenas dos años, el cuarteto dejó claro su enorme nivel con el notable “The Final Battle” (2022), un LP con el ADN de Stryper presente en cada rincón, en el que, junto al bajista Perry Richardson, volvieron a demostrar su maestría.
Ahora, con su duodécimo
álbum, “When We Were Kings”, el grupo sigue fiel a su esencia. Tanto la portada
como el contenido lírico sugieren que no se alejan de su fe. Aunque, como ateo,
me cuesta valorar este aspecto, puedo entender que los creyentes habrán
apreciado la ilustración elegida. Por otro lado, Michael Sweet vuelve a
encargarse de la producción, algo digno de aplauso dada la excelente labor que
ha venido desempeñando en los últimos trabajos de la banda.
La obra arranca con la ya
conocida “End Of Days”, lanzada como primer single. Esta canción nos presenta
la faceta más veloz y casi powermetalera del grupo, una de mis favoritas de
este conjunto inmortal. Como suele ocurrir cuando Stryper acelera el ritmo, la
calidad de la canción se eleva aún más con una sección instrumental frenética,
donde las guitarras gemelas brillan en todo su esplendor. Un inicio
sobresaliente para abrir el disco.
A continuación,
“Unforgivable” nos arrolla con un ritmo pesado y 100% metalero, evocando
grandes éxitos como “To Hell With The Devil”. Aquí es imprescindible destacar
el excelente estado vocal de Michael Sweet, quien sigue manteniendo su registro
agudo y potente. La letra es más profunda de lo esperado, abordando el tema del
arrepentimiento y el perdón eterno.
La homónima “When We Were
Kings” capta nuestra atención desde el primer acorde, con un sonido compacto y
ochentero que rememora los mejores tiempos de la banda. Aunque el estribillo no
es tan impactante al principio, mejora con cada escucha. El solo de guitarra,
ejecutado por ambos guitarristas, es el gran protagonista, ofreciendo un duelo
de punteos que destaca en el álbum.
Las guitarras acústicas
emergen por primera vez en “Betrayed By Love”, una balada melódica que explora
el dolor de la traición y la pérdida de confianza. A diferencia de otras
canciones lentas, esta pieza transmite una calidez genuina, en gran parte gracias
a la emotiva interpretación de Michael Sweet.
En un registro más
pausado, “Loves Symphony” combina melodías de guitarras que evocan el sonido de
los álbumes ochenteros de Stryper, pero con arreglos modernos que le otorgan
cierta atemporalidad. Aunque no innova demasiado, cuenta con un buen estribillo
y una sólida sección de solos.
Si buscas una dosis de
energía, “Trinity” no te decepcionará. En solo cuatro minutos, Stryper nos
ofrece un potente tema de heavy metal con influencias tanto de su pasado
glorioso como de sus producciones más recientes. El estribillo, con coros que
acompañan a Sweet, es uno de los más destacados del álbum, y el duelo de solos
hacia el final añade un toque memorable.
El contraste llega con
“Rhyme Of Time”, que reduce la velocidad y apuesta por melodías sencillas. Sin
embargo, en esta ocasión la canción no logra convencerme del todo. Por suerte,
la siguiente pista, “Raptured”, recupera las guitarras contundentes y el característico
toque desafiante de Michael Sweet. La transición entre el puente y el
estribillo es especialmente destacable.
“Grateful”, el noveno
tema, es una balada que ya habíamos conocido como single, pero que no termina
de impactarme. Aunque tiene buenas intenciones y melodías bellas, después de
varias escuchas, me parece algo artificial, sensación similar a la que me dejó
“Rhyme Of Time”.
Aunque “Divided By
Design” no es tan inspirada como otras canciones, su potente riff es innegable.
La letra, centrada en la polarización de la sociedad, aborda temas de
manipulación por parte de los medios y la política, ofreciendo un respiro en
medio de las habituales referencias religiosas.
El cierre del álbum con
“Imperfect World” es un gran acierto. Su energía constante, tanto en versos
como en estribillos, y una letra que, aunque reconoce los defectos del mundo,
también invita a confiar en un futuro mejor, hacen de esta canción un final adecuado.
CONCLUSIÓN
Los seguidores de Stryper
ya sabíamos qué esperar de “When We Were Kings”: riffs clásicos, estribillos
memorables, letras de contenido religioso y un despliegue instrumental notable.
Todos estos elementos, que han definido al grupo desde los ochenta, vuelven a
estar presentes en este LP, lo que nos deja enormemente satisfechos con su
legado. Aunque “The Final Battle” me parece un peldaño por encima, esto es, sin
duda, cuestión de gustos. En resumen, cuando Stryper hace lo que mejor sabe, es
difícil que decepcione.
Muy buen disco, aunque estoy totalmente desacuerdo en que "The Final Battle" era mejor.
ResponderEliminarDe alguna forma me queda el regusto de que, al igual que Saxon, UDO, Accept, etc, los últimos discos se podrían intercambiar temas entre unos y otros y no pasaría nada, se ha perdido eso que había en los 80s, que cada disco tuviera su identidad, ahora si hacemos un "grandes éxitos" desde "No More Hell To Pay" hasta este, seria totalmente uniforme y parecería un único disco, no se si me explico.
Por cierto enhorabuena por la estupenda labor que hacéis en esta página
Perdón, queria decir que estoy totalmente de acuerdo en que "The Final Battle" era mejor
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