Aunque su nombre a día de hoy no haya trascendido tanto como los de Iron Maiden, Judas Priest o Saxon, nadie puede ignorar la enorme importancia que los canadienses Anvil tuvieron a inicios de los 80, siendo una de las bandas más influyentes de dicha década. Tal vez, la posterior decadencia compositiva que experimentaron durante los años 90 (una etapa realmente oscura para el grupo) tuvo algo que ver con su actual falta de reconocimiento.
El caso es que, más de 40 años después de su fundación
podemos hablar de un nuevo lanzamiento de este trío liderado por el
incombustible Steve “Lips” Kudlow. “One And Only”, según afirma la banda en la
promo que han enviado a los medios, pretende “dejar de lado toda su faceta
moderna” para volver a explotar su faceta más cruda y furiosa. Veremos si la
icónica banda canadiense cumple con su cometido y es capaz de firmar un disco
que nos retrotraiga a los celebérrimos “Hard ‘N’ Heavy” (1981) y “Metal On
Metal” (1982).
Como si el tiempo no hubiera paso por nuestros
protagonistas, el disco arranca viajando al pasado glorioso del grupo con la
homónima “One And Only”, un corte con la distorsión y el espíritu de AC/DC que
nos ofrece un más que vibrante estribillo. Mejor me ha parecido la posterior
“Feed Your Fantasy” y su soberbio trabajo en el plano armónico de sus guitarras
que me ha recordado a los últimos LPs de Uriah Heep.
La faceta más sucia y dura de Anvil emerge en “Fight
For Your Rights”, un corte que roza el Speed Metal de Motörhead en el que el
bajo Chris Robertson cobra un protagonismo mayor que en otros números, sin por
ello dejar de destacar el excelso trabajo tras la batería de Robb Reiner, quien
apuesta acertadamente por el doble pedal en un número que engancha desde la
primera escucha. Por el mismo camino irá poco después “Dead Man
Shoes”, otro corte aceleradísimo que funciona bastante bien y que estoy seguro
de que convencerá a la mayoría de sus seguidores.
En medio de las dos últimas canciones reseñadas
encontramos “Heartbroken” y “Gold And Diamonds”. Me gusta mucho la primera por
su desaceleración rítmica hacia riffs más pesados y “sabbathicos” que se
adaptan bastante bien al registro actual de Kudlow. Por su parte, la segunda
cuenta con un ritmo más denso y amenazante que, si bien en los versos se siente
menos inspirado, segundos más tarde nos frece un estribillo de Heavy Metal
clásico que me enamoró desde la primera escucha.
La segunda mitad del álbum será iniciada por “Truth Is
Dying” uno de los temas que vieron la luz como singles de adelanto, y “Rocking
The World”. Ambas composiciones mantienen el patrón predominante de este LP: estructura simple con unos versos bien distorsionados que,
tras un puente breve, terminarán desembocando en un estribillo coral que,
dependiendo de la canción, repetirán más o menos veces. No son de mis
predilectas, pero tampoco me disgustan. Sin más.
Menos mal que “Run Away” logrará recuperar un poco el
nivel que creíamos perdido tras los dos números anteriores con una buena dosis
de Heavy con guiños al Rock ‘n’ Roll clásico y una letra ingeniosa. No me cabe
la menor duda de que esta es una apuesta segura para sus futuras giras.
Las guitarras iniciales de “World Of Fools” también captan
toda nuestra atención desde las primeras de cambio con un corte que evoca al
pasado más cumplidor de la banda, especialmente en ese épico estribillo, aunque
en su segunda mitad puede caer en la homogeneidad. Me gustaría resaltar los dos
solos que “Lips” se marca aquí, siendo, tal vez, lo que más resaltaría de la
composición.
Cuando pensaba que Anvil no iba a sorprender con nada
realmente vistoso a estas alturas de la escucha, el trío se saca de la chistera
la abrasadora “Condemned Liberty”, una canción sólida y cruda que tiene
papeletas para ser la mejor firmada por el grupo en décadas. Lips canta y toca
con rabia, mientras que Reiner y Robertson firman una base rítmica retumbante
que no cesará en ningún momento su agresión. El puente-estribillo coral y
dramático que aquí nos entregan funciona a las mil maravillas (lo he puesto en
bucle). Sin duda, la mejor canción del disco.
“Blind Rage” echa el cierre a partir de un atronador
ritmo de doble pedal que nos trae de vuelta la intensidad de Speed Metal que
tanto nos gusta. Lips lleva sus registros al límite de sus posibilidades,
apoyándose a su vez en unos coros omnipresentes que no dejarán de aparecer a lo
largo de la canción (se repiten un poco, la verdad).
CONCLUSIÓN
Sin ser ni mucho menos perfecto, algo que a estas
alturas de la historia era impensable, “One And Only” nos permite celebrar el
legado de Anvil gracias a 12 canciones atemporales en las que su esencia sonora
es más que palpable. Cierto es que hay varias composiciones que se sienten
menos inspiradas (hay algunas que yo hubiera quitado), así como tampoco se
puede obviar que la voz de Lips hace tiempo que dejó de sonar igual de
contundente que en sus mejores tiempos (¡nada raro teniendo en cuenta sus 68
añazos de edad!), pero eso no debe empañar el buen hacer de este grupo que, tal
y como prometió, no se ha olvidado de hacer Metal como el de los años 80.
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