Sin duda, una gran parte de la legión de seguidores de King Diamond sintió cierta aprehensión cuando, después de la abrupta separación de Mercyful Fate en su punto más álgido en términos de composición y popularidad, el icónico vocalista anunció un nuevo proyecto en solitario con su propio nombre, acompañado por dos exmiembros de Mercyful Fate, Denner y Hansen.
No obstante, las dudas pronto se
disiparon cuando en 1986 se lanzó "Fatal Portrait", una obra en la
que King Diamond y su banda se mantuvieron fieles al estilo característico de
Mercyful Fate, con sus cambios de ritmo abruptos. A pesar de ello, abandonaron
las letras satánicas en favor de temáticas más amplias, a veces materializadas
en extensos relatos de terror. A este nuevo enfoque se sumó la presencia de dos
músicos excepcionales: en primer lugar, el destacado guitarrista Andy LaRocque,
quien desde el principio aportó una dosis extra de destreza técnica al conjunto
y, con el tiempo, se convertiría en uno de los mejores colaboradores de King
Diamond. Por otro lado, estaba el legendario Mikkey Dee (aunque en ese momento
nadie podía prever lo que haría años más tarde con Motörhead), quien ya estaba
empezando a forjarse una reputación como un baterista impresionante.
Con una base de fanáticos
sólidamente establecida y una ambición en constante aumento, King Diamond llevó
a su banda a los Sound Track Studios de Gotemburgo para dar vida a lo que se
convertiría en su proyecto más personal y, como muchos saben, su obra más
querida: "Abigail".
UNA MACABRA OBRA CONCEPTUAL
Como ya había comenzado a
demostrar en “Fatal Portrait” con la extensa “The Candle”, King Diamond veía en
este nuevo proyecto la posibilidad de narrarnos historias de terror a través de
algunas canciones. Fue tal su ambición que “Abigail” terminó convirtiéndose en
una totalmente conceptual, dando inicio así a lo que terminaría convirtiéndose
en una especie de rutina con la llegada de cada nuevo LP del grupo.
Aunque hay numerosos saltos
temporales durante el desarrollo de la obra, la historia básicamente nos cuenta
los infortunios de una joven pareja, Miriam Natias y Jonathan La Fey, quienes
se mudan a una mansión que Jonathan heredó. Antes de llegar a la propiedad, se
encuentran con siete jinetes que les advierten que quizás deberían considerar
marcharse del lugar. En su primera noche en la mansión, Jonathan tiene un
encuentro sobrenatural con el fantasma de su antepasado, el Conde La Fey. El
conde le revela la historia de Abigail, una niña que nació muerta el 7 de julio
de 1777, cuyo espíritu reside dentro de su esposa Miriam, que en ese momento
está embarazada. Esta historia ya había ocurrido en el pasado: la esposa del
conde también estaba embarazada y llevaba en su vientre al malévolo espíritu de
Abigail, pero el conde la arrojó por las escaleras, lo que resultó en la muerte
de la criatura no nacida.
Al día siguiente, Jonathan
considera repetir el acto de su antepasado al pensar en empujar a su esposa por
las escaleras, alentado aparentemente por Miriam. Sin embargo, cuando llega a
las escaleras, es Miriam quien empuja a Jonathan, ya que ella había sido
poseída por el espíritu de Abigail. Miriam da a luz a Abigail, pero no
sobrevive al parto. Cuando los siete jinetes llegan, encuentran a la recién
nacida Abigail devorando el cuerpo de Miriam. Al final, Abigail es enterrada
viva en una escalofriante ceremonia, siendo clavada en su ataúd con estacas de
plata para evitar que cause más mal en el mundo.
OTRA PORTADA PARA LA HISTORIA.
King Diamond puede presumir de tener
algunas de las portadas más famosas de la historia del Metal. La de “Abigail”
es, probablemente, la que más ha trascendido y, aprovechando la ocasión, me
gustaría rescatar unas declaraciones que hizo el líder del grupo sobre cómo se
fraguo esta ilustración tan simbólica dentro del género:
“Los diseñadores hicieron esa
portada tras haber leído las letras y haber escuchado la música, no es una
pintura que ya existiera. La idea es que ellos intuyeron muy bien la historia y
la plasmaron en la pintura. Mucha gente me escuchó por primera vez con ese
disco, la portada ya va creando el ambiente necesario para que el oyente vaya
entrando en materia. Todo el mundo me comentaba que les había dado miedo el
dibujo y también la música. La combinación entre la portada y la música es
perfecta, es todo un producto que hay que presentar al público” King
Diamond para Roadrunner (2010).
EL DISCO
Después de una introducción
atmosférica con teclados y voz distorsionada titulada "Funeral", el
primer golpe contundente llega con la canción "Arrival", un tema con
un ritmo persistente y algunos momentos melódicos en los que el talentoso
cantante danés muestra su distintiva versatilidad vocal, que a menudo genera
opiniones encontradas. King Diamond emplea esta versatilidad para dar a cada
canción un tono teatral. Hacia la mitad de la canción, la guitarra de LaRocque
introduce un riff monumental que marca el comienzo de una segunda mitad que
podría considerarse uno de los momentos más destacados de todo el álbum, tanto
por la habilidad instrumental como por el propio King.
Sin tiempo para descansar,
"A Mansion In Darkness" comienza con un ritmo tan rápido que roza el
Speed o el Power Metal, resultado de la increíble química entre Andy y el genio
de la batería llamado Mikkey Dee, quien ya estaba ganando méritos para unirse a
Motörhead. Admiro cómo LaRocque puede crear riffs contundentes y, al mismo
tiempo, sorprendernos con solos devastadores (el solo de esta canción está
entre los mejores de su carrera, sin duda).
La elección acertada de "The
Family Ghost" como sencillo del álbum es evidente. La canción roza la
perfección, ya sea por su riff principal, las variaciones vocales de Diamond
(que nos tiene reservada una sorpresa al final del álbum), o la segunda mitad
más técnica en la que LaRocque y Denner brillan con sus guitarras gemelas. Es
un verdadero punto culminante.
La numerología y el esoterismo,
dos temas de gran interés para King Diamond, son prominentes en la demoledora
"The 7Th Day Of July 1777", una canción que encapsula todos los
elementos característicos de su sonido. Destaco la técnica vocal de King en el
extenso estribillo (mantener ese tono agudo sin decaer es todo un desafío). El
nuevo solo de Andy es la guinda del pastel. En resumen, una canción redonda.

Puede que los registros vocales
peculiares de King Diamond no sean del gusto de todos, pero es difícil no
admirar su despliegue vocal en "The Posession". Pocos cantantes
pueden crear tres registros completamente diferentes para representar a tres
personajes en la trama. La instrumentación se vuelve más macabra y
distorsionada hacia el final, creando una canción impredecible y fascinante.
Andy LaRocque, al menos en mi
opinión, es uno de los guitarristas que mejor ha incorporado escalas arábigas
en el mundo del metal. La canción homónima "Abigail" es una
exhibición de su destreza, con momentos en los que recorre el mástil con notas
orientales, mientras King Diamond entrega agudos escalofriantes que coinciden
con el clímax de la trama: Jonatan contempla la posibilidad de asesinar a
Miriam para evitar el nacimiento de Abigail.
"Black Horsemen" sirve
como un cierre perfecto para esta trama macabra. A lo largo de sus siete
minutos y medio, la banda rompe con el caos sonoro que ha prevalecido en todo
el álbum para ofrecer una pista más lenta en la que las guitarras acústicas
tienen un papel destacado. La introducción instrumental es exquisita, con
arpegios entrelazados entre Denner y LaRocque, y la canción se vuelve más densa
hacia el final. Líricamente, aquí se desarrolla el desenlace de la historia,
con la muerte de Jonatan, el nacimiento de Abigail, la muerte de su madre y la
llegada de los jinetes.
CONCLUSIÓN
No cabe duda de que este álbum no
es apto para todos los oyentes debido a las peculiares características
estilísticas de este vocalista. Sin embargo, para aquellos que somos seguidores
de su legado, reconocemos que esta obra no es de menor importancia en la
carrera del maestro danés.
"Abigail" fue una obra
fundamental para King Diamond, ya que demostró que las buenas sensaciones que
había logrado con su álbum anterior, "Fatal Portrait", no eran
resultado de la casualidad ni de la suerte. Era un desafío considerable
alejarse del estilo que había practicado hasta ese momento con Mercyful Fate y
adoptar una propuesta más clásica sin perder su identidad, pero King Diamond
posee un talento único.
Pronto llegarían otras dos obras
aclamadas, como la siniestra "Them" y "Conspiracy", pero
fue con "Abigail" que King Diamond se consolidó como una banda con un
lugar asegurado en la eternidad del metal.
Comentarios
Publicar un comentario