“Radiance” es una memorable celebración del Hard-Rock en su versión más pura y atemporal. Indiscutiblemente The Dead Daisies, con un colosal Glen Highes a la cabeza, nos han hecho uno de los mayores regalos musicales de 2022.
Sin desmerecer en ningún momento a sus primeros álbumes, donde podemos encontrar canciones sobresalientes que escucho con bastante frecuencia, siento que fue con el aclamado “Holy Ground” (2021), su más reciente obra hasta hace pocos días, con el que este supergrupo terminó por consolidarse. El motivo de este logro tan merecido residió en la incorporación fundamental, tras la salida de John Corabi, del mismísimo Glenn Hughes, apodado por muchos como “la voz del Rock”, para ejercer las labores vocales y, por supuesto, de bajo. Esta jugada maestra de su líder, el gran David Lowy, permitió asentar el proyecto en una situación de popularidad bastante cómoda. Y es que creo que el grupo ha ganado en calidad (sin menospreciar a Corabi y sus álbumes) desde que Hughes se incorporó a la nave.
¿Qué tienen de especial los Dead Daisies?
Principalmente una formación estelar (podríamos hablar de un supergrupo fácilmente) con nombres propios del Hard-Rock como los ya mencionados Glenn Hughes (Deep Purple/Trapeze/Black Sabbath) y David Lowy, así como todo un guitarrista de altura como Doug Aldrich, quien nos ha maravillado en infinidad de proyectos entre los que podemos destacar a Dio o Whitesnake, y el batería Brian Tichy, quien también ha trabajado para la “serpiente blanca” o para el mismísimo Ozzy Osbourne. Con semejante elenco experimentado resulta imposible no sentir interés por escuchar su nuevo álbum.
Otro elemento que me encanta de estos veteranos es su amor absoluto por el Rock, al cual siguen nutriendo con canciones enérgicas en las que se percibe una enorme maestría, así como mucha diversión experimentada por sus miembros a la hora de grabarlo. No siempre escuchamos grupos tan sinceros como este.
Para todos aquellos que sentimos un gran cariño por estos músicos y por este tipo de composiciones es, por tanto, un motivo de alegría el hecho de poder estar hablando en este escrito de un nuevo lanzamiento con su firma. El LP en cuestión recibe el nombre de “Radiance” y está conformado por un total de 10 canciones completamente nuevas que han sido producidas, una vez más, por el ya habitual Ben Gosse.
¡Veamos que nos han traído estos cuatro gigantes!
¿Cómo se te queda el cuerpo cuando entran en escena
los contundentes riffs de la inicial “Face Your Fear”? Indudablemente el
cuarteto ha apostado por hacernos alucinar desde el tema inicial. Una pieza de
hiriente Hard-Rock a medio gas cuyas guitarras van machacándote al mismo tiempo
que la estelar voz de Glenn Hughes avanza con calma en los versos para
desgañitarse algo más en el pegadizo estribillo (casi al final del número
sacará a pasear sus primeros agudos magistrales). El primer golpe ha sido
certero.
Tras invitarnos a “hacer frente a nuestros miedos” el
siguiente título nos sugiere ahora que “nos hipnoticemos” (¿hay un mensaje
subliminal en todo esto?). “Hypnotize Yourself” posee en su inicio y en varias
secciones posteriores una sucesión de riffs que recuerda enormemente a los de
la factoría de los hermanos Young (AC/DC), aunque en los versos imperen los
arpegios y arreglos más melódicos. Hughes sigue dándonos argumentos para
justificar ese apodo de “la voz del Rock” con una interpretación exquisita en
la que combina momentos tranquilos con rugidos incendiarios. El solo de
guitarra tampoco debe pasarse por alto, así como su estribillo que no para de
recordarme al del tema “Cochise” de Audioslave (¡tremendo clásico!).
Si el cuerpo te pide emociones fuertes disponte a
escuchar “Shine On”, una pieza más acelerada que sus predecesoras en la que las
guitarras y la batería muestran sus garras al oyente, mientras Hughes se deja
llevar por su propio instinto para bordar una interpretación hipnótica en cuyos
estribillos no dudará en inyectar unos agudos que dejan a cualquiera
patidifuso. Por si todavía era insuficiente, Doug Aldrich se encargará de poner
la guinda al pastel con un cortante solo de guitarra en el que imprime esa
técnica que tanto nos gusta.
El bajo de Glenn nos golpea sin piedad en el
tema-título, un corte donde aparecen, por fin, esas influencias de Soul y Blues
que Hughes sabe elevar al máximo exponente de clase con una voz por la que el
tiempo no ha pasado, pero también de Heavy Metal cavernario en esas secuencias
de riffs que recuerdan a las de los primeros Black Sabbath. Un corte creado
para hechizar al oyente tanto por la exhibición vocal como por el desarrollo
instrumental (una vez más me quito el sombrero ante el solazo de Doug).
Cuando escuché por primera vez “Born To Fly” tuve que
volver a mirar la carátula del álbum ya que no sabía si se trataba realmente de
un disco de los Dead Daisies o de la Black Country Comunion, ese proyecto que
Glenn Hughes compartió con otros tres genios como Joe Bonamassa, Jason Bonham y
Derek Sherinian. Rock Clásico en el que la batería parece incluir pequeños
golpes de cencerro durante los puentes antes de que entre un estribillo más
para el recuerdo. La canción puede estar entre las mejores de todo el plástico
por su solidez, por la elegancia y contundencia que es capaz de concentrar y,
por supuesto, por Mr. Hughes.
“Kiss The Sun” se muestra algo más densa y oscura que
sus predecesoras, especialmente debido al desarrollo instrumental que lideran
ambas guitarras. La voz de Hughes, impresionante como siempre, se escucha algo
más distorsionada en unos versos cuanto menos anecdóticos. Tal vez necesites un
par de escuchas para captar su esencia, pero ya os digo yo que termina
convenciendo.
Podría decirse que cualquier canción de este álbum
podría haber formado parte de alguno de los álbumes solistas de Hughes,
especialmente en aquellos más destacados como “Soul Mover” o el más reciente
“Resonate” (alguno, incluso, hubiera encajado perfectamente en el catálogo de
la Black Country Comunion). Esta idea ronda con más intensidad en mi cabeza
cuando escucho las líneas funkies que las guitarras dibujan en los versos y el
estribillo de “Courageous” (viajé directamente a los años de Glenn con Deep
Purple). Tampoco se quedan atrás la interpretación vocal o el correspondiente
solo, aunque este último se queda algo corto. A título personal este ha sido
uno de mis cortes preferidos tras las sucesivas escuchas, lo cual cobra más
sentido si os confieso que adoro “Burn” y “Come Taste The Band” de Purple.
¿Y qué se puede decir del giro de 180 grados que impone “Cascade”? Nadie veía venir a estas alturas del álbum un corte con reminiscencias Doom gracias a sus diabólicas guitarras (¿Iommi, eres tú?) que nos hacen pensar aún con más fuerza en Black Sabbath, conjunto en el que, por cierto, Hughes militó brevemente para grabar el deficiente “Seventh Star” (si esta “Cascade” suena mejor que la mayoría de canciones del mencionado álbum de los de Birmingham se dice y no pasa nada). Los pequeños detalles de triángulo (si no es un triángulo es un instrumento muy parecido) que Tichy incluye en algunos versos son tan sorprendentes como bárbaros.
Si bien en los primeros compases parece que “Not Human” quiere arrancarte la cabeza con esos riffs machacones, pronto el corte terminará moviéndose por unos derroteros más melódicos en sus versos que solamente volverán a ganar en contundencia en un estribillo sencillamente perfecto (¡no dejéis de escucharlo!) tanto por Hughes como por la potencia con la que Tichy golpea su kit. Justo antes de que se inicie el solo de turno, entra en juego un nuevo riff malintencionado que me encanta y al que, tal vez, podían haber dado algo más de juego a lo largo de la canción. No obstante, estamos ante otro acierto en toda regla que nos deja muy claro que, como dice su título, estos tipos “no son humanos”.
La escucha termina manteniendo el nivel de calidad,
aunque musicalmente hablando apueste por algo completamente diferente. “Roll On”
nos hechiza con unas guitarras acústicas y arenosas que van elaborando una base
melódica y lúgubre sobre la que, como no podía ser de otra forma, Hughes se
desenvuelve como pez en el agua, vocalizando con total libertad y llegando a
notas inaccesibles para la mayor parte de los humanos. Tanto el solo como la
pista general de guitarras es de una elegancia asombrosa.
CONCLUSIÓN
Inicio la conclusión yendo directamente al grano: The Dead Daisies han firmado, en materia de Hard-Rock, uno de los mejores álbumes de 2022.
Era de esperar que con “Radiance” el cuarteto tratara de dar continuidad a las fórmulas y el buen hacer que funcionaron de lo lindo en “Holy Ground”. Lo que no teníamos del todo claro era si lograrían alcanzar el mismo nivel de magia y frescura que su predecesor, algo que, para alegría de todos, ya os digo yo que han logrado sobradamente.
Las secciones instrumentales, además de apoyarse en
una producción más que notable, suenan sobradamente bien, incluyendo gran
cantidad de detalles distintivos en cada una de las piezas sin por ello
alejarse de su propia esencia sonora. No obstante, el amo y señor del LP, como
os podéis imaginar, es el mismísimo Glenn Hughes, cuya voz se mantiene
completamente inalterable (¡NO ME CREO QUE TENGA 71 AÑOS!). Este icono
desembarcó en el grupo para aportar su clase y tratar de consolidar al grupo
como uno de los grandes fenómenos del nuevo milenio. “Radiance” es una memorable
celebración del Hard-Rock en su versión más pura y atemporal y, como ya se ha
dicho, uno de los grandes regalos musicales de 2022.
Todavía es muy pronto para decir si es mejor o no que “Holy Ground”, pero en unos meses no os niego que podría ubicarlo por encima de este. Lo que SÍ es definitivo es que “Radiance” es un LP digno de sobresaliente y de todos los halagos que se os ocurran.
¡Larga vida a estos genios! ¡Larga vida a Glenn
Hughes! ¡LARGA VIDA AL ROCK!
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