
Seguramente no soy el único seguidor del grupo que
siente que desde “The Resistance”, el grupo británico no ha sido capaz de
lanzar un álbum que realmente mantenga un nivel más o menos alto de principio a
fin. Por supuesto que “The Second Law”, “Drones” y, en menor media, “Simulation
Theory” (necesité meses para digerirlo, pero con el tiempo también le
encuentras cosas muy interesantes) ofrecen temas de una calidad indudable, pero
resultan algo más irregulares si los comparamos con el mencionado “The
Resistance” o “Absolution”, por ejemplo.
“Simulation Theory”, con sus luces también, fue una
obra difícil de digerir por su, tal vez, excesivo deseo por acercarse a sonidos
de un calado más mainstream, un error en el que no vuelven a caer en
esta ocasión ya que, afortunadamente, este trío liderado por un genio absoluto
como Matt Bellamy, erudito compositor y letrista, se ha sacado de la chistera
en 2022 un trabajo compacto titulado “Will Of The People” creado bajo el
pretexto de ofrecernos sus reflexiones sobre este mundo cada vez más corrompido
por las desigualdades, las guerras y por una intolerancia cada vez mayor, por
no hablar de otros aspectos más relacionados con el medio ambiente. Esta
fatalidad lírica se inyecta en una colección de 10 piezas que suenan frescas y
en las que podemos encontrar momentos novedosos, o menos habituales en su
catálogo, escondidos entre otros más propios del ADN de uno de los grupos más
populares del Siglo XXI.
Rousseau, la voluntad del pueblo y Muse.
Tampoco “Simulation Theory” fue su trabajo más pulido
en el ámbito lírico, aludiendo de una manera algo superficial elementos como la
realidad virtual. Frente a esta temática más “fantástica”, Bellamy ha querido
que todas las canciones, de manera más o menos explícita, inviten al oyente a
plantearse su rol en la sociedad y su capacidad para ejercer como agente del
cambio frente al deseo de unos pocos. Es por ello que hayan elegido el título
“Will Of The People”, que se traduciría como “Voluntad General”, un término que
fue acuñado por el popular filósofo Jean Jacques Rousseau en su libro El
Contrato Social (1762) precisamente para hablar del poder del pueblo (la
democracia como tal) frente al de un monarca o a un ser de clase “superior”.
LA MÚSICA
Directo y al grano. Así abre el álbum gracias a la
eléctrica “Will Of The People”, una pieza colorida y pegadiza a más no poder
(no tardarás, querido oyente, en animarte a corear el repetitivo estribillo del
número) en la que se reivindica desde la letra el poder de las masas para,
mediante la solidaridad, hacer frente a los intereses egoístas de las clases
poderosas. Algo que reluce desde este primer corte es la excelente producción y
la enorme cantidad de arreglos que aportan más riqueza al resultado final.
Como segundo plato tenemos la no menos inolvidable
“Compliance”, una canción en la que se imponen ahora los teclados y la batería
electrónica, acercándonos más a los Muse en su faceta de Pop-Rock Alternativo.
Bellamy sigue manteniendo el mismo tono de voz que en sus inicios, brillando en
el elegante estribillo que parece también estar relacionado con el tema
abarcado en el tema inicial (“Sólo necesitamos tu conformidad/ No sentirás más
dolor/ No habrá más desafíos”). Me gusta, además, el breve giro que imponen los
teclados a mitad del número y que preceden a un par de agudos muy finos de
Matt.
Tras dos números animados es la hora de la primera
gran balada del disco. “Liberation” nos permite disfrutar de esa faceta más
teatral de Muse que tanto recuerda a Queen (es una de las piezas más parecidas
que han lanzado en su carrera) y que ha servido para crear grandes hits del
conjunto. Precioso número en todos los planos, con especial mención para
Bellamy al micrófono (una voz preciosa) y al piano, a las armonías corales que van
surgiendo a lo largo de la pista y un par de intervenciones especialmente logradas
de Christopher al bajo. Acierto pleno que deja cierto regusto a “United States
Of Eurasia”, algo que nunca puede ser visto como negativo, ya que hacía un
tiempo que no escuchábamos una pieza de este calibre en la discografía del trío.
Desde que pudimos escuchar un pequeño fragmento de “Won’t
Stand Down” el pasado día de Navidad, gracias a un directo de Matt Bellamy con
su hijo, supimos con certeza que este iba a convertirse en uno de los números
más rompedores y eléctricos en la historia de Muse, algo que pocas semanas
después se confirmaría cuando vio la luz como primer avance del álbum. Los
versos más densos y alternativos sufren un inesperado giro de 180 grados con la
entrada de un enfermizo riff de guitarra sobre el que pronto se erige uno de
los estribillos más recordados de los últimos tiempos, en el que Matt acelera
su forma de cantar mientras las guitarras y los teclados lo llevan en volandas
hasta el final del mismo. La mayor ruptura de esquemas se produce sobre el
minuto 2:22, cuando de la nada se marcan una especie de breakdown metalero con
gritos (sí, estamos hablando de Muse), una batería incendiaria de batería y una
guitarra punzante completamente inesperadas tratándose de un grupo como este.
La acogida que ha recibido en los primeros conciertos de su nueva gira ha sido
alucinante, lo cual da la razón a estos británicos sobre esta pequeña incursión
más Heavy (¡ya os digo yo que en este álbum hay otro número similar!).
Sin la grandeza y la ambición de “Liberation”, pero
con un resultado notable y que engancha con el paso de las escuchas, “Ghost
(How Can I Move On)” emerge ante nosotros como la segunda balada del disco. Con
un tono más accesible y minimalista, Bellamy se pone en “modo meloso” y nos
entrega, ayudado por su piano, una soberbia interpretación vocal.
Turno de subir un poco las revoluciones con la pegadiza “You Make Me Feel Like It’s Halloween”, otro número con todas las papeletas para acabar convirtiéndose en un hit del grupo. Ciertamente, el protagonismo absoluto de los sintetizadores y el feeling ochentero que esconden algunas secciones se acercan más al “Simulation Theory” que cualquier otro número del LP, aunque esto no es en absoluto una mala señal. Pieza divertida y rompedora por completo. Líricamente tengo la sensación de que el conjunto alude a una relación de pareja abusiva en la que una persona se siente sometido a un maltrato asfixiante.
Como en “Won’t Stand Down”, el trío nos deja
boquiabiertos con otra incursión en los terrenos metaleros con el tema “Kill Or
Be Killed”, en el cual la guitarra de Bellamy, quien también se muestra
sobresaliente al micrófono, toma mucho protagonismo de la mano de esos riffs y
punteos más distorsionados que de costumbre y que a mí, particularmente, me han
hecho recordado a aquellos primeros álbumes más explosivos del grupo, como por
ejemplo a “Cave” del “Showbiz” o “Dead Star”. Una autentica sorpresa positiva
para los oyentes de toda la vida y que, seguramente, en los últimos trabajos
del grupo habían echado en falta un par de piezas de este calibre.
Como si fuera una segunda parte de “Hysteria”, al
menos en el título, llegó el turno de desatar la “Euphoria”. Y es que este título
le viene al pelo a un número tan dinámico como este. Dominic Howard invita a la
multitud a seguir con palmas sus pegadizos golpes de bombo mientras los
sintetizadores y golpes de guitarra de Matt introduzcan una pieza de Rock
radiofónico que termina por explotar en un estribillo clásico y para el
recuerdo. Si “Knights Of Cydonia”, “The Times Is Running Out” y “Bliss”
hubieran tenido un hijo, seguramente se parecería a este numerazo que tantas
garantías da para convencer en directo.
Aunque parezca mentira, llegamos al final del LP ya
mismo. La elegida para despedir al oyente es “We’re Fucking Fucked”, una
composición de Rock Alternativo con cierto tono dramático en su trasfondo musical
y lírico. Bellamy nos advierte en la última letra que estamos “jodidamente
jodidos” ante tantas amenazas que rodean a la humanidad (crisis sanitaria,
económica, ambiental,…). Hay un cambio rítmico en la segunda mitad del corte (minuto
) iniciado por la rabiosa guitarra de Matt y que es seguida por unos coros
operísticos que van aportando mayor dramatismo al resultado final. Un último
reconocimiento aquí para el bajo de Mr. Wolstenholme, quien construye una base
estelar, así como para esos saturados sintetizadores que golpean nuestros
tímpanos en el estribillo.
CONCLUSIÓN
Podría decir muchas cosas sobre “The Will Of The
People”, pero por acortar este cierre creo que las sensaciones al escucharlo es
que este es el mejor, y más completo, trabajo del ambicioso trío británico
desde “The Resistance”.
Combinando la fórmula ganadora de sus mejores años con
algunos elementos sonoros aprovechables de sus dos últimos trabajos, así como
expandiendo aún si cabe más sus horizontes musicales, y añadiendo letras
interesantes obtienes un álbum compacto como “The Will Of The People”.
¡Tras treinta años en la cresta de la ola, todavía nos
queda Muse para rato!
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