Es genial estar de vuelta en el Blog rescatando uno de los lanzamientos más destacados que han visto la luz en este mes de ausencia. Si bien reconozco que Gojira no fue una banda que me convenció en la primera escucha (tampoco en la segunda y en la tercera) con el paso de los años descubrí la grandeza de estos franceses de la mano de “L’Enfant Sauvage” (2012), “From Mars To Sirius” (2005) o “Magma” (2016) y el porqué de la fama internacional de la que este cuarteto goza. Su forma de hacer Metal destructivo cual bomba atómica, la potencia de las guitarras, el bajo tan efectivo de Labadie (por no hablar de la manera en que vive cada actuación), la voz del señor Joe Duplantier (no pasan los años por él) y, por supuestísimo, la técnica atesorada por su hermano, Mario, que particularmente considero uno de los mejores baterías del milenio por su técnica tan personal y prácticamente imposible de imitar.
Cuando descubres la
grandeza del cuarteto es normal sentirte especialmente emocionado por escuchar
un nuevo álbum. Por ello, “Fortitude”, además de generar unas expectativas
previas muy altas, también despierta ilusión de ser escuchado. No obstante,
también este nuevo lanzamiento ha despertado la curiosidad de todos aquellos
seguidores que pudieron sentirse decepcionados tras el lanzamiento de “Magma”, un disco que rompió un poco con los
esquemas del conjunto y que no todo el mundo acogió con los brazos abiertos. Ya
les aviso que “Fortitude” tiene mucho de su predecesor.
¡Y me voy ya a pinchar
el disco!
Batería marcial, guitarras escupiendo delay y golpes
de bajo…no hay que ser muy listo para saber que se avecina una tormenta sónica
cortesía de una banda que sabe de sobra cómo dejarnos sin aliento. “Born For
One Thing” es un opener salvaje, lleno de armónicos, de muteados tras las seis
cuerdas y cambios que el oyente siempre agradece. Joe está enorme tras la voz,
con sus habituales efectos doblados en algunos instantes, así como ese genio de
la batería llamado Mario, quien sigue demostrando estar a un nivel de
excelencia difícil de igualar.
Si todavía quedaba alguna duda por tu cabeza en
cuanto a seguir con la escucha, tranquilo que “Amazonia” se encargará de
eliminarlas de tu mente. Por momentos los franceses parecen mutar en los
Sepultura del “Roots” para marcarse un número claramente inspirado en los
sonidos tribales y con una letra reivindicativa frente a la destrucción
indiscriminada del Amazonas, nuestro “gran pulmón”. Los riffs avanzan sin
piedad, con mucho mute, mientras Mario, una vez más, saca a relucir todo su
arsenal de recursos a la hora de romper los parches.
“Another World”, el primer adelanto que pudimos
disfrutar del disco, es un corte más cercano a lo que nuestros protagonistas
acostumbran, gracias a esas voces bien dobladas en los estribillos, ritmos de
cambio constante y, por supuesto, gran fuerza instrumental presente en todo
momento con su ADN progresivo que tanto gusta.
Me considero un enamorado de “Hold On” por su salto
de una introducción más atmosférica y pausada (curiosa la percusión de Mario) a
una rotura más Death de la mano de un incisivo golpe de guitarras. Estamos ante
un corte hipnótico y juguetón, ante un acierto que con los años presiento que
acabará teniendo la repercusión que merece.
El riff que abre “New Found” me sorprende siempre
que lo escucho ya que me retrotrae a los más salvajes Pantera (hay mucho Sludge
tras esas líneas de guitarra), que termina, eso sí, derivando en una canción reconocible
dentro de los patrones de Gojira. Me gusta mucho el estribillo tanto por la
sencillez de la estructura, como por lo aguda que suena la banda en ese
instante. Poco después de superar el tercer minuto de canción se erige sobre
nosotros un pequeño breakdown que sé que os va a encantar.
La homónima “Fortitude” es una bella y muy breve
pieza instrumental de clara inspiración tribal que actúa como introducción (de
hecho se construye sobre el ritmo principal de la pieza posterior) para la
sorprendente “The Chant”, una de las canciones más alejadas del catálogo del
grupo. Aquí hay Stoner, con un estribillo moderno y hasta celestial (mucho
valor a esos coros) que a más de uno habrá generado urticaria pero que a mí,
particularmente, me flipa muchísimo. No puedo dejar de nombrar los detalles
minimalistas que, durante los versos, Mario introduce con su instrumento sobre
unas líneas de guitarra sencillas (de hecho en algunos momentos se escucha algo
muy parecido al cowbell). Y hablando de guitarras…¿es eso un solo? Sí, querido
lector. Gojira ha lanzado una canción que incluye un momento solista bastante
logrado. Como en “Amazonia”, los franceses muestran su faceta más social y
lanzan un dardo envenenado hacia todos aquellos que han declarado la guerra a
los tibetanos.
Para los que querían algo más de caña, “Sphinx” les
entrará como una buena cerveza fresquita en un día de verano. Misil sin piedad
alguna que nos devuelve al Joe más cabreado y de voz rota. Las líneas de
guitarras son una gozada, con esos detalles de pick-scrape, técnica que ellos
practican mejor que nadie.
Proseguimos nuestro viaje con la peligrosa “Into The
Storm”, una canción que desde que fue lanzada como single me enganchó hasta
colocarla como una de mis preferidas del disco. Aquí hay mucho Thrash oculto
tras unos riffs de guitarra desgarradores que me recuerdan a los de los mejores
Kreator, pero con las voces tan distintivas de estos muchachos.
Me ha sorprendido también mucho (para bien) “The
Trails” por desmarcarse en sus cuatro minutos de extensión de todo tipo de
agresividad, para apostar por un tema de tintes experimentales, ritmos muy
cuidados y una voz rota de Joe que, particularmente, me fascina. Es extraña, lo
sé, pero con las escuchas sabrás valorarla.
No obstante,
el final de fiesta lo pondrá “Grind” de la forma más violenta posible.
Guitarras armónicas, una batería completamente explosiva y el bajo de Labadie
teniendo una presencia fundamental. Gojira nos embiste con un salvajismo propio
de años pasados, donde esconde miles de detalles tras esa distorsión férrea que
solo puedes percibir con el paso de las escuchas. Tras semejante despliegue
emerge un arpegio final que pone el broche de oro a un disco que,
particularmente, me parece de un elevadísimo nivel .
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