"Hay muy pocas bandas de Rock and Roll. Hay bandas de Rock, hay muchas bandas de Metal, hay mucha variedad, pero no hay bandas de Rock and Roll, excepto los Stones y nosotros" Malcolm Young
Cualquier seguidor medianamente fiel de AC/DC seguramente resumiría la trayectoria del grupo en los últimos años como “trágica”. Y es que, de 2014 hasta aquí, salvando la publicación de un buen disco como “Rock Or Bust” y la primera parte de la gira con Brian Johnson como cantante, todo han sido malas noticias: a principios de dicho año supimos de la avanzada enfermedad de Malcolm Young, su consiguiente retiro obligado y la incorporación de su sobrino Stevie Young (honor para este buen músico). Phil Rudd allá por noviembre también dejaría el grupo por diferentes problemas con la justicia, lo que terminó suponiendo el regreso de Chris Slade tras la batería (que, si bien no pongo en duda su calidad como músico, hay que reconocer que con los años ha perdido mucho nivel). En 2016 Brian Johnson, el increíble y querido vocalista del grupo, tenía que abandonar forzosamente la gira por unos problemas auditivos que lo acercaron a la sordera y que provocó la inmediata incorporación del polémico Axl Rose al grupo (hay que reconocer que se mantuvo en un plano secundario que le honra) para terminar el Rock Or Bust World Tour (solo estuvo fino en un par de fechas... ¡una de ellas en España!). Cuando el tour terminó, los rumores sobre la retirada del grupo, más aún tras la marcha de Johnson y el anuncio de retirada del bajista Cliff Williams, comenzaron a surgir con demasiada fuerza. Si faltaba algo para cerrar esta secuencia de catástrofes, el 18 de noviembre de 2017 el mundo del Rock lloró la muerte del bueno de Malcolm, quien terminó cediendo en su batalla contra una demencia degenerativa. Solo un mes antes había muerto, también, George Young, hermano de Mal y Angus y uno de los responsables del sonido y los primeros saltos de AC/DC. Con semejante panorama lo normal era dar por terminada la carrera del grupo...
vida, hay ocasiones en las que se cumple eso de que “tras la tempestad vendrá la calma”. En el funeral de Malcolm, ceremonia de la cual todavía veo fotos y me cuesta no romper a llorar, Angus, Brian, Phil y Cliff, los cuatro jinetes que tantos años (la mayor parte de la historia del grupo realmente) habían cabalgado junto a Malcolm (no incluyo aquí a Slade, Bon o Mark Evans por ello), acordaron reunirse junto a Stevie unos meses más tarde en Vancouver para, a partir de ideas originales de su compañero fallecido, grabar un nuevo disco de estudio que, como fue “Back In Black” con Bon Scott, rindiera tributo a Malcolm Young.
Y así fue. En el caluroso verano de 2018 se dispararon los rumores sobre la presencia del grupo en los ya habituales Warehouse Studios de la ciudad de Vancouver que terminaron por sembrar la locura entre los fanáticos del grupo cuando, como aparente prueba reveladora de las especulaciones, se liberaron una serie de fotos en las que se podía ver a Brian, Phil, Stevie y Cliff descansando en una de las terrazas de dicho recinto. Entre tanto, empezaron también a aparecer noticias diversas sobre el grupo como la aparente recuperación de Johnson de sus problemas auditivos gracias a un novedoso aparato que él mismo se ofreció a probar o la más que notable recuperación física y moral de Phil Rudd (¡además de sus dientes!).
Tuvo que pasar mucho tiempo, eso sí, para que volviéramos a tener noticias sobre el supuesto álbum nuevo de la banda. Hacia febrero de este año, con la filtración una imagen que parecía mostrar un set de rodaje de un nuevo videoclip, volvió a nacer la oleada de rumores que lideraron personalidades como Eddie Trunk, periodista americano, o el hiperactivo Dee Snider (este último cada semana tenía algo nuevo que decir sobre el álbum). Menos mal que a finales de septiembre, y con un panorama mundial cercano a lo catastrofista con la pandemia del Covid-19 que tantos muertos nos ha dejado y que ha cambiado nuestra forma de ver la vida, las cuentas oficiales del grupo recuperaron la actividad y mostraron el logo del grupo encendiéndose de nuevo como una especie de metáfora de que la banda más icónica del Hard-Rock (a las cifras de ventas me remito) estaba de vuelta. Esta confirmación oficial tuvo continuidad en los siguientes días con la aparición a escala mundial de carteles que anunciaban “Power Up” como el nuevo disco de un grupo resignado a marcharse por la puerta de atrás. Así fue como se fraguó uno de los discos más esperados de los últimos tiempos.
Un total de 12 canciones componen este disco producido, una vez más, por Brendan O’Brien y que cuenta, como ya sabrás, con riffs compuestos originalmente por Malcolm Young en colaboración con Angus (estos hermanos han facturado tantas cosas buenas...). En el oscuro 2020 recibiremos una dosis de electricidad que, al menos durante la duración de cada escucha, nos hará olvidarnos de la realidad. Con la ilusión propia de un niño cuando se dispone a abrir los regalos de Reyes, me toca dar paso de una vez al análisis “tema a tema” de “POWER UP”.
“Este disco es más o menos una dedicación a Malcolm, mi hermano. Es un tributo para él como "Back in Black" fue un tributo a Bon Scott.” Angus Young
REALIZE
¡La espera se terminó! Una secuencia de riffs de la inconfundible escuela Young permiten el paso de la eléctrica “Realize”, un corte que, de manera inequívoca, trae reminiscencias de la etapa del grupo comprendida entre los discos “Flick Of The Switch” y “Blow Up Your Video” por la manera en que este se desarrolla (parece por momentos que nos encontramos en una jam), pero con una producción más moderna y de guiños más melódicos que logran unos coros no tan habituales y unos punteos de guitarra, cortesía del señor Angus, que se esconden tras algunos versos. Y hablando de la dupla de guitarras, no puedo dejar de destacar la contundente forma en que ambas avanzan sin piedad, además del furioso solo de “Ang” que trae recuerdos de otros grabados en “Black Ice”. Mención especial para el retornado Brian Johnson y su conservada voz que se adapta sin gran sufrimiento a los diferentes retos que la canción supone.
¡LA QUE SE NOS VIENE ENCIMA!
"Tengo el poder de hipnotizar
Hacer un truco, hipnotizar
Siente los escalofríos arriba y abajo de tu columna
Voy a hacerte volar"
Medio tiempo con grandes dosis de rabia guitarrera y de batería que son endulzadas por un Brian Johnson muy experimentado que canta sin forzar excesivamente su voz y, ya de paso, se permite alargar algunas notas con falsete al final de los versos que le quedan genial. “Rejection”, en definitiva, podría ser un tema de “Black Ice” por su regusto más contemporáneo, pero con cierto regusto americano en su monumental estribillo. Palabras mayores para Phil tras la batería, quien marca el ritmo de una manera tan personal como inimitable.
"Si me rechazas
Tomaré lo que quiera
Fáltame el respeto
Y te quemas
Mejor mantenerme satisfecho
O sabes que te comeré vivo
Si me rechazas
Tomaré lo que quiera"
SHOT IN THE DARK
Para hablar de “Shot In The Dark” podría remitirme únicamente a la cita de Malcolm que abre esta reseña, pero, ya que estamos, vamos a extendernos un poco más. Tema festivo e iniciado por un lick ejecutado sin púa, juguetón y no tan habitual en AC/DC, dentro de lo que cabe, que rápidamente deriva en un medio-tiempo más cercano a lo que conocemos. Brian enamora desde los primeros momentos de su intervención con un roto agudo al decir eso de “I Need A Shot Of You” mientras la banda, con Phil Rudd marcando el ritmo y los coloridos acordes de guitarra se marcan uno de los mejores singles lanzados por el grupo en este milenio. Mucha atención al simple pero efectivo puente que presenta la canción y que no deja de recordarme al del tema “Ballbreaker”. El estribillo es 100% familiar, pero no por ello dejará de grabarse en la memoria de sus seguidores. Me ha gustado el sencillo solo de Angus tras la guitarra (muy breve, eso sí) y la manera en la que lo arranca.
"My mission is to hit ignition"
Through The Mists Of Time
Sorpresa de las grandes. “Through The Mists Of Time” muestra esa faceta más melódica, elegante y hasta emotiva que los australianos han traído en sus dos referencias discográficas más recientes bajo los títulos de “Anything Goes” y “Rock The Blues Away”. Puede sentirse a Brian realmente cómodo en este tipo de piezas, así como al resto de compañeros que, tras más de 45 años de carrera, siguen dando guerra como nadie. Los coros dan una atmósfera más relajante de lo habitual, pudiendo recordar por momentos a los de “Thunderstruck”, pero con una finalidad, claramente, diferente.
"Escucha el susurro
Del torbellino
Sombras de monstruos
Una luz se desvaneció
Caballos oscuros
Están en mi sueño
Extrañaba sus voces
Conjura nuestros sueños
Y las damas pintadas
Si, las damas pintadas"
Kick You When You’re Down
A estas alturas de la escucha los “expertos” que reducen sus argumentos sobre el grupo a que su música es igual deben estar, espero, escuchando con mucha atención “Kick You When You’re Down”. Corte vacilón con un trasfondo bluesy letal y un ritmo adictivo cortesía de Phil Rudd sobre el que las leyendas no tienen grandes dificultades para hacer todo lo que se les antoje. Angus, aunque de manera breve, se marca un solo que me encanta para terminar dando paso al pegadizo estribillo que este tema propone.
"¿Por qué te patean cuando estás deprimido?"
Witch's Spell
¿Y qué decir de los acabados de bajo que Cliff añade al final de cada verso de “Witch’s Spell”? Esta pieza volvería a encajar por producción e inspiración en el “Black Ice”, pero, con el paso de las escuchas, termina por convertirse, a mi modo de ver, en una propuesta considerablemente superior a las canciones de dicho álbum. Puente y estribillo de dimensiones titánicas sobre el que Brian, que está completamente crecido, imprime su toque personal y nos deja otro momento para el recuerdo.
"Bolas de cristal y un almanaque
Ella te llevará al infierno y de regreso
Tengo pociones, estilo aceite de serpiente
Encantos de buena suerte y hechizo de bruja"
Demon Fire
Discutiblemente estamos ante la mejor canción lanzada por el grupo en este milenio. Unos golpes de batería dan paso al Brian Johnson más depravado y seductor que escupe con una voz grave eso de “He loves to drive 'em crazy with his evil lips. Great guns are blazing, what a deadly trip” con los que ya sabemos que estamos ante una pieza única. El serpenteante riff principal, con reminiscencias de “Caught With Your Pants Down” o “Beating Around The Bush”, es un clásico instantáneo (¡tiempo al tiempo y verás!). Los breaks introducidos por Rudd traen de vuelta a Johnson en su tono bluesy y juguetón al que no nos tenía acostumbrado, pero que me encanta. Angus, el diablo encarnado, terminará por apuntarse a la fiesta con un solo veloz y lleno de intenciones para terminar de llevarnos al éxtasis sonoro.
"Le encanta volverlos locos con sus labios malvados
Grandes armas están ardiendo, qué viaje tan mortal
Sí, nacido sin familia, nacido sin credo
Sí, criado por un chacal, criado una mala semilla
Mejor mira a tu alrededor
Antes de tocar el suelo
No me discutas, la vida es todo crimen"
Wild Reputation
Cliff Williams, quien ha sabido aprovechar su salida del retiro para demostrarnos que AC/DC debe mucha parte de su sonido a los golpes de bajo de este, goza de gran presencia en este medio tiempo plano y más contemporáneo que, aunque ni de lejos es de lo mejor del disco, siempre será un placer escuchar cuando reproduzca en mi aparato de música este disco. Brian, a quien noto en “Power Up” con especial energía y buenrollismo, volverá a sacar, en un momento dado (cuando dice And I'm comin' down main street/ Get out of my way/I ain't stoppin' for nobody), su voz más grave para aportarle ese toque “guarrete” a la letra que tan bien se les da a estos muchachos explotar.
No Man’s Land
Y es el turno de otra sorpresa magnánima. Los AC/DC más sureño que se recuerden surgen en “No Man’s Land”, canción en la que las guitarras parecen haber sido rociadas previamente por unas dosis considerables de Jack Daniels a través de licks áridos y que por momentos podría a llegar a pensarse que han utilizado el slide como recurso extra cuando discurren esos versos que me recuerdan, lejanamente, al “Keep On Chooglin'” de la Creedence. Boogie Rock de máxima calidad.
"(Tierra de nadie) No, tienes que escapar
(Tierra de nadie) Vive para luchar otro día
(Tierra de nadie) En medio de la refriega
(Tierra de nadie) Vuela, vuela, vuela lejos, hey"
System Down
Los hermanos Young facturaron durante varias décadas algunos de los mejores y más enrevesados riffs de guitarra que se recuerden en el Hard-Rock. Un ejemplo de ello es “System Down”, tema en el que Angus y, encarnando el papel de su tío, Stevie Young hacen diabluras auténticas con sus respectivas hachas. La canción avanza con fuerza durante los versos, con una sólida base de toms cortesía de Phil Rudd y un omnipresente bajo, para desembocar en uno de los estribillos más oscuros de la obra gracias al agravamiento de la secuencia de notas que se desarrolla en este. Brian, una vez más, está completamente pletórico.
"Tenemos una reacción en cadena
Necesita acción inmediata
Este horno está a punto de explotar
Los sistemas están cayendo
Los sistemas se están ardiendo
Y todos caen"
Money Shot
Con “Money Shot” podríamos pensar en una primera escucha que se trata del “tema de relleno” del disco, pero con el paso de las reproducciones las tornas cambian y se irá ganando un puesto privilegiado en nuestros corazones. Esta canción tiene mucho de “Blow Up Your Video” o del tema “Satellite Blues”, con un estribillo sencillamente genial (¡ojo que Brian vuelve a ponerse en modo provocador con un registro más grave!), un solo de Angus Young más elaborado y extenso que los que suele facturar últimamente o un nuevo juego de acordes como solo ellos son capaces de facturar.
"Doctor, ¿cuál es el antídoto?
Señora, prueba la inyección de dinero
Doctor, ¿cuál es el antídoto?
Señora, solo prueba la inyección de dinero
Se toma mejor cuando estás caliente"
Code Red
Como veteranos curtidos en miles de escenarios, los gigantes del Hard-Rock terminan por poner el broche de oro con una canción incendiaria en cuanto a riffs (de nuevo me atrevería a citar un cañonazo como “Beating Around The Bush”), a líneas vocales más rápidas que de costumbre (intenta imitarlo y seguramente acabes ingresado por falta de aire) y uno de los mejores estribillos de todo el LP sin lugar a dudas. El telón baja una vez más y, ante este, un oyente se queda anonadado aplaudiendo y tratando de asimilar todo lo sentido en 41 minutos de gloria.
"Strike uno, strike dos
Pon tus armas a arder
Strike tres, llama a emergencia
Vas a jugar a lo seguro"
CONCLUSIÓN
No sé si “Power Up” será o no su última obra (viendo las declaraciones de Angus durante la presentación del disco todo hace pensar que queda, al menos, otro disco), pero este disco es, discutiblemente, la mejor producción de los australianos desde “Ballbreaker” (1996) o, dicho de otra forma, uno de sus mejores trabajos en este milenio. Brian Johnson, que ya de por si era un tipo lleno de energía, parece más metido en cada canción del álbum en comparación con las obras más recientes de la banda, Angus ha sabido desempolvar y unir los riffs que este compuso junto a su hermano Malcolm, quien allá donde esté seguramente se encuentre brindando con Bon Scott mientras da su visto bueno a este nuevo corrientazo eléctrico de un grupo que, con justicia, renace de sus propias cenizas cual Ave Fénix.
¡Lo mejor de 2020!
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