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Pearl Jam - Gigaton (2020)

Calificación:***** (9)

“La mejor venganza es vivir y demostrar lo que vales.”

Esta frase se le atribuye a Eddie Vedder y creo que no puede hacerle más honor a lo que vamos a encontrar en esta reseña. Hay que reconocer que a muchos de los rockeros que sentimos un gran apego por Pearl Jam teníamos nuestras dudas sobre qué sucedería con los posteriores álbumes del grupo, en cuanto a calidad se refiere, tras las críticas lapidarias que recibió “Lightning Bolt” (soy de los que defienden este disco). El lanzamiento de aquella obra provocó que mucha gente no solo la considerara como la peor que han lanzado en su carrera, sino que además renegara de los de Seattle y los llegará a llamar vendidos (cada cual que haga lo que quiera, pero…no lo comparto).

Pearl Jam, como también pasa con Metallica, padece el que me atrevería a denominar “el doble filo del éxito”. Este consiste en que tus primeros álbumes alcanzan la gloria musical (en el caso de Pearl Jam sería la monstruosa trilogía que conforman “Ten”, “VS” y “Vitalogy”) y te consolidad como grupo pero, aunque esto pueda sonar absolutamente maravilloso, te encuentras con que tu audiencia te va a exigir que no bajes ese listón y, en muchas ocasiones, que no transformen su sonido. De ahí que los álbumes que PJ han venido haciendo en el nuevo milenio, al igual que ha sucedido con Metallica después de su “…And Justice For All” (o el “Black Album” como mucho), nunca ha terminado de ser calificado positivamente por no sonar como aquella mencionada trilogía de obras maestras. Esto nos lleva a (hablo con un plural inclusivo aunque en este caso reconozco que no comulgo con la gente) soltar frases tan típicas como “a partir de los 2000 se vendieron”, “son muy comerciales”, “son un grupo inofensivo”,…y esto me lleva a preguntarme, ¿y si el problema es que los fans no hemos sabido envejecer y nos hemos quedado encerrados en nuestras propias ideas?

Cuando uno escribe o habla sobre Pearl Jam tiene que hacerlo sabiendo lo que ese nombre supone, tienes que ser consciente de que estás hablando de una banda liderada por uno de los mejores cantantes de la historia, sobre un grupo que ha facturado una gran cantidad de temas sobresalientes (y aquí no hablo solo de los tres primeros discos) que nos han regalado con el paso de los años. Pearl Jam no es una banda a la que hay que subestimar…y si lo has hecho, siento decirte que “Gigaton” va a hacerte cambiar de opinión.

“No importa cuántos discos vendas, eso no cambiará tu perspectiva sobre la música. Recibir un disco de oro, no está nada mal, se disfruta mucho, por dos minutos.” Eddie Vedder

En este nuevo capítulo en la carrera de Pearl Jam nos encontramos a un grupo que, siendo conscientes hasta cierto punto de lo que el público quiere oír, parecen volver en algunos momentos de su nueva obra a viajar al pasado, recordando en muchos instantes a varias canciones del “VS”. Sin embargo, no todo lo que los viejos seguidores digan va a misa. Todo lo contrario. Entre las 12 piezas que vamos a encontrar en “Gigaton” hay un par que suenan más innovadoras y modernas, pero con esa seña de identidad que solo está al alcance de la veteranía de Pearl Jam. Y es que este grupo, a estas alturas de la película, se ha ganado el derecho a ampliar sus horizontes y disfrutar de la música. Aviso que se vienen muchas sorpresas en la que es la primera obra de la banda coproducida por Josh Evans, famoso por haber trabajado en el pasado con Soundgarden y Chris Cornell en su carrera solista.

Para los curiosos me gustaría añadir que un gigatón es una unidad de medida nueve veces mayor que la tonelada. Una explosión de un solo gigatón de TNT tiene la misma energía que se produce en un terremoto de magnitud 8. Este término es el que da nombre al disco y, aunque le he dedicado horas al asunto, no logro encontrar ninguna relación de este con la portada del disco en la que podemos ver un glaciar derrumbándose y un electrocardiograma. Eso sí. Se sabe que la mencionada portada y el concepto general del disco lleva las firmas de Jerome Turner y Al Nostreet, que son los peudónimos que llevan usando desde hace años Eddie Vedder y Jeff Ament. Además, dentro del disco se incluyen enlaces a dos webs ecologistas, por lo que el grupo, a través tanto de la imagen que encabeza el álbum como en alguna que otra canción (pronto sabréis cuál) manda pequeños mensajes que invitan a reflexionar sobre la importancia de cuidar el planeta Tierra.

La vida te da regalos a lo largo de la vida y uno de estos es la amistad. Es un lujazo poder volver a escribir esta reseña junto a mi amigo Fede, quien nos va a acompañar en el análisis “canción a canción” que comenzamos ya mismo.





Who Ever Said

Fede:  Comenzamos el disco con una sorpresa estruendosa de Grunge. Se hablaba mucho acerca de lo que podía deparar este trabajo  en cuanto a composiciones, y la realidad es que podemos encontrar de todo. “Who Ever Said” da inicio a un inmenso viaje musical, el cual logra llevar al oyente por un océano de estados y emociones. Dentro de este viaje, este “opener” supone una pequeña travesía también. Un riff potente lleva la canción por un camino bien clásico, hasta que una serie de parones logran transportarnos a situaciones completamente distintas. Todo este se ve hermosamente complementado con la voz del único e inigualable Eddie Vedder. Muy destacables también los arreglos de batería del maestro Matt Cameron.

Diego: Inicio atmosférico en un primer instante que no tardará en desembocar en un inspirado riff de la vieja escuela del Grunge (imposible no sentirse enganchado) sobre el que aparece por primera vez un gigantesco Eddie Vedder sobre el que siento que no pasan los años y del que hablaremos largo y tendido a lo largo de todo el disco. El estribillo es sencillo pero con las suficientes dosis de magia como para meterse en tu cabeza y no salir jamás (con cada escucha me va gustando más y más). La batería de Cameron, los solemnes teclados de fondo, el parón intermedio que permite un aumento de la melodía sobre el que, una vez más, Vedder hace auténtica magia, el posterior instante casi improvisado en lo instrumental (¿no estaremos en una jam de estos tipos sin darnos cuenta?)…esto pinta muy bien para ser el inicio. Sin duda, y mira que este es un aspecto que los de Seattle cuidan mucho, una de las mejores aperturas en años dentro de su discografía. 

“Un mal oído y un ojo ciego
Toma un pueblo pero no tomes el mío
Vivir hacia adelante en una ciudad al revés
Les doy de beber solo para verlos ahogarse”


Superblood Wolfmoon

Fede: El segundo corte de difusión que dio a conocer la banda. Un track que imparte lecciones de diversos estilos. Con temas como este podemos notar la atención que Pearl Jam le presta a la actualidad musical general, sin dejar lado sus clásicas influencias. Un grunge garagero, mezclado con distintos matices de una suerte de pop-punk alternativo, hacen de este single uno sumamente entretenido. Destacamos la labor de Mike McCready en el gran solo, cargado de Wah, que se manda. También cabe recalcar el pequeño breakdown que va in crescendo tras este solo. Una canción muy redonda

Diego: Desde la primera escucha esta canción se grabó en mi disco duro auditivo. Garage de siempre con ciertas reminiscencias al álbum “VS” en su construcción de riffs y acordes que convencen a cualquiera. No puedo olvidarme de destacar el breve instante en el que la banda, justo después del primer estribillo, se arrancan con una especie de “la la la” de lo más pegadizo. Reconozco que mi interés por “Gigaton” aumentó de lo lindo una vez terminé de escuchar este segundo adelanto.


Dance Of The Clairvoyants

Fede: Este fue el primer track adelanto del disco. Sincerándome por completo, tuve sensaciones muy ambiguas tras mi primera escucha de la canción. No obstante, con el pasar de la misma una y otra vez por mi reproductor, fui descubriendo todos los grandes detalles de esta canción, que hacen de ella una pieza muy rica. La batería, por más simple que parezca, tiene arreglos sumamente interesantes. Las guitarras se proyectan de manera muy variopinta, pasando de limpios rasgueos acústicos a toques funkys llenos de groove y energía. El final del tema llega con algo más de mística, con unos coros de fondo y muchas líneas repetidas, para cortar de manera casi brusca. Definitivamente algo novedoso.

Diego: Mentiría si dijera que la primera vez que la escuché me asusté. Pearl Jam hacen lo que les da la gana y eso es algo que, aunque a muchos pueda molestarles, a mí me importa más bien poco. La innovación no es sinónimo de venderte (o no siempre). ¿Acaso Pearl Jam necesita a estas alturas más dinero de lo que han ganado en 30 años de carrera? Un aplauso para la innovación y la valentía de estos tipos que no dejan de sorprender al oyente con cada escucha. No puedo dejar de destacar lo bien que está Vedder  al micrófono (parece un león con cada rugido) así como los arreglos funkys que tienen esas guitarras justo antes de entrar cada puente.

“Esperar la perfección deja mucho que ignorar
Cuando el pasado es el presente y el futuro ya no existe
Cuando cada mañana es igual que antes”



Quick Escape

Fede: Tercer y último adelanto del disco, el cual fue dado a conocer apenas unos días antes del lanzamiento del mismo. El mensaje del tema es bastante intenso. Habla de los desastres naturales y especialmente aquellos realizados por el hombre, poniendo el foco en Donald Trump. En materia más musical, “Quick Escape”, por momentos, puede percibirse como lineal, especialmente en las estrofas (aunque cabe destacar que escuchar ese bajo aislado de Jeff Ament es realmente satisfactorio). Los momentos de mayor intensidad llegan en los estribillos y en las partes instrumentales que los suceden. Una vez finalizado el último coro, tenemos despliegues monumentales de talento por parte de Cameron, McCready y Ament. Los redobles de batería a lo Bonham, los solos de guitarra cargados de furia y emoción a la vez, y las líneas de bajo llenas de ritmo, hacen de este final algo realmente imperdible.

Diego: Estamos ante uno de los temas más retro que le he oído a Pearl Jam, ya no solo porque parecen volver a sus inicios sino por la inclusión de un sonido de auténtico Groove setentero que parece evocar a Led Zeppelin (Jeff Ament y Matt Cameron parecen, respectivamente, John Paul Jones). Vedder abre, por primera vez, fuego en el aspecto lírico contra el odioso Donald Trump y alude de una forma clara y sin tapujos a la polémica anticlimática que este ha querido implantar en los Estados Unidos y ha defendido ante el resto del mundo. La canción habla sobre cómo el hombre, ante las disparatadas decisiones tomadas por políticos como Trump, siente la necesidad de huir bien lejos de cualquier lugar donde la contaminación sea exagerada. El segundo solo de guitarra que se produce en la canción es una auténtica maravilla, no ya solo por la ejecución en sí, sino por la instrumentación que lo acompaña detrás. La solidez de Pearl Jam se nota con el paso de los años. Un temazo. No admito discusión alguna.

“Crucé la frontera hacia Marruecos
Cachemira a Marrakech
Las longitudes a las que tuvimos que llegar entonces
Para encontrar un lugar que Trump no había jodido todavía”


Alright

Fede: Bajamos mil revoluciones. La primera gran sorpresa del disco llega de la mano de “Alright”. Si pensaban que “Dance of the Clairvoyants” había sido extraña, esperen a toparse con este tema. De todos modos, Pearl Jam es una banda lo suficientemente madura como para experimentar con todo lo que gusten, y así lo han demostrado. Esta canción es realmente atmosférica e inmersiva. Los sintetizadores, los samples, los bajos, las percusiones, y principalmente la voz de Eddie, son elementos que lograr zambullirnos de cabeza en un calmo mar de emociones. Vedder, como en muchas ocasiones, lleva la batuta de la mejor manera. La melodía vocal principal está perfectamente acompañada por toda la banda, y las percusiones juegan un rol trascendental en el desarrollo del tema, especialmente en los momentos de mayor tensión del mismo.

Diego: Tras unos primeros segundos inciertos nos hallamos ante una preciosa balada de corta duración en la cual, como podréis comprobar desde la primera escucha, Vedder nos cautiva y nos invita a la reflexión durante un par de minutos. Bellísima evocación sonora de otros tiempos y de lugares donde la paz se impone a cualquier tipo de conflicto o elemento que intente corromperla. Cameron vuelve a estar sembrado acompañando con una cuidada percusión a Eddie con la que, a la vez que mantiene el ritmo se permite introducir sus propios detalles técnicos.

“No puedes esconder las mentiras
En los anillos de un árbol
Si tu corazón aún late libre
Guárdalo para ti

Cuando quieres correr
Y dejar alguna parte sin revelar
Como el vuelo de la abeja
Guárdalo para ti

Está bien estar solo
Para escuchar un latido, es tuyo
Está bien, callarse
Para desaparecer en el aire, es tuyo”


Seven O’Clock

Fede: La primera de mis dos canciones favoritas del disco. “Seven O´ Clock” es una verdadera obra maestra, de esas que dejan bien el claro el porqué de la exitosa carrera de una banda. El tema combina todo lo que Pearl Jam mejor sabe hacer, con mucho sonido clásico, y una producción para sacarse el sombrero ante la misma. Las estrofas son muy sencillas. Un ritmo simple al compás de un bajo firme, y unos leves rasgueos de guitarra, acompañan a un muy melodioso Eddie en la voz. Sin embargo, la cosa se pone interesante (no que antes no lo estuviera, pero ahora mucho más) cuando entran los estribillos cargados de emoción y nuevos elementos que enriquecen la mezcla en proporciones mayúsculas. Se enroscan unas melodías paralelas en un duelo amistoso de voz y teclados. Para cerrar con broche de oro, el final nos despide con un cambio fantástico de rítmica y vibra, la cual difiere por sus armonías y sonidos. Un track sumamente memorable.

Diego: “Seven O’Clock” es uno de los puntos fuertes de “Gigaton” porque se nota mucho el empeño que la banda ha puesto por cuidar cada instrumento y exprimir la producción hasta tal punto que podamos disfrutar por piezas de cada canción, como si de una especie de resonancia se tratara. Vedder canta desde el alma de un americano arrepentido ante el daño que sus antepasados causaron a las tribus indias que ahora han sido reducidas a pequeñas reservas maltratadas. Preciosos los detalles instrumentales que se van sucediendo (los teclados, las secciones de cuerda, voces dobladas al final, …).  En la canción se habla de Caballo Loco (Crazy Horse), de Toro Sentado (Sitting Bull) y, con un tono satírico de “Sitting Bulshit” en referencia a Trump. La canción brilla por la abundancia de diferentes secciones, de un estribillo cargado de sentimiento (Vedder es Dios) y de unos teclados que aportan un tono más Prog al tema.

“Toro Sentado y Caballo Loco vienen forjados al norte y al oeste
Luego está Sitting Bullshit (Donald Trump) como nuestro presidente actual
Hablando con su espejo, ¿qué dice, qué dice?
Una tragedia de errores, ¿quién será el último en reírse?”



Never Destination

Fede: Retomamos con algo de intensidad de la mano de “Never Destination”. El mismo marca la mitad del disco, siendo esta la séptima canción de doce. Si hemos de hablar de “divertido”, este es uno de los temas que más se asemeja a ese adjetivo. No oculta muchas sorpresas, y de hecho se vuelve predecible bastante pronto, pero no por ello deja de ser algo divertido. La canción mantiene un tempo medio durante todo su transcurso, e impacta de manera directa. Las guitarras, bajo y batería se hermanan para gestar una bola uniforme de potente sonido. Con muchos rasgos que apuntan a la vieja escuela de la banda, el track logra remitirnos mucho a canciones de álbumes clásicos, como pueden ser “Rearviewmirror” del Vs. o “Whipping” del “Vitalogy”. Para los amantes del Pearl Jam más rockero, esto será algo muy entretenido.

Diego: Como en “Superblood Wolfmoon” los Pearl Jam más vintage y garage reaparecen y se marcan una canción sencilla, sin grandes cambios, pero con lo necesario y justo para convencer. No es ni de lejos lo mejor del disco, pero tampoco me ha decepcionado. Se agradecen estas vueltas al pasado que han querido marcarse de vez en cuando. Cabe señalar la mención en la letra del escritor de Ciencia Ficción y de libros de viajes Paul Theroux y de Bob Honey, el protagonista de una serie de libros escritos por ese actorazo no exento de polémica llamado Sean Penn, quien mantiene una fuerte relación de amistad con Eddie Vedder.

“Entonces digo hasta entonces, nunca digo adiós
Un pequeño truco que juego, en mi mente.”




Take The Long Way

Fede: Muy similar a “Never Destination”. Pearl Jam tomó la decisión de agrupar estas dos canciones en la mitad del disco. Al principio no entendía por qué no se encontraban mejor distribuidas, aunque, eventualmente, pasé a tomar la decisión como una sabia. El eclecticismo del álbum es tan alto, que se requieren dos temas más “directos” para oficiar de transiciones a lo que se viene (y de lo que fue). Riff bien rockero, estructura bien directa, todo muy bien puesto en su lugar. Aunque no puedo asumir con certeza que pase a convertirse en una canción de vivo, si es acertado afirmar que el estribillo es muy pegadizo. Y mucha atención con el cambio de ritmo del final, y las guitarras que acompañan.

Diego: ¡Cómo se nota que Matt Cameron ha compuesto esta canción! Es escuchar ese inicio y pensar en seguida en Soundgarden, banda en la que Matt militó durante sus años de vigencia. Si bien es cierto que en su parte intermedia la canción parece perder algo de fuelle (el puente y estribillo podrían ser bastante mejores pienso yo), tiene unos versos bien consolidados que podían haber sido escritos y cantados fácilmente por Chris Cornell (D.E.P. genio). Otro punto fuerte es el solo de guitarra, con mucho wah y técnica que no dudaría en incluir entre los más excelentes de todo el LP.


Buckle Up

Fede: El primer acorde remite automáticamente al inicio de “Pendulum” del Lightning Bolt, aunque la canción no tenga que ver. Al leer el título del tema, comentamos con nuestro amigo Diego que probablemente sería uno sumamente rockero. Para nuestra sorpresa, fue algo absolutamente distinto. Es otra de las apacibles y hermosas sorpresas de este Gigaton. La calma que transmite esta canción es inmensa. Las guitarras son muy sutiles, el bajo da pocas notas, pero muy firmes, la batería lleva un ritmo con muchísimo swing, y la voz de Eddie ya llega a angelical. Si pensaban que esto era poco, prepárense, porque hay trompetas, aunque aparecen por muy poco tiempo. Tremendo tema plagado de sorpresas.

Diego: Tema relajante como “Quick Escape” escrito por Stone Gossard en el que nos topamos con un nuevo Vedder en su modo zen. Seguramente al escuchar por primera vez la sorprendente aparición de una sección de trompetas te habrás quedado igual de sorprendido (para bien) que nosotros cuando pusimos el disco por primera vez. La batería de Cameron vuelve a sonar realmente bien, marcando la diferencia entre el resto de instrumentos. Precioso tema que la banda, con mucha sabiduría, decide no extender demasiado.






Come Then Goes

Fede: Menos es más, dicen muchos. No siempre es así, pero cuando los músicos son los adecuados, esta frase cobra vida como nunca. Tal es el caso de Pearl Jam y la canción “Comes Then Goes”. Una guitarra acústica y la voz de Vedder son los dos únicos elementos necesarios para la ejecución de esta creación que pasará a la inmortalidad. El track está dedicado íntegramente a Chris Cornell, uno de los máximos talentos que vio pasar la música moderna, y que tristemente nos dejó por mayo del 2017. No es más que lo descrito con anterioridad. Una guitarra que sube y baja su intensidad, y la voz de Vedder (con alguna que otra armonía de su propia voz). Nada más que eso. Y el resultado es magnánimo.

Diego: Personalmente “Come Then Goes” es una de mis favoritas de la obra y de los Pearl Jam del Siglo XXI. Seis minutos en los que Vedder se luce como en pocas ocasiones. Un inicio arpegiado nos introduce en el idílico country americano sobre el que la temblorosa voz de Vedder (me ha recordado muchísimo a su interpretación en “Black”) hace virguerías que están solo a su alcance. Justo a mitad del tema hay un pequeño amago de subir la intensidad mediante varios detalles de guitarra, pero volvemos a caer en la misma estructura preciosa que se mantiene hasta el final de la misma. La letra, aunque resulta algo compleja de traducir, habla de la pérdida de un amigo, reportando varias páginas webs que se trata de un homenaje al caído Chris Cornell. Y como empezó, unos arpegios dulces terminan poniendo el broche de oro al tema.


Retrograde

Fede: Seguimos por terrenos calmos de la mano de “Retrograde”. Esta canción es donde Vedder explora y explota al máximo su rango vocal. La emocionalidad que proyecta con su voz es altísima. Ese famoso “temblor” vocal, que supo distinguirlo en sus primeros trabajos, vuelve a la vida en este disco, y su mayor esplendor tiene lugar en este tema. Con los teclados y guitarras, la banda vuelve a proyectar estas sensaciones de “misticismo”, generando una atmósfera única alrededor del tema. El final logra sorprendernos para bien con una potenciación de lo atmosférico, con la voz de Eddie oyéndose cada vez más a lo lejos, y con baterías, guitarras, bajo y teclado, construyendo un “build up” épico para concluir con un final apoteósico.

Diego: “Retrogade” es otro tema suave, realmente embellecido con los punteos de guitarra y esa voz única que tiene Eddie, alcanzando unas notas tan variadas como complejas en lo que a tesitura se refiere. El estribillo es uno de los mejores de todo el trabajo. La percusión de Cameron durante el momento más atmósférico del disco es una pequeña prueba de la maestría de un batería que, para mí, se ha marcado uno de los mejores trabajos de toda su carrera, y eso que Matt es un tipo que siempre cumple.


River Cross

Fede: 6 y 6 son doce. Justamente la sexta y la duodécima son mis canciones preferidas de este enorme trabajo de Pearl Jam. Sin ningún tipo de dudas, “River Cross” es la pieza más única de este LP. La canción toma al oyente completamente desprevenido, poniéndolo en un estado de tensión y expectativa constantes, aunque no me refiero a esto como algo malo. Es imposible predecir lo que va a venir, y el tema avanza… Avanza y avanza, y lo hace de la manera más magistral de todas. La voz de Eddie es más clara que nunca, los teclados de fondo son radiantes, y el trabajo de Cameron en la batería es sublime. Los toms de la batería aumentan esta tensión, llevándola a puntos elevadísimos para el final de la canción. Los últimos dos minutos son cruciales, y la grandeza de la música para este punto es indescriptible. “River Cross” da fin, de la mejor manera, a este increíble viaje que nos propone Gigaton.

Diego: Un cierre valiente para un disco maravilloso. Un tema hecho para Vedder (parece que nos está cantando una nana), para los teclados (mucha atención a la sección intermedia de la canción) y para una batería inspiradísima que en algunos instantes, concretamente cuando los toms hacen su aparición, recuerdan muchísimo al eterno Neil Peart (salvando las distancias obviamente).  El momento de Vedder subiendo el registro con cada “Hold Me Down” mientras Matt lo sigue con la batería me va a costar olvidarlo (se me empañan los ojos cada vez que lo escucho). Tremendo lo que ha hecho Pearl Jam en “Gigaton”.


CONCLUSIONES

Fede: En tiempos de cuarentena, donde hemos de amigarnos con la música y el arte más que nunca, estas son sorpresas que realmente enaltecen nuestros ánimos. Tanto Diego como yo, coincidimos en que Pearl Jam ha dado vida a un trabajo extraordinario. Como muchas de las bandas consagradas, PJ podría descansar en sus éxitos y seguir girando por el mundo con los clásicos que los hicieron grandes. Empero, Vedder y compañía han sabido reinventarse, a tal punto que lograron combinar lo viejo con lo nuevo, lo clásico con lo moderno, lo vintage con lo alternativo. Se nota que estos muchachos están prestando atención a las tendencias musicales, y se nota que maman de ella, aunque sin dejar de lado el rock y todo lo que los hizo grandes. Por más de que algunos temas sean algo predecibles (como fue destacado en el análisis de los mismos), Gigaton es un álbum que nos vapulea constantemente con sorpresas. ¿Quién habría pensado que “Who Ever Said” llevaría a algo como “River Cross”? Esto forma parte del “viaje” que detallé en el análisis del opener del LP. Todas las canciones componen una travesía de poco menos de una hora, la cual, si están con tiempo, les aconsejamos que tomen en su totalidad. Por el amor y respeto que le tengo a los clásicos discos noventeros de esta banda, me es imposible asignarle a Gigaton una calificación similar a ellos, aunque no quita que sea un verdadero discazo. Tras opinar con Diego, decidimos darle a este gran trabajo una nota de 8,5/10. Y bien merecida que tiene esa puntuación.

Diego: En el inicio de este escrito decía que no encontraba relación alguna entre el título y la portada (sigo igual, ¿eh?), pero creo, si me permiten ponerme un poco filosófico, que el glaciar deshaciéndose, además de un guiño ecologista obvia, podría ser un resumen del disco ya que muchos daban a los Pearl Jam por congelados tras mantener una postura absolutamente de frialdad compositiva sin momentos de fractura (de algo rompedor y que volviera al pasado), mientras que con este nuevo trabajo los de Seattle, sin destruir por completo esa piedra de hielo, comienza a fracturarse llegando a caer con intensidad (lo que vendrían a ser los temas más rockeros del disco).

Sea como fuere, estamos ante un disco que, por muy fan de Pearl Jam que sea, no habría esperado de ellos a estas alturas. “Gigaton” podría ser su mejor obra en este milenio, colocándose en nivel de calidad solo por debajo de “Ten”, “VS” y “Vitalogy”, sus obras maestras indiscutibles. La banda ha sabido mezclar lo mejor de su faceta actual (dejó a un lado las carencias contemporáneas) con numerosas referencias a su pasado más glorioso dando lugar a un disco que costará olvidar. La producción es limpia y permite escuchar con nitidez cada instrumento, el trabajo que se marca Vedder a la voz está a la altura de muy pocos cantantes de su generación a estas alturas (¡qué bueno eres Eddie!), así como el nivel lírico de todo el trabajo también es muy elevado. Ok, “Gigaton”, no es perfecto  (ni lo necesita) ya que, como se ha podido leer en el escrito, hay dos o tres canciones algo menos inspiradas, pero sí estamos ante un disco que, como ha dicho Fede, hemos considerado ponerle un 8,5.


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Calificación: **** * (9) La maquinaria alemana sigue dando sus frutos. Lo nuevo de Rammstein suena por momentos como un logrado y sorprendente retorno a sus primeros esfuerzos discográficos, aunque tampoco renuncia a incluir elementos más contemporáneos, convirtiéndola así en una de sus obras más ambiciosas y variopintas.  En sus casi tres décadas de trayectoria, Rammstein ha logrado hacer algo de lo que no todas las grandes bandas de Rock y Metal pueden presumir: no dejar a nadie indiferente. No todo el mundo ha sido receptivo con el estilo musical de una de las bandas precursoras del Industrial Metal, así como por sus letras y videoclips, los cuales casi siempre suelen tratar temas que despiertan polémica (no olvidemos el más reciente revuelo despertado por el videoclip de “Deutschland” en el que, durante algunas escenas, aparecían vestido de judíos cerca de ser ahorcados para luego alzarse y ejecutar a las tropas Nazis). Podría decirse, si me lo permiten, que estamos habla...

Atomic Rooster - Circle The Sun (2025)

Calificación: *** * *(7,5) Pocas personas hubieran apostado un duro por el regreso de Atomic Rooster en 2025, aquella banda británica fundada por el teclista Vincent Crane allá por 1969 que, aunque siempre quedó relegada a un segundo plano en la historia del Rock, firmó en sus primeros años obras fundamentales para el desarrollo del proto-metal y el Rock Progresivo, con discos imprescindibles como “Death Walks Behind You” (1970), “Made In England” (1972), “Nice ‘N’ Greasy” (1973) o el salvaje “Atomic Rooster”, que sin dudar incluiría entre mis álbumes predilectos de la célebre NWOBHM. Aunque esta resurrección cuenta con la aprobación de la viuda de Crane, lo cierto es que algunos seguidores no se han mostrado del todo conformes con que el proyecto mantenga el nombre de Atomic Rooster cuando solo queda un miembro original en sus filas: el guitarrista y vocalista Steve “Boltz” Bolton. Le acompañan Adrian Gautrey (teclados/voz), Shugg Millidge (bajo) y Paul Everett (batería). No seré y...

Aerosmith - Night In The Ruts (1979)

Calificación: **** * Si algo nos ha enseñado la historia es que en la vida, por muy fuerte o persistente que parezca o sea, nada es eterno. La caída del Imperio Romano es un claro ejemplo de cómo hasta el más poderoso y dominador en cualquier momento puede ver cómo su castillo de naipes de viene abajo. Un caso similar, aunque en menores dimensiones si lo comparamos con los romanos, lo encontraremos en esta reseña. Aerosmith, ese quinteto de amigos que a principios de los 70 se habían unido para, poco a poco, ir ascendiendo hasta conseguir el reconocimiento internacional por su música gracias principalmente a "Toys In The Attic" y "Rocks", comenzó poco a poco a caer en desgracia, teniendo consecuencias a corto plazo muy graves en el núcleo de la banda. Ya en las sesiones de grabación del notable "Draw The Line", las tensiones entre algunos de los miembros comenzaron a palparse. La hostilidad se acrecentaba, además, por el excesivo consumo de ...