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Slipknot - We Are Not Your Kind (2019)

Calificación:*****

Slipknot es una banda que levanta pasiones y rechazo en proporciones similares. Son muchos los que, habiéndoles dado, o no, una oportunidad, se postulan en contra de los de Iowa, así como otro importante porcentaje se declara seguidor acérrimo de este conjunto. El caso es que con el lanzamiento del nuevo disco es más que probable que vuelvan a surgir los clásicos debates entre ambos bandos. Por ello, antes de nada, me gustaría invitar a todos los detractores del grupo a no molestarse en leer la reseña ni a comentarla (no es cuestión de haceros pasar un mal rato si no os gusta la banda jeje).

Recuerdo perfectamente todas las dudas que surgieron en 2014 cuando el grupo anunció su regreso con un álbum de lo más variopinto como “.5: The Gray Chapter”, ya que era difícil saber qué demonios íbamos encontrar en la primera producción del grupo en siete años, así como la primera sin el fallecido Paul Gray y sin un pilar tan importante para el grupo como Joey Jordison. El resultado levantó opiniones de todo tipo: los hay que dicen que es un discazo, otros que dicen que está bien y otros, ya sea porque prefieren los primeros álbumes del grupo o porque se ronchan cuando leen el nombre del grupo, que se sintieron algo, o muy, decepcionados. Aviso que es muy probable que este último conjunto de personas vuelva a experimentar algo similar con este nuevo LP.  Aprovecho para decir que, a mi modo de ver, este no fue un mal disco y, de hecho, nos regaló un par de grandes cañonazos, no obstante, no tiene nada que hacer si lo comparamos con el primer álbum o el sobresaliente “Iowa”.

Podemos decir que “We Are Not Your Kind” tampoco ha tenido un camino de rosas en su proceso de composición y grabación, especialmente en los últimos meses. Como muchos saben, Chris Fehn ha dejado de ser miembro oficial del grupo tras denunciar al grupo, específicamente a Corey Taylor y a Shawn Crahan, por supuestamente “haber creado entidades y negocios relacionados con la banda en diferentes estados para recaudar dinero que pertenece a la formación”. Sea como fuere, y tenga razón quien la tenga (no voy a manifestarme al respecto), el caso es que Chris ya no pertenece a Slipknot y ha sido sustituido por un nuevo percusionista con una máscara de lo más rara cuya identidad no ha sido revelada hasta el momento. Otras dos circunstancias negativas que ha sufrido la banda han sido la trágica muerte de la hija de Shawn por una sobredosis o la hospitalización en 2015 de Mick Thomson tras pelearse a cuchilladas con su hermano en plena borrachera.

Con un panorama algo complejo la banda ha sido capaz de publicar este nuevo trabajo, el cual creó grandes expectativas cuando en Halloween de 2018 salió a la luz un temazo llamado “All Out Life” que parecía traer de vuelta a los Slipknot más sanguinarios. Esta composición, que de manera imperdonable (es para matarlos) no fue incluida en el disco, sumada a las diversas declaraciones que varios miembros del grupo soltaron garantizando que la obra podría asemejarse al pasado del grupo, generaron unas expectativas demasiado altas. Ciertamente, aunque eso lo analizaré después con más detenimiento, esa “promesa” no se cumple del todo y “All Out Life” parece quedar como un diamante olvidado.

Antes de hablar de cada canción me gustaría añadir, a modo de opinión, que no soy precisamente fan de la portada de este trabajo. Al igual que sí me hizo algo más de “tilín” la del “Gray Chapter”, esta me dejó frío y me hace pensar más en un single que en un LP.

Pues se acabaron las tonterías previas. Vamos a ponernos serios y a hablar objetivamente de de este nuevo LP.

No era nada raro imaginar que “We Are Not Your Kind” arrancaría con una introducción completamente instrumental (raro sería lo contrario). De una forma atmosférica y bastante siniestra abre “Insert Coin”, un breve pasaje con cierto aire ochentero en el que solo escucharemos a Corey pronunciar uno de los versos melódicos de un trallazo del que luego hablaré como “Solway Firth”. No, no es la mejor introducción de la historia de Slipknot (también es que tiene grandes rivales con quienes competir), pero encaja bastante bien con la ya conocida “Unsainted”, un hit efectivo, sin grandes detalles técnicos (más bien facilona), con la sorprendente inclusión de un coro en su inicio (me encanta) y con un estribillo que, como puede comprobarse, está funcionando en directo cual himno del grupo (podría haber estado incluida en el “All Hope Is Gone” sin problema alguno). En estos primeros compases del álbum podemos comprobar que la maquinaria sigue estando buen engrasada y que Corey sigue en estado de gracia. Fue con el videoclip de este primer tema (a mí no me gustó nada) con el que los de Iowa presentaron sus nuevas máscaras, sobre las cuales no he querido manifestarme (es tu momento, querido lector).

Con “Birth Of The Cruel” la banda define claramente lo que este nuevo Slipknot pretende exponer en el nuevo disco: Metal con ciertos tintes experimentales, en los que la producción cobra un peso mucho mayor que en cualquier LP previo, con una estructura cambiante y mucho gusto por las melodías. Sin embargo, la pieza se queda a medio gas, con ciertos síntomas de carecer de un factor sorpresa que la mejore. Corey está, eso sí, impecable en su labor.

Segunda pieza instrumental del disco. No le encuentro ningún sentido a “Death Because Of Death”. Pieza que me sobra por completo en el conjunto ya que, ni me convence ni la veo como una introducción propia para un gran tema como sí es “Nero Forte”, uno de los cañonazos del disco en los que la banda sí parece ser la de aquellos ya lejanos primeros álbumes, aunque sin renunciar por ello a las melodías y a un estribillo pegajoso (los coros a veces pueden llegar a sonar algo excesivos). Corey está excelente en todo momento y lanza algunos agudos de lo más abrumadores.

Más cercana a los Slipknot de tiempos no tan pasados es “Critical Darling”, o al menos en la primera mitad de su desarrollo. Jay se exhibe a la batería desplegando mamporros sobre su kit cual poseso (a mí siempre me gustó más que Joey Jordison) sobre una tradicional pista de guitarra. La canción hubiera encajado perfectamente tanto en el álbum anterior como en el “All Hope Is Gone” (no hay más que escuchar el llamativo estribillo para darse cuenta). En la segunda mitad de la canción, todo se pausa y, aunque poco a poco la pieza va subiendo en revoluciones, no llega a estallar del todo, llegando a un tono medio alternativo que no termina de hacer grandioso este tema.

La cara A finaliza con “A Liar’s Funeral”, tema cuya letra reportan varios medios que podría ser una indirecta a Chris Fehn (ahí lo dejo). Me parece un cierre de lo más curioso y acertado. La clásica balada oscura de Slipknot, con dosis agregadas de dramatismo y calma por parte de un más que decente Corey Taylor, así como con momentos de mayor distorsión, solos, coros agresivos y otros elementos a los que los de Iowa nos han acostumbrado durante su trayectoria.

La cara B del disco abre por todo lo alto gracias a “Red Flag”, una pieza que tiene toda la pinta de que funcionará de manera excelente en las futuras presentaciones en vivo del grupo. Sí señores, ahora sí que veo a los Slipknot del primer álbum. Las melodías desaparecen y solo queda hueco para la agresión salvaje  que hizo popular a esta banda entre los metaleros de finales del pasado milenio. TEMAZO.

Y cuando todo parecía ir bastante bien…

…otra introducción instrumental titulada “What’s Next” (¿otra vez?) da paso al tema más raro de todo el conjunto (que no el peor). Con “Spiders” la banda apuesta por la innovación, por las bases programadas, por más melodías y por cierto regusto electrónico que, a mi parecer, no les pega demasiado. Ni siquiera la voz de Corey me termina de hacer gracia aquí. Es un híbrido entre Stone Sour y Slipknot, con pinceladas añadidas de los discos más electrónicos de Marilyn Manson.


Afortunadamente, “Orphan”,  aunque sea por instantes, vuelve a dibujar una pequeña sonrisa en el oyente. Un inicio sin complejos con cierto sabor a Metallica se transforma pocos segundos después en una base instrumental cargada de adrenalina (me encanta el juego de pedales de Jay) con el ADN del grupo claramente en su interior. No obstante, ni el estribillo termina de convencer (le falta carácter), ni esa segunda mitad de la canción con otro interludio instrumental (demasiados, a mi parecer) en el que la progresión de instrumentos, en especial la percusión, termina ascendiendo.

Se encienden las alarmas con “My Pain” y “Not Long For This World” (Stone Sour 2.0), que para mí son los dos mayores pufos del disco. Temas excesivos de duración, de atmósfera demasiado cargada para lo que estos chavales suelen hacer y con un exceso más que peligroso de la electrónica. Puedo salvar la letra de la primera (no está nada mal) pero poco más. Tal vez con el tiempo, ambas composiciones sugieran algo más.

Los de Iowa reservaron para el final una carta maestra titulada “Solway Firth”, que fácilmente podría ser la mejor de toda la obra. Tras sembrar dudas con varios números, surge una introducción fúnebre, distorsionada y en la que nos topamos con Corey Taylor en un tono teatral muy lejos de lo que nos suele acostumbrar, da paso a una pieza impredecible, llena de cambios, con mucho peso de las guitarras, grandes momentos de batería (mención especial para Jay) y un estribillo incendiario que roza lo extremo. La letra también es una gozada (y mira que esta banda nunca me ha dicho nada del otro mundo en este plano). Un final de escándalo que salva los muebles de la cara B.

Está claro que Slipknot es una banda mainstream (negarlo sería de locos), pero de vez en cuando son capaces de sacarse de la chistera (o de la máscara) una serie de canciones que se alejan del mundo radiofónico y de cualquier tipo de popularidad (negarlo también sería un disparate). De hecho, “We Are Not Your Kind”, aunque en ocasiones pueda pecar de abusar de los estribillos facilones y comerciales en materia metalera, parece mostrar a un conjunto que sigue en evolución, tratando de añadir nuevos elementos a su sonido.

Este no es un disco sencillo de escuchar, ni mucho menos. Más aun cuando se aprecia cierta descompensación entre la calidad de ambas caras del álbum. La cara A tiene una serie de canciones indudablemente buenas (“Nero Forte”, “Critical Darling”, “A Liar’s Funeral” o la propia “Unsainted”), mientras que la cara B cojea demasiado y, si bien contiene las que para mí son las dos mejores canciones de la obra (“Red Flag” y “Solway Firth”), se mueve por unos derroteros que no terminan de convencer. Se agradece el intento de innovar (soy de los que disfruta enormemente con el “Somewhere In Time” de Iron Maiden), pero, a diferencia del citado disco de “la doncella”, esta banda no ha terminado de dar en el clavo en lo que a acertar innovando se refiere (las ganas de los de Iowa de grabar en su vida un disco de ese nivelazo).

“We Are Not Your Kind” no es, ni de lejos, lo mejor de la banda. De hecho, sin ser malo (la palabra correcta es "irregular"), tiene todas las papeletas para ser el peor hasta el momento. 



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