No, no es una banda de grandes cambios, ni tampoco
de complicarse mucho la vida en lo compositivo, pero si una cosa nos asegura
Danko Jones con cada álbum es una buena dosis de Rock festivo y sincero que nos
carga las pilas durante un buen rato.
Para conocer los orígenes de estos canadienses
tenemos que remontarnos a 1996, año en el que el conjunto nace. Fueron varios
los EPs que el conjunto lanzó durante sus primeros años de vida, pero fue
necesario esperar hasta el año 2002 para poder escuchar su primer larga
duración, el cual llevó el título de “Born A Lion”. Cada nuevo álbum solía
despertar, en general, mejores críticas que el predecesor (no hay más que
escuchar el “Sleep is The Enemy” de 2006 para disfrutar de un Hard-Rock de nivel
altísimo), lo que les abrió las puertas de telonear a bandas de nivel como Guns
N’ Roses o los más contemporáneos Volbeat.
También en los últimos años hemos recibido buenas
dosis de Danko con álbumes recomendados como “Fire Music” (2015) y el aclamado
“Wild Cat” (2017), que sin duda han dejado buenísimas canciones que han sido
coreadas en cada lugar donde los canadienses han desplegado todo su potencial.
A nivel personal, y siendo muy sincero, no conocí a
Danko hasta 2015 cuando tocaron en el Resurrection Fest y su nombre me moló
bastante. Fue con los streamings que hace el festival cuando les vi en acción y
descubrí que, si bien su estilo no presentaba nada nuevo, tenían la habilidad
necesaria para captar a todos los asistentes y metérselos en el bote durante su
actuación. Posteriormente vio la luz “Wild Cat” y tengo que reconocer que fue
un disco que, como os podéis imaginar por la presentación que hice previamente,
me gustó.
Dejando de lado las historias personales, casi a
mediados de 2019 el conjunto vuelve a la carga con “A Rock Supreme”, un álbum
cuyo título nos anticipa lo que vamos a toparnos en las 11 composiciones que lo
conforman: Rock de alto voltaje.
Bajo la producción de esta nueva entrega ha estado
el afamado Garth Richardson (Rage Against The Machine, Red Hot Chili Peppers,
Biffy Clyro, Rise Against). Fue en los Farm Studios (Vancouver), donde este “A
Rock Supreme” fue concebido.
“Desde la salida de Wild Cat, hemos estado en la carretera…¡y ya ha paso tiempo desde
aquello! Cuando no estábamos tocando, estábamos preparando el nuevo álbum. Nada
ha cambiado en nuestra forma de componer las canciones. Simplemente vamos a
nuestra zona de ensayos y tocamos hasta que algo explota en nuestra mente. ¡Tuvimos suerte
porque tuvimos muchas explosiones!”
L a cosa empieza de una forma de lo más
autobiográfica. “I’m In A Band” no tiene trampa ni cartón en su título. El trío
nos habla de lo divertido que es estar en una banda tocando por todo el planeta
(¿a quién no le molaría eso?). Rock
sencillo y animado que convencerá fácilmente al oyente y que le convencerá para
seguir adentrándose en el álbum. No obstante, yo me quedo con “I Love Love”,
segundo trallazo del disco con el que el grupo nos da una buena ración de
grandes riffs, con mucha aceleración y con cierto sabor sureño (¿pero los
canadienses y los estadounidenses no se llevaban mal?). Además, Danko ofrece
una maravillosa interpretación al micrófono.
Las posteriores “We’re Crazy” y “Dance Dance Dance”
mantienen el acierto de los dos primeros temas, moviéndose en una estructura
similar en la que ofrecen tanta sencillez como maestría y convencen de sobra.
De nuevo tengo que valorar el papelón vocal de Mr. Jones en el primero de estos
dos temas, donde aprovecha su gran registro vocal para usar ciertos arreglos
teatrales que combinan muy bien.
“Lipstick City” se mueve por senderos de nostalgia y
de mucha actitud (buen riff principal que me recuerda un poco al de “Jailbreak”
de los monumentales Thin Lizzy), mientras
que “Fists Up High” apuesta por un tono más eléctrico y sólido que la
banda domina a la perfección, justo antes de que estalle ante nosotros “Party”
y se desate una pieza de Punk-Rock provocador y básico.
A partir de aquí el disco mantiene su tónica hasta
el final, sin ofrecer nada nuevo, pero manteniendo la garra demostrada en los
anteriores cortes (mención especial para la adictiva “You Got Today” o “Burn In
Hell”).
No es la gran obra del Rock, pero tampoco creo que
Danko se hubiera propuesto eso con “A Rock Supreme”. Esta placa, para los
seguidores del grupo, supondrá una gran alegría ya que todo permanece en su
sitio y el trío sigue sonando igual (absténgase de escucharlo los amantes de la
música más elaborada). Desde luego es un disco alegre y con los elementos
necesarios para hacerte disfrutar un buen rato.
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