Inicio
a continuación un análisis a su discografía (he añadido algún que otro directo,
pero me he centrado fundamentalmente en los álbumes de estudio) que he
realizado desde la humildad y el respeto que siento por estos músicos.
1972:
Lonesome Crow

1974:
Fly to the Rainbow
Con
este álbum los alemanes parecen comenzar a descubrir el estilo hacia el que
orientarían su sonido durante esta primera etapa. Este cuenta fundamentalmente
con dos protagonistas absolutos: Klaus Meine, quien ofrece sus primeras
exhibiciones magistrales como vocalista en composiciones como “Fly People Fly”
o “Far Away”, y el recién llegado Uli
Jon Roth, quien demuestra a base de punteos, palancazos y riffs, como
sucede en “Speedy’s Coming”, “Drifting Sun” “This Is My Song” o “They Need A
Million”, dejando huella en la historia de la banda, pese a su breve estancia
en la misma. El tema que da nombre a este trabajo es una auténtica obra
maestra.
1975:
In Trance
Fácilmente
podría considerarse el primer gran álbum de los alemanes, un LP de culto que
definió a la perfección los parámetros de esta primera etapa para el grupo y
que les sirvió para dar un considerable ascenso en su popularidad. Uli Jon Roth
tiene cada vez más presencia en el sonido del quinteto, componiendo un gran
número de canciones en las que comienza
a demostrar su amor por Hendrix (véase “Dark Lady”) y por la música barroca (“Night Lights” o
“Evenening Wild”), mientras que el dúo Klaus-Rudolf comienza a mostrar los
primeros indicios de genialidad. Temas como “In Trance”, “Robot Man”, “Top of
The Bill” y la ya mencionada “Dark Lady” son considerados clásicos
imperecederos del conjunto. La conexión de Scorpions con el productor Dieter
Dierks comenzaba a dar sus frutos.
1976:
Virgin Killer
La
misma formación que había dado un golpe sobre la mesa con “In Trance”,
continuaría su ascenso en la dorada escalera de la fama con este nuevo álbum
caracterizado por su Hard-Rock setentero, el cual puede dividirse en composiciones
accesibles de Rudolf y Klaus, como “Virgin Killer”, “Backstage Queen”, “Catch
Your Tain” o las bellas “In Your Park” y “Crying Days”, todas de un nivel
altísimo, y las composiciones más elaboradas de Uli Jon Roth, como "Yellow Raven", "Little
Wing" o las experimentales “Hell-Cat” y “Polar Nights, en las que el
propio guitarrista pone su voz. También podemos disfrutar de la unión de ambos
bandos compositivos de la mano de un cañonazo como “Picture Life”. Nada parecía
frenar a los alemanes en su ascenso a la fama en aquellos tiempos.
1977:
Taken by Force

1978:
Tokyo Tapes
No
pensaba incluir conciertos en este análisis pero cometería un error gravísimo
si no hablara de uno de los mejores directos de la historia del Rock. La gira promocional
de “Taken By Force” llevó al grupo a Japón por primera vez, donde fueron
recibidos como héroes. Allí registraron su primer álbum en vivo, que llevó el
nombre de “Tokyo Tapes” y que se ha
convertido en un material clave para conocer a la banda. En este doble LP
podremos disfrutar de un repertorio extenso en el que no faltarán muchos de los
mejores temas que nos dejó la banda durante los 70s, como "Fly to
"The Rainbow", "Polar Nights", "We'll Burn the
Sky" o "Dark Lady" entre otras.
1979:
Lovedrive
Nuevos tiempos corrían para Scorpions. Uli,
insatisfecho con la orientación comercial del grupo, dejaba la banda para
seguir su camino en Electric Sun. Mientras tanto, y tras varias peleas con UFO,
Michael Schenker volvió a ser reclutado por los alemanes para tomar el
liderazgo a la guitarra, quien participa en la composición de tres temazos que
están en el disco como la instrumental “Coast To Coast”, “Another Piece Of
Meat” o “Lovedrive”, aunque deja pronto el conjunto, cediendo su puesto al gran
Matthias Jabs, quien llegó para quedarse en la formación de forma fija. Además
de los tres temas comentados anteriormente,
“Loving You Sunday Morning” (peligrosamente adictiva), “Can’t Get
Enough” (Jabs comienza a sorprender como guitarrista), el BALADÓN “Always
Somewhere” (una de mis preferidas de Scorpions) o el experimento reggae mejor
conocido como “Is There Anybody There”, conforman otro álbum de culto firmado
por el quinteto teutón. Por aquellos tiempos, cual Rey Midas, lo que Scorpions
tocaban lo transformaban en oro. Además, “Lovedrive”, fue su primer álbum en
entrar en la lista Billboard americana, alcanzando la posición 55.
1980:
Animal Magnetism
Con
la formación ahora consolidada con Matthias Jabs como nuevo guitarrista
principal, los alemanes publicaron su séptimo álbum. En “Animal Magnetism”
comienza a respirarse un tono más comercial y ochentero en el estilo de la
banda. Scorpions tenía en mente conquistar el mercado internacional,
especialmente el americano, y eso provocó este pequeño cambio de estilo. No
obstante, es un trabajo de mucho nivel en el que encontraremos algunos clásicos
del grupo como “The Zoo”, imprescindible en los repertorios del grupo, “Make It
Real”, la bella "Lady Starlight" (interesantes arreglos orquestales)
o la oscura “Animal Magnetism”, aunque tampoco hay que dejar de destacar otras
piezas como "Only a Man", "Falling in Love" o "Twentieth
Century Man". Gracias a esta obra nuestros protagonistas alcanzan por
primera vez la posición 52 en la Billboard. También es en esta época cuando los
miembros de la banda comenzaron a cambiar su “look” habitual por cuero y ropa
colorida, la cual tenía mayor afinidad con lo que se llevaba en aquellos
tiempos.
1982:
Blackout
Sin
duda, una de las OBRAS MAESTRAS del quinteto. Hablar de “Blackout” es hacer
referencia al primer álbum que conquistó realmente la lista Billboard, es
aludir a un LP de platino que vendió más de un millón de copias en dos años. No
obstante, no fueron tiempos sencillos para nuestros protagonistas. Durante la
grabación, Klaus Meine tuvo que someterse a una compleja cirugía en sus cuerdas
vocales que casi le cuesta perder la voz y, por tanto, poner punto y final a su
carrera. Don Dokken llegó a audicionar con la banda, pero Klaus era un hombre
demasiado fuerte para tirar la toalla. Esta trabajo está compuesto por
cañonazos salvajes como la homónima “Blackout”, “Dynamite”, “China White” o
“Now”, por canciones más comerciales como "No One Like You",
“Arizona” o “Can’t Live Without You” y por dos baladas de la talla de "You
Give Me All I Need" y la bellísima "When the Smoke is Going
Down". Cuando se habla de un disco de culto, este es un claro ejemplo.
1984:
Love at First Sting
Tras
el éxito mundial de “Blackout” los alemanes supieron jugar sus cartas y
lanzaron un trabajo que mantendría la calidad de su predecesor, introduciendo,
además, algunos elementos de carácter más comercial en sus composiciones. En
“Love At First Sting” hay Hard-Rock extremadamente pegadizo y directo, como
encontramos en clásicos como “Rock You Like A Hurricane” (¿quién no la
conoce?), “Big City Nights”, “Bad Boys Running Wild”, “I’m Leaving You” o “As
Soon As The Good Times Roll”, pero también podemos emocionarnos con la belleza
de una de las mejores baladas de la historia del Rock: “Still Loving You”. Como
era de esperar, este trabajo también vendría acompañado de buenas críticas y un
éxito comercial notable.
1988:
Savage Amusement
Tuvieron
que pasar cuatro años para que los alemanes volvieran a facturar un nuevo álbum
de estudio. “Savage Amusement”, sin llegar al nivel de los trabajos anteriores,
nos deja unas cuantas piezas a destacar como las duras "Don't Stop at the
Top" y “We Let It Rock…We Let It Roll”, las más comerciales "Passion
Rules the Game" o “Rhythm Of Love” o "Media Overkill" y una
dulce balada como “Believe In Love”. Scorpions se orientaba con más fuerza
hacia terrenos comerciales y eso se notaba en su sonido. Fue con la gira promocional
de este LP con la que el grupo comienza a dar shows en el este europeo,
estableciendo buenos lazos allí y llevándoles a actuar en el Moscow Music Peace
Festival en el que ofrecen un show inolvidable.
1990:
Crazy World
Otro
clasicazo de los escorpiones. Probablemente el último trabajo considerado como “grande”
de su discografía, sin desvalorar lo que lanzarían después (todavía me falta
hablar de álbumes muy buenos). Sin dejar de lado el punto comercial que
impregna algunas de sus composiciones, los alemanes resucitaron el fiero
Hard-Rock con el que iniciaron los 80s, a través de pistas como "Tease Me
Please Me" (¡vaya riff!), “Don’t Believe Her”, “Hit Between The Eyes”,
“Lust Or Love” o “Kick After Six”. Pero esta no iba a ser la única sorpresa que
guardaban los alemanes para este LP. Tras años intentando recrear la belleza de
"Still Love in You", el
quinteto se saca de la chistera "Wind of Change", otra de sus
canciones más respetadas y adoradas del grupo que ha sido adoptada como un
himno de la paz. También es posible soltar unas lagrimillas con “Send Me An
Angel”, baladón donde los haya.
1993:
Face the Heat
Con
la salida de Francis Buchholz y entrada de Ralph Rieckermann, los alemanes
volvieron a la carga con un buen álbum como es “Face The Heat”, en el que hay
canciones acertadas como "No Pain No Gain", "Someone to
Touch", la reivindicativa "Under the Same Sun" y la Heavy “Alien
Nation”. No obstante, a este LP le falta calidad y variedad para estar a la
altura de las grandes obras que hemos nombrado anteriormente.
1996:
Pure Instinct
Como
ocurre con “Face The Heat”, “Pure Instinct” se antoja como un buen álbum
secundario. Si bien es cierto que en este trabajo podemos encontrar dos de mis
baladas preferidas del conjunto como “When You Came Into My Life” y “You And
I”, así como otras canciones atractivas como “Wild Child” o “When The River
Flows”, parecía que el quinteto había perdido cierta inspiración por aquellos
años. También tuvieron la mala fortuna de vivir una época en la que el Rock
ochentero cada vez estaba más sepultado por el Grunge y algunos derivados del
Metal como el Industrial Metal y el Nü Metal. No obstante, todavía quedaba
Scorpions para rato, aunque tendríamos que esperar un buen puñado de años para
poder reencontrarnos con su lado más rockero. Antes de iniciar la grabación de
este trabajo, Herman Rarebell dejó la banda, teniendo que encargarse de grabar
la batería Curt Cress. Poco tiempo después, James Kottak se uniría al conjunto
como batería fijo para el Tour promocional y los siguientes álbumes del grupo.
1999:
Eye II Eye
No
todo podía ser perfecto. De hecho, este me parece un álbum para olvidar. El
bajón de calidad que “Pure Instinct” y “Face The Heat” parecían ir vaticinando,
se cumplió con “Eye II Eye”, donde los alemanes dan un giro de 180 grados a su
estilo, abandonando e Rock para explotar su vertiente más Pop (todos cometemos
errores). Hay un par de canciones, en todo caso, que podrían rescatarse del
conjunto, sin llegar a ser piezas imprescindibles en su discografía, como “Be
No. 1”, “10 Light Years Away”, la balada “Moment In A Million Years” y, como
curiosidad, “Du Bist So Schmutzig” (primera letra de la banda escrita en su
lengua materna). Un mal álbum que no empaña su legado, aunque es mejor no
recordar demasiado.
2000:
Moment of Glory//2001: Acoustica
He
unido estos dos álbumes en vivo porque creo que ambos representan una etapa
alternativa en la historia de la banda. Tras pifiarla con “Eye II Eye” y su
bajón creativo, Scorpions toma la decisión de aventurarse a desarrollar dos
proyectos diferentes y que devolverían el buen hacer a la banda. El primero de
ellos nace de una invitación que recibieron de la Filarmónica de Berlín para grabar juntos
una serie de canciones de la banda en formato orquestal. “Moment of Glory” tuvo
un resultado exitoso y realmente es un trabajo que sorprende ya que podemos
escuchar clásicos de la banda en una tesitura diferente y de lo más curiosa. Un
año después la banda lanza “Acoustica”, un tremendo material en el que la banda
convierte sus canciones clásicas en temas acústicos, logrando un resultado
impecable. Ambos proyectos se tradujeron en un nuevo aumento en el seguimiento
de la banda.
2004:
Unbreakable
Tras
unos años de lanzamientos en formatos acústicos y orquestales, por no hablar de
los guiños al Pop, los gigantes alemanes resucitaban su vena más rockera con un
álbum de mucho nivel como “Unbreakable” en el que debuta el bajista Pawel
Maciwoda. Son mayoritarias las piezas eléctricas (“New Generation”, “Love ‘Em
Or Leave ‘Em”, “Blood Too Hot” o “Deep And Dark”), aunque también hay hueco
para un baladón de la talla de “Maybe I Maybe You”. Un trabajo con el que
Scorpions reivindicaban su trascendencia en el Hard-Rock y parecían dejar a un
lado el Rock comercial de sus últimos trabajos así como los proyectos
alternativos con orquesta o el concierto “Acoustica”.
2007:
Humanity: Hour I
Aunque
no ha sido valorado como se merece y dudo mucho que se gane la consideración de
clásico, “Humanity - Hour I” es uno de los mejores trabajos de Scorpions en el
nuevo milenio, además de ser el único conceptual en toda su discografía. A
través de un buen elenco de canciones el grupo nos cuenta la historia de los
supervivientes tras el final de la humanidad por culpa de la misma y cómo estos
tratan de recuperar valores fundamentales para ellos como el amor o la amistad,
los cuales son descritos a partir de canciones de la talla de “The Game Of Life” o “Love Will Keep Us Alive”, aunque también
hay referencias a aspectos negativos como la depresión (The Future Never Dies”)
o las rupturas amorosas (“Your Last Song” o “Love Is War”). Hay dos canciones especialmente
buenas como la inicial “Hour 1” y “3,2,1” con esa faceta más metalera de estos
experimentados alemanes. Con la emocionante “Humanity”, en la que la banda da
un tirón de orejas a la sociedad actual y su egoísmo, cierra un disco
sobradamente recomendable.
2010:
Sting in the Tail
Supuestamente
este iba a ser el último trabajo de los alemanes (así fue anunciado), pero afortunadamente
no fue así. Este trabajo me parece un guiño a una carrera que por aquellos
tiempos se acercaba a cumplir medio siglo de duración. “Raised On Rock”, “No
Limit”, “Rock Zone” o “Sting In The Tail” muestran la rabia ochentera del
grupo, mientras que “The Good Die Young” o “Lorelei” se antojan como dos grandes
Power Ballads muy acorde a los cánones del grupo. Si este realmente hubiera
sido el punto y final de la banda, desde luego habría sido de lo más digno.
2015:
Return to Forever
Fieles
a eso de que “el que tuvo retuvo” y ajenos a retirarse, los alemanes volvieron
por la puerta grande con un álbum tremendamente atractivo en el que celebraban
su carrera (véase “We Built This House”), explotando su habilidad innata para
las baladas facturando algunas piezas de incalculable belleza como “House Of
Cards”, “Eye Of The Storm” o “Gipsy Life”, sin tampoco olvidarse de su tan
adorado Hard-Rock en cañonazos como “Rock My Car”, “Rock ‘N Roll Band” (previamente
presentada en su Unplugged), “Going Out With A Bang” o “The Scratch”. Este
sería el último con James Kottak, quien sería posteriormente sustituido por el
legendario batería Mikkey Dee, mundialmente conocido por sus más de 20 años de
trayectoria junto a Motörhead. Un trabajo de lo más cumplidor y agradable de
oír.
2022: Rock Believer
Lejos de dormirse en los laureles o de grabar “lo mismo de
siempre”, los teutones lograron con “Rock Believer” uno de los mejores trabajos
de dicho año y uno de sus obras más destacables en este milenio. Lejos de ceñirse
a unos patrones repetitivos, el grupo supo aprovechar la presencia de Mikkey
Dee en la batería para introducir canciones más veloces como “Peacemaker”, “Gas
In The Tank” o “When I Lie My Bones To The Rest”. Además de la inclusión de solamente
dos baladas en el LP (tanto la homónima “Rock Believer” como When You Know
Where You Come From” me resultan sensacionales), llama mucho la atención la
presencia de un par de canciones con las que el grupo recupera elementos de su
pasado, como sucede por ejemplo con “Knock’Em Dead” (tiene una estructura similar
a “Don’t Believe Her”), “Seventh Sun” (considerable parecido con “Arizona”) y “The
Shining Of Your Soul” (resucitan el reggae de su clásica “Is There Anybody There”).
Un trabajazo.
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