El inicio de la
memorable década de los ochenta fue muy positivo para Whitesnake. La
publicación del álbum “Ready An’ Willing” (Mayo de 1980), en el cual fue
incorporado Ian Paice a la batería, presentó un buen puñado de temas de alta
calidad, como la mítica “Fool For Your Loving”, que se tradujeron en un ascenso
destacado de popularidad que fue rápidamente aprovechado por el grupo para
lanzar el destacado directo “Live…In The Heart Of The City” (Noviembre de
1980).
Por si fuera poco, la
banda estuvo presente en el festival de Reading de 1980 y ofreció una memorable
actuación que terminó de convencer a todos los miembros del grupo para volver
rápidamente al estudio y grabar el que sería su cuarto álbum de estudio. Entre
octubre de 1980 y enero de 1981, la “serpiente blanca” entró en los Startling
Studios de Ascot (Inglaterra), una vez más, bajo la supervisión de su fiel
productor Martin Birch. Lejos de cambiar su sonido hacia algo más comercial, el
grupo creó 10 canciones completamente nuevas que seguían fielmente unidas al Hard-Rock, el Blues, el
Funk y el R&B, constituyendo un disco de muchísimo nivel y que, a nivel
personal, logró introducirme en el grupo. Vamos ya con el correspondiente
análisis a “Come An’ Get It”:
Como cabe esperar de un
buen disco de Whitesnake, el primer tema de este LP, que es precisamente el que
da nombre al mismo, es provocador y sensual (véase la letra) y tiene ese tono
festivo tan característico de este grupo (poquitas bandas me ponen de tan buen
humor como ellos). Coverdale, como si fuera sencillo, canta con mucha clase y
tranquilidad.
Seguimos en la misma
onda con la magnífica “Hot Stuff”, trabajado corte que destaca por la cantidad
de riffs que se suceden en el tema, la potencia de Paice en la batería, el solo
de Lord en los teclados, el vozarrón de Coverdale (con grito incluido) y con
una presencia muy interesante de los coros. Se nota mucha influencia de la
música negra en este temazo. Nunca me
cansaré de escucharlo.
“Don't Break My Heart
Again”, además de uno de los mejores temas del disco, es todo un clásico de la
“serpiente blanca”. Aunque el título lo sugiera, no estamos ante una balada
como tal, pero la letra si trata sobre el amor, una temática muy recurrente por
parte del conjunto británico. Es increíble el feeling que desprende ese bajo
sobre el que navega la siempre sobresaliente voz del maestro Coverdale. En pocas semanas este alcanzó el
puesto número 2 en las listas británicas, un hecho inédito en aquel momento
para el grupo.
Para amantes del Blues
como este que escribe estas líneas también la banda había reservado un estelar
corte que llevó por título “Lonely Days Lonely Nights”. Estelar interpretación
de toda la banda en el apartado instrumental, aunque, una vez más, es David
Coverdale quien brilla por encima del resto con esas cuerdas vocales únicas e
inconfundibles.
¿Fan de los primeros
Whitesnake? “Wine, Woman And A Song” se convertirá rápidamente en una de tus
preferidas. Rock cargado de buen rollo y mucha actitud. La letra, como bien
indica su título, evoca y celebra la vida en la carretera. Moody y Marsden se
marcan un solo compartido de guitarra que termina de bordar esta composición.
“Child Of Babylon”
también merece una mención muy especial y destacada. Primero hay que destacar
la similitud sonora con Led Zeppelin, una influencia más que obvia para la
banda británica. Es una composición muy elaborada de Hard-Rock (¡el solo de
guitarra es sencillamente una pasada!) que destaca por sus numerosos cambios de
ritmo.
A nivel personal,
perdón por este momento de subjetividad, siempre le tendré un cariño especial a
“Would I Lie To You”, un monumental tema fiestero con el que crecí y di mis
primeros pasos en el Rock. Coverdale sigue en su tónica macarra, cantando con
chulería y algo de provocación, mientras Paice marca el ritmo con la batería y
el gran Lord juega con los teclados, aportando la sección más bailable del
disco. El intermedio más pausado es un cambio de ritmo tan necesario como
brillante.
“Girl” y “Hit An' Run”
imponen la fuerza y la rebeldía en el transcurso del disco. La primera cuenta
con una serie de Riffs muy interesantes y con claras influencias de Funk, pero
para mí es la segunda la más destacable de las dos ya que cuenta, además de con
la habitual actuación sobresaliente de David, con dos solos de guitarra
especialmente buenos (los mejores del álbum probablemente).
Finalmente, “Till The
Day I Die” baja el telón con maestría. En su inicio disfrutaremos de una
sección melódica de guitarras en la que David se nos pone más emotivo y
carismático, haciendo el tema suyo hasta que rompen unos solos de guitarra,
tristemente, breves (tanta belleza debería durar más tiempo) y la canción
adquiere mayor intensidad.
De esta forma termina
un álbum, a mi parecer, de obligada escucha para todos los amantes del
Hard-Rock y del Blues, así como lo recomiendo a todos aquellos/as que quieran
iniciarse en la carrera de esta grandiosa banda a la que es imposible no
querer. Después vendrían obras, probablemente, mayores de las que hablaré en
otro momento, pero creo que “Come An’ Get It” es un disco perfecto de principio
a fin y, como tal, le pongo un 10.
Muy buen disco
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