Con casi setenta años,
nada parece poder detener al ya legendario Joe Perry, mejor conocido por todos
por ser el guitarrista líder de Aerosmith, así como uno de los grandes maestros
de las seis cuerdas. Su estilo a la forma de tocar, dotado de una técnica y una
facilidad compositiva abrumadora, ha servido de influencia para otros nombres
propios como el mismísimo Slash, con quien ha compartido en alguna ocasión
escenario.
“Sweetzerland
Manifesto” (Roman Records) es el sexto álbum lanzado por Perry a nivel solista
(si sumáramos a estos los que ha lanzado con Aerosmith, así como los
recopilatorios y los álbumes en vivo la cifra sería escalofriante). Para esta
ocasión tan especial el artista ha contado con la colaboración de grandes
amigos y compañeros de profesión como Robin Zander (Cheap Trick), David
Johansen (New York Dolls), Terry Reid (destacado músico de sesión que ha
trabajado junto a UFO, Don Henley, Reo Speedwagon, Cheap Trick o Mick Taylor,
así como ser, sorprendentemente, el principal responsable de que Jimmy Page
conociera a Robert Plant y le invitara a unirse a la que pronto se convertiría
en una de las bandas más grandes de todos los tiempos), Zack Starkey (hijo de
Ringo Starr y batería desde hace años de The Who), el famoso actor, y compañero
de banda de Perry en los Hollywood Vampires, Johnny Depp, además de aparecer
también en el álbum dos hijos del propio Joe (Tony y Roman Perry).
Este nuevo plástico fue
grabado en Studio 1480 en Los Angeles y ha sido producido por el propio Perry
junto a Bruce Witkin y, además, con Johnny Depp como productor ejecutivo.
También hay que destacar la presencia del mismísimo Jack Douglas, productor de
algunos de los álbumes más grandes en la carrera de Aerosmith como “Toys In The
Attic”, “Rocks” o “Get Your Wings”, quien ha ayudado a Perry esta vez en la
composición y producción de varias de las canciones que componen este trabajo.
La portada fue diseñada
por Witkin y Tony Perry y en ella, como no podía ser de otra forma, podemos ver
a Joe Perry en esencia, armado con su guitarra y con una de sus tantas poses
chulescas que le han caracterizado en su, casi, medio siglo de carrera.
Teníamos muchas ganas
de escuchar y reseñar este álbum y, como es una ocasión especial, hemos querido
contar en el Blog para este análisis con nuestra amiga y compañera bloggera
Alba, quien es una fanática hasta la médula de Aerosmith y de Joe Perry, y con
quien ya coescribimos otras reseñas de “Los chicos malos de Boston”, como
“Permanent Vacation” o “Get A Grip”. No
está bien decirlo pero, como fanáticos de Joe que somos puede que seamos algo
más subjetivos de lo normal (disculpas por anticipado).
Sin más preámbulos,
comenzamos a analizar “Sweetzerland Manifesto”:
Alba: El disco empieza con un singular sonido que
llama la atención. En esta ocasión le siguen unas voces acompañadas del ritmo
de la batería y la guitarra. Es una canción muy singular que arranca con un
solo distorsionado que parece transportarte a un mundo salvaje, tribal y algo
caótico, cerrando como al inicio de la canción.
Diego: Perry apuesta firmemente por dar rienda
suelta a sus ideas y nos da la bienvenida a su nuevo esfuerzo musical con “Rumble
In The Jungle”, una pequeña pieza instrumental inspirada en la música
tradicional africana, como puede percibirse en la percusión y en los cánticos
que se suceden en el tema. La guitarra de Joe aparece en un segundo plano,
punteando y construyendo la base sobre la que va creciendo el tema. Es una
apuesta arriesgada y que puede tener muchos detractores (no es mi caso), pero
siendo Perry su compositor, tampoco es extraño que aparezcan composiciones de
este talante más progresivo.
I'll Do
Happiness (con Terry Reid y Zack Starkey)
Alba: Una canción con un buen ritmo de la batería y
un riff pegadizo que te hará mover tu cuerpo al estilo más blusero. He aquí una
canción sencilla con un acompañamiento de un coro que da mayor vitalidad y
fuerza a su melodía y a la voz rasgada del cantante.
Todos sus elementos unidos hacen de esta canción una
buena escucha.
Diego: El sonido se “normaliza” con “I’ll Do
Happiness”, que cuenta con Terry Reid (voz) y Zack Starkey (batería) como
invitados de lujo. Buena demostración de Blues-Rock con un sabor más bien
clásico en la que disfrutaremos del primer gran solo del bueno de Joe, que
sigue estando en un estado de forma envidiable para su avanzada edad y la vida
de excesos que ha llevado.
Alba: En esta ocasión, la canción de “Aye, Aye, Aye”
empieza con mucha fuerza y energía que se desborda en la voz del cantante y en
la intensidad del acompañamiento de la melodía. Un buen inicio y un buen acabado.
Otra canción que te hará querer cantar y gritar con todas tus ganas mientras te
vuelves loco sumergido en la música que tiene un toque muy clásico en el blues
junto al sonido del piano.
Diego: Probablemente esta sea una de mis preferidas.
Joe acertó al contar en sus filas con el gran Robin Zander para cantar una de
las canciones más movidas del LP. Rock en su tónica añeja, que cobra especial
fuerza en el estribillo y en los momentos posteriores al mismo, y que cuenta
con una serie de riffs espectaculares como el que aparece, por ejemplo, en el
minuto 1:13 (¿es un guiño a Led Zeppelin?). El cantante de Cheap Trick hace una
labor sobresaliente al micrófono, desgañitándose como acostumbra al respetable.
I Wanna Roll
(con David Johansen)
Alba: Una voz grave que sigue una línea sencilla de
melodía de fondo y un ritmo básico. Quizás esta canción pueda gustar más o
menos dependiendo de los gustos musicales de cada uno. Es cierto que no es de
las mejores canciones de este disco, ya que no hay muchos saltos y todo parece
seguir una misma línea, por lo que puede que no se te acelere el corazón. Por
el contrario, es una canción bastante calmada comparado con el “Aye, Aye, Aye”
que escuchamos antes.
Diego: “I Wanna Roll” se me atraganta un poco más.
Digamos que es una composición de tintes más melódicos a la que le falta algo
más de magia para terminar de convencer. David Johansen hace una buena labor al
micrófono, pero a esa instrumentación le falta algo de variedad y de factor
sorpresa (un buen solo de Perry, que le sobra calidad para ello).
Sick & Tired
(con Terry Reid)
Alba: Comenzamos con un buen
ritmo de la batería al que se le une un riff de la guitarra. Una buena música
de acompañamiento que combina con la voz del cantante. Esta canción puede
gustarte, aunque también sigue una línea muy parecida al estilo de “I Wanna
Roll” con algún sonido de la guitarra que sobresale más y un solo típico que se
asemeja a los solos escuchados en las otras canciones. A pesar de ello, es una
buena canción
Diego: Me gusta algo más “Sick & Tired” en todos
los aspectos (instrumental, vocal y lírico), recordándome en algunos instantes
al sonido de los Deep Purple más modernos. Perry, ahora sí, se saca un solo de
mucha envergadura que termina de construir un tema de agradable escucha.
Haberdasher
Blues (con David Johansen)
Alba: Esa voz grave de “I Wanna Roll” la encontramos
en esta canción también. Sin embargo, en esta ocasión, con la música de fondo y
el sonido de la armónica, se integra más y le da un aire clásico que a todos
nos gusta escuchar. Lo mejor para deleitar nuestros sentidos con el ritmo
blusero más significativo acompañado del hermoso sonido del piano que le da ese
toque mágico y la armónica que le da el sabor ácido y seco de un verdadero
blues. Una canción que te llevará a pensar si alguna vez ya habías escuchado
esta canción en algún rincón de tu cabeza. Perfecto para los amantes del blues
de toda la vida.
Diego: Llamadme clásico y lo que queráis (hasta
cierto punto lo soy), pero “Haberdasher Blues” es una de mis canciones
predilectas de este disco y pienso que todo el amante del buen Blues-Rock no
debería ignorarla, porque tanto Perry a la guitarra como David Johansen al
micro cuajan un sublime corte que, desde la sencillez, se convierte en uno de
los nombres propios del LP.
Spanish Sushi (Tony
y Roman)
Alba: Una guitarra que suena
con un acompañamiento algo diferente a las otras canciones. Una música algo
mística que te lleva a un mundo oriental lleno de misterios. Quizás la música
de acompañamiento con otro riff hubiese acentuado más el aire oriental. Sin
embargo, este instrumental es muy singular en comparación con lo que contiene
el disco. A su vez, es una canción armoniosa y lineal
Diego: Su título seguramente descoloque un poco,
pero “Spanish Sushi” también merece ser escuchado con mucha atención. En este
tema Joe se alía con sus hijos Tony y Roman para componer una composición
completamente instrumental que combina Hard-Rock con numerosos arreglos
atmosféricos que le dan, como ocurrió en la introducción, un tinte más
progresivo.
Eve Of
Destruction (con Johnny Depp a la batería)
Alba: Un gran ritmo de la guitarra con un
acompañamiento con algún matiz ranchero y blusero, pero con algunos sonidos
diferentes, bien integrados. La voz de Perry es buena, aunque en los agudos
puedes sentir que falta algo. Es una canción con altibajos, por ello también es
algo diferente a lo usual. Sin embargo, ello hace que combine bien con el
significado de la letra de la canción.
Diego: En esta ocasión es el propio Joe Perry quien,
además de empuñar la guitarra, toma las riendas del micrófono y versiona a
Barry McGuire con una versión de “Eve Of Destruction”. Mr. Perry no pasará
precisamente a la historia como cantante (como guitarrista estoy seguro de que
sí), pero hace una labor bastante plausible y que, a mi parecer, rinde un
soberbio tributo al músico de Oklahoma.
I'm Going Crazy
(con David Johansen)
Alba: Siguiendo con la dinámica y el estilo del
disco, esta canción refleja el sonido del blues acompañado de nuevo, con
algunas intervenciones de la armónica y un órgano que suena de fondo. Estamos
ante otra gran canción propia del blues. Aparte, el cantante en un momento dado
tiene unas palabras a modo más de monólogo que acentúa el carácter del estilo
de este single.
Diego: Sencilla pero muy pegadiza. “I’m Going Crazy”
fusiona el Hard-Rock con algunas pizcas de Funk y Blues, resultando un corte de
cuatro minutos que he de reconocer que me ha encantado desde el primer día que
pude escucharla. Destacadísimo, una vez más, David Johansen a la hora de
cantar, sacando su lado más bandido en los versos (a veces parece que se está
dirigiendo directamente al oyente).
Will Not Let Me
Go (con la participación de Terry Reid)
Alba: Igual que la primera canción, “Rumble In The
Jungle”, esta empieza con un sonido distorsionado, algo caótico que te envuelve
en un aire algo oscuro dentro de lo que es el ritmo del blues. Una voz que no
resalta por lo general, pero que capta muy bien los sentimientos de la letra y
la música y los defiende muy bien en esta canción. Aquí encontraremos uno de
los mejores solos del disco ya que transmite mucho más que en otras canciones.
Una canción muy merecedora de los aires de grandeza que te hace sentir.
Diego: Nos despedimos del álbum con “Will Not Let Me
Go”, canción poco cambiante que dispone de unos arreglos instrumentales que
orientan el sonido hacia el Lejano Oriente. En algunos momentos me recuerda a
“Taste Of India”, tema de Aerosmith incluido en “Nine Lives” y que curiosamente
fue compuesta por el propio Joe. Si bien se extraña, quizás, alguna alteración
en el transcurso de la canción, hay que destacar altamente el acertado solo de
esta leyenda de la guitarra con el que nos transporta directamente hasta el
final del disco.
CONCLUSIONES:
Alba: A nivel general es un buen disco, pero no es
de los mejores de Joe Perry. Sin duda hay muchos otros que sobresalen y brillan
mucho más que éste. Sin embargo, tiene ciertas canciones que pueden deleitar a
los melómanos seguidores de este gran guitarrista y compositor. Por ello,
recomendaría este disco solo a los verdaderos fans de Joe, dado que no es de
los mejores álbumes y tal vez no podrá conseguir enganchar a las grandes masas
de consumidores de este tipo de música con la misma facilidad que otros .
Diego: “Sweetzerland Manifesto” cumple sobradamente
con las expectativas de lo que se puede esperar de un trabajo de Joe Perry en
solitario. En sus 10 temas se percibe creatividad, trabajo y amor por la
música, tres aspectos que son de agradecer. No obstante, sería exagerado
afirmar que este es el mejor trabajo que el americano nos ha brindado en su
carrera alejada de Aerosmith (ese lugar lo ocupa, para mí, su célebre “Let The
Music Do The Talking”). Pasan los años y Perry sigue siendo capaz de
sorprender.
¡Hemos decidido por acuerdo total que el disco es
merecedor de un 7!
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