
Aerosmith, la legendaria banda americana de Hard
Rock, visitó la isla canaria por primera vez en su vida para concluir el
Aero-vederci Baby! Tour que, supuestamente, es el último que los “chicos malos
de Boston” darán en Europa.
Un show que pasará a la historia
Empecé la crónica con el término “histórico” por dos
razones:
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Fue un concierto histórico para
Tenerife, una isla que musicalmente siempre ha apostado por otros géneros y
artistas como Shakira, Maná, el tan odiado Maluma, Ricky Martin,…dejando al
Rock siempre en un segundo lugar. Hasta hace pocos meses, si le preguntabas a
un chicharrero (que es como se conoce cariñosamente a los habitantes de
Tenerife, y más concretamente a los de Santa Cruz, su capital, por el
acontecimiento musical más importante para la isla en su historia, el 99,9% de
los encuestados te diría que el concierto que Michael Jackson dio en 1993 o la
visita que los Beatles hicieron al norte de la isla donde se alojaron durante
un par de días para descansar de las largas giras. Un show de Aerosmith en la
isla estaba llamado a ser, al menos, tan importante y especial como el del “Rey
del Pop”, y puedo asegurar que cumplió con las expectativas.
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Puede que haya sido un concierto histórico
para Aerosmith, puesto que, en un primer momento, la gira se llegó a publicitar
como la última que los americanos darían por Europa, por lo que si es cierto,
Tenerife podría haber sido partícipe del último concierto de la carrera de
Aerosmith en el “viejo continente”. En
los últimos meses Joe Perry y Steven Tyler han dejado caer que queda banda para
rato, teniendo en mente seguir, al menos, hasta 2020, año en el que se
celebrarán 50 años de carrera. En 2014, y ahora hablo desde la experiencia
personal, tuve la suerte de viajar a Madrid a ver el segundo show que Scorpions
dio en el Palacio Vistalegre, siendo este aparentemente el último que darían en
España. A día de hoy creo que ya son 5 veces las que los alemanes han pasado
por nuestro país, así que esta debe ser una causa por la que no me termino de
creer que el show en la isla haya sido el último de Aerosmith por Europa.
Los antecedentes:
En octubre de 2016 la
banda oficializó el tour europeo Aero-vederci Baby! y anunciaron todas las
fechas que estarían incluidas en el Tour, habiendo dos fechas confirmadas en
nuestro país: Madrid y Barcelona.
Fue en noviembre cuando
los periódicos de la isla comenzaron a disparar una serie de rumores sobre
posibles negociaciones por parte de una importante fundación con los
representantes de Aerosmith para un posible concierto aquí en la isla. Recuerdo
mis nervios al leer aquella impactante noticia. Había quedado muy apenado de
poder viajar a la península para verlos en vivo (los billetes son a veces muy
caros), y aquella noticia todavía me
daba algunas esperanzas de verlos.
Fue poco antes de fin
de año cuando se oficializó el esperadísimo concierto y salió el cartel en el
que se confirmaba el Heliodoro Rodríguez López, estadio de mi querido Club
Deportivo Tenerife. El primer día de la venta de entradas fue una auténtica
locura, con una caída de la red de ventas online y con grandes colas en los
puntos de venta físicos. La gente quería ver a Aerosmith.
8 días antes de la gran cita, los alrededores del Heliodoro comenzaron a llenarse de materiales enormes, de cajas y de camiones que fueron, día a día, usados para levantar sobre el césped el enorme escenario que pisarían “Los chicos malos de Boston”.
Fue el jueves 6 cuando
en el aeropuerto Reina Sofía, situado en el sur de la isla, aterrizaba el avión
privado que traía a Aerosmith hasta un territorio que nunca antes habían pisado.
De ahí fueron trasladados a un lujoso hotel situado, también, en el sur.
El día 8, el
esperadísimo día 8, el Heliodoro comenzó desde temprano a ser rodeado por
numerosos incondicionales que habían comenzado a curiosear la zona para ver el
ambiente que había por fuera del estadio, para visitar la gran tienda de productos
oficiales de la banda (me tuve que comprar una camiseta de la gira jajajaja) y
para comenzar a hacer cola para pillar un buen sitio cuando abrieran la puerta.
A eso de las 3 de la
tarde, los que estábamos por fuera del estadio tuvimos la impresión de que era
la banda americana la que estaba comenzando a probar sonido y a ensayar antes
del show. Ciertas caras de sorpresa se dibujaron entre los presentes cuando el
bajo comenzó a disparar con suavidad la inconfundible introducción de “Sweet
Emotion”. Camisetas de Aerosmith, de los Rolling, de AC/DC…una marea de
rockeros invadió el estadio. Obviamente había también un interesante porcentaje
de espectadores que conocían solo una o dos canciones y que se pasaron el
concierto grabando todo lo que ocurría (ahora está de moda ir a los conciertos
para verlo por la pantalla del móvil).
La apertura de las
puertas fue bastante puntual, pasando por un ejemplar control policial que en
todo momento logró crear en los asistentes una sensación de seguridad muy
agradable y positiva.
Los teloneros:
Poco después de
ubicarme en mi asiento, comenzaron las actuaciones de los teloneros que
amenizaron la velada hasta la llegada del gran momento. Durante las dos semanas
previas al concierto hubo cierta desilusión con las bandas que fueron
contratadas para telonear a Aerosmith ya que no era Alter Bridge, quienes sí
estuvieron en Madrid. Fueron dos artistas nacidos en Tenerife los que tuvieron
el privilegio de subirse a las tablas del Heliodoro: Simón Salinas y La Pista
Búlgara.
El primero, ganador de un concurso contra otros tres candidatos para poder ser telonero, dio una notable actuación de media hora para los asistentes que nos encontrábamos en el estadio. Si bien, tal vez, su sonido distaba mucho del de Aerosmith, desde lo personal agradecí esa mezcla de indie y algo de Rock más duro que me recordaba al de artistas españoles como Pereza o Leiva, que era el cantante de Pereza curiosamente.
La Pista Búlgara, que
son una banda clásica de la isla, dio un conciertazo que comenzó a activar al
público con su Rock más animado y festivo. El sonido no fue el mejor en algunos
momentos de la actuación, pero sin duda se pudo disfrutar también de un buen
show previo.
“¿¿Qué pasa
chicharreros??”
Tras unos últimos
retoques por parte del personal de Aerosmith, el reloj dio las 10 de la noche,
la hora había llegado. Solo un par de minutos después se apagaron todas las
luces del estadio y comenzó a proyectarse, bajo el acompañamiento del “Carmina
Burana” de Carl Orff, un vídeo que repasaba la amplia trayectoria de la banda,
con vídeos e imágenes que iban desde atrás hacia delante en el tiempo. Con
mucho respeto y expectación la gente visualizaba el vídeo pensando en los que
se les venía encima, hasta que comenzaron a aparecer sobre las tablas Brad
Whitford, Joey Kramer y Tom Hamilton y los gritos comenzaron a imponerse.
Una vez se proyectó el
logo de la banda, el speaker oficial de la banda, entre los nerviosos gritos de
la fanaticada, hizo su tradicional presentación de la banda y, desde la
plataforma apareció un imponente Joe Perry con su guitarra y comenzó la fiesta.
Reconozco que una vez que vi a Perry ascendiendo hasta el escenario me eché a
llorar como un crío. Es uno de mis guitarristas preferidos y el simple hecho de
poder verlo en vivo a pocos metros de distancia era todo un privilegio para mí.
Los acordes de “Let The Music Do The Talking” comenzaron a sonar en la calurosa
noche santacrucera, hasta que la figura del incombustible Steven Tyler comenzó,
también a aparecer por las escaleras de la plataforma y salió como una bestia
al escenario, provocando la histeria colectiva que recibía calurosamente al
legendario frontman. Tyler empuño el micrófono y a grito pelado soltó un “¿Qué
pasa chicharreros?” que terminó de poner al púbico a sus pies. El primer tema
dejaba claro que Aerosmith quería “dejar que la música hablara” y lo lograron.
La voz de Steven, tan fresca y juvenil, pese a sus 69 añazos, sorprendía a
todos los que estábamos allí congregados. No era normal que un personaje que ha
vivido en el mundo de las adicciones, que tiene una edad avanzada y que llevaba 8 semanas sin parar, cantando
por toda Europa, estuviera dando al Heliodoro una clase de canto. El solo de
Perry con slide fue otro de los momentazos de la introducción de la banda.
Sin tiempo para
aplaudir explotó la legendaria “Toys In The Attic”, toda una sorpresa en el
setlist al haber sido solamente incluida en un concierto de la gira. El público
más conocedor de la banda se desgañitó en el enérgico estribillo al grito de “TOYS!!!
TOYS!!!! TOYS!!!!!!! ARE IN THE ATTIC!!!” en el que brillaron los coros de Joe
Perry. Steven comenzaba a volverse cada vez más loco, aprovechando un
intermedio instrumental para coger una botella y comenzar a mojar a todos los
presentes en la primera fila. Aunque luego lo tratará con más extensión, en
esta canción fue el primer instante donde pudieron verse muchas sonrisas entre
Steven y Joe, las dos figuras principales dela banda que, durante tantos años,
tuvieron innumerables discusiones que terminaron convirtiéndose en una de las
rivalidades más famosas del Rock Agradecí mucho esta sorpresa en el repertorio.
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Foto extraída del Diario de Avisos |
Con los arpegios de “Livin’
On The Edge” la afición entera terminó de meterse de lleno en el concierto,
cantando la letra, especialmente en los estribillos, donde 25.000 personas
levantaron sus manos mientras gritaban el famoso estribillo. Joe volvió a sacar
su clase con la guitarra con un solo de primer nivel que fue reflejado en las
pantallas entre llamas. . Steven no tardó en dedicarnos un “Motherfuckers!!!”
en uno de los parones del tema. Kramer se unió a la fiesta ayudando en los
coros y en los gritos cuando Tyler le acercó el micrófono.
La batería de Kramer
presentaba el inconfundible ritmo de “Rag Doll”, un temazo también
calurosamente recibido por la fanaticada chicharrera. Joe tocando una especie
de Lap Steel Guitar acompañaba a una imponente banda comandada por Steven que
enamoraba a los presentes con sus bailes y con un megáfono.
Desde el primer momento
Aerosmith con “Falling In Love (Is Hard On The Knees)" se metió al púbico en el
bolsillo. Steven cantó con mucha veteranía un clásico del gran “Nine Lives”.
Otro solo para el recuerdo por parte de Joe Perry.
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Foto extraída de |
Otro cover de Fleetwood
Mac sonó en el Heliodoro. “Oh Well” mostró la mayor exhibicón de Joe a la
guitarra, marcándose una buena serie de solos que dejan claro por qué es uno de
los mayores genios de las seis cuerdas que han existido y que existirán.
El estadio recibió con
gran emoción la llegada de la bellísima “Janie’s Got a Gun”, una de las grandes
baladas de Aerosmith. Emocionante interpretación de un desatado Tyler que comenzó
a provocar más de una lágrima entre los asistentes. Los 4 músicos músicos (5 si
incluimos los teclados) clavaron el tema.
Entre risas, Steven y
Joe cantaron gran parte de “Chip Away The Stone”, una canción festiva lanzada
como single y años más tarde incluida en “Gems”, un álbum recopilatorio de la
banda. Animada pieza que anticipó uno de los momentos de la noche.
Tras enseñar sus
tatuajes y compartir un par palabras con los aficionados, Steven pidió un gorro
prestado a una aficionada, del que hizo un par de bromas antes de que el piano
anunciara la llegada a una de las grandes baladas de la historia del Rock y de
estos americanos. “I Don’t Wanna Miss A Thing” emocionó a todo el Heliodoro,
que acompañaba al showman al micrófono en los estribillos. Tyler cantó como los
ángeles, bordando una de las mejores canciones de esta hermosa velada.
Otro de los temas de la
noche fue “Come Together”, la famosa versión de los Beatles que hace ya más de
30 años Aerosmith hizo suya grabando una versión que, a mi parecer, se traga a
la de los Liverpool. Todos sonaron gigantescos, con un público que en cada
estribillo gritaba como si fuera el último tema de la noche. Es en este tema
cuando se vieron los mayores indicios de que las tensiones ente Steven y Joe
que muchos años atrás existieron ya son historia. En el segundo puente del
tema, comenzaron a mirarse, a señalarse
y acabaron ambos riéndose delante del micrófono como dos viejos amigos.
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¡El setlist más largo de todo el tour! |
La locura volvió a
imponerse en el Heliodoro con la introducción de “Eat The Rich”, donde las
guitarras de dos vacilones Brad y Joe Perry, entre sonrisas de complicidad,
comenzaron a puntear el famoso Riff de la canción que abría el legendario “Get
A Grip”. El estribillo fue uno de los más coreados por la gente. Un tema que
siempre gana en concierto.
Turno de uno de los
momentos más emotivos de la noche. “Cryin’” provocó que al instante todo el
estadio comenzara a encender sus mecheros. Steven disfrutó, se notó, cantando
otro clásico de “Get A Grip”. Una balada tan bella como lacrimógena en vivo.
Sin duda, “Dude (Looks
Like a Lady)” fue una de las canciones donde el Heliodoro disfrutó más de este
show tan especial. Una canción festiva, que no puede caerse del setlist por su
trascendencia y su buen feeling. El estadio gozó al ritmo de las animadas guitarras,
de la base de Kramer y del bajo de Tom y se contagió de los pasos de baile de
un desatado Steven. Cuando terminó la canción, banda hizo un amago de irse para
que los ayudantes de la banda colocaran un piano blanco al final de la pasarela.
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Foto de Nicky Triphook |
Tras una breve, y
sorpresiva, interpretación de “Mother Popcorn”, la euforia terminó de imponerse
con “Walk This Way” clásico con el que
la banda se despedía definitivamente de una isla que vibró durante 2 horas con
estos dioses. El gran clásico de Aerosmith, la canción que rompió las fronteras
que Europa en los años 70 había impuesto contra bandas del estilo de Aerosmith
por sonar similares a sus Rolling Stones, sonó explosiva. La banda entregó toda
la energía que les quedaba en el depósito, poniendo al público a bailar, a
saltar y a gritar entre miles y miles de confetis que salían disparados desde
la pasarela. Con un “Buenas noches Tenerife!!!!! Os queremos!!!!!!! Os queremos!!!
Os queremos!!!” gritado a los mil vientos para que toda la isla lo escuchara,
la canción y el concierto llegaba a su punto y final.
Una vez presentada toda
la banda, Steven agradeció al público chicharrero su enorme acogida y habló de
lo especial que este Tour ha sido para ellos. Poco a poco Kramer, Perry, Tom,
Brad y, por último, Steven Tyler, que terminó de quitarse su camiseta para el
fervor de las aficionadas presentes, se retiraron del escenario.

Steven Tyler fue el
gran héroe de la noche. Su facilidad para conectar con el público se puso de manifiesto desde el primer
segundo. Los 4 miembros clásicos que acompañan al saltarín Steven, además de
los teclados, sonaron con mucha frescura, como en sus tiempos de antaño. Todo
me hace pensar que queda Aerosmith para rato y que no será un adiós definitivo
a Europa.
¡¡¡Un 10 para un show
memorable de “los chicos malos de Boston”!!!
Gracias por semejante
espectáculo!!! AEROVEDERCI BABY!!!!
Aquí tienes una selección de vídeos del show!!
Un concierto inolvidable!♡
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