Pese a la brevedad de
su actividad (1967 a 1972), si no contamos alguna aparición esporádica), la
banda liderada por el carismático John Fogerty, uno de los artistas más grandes
que nos han dado los Estados Unidos de América, no necesitó más tiempo para
ganarse la mención de “inmortales”. En esta entrada reseñaré el álbum por el
que todo comenzó, lo que confieso que me hace sentir cierta responsabilidad.
Prometo hacerlo lo mejor que pueda:
Pese a que antes de su
salida la Creedence ya había lanzado algún que otro single bajo el nombre de
The Golliwogs, fue con este homónimo debut como los hermanos Fogerty y sus
matones se dieron a conocer poco a poco por toda América. Sería un año más
tarde cuando la banda viviría su mayor etapa de gloria, lanzando ni más ni
menos que 3 discos en menos de 365 días (¡toda una hazaña!). Antes de que eso
ocurriera fue este “Creedence Clearwater Revival” el que comenzó a llenar las
viejas tiendas de discos.
Si uno se detiene a
leer los títulos y los compositores del LP rápidamente se dará cuenta de que
son muchos los temas que no fueron compuestos por el cuarteto, sino que son
versiones, algo a lo que muchas bandas han recorrido en sus inicios. No por
ello, como veremos, este es “un disco tributo”, sino que la banda llevará a sus
terrenos esas canciones, aplicándoles un lavado de cara descomunal.
En el análisis “tema a
tema” que, a continuación, voy a hacer, me detendré, primero, en las versiones
y, después, en las canciones originales.

Aunque fue Dale Hawkins
su compositor, la versión más famosa de “Susie
Q”, con permiso de su creador y de los Rolling Stones, es la de la Creedence.
Mucho más pausada que la de “Sus Satánicas Majestades”, en clave de Blues y con
muchos efectos, como la distorsión en la voz de John en algunos instantes o la
reverberación de las guitarras en algunos compases. Fogerty da una pequeña
lección con su guitarra, haciendo parecer fácil esto de hacer música.
La última versión que encontraremos en el
disco es un cover de “Ninety-Nine And A
Half (Won't Do)” de Wilson Pickett, que cuenta con aspectos que llaman la
atención como el uso de un cencerro por parte de Doug Clifford, aunque quien
merece una mención especial es John y su voz, algo más cercana a la del genial
Robert Plant. Instrumentalmente
vuelve a deslumbrarnos la banda, dejando
claro que el hacer versiones no es nada malo, sino una oportunidad para tratar
de añadirle a versiones originales algunas cosas nuevas que puedan, incluso,
mejorarlas.

La reedición de 2008
sacó a la luz dos temas inéditos, “Before You Accuse Me” y “Call It
Pretending”, además de dos versiones en vivo desde el Fillmore de “Ninety-Nine
and a Falf (Won’t Do)” y “Suzie Q”.
Creo que más o menos
todos los fans coincidimos al decir que este no es el mejor trabajo que
editaría la Creedence, pero desde luego también habría acuerdo al valorar
positivamente los ocho temas que componen este LP. Los 3 discos que saldrían a
año siguiente subirían mucho más el nivel. Yo, tras meditarlo mucho tiempo, he
de confesar que mi preferido es el “Cosmo’s Factory” (1970), pero este debut me
sabe a gloria cada vez que lo escucho.
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