Motörhead fue, indiscutiblemente, la banda más grande del Speed Metal, así como una de
las más rápidas que se recordarán. Si tratabas de mover la cabeza al ritmo de la
música era muy probable que se te despegara del cuello. Sin embargo, hay un
disco que rompió con los esquemas de los anteriores trabajos del conjunto, y
que, seguramente por este mismo factor, ha sido considerado como uno de los
peores en su carrera, lo que es completamente erróneo. De hecho, y con vuestro permiso, señorías, hoy os vengo a hablar de uno de mis álbumes preferidos de esta banda inmortal en el que apostaron fuerte por introducir algunos sonidos más limpios entre tanta distorsión y salieron airosos
Lemmy y sus secuaces habían comenzado su conquista del mundo con discazos como "Overkill", "Ace of Spades", "Bomber" o "Iron Fist"... clásicos indiscutibles en el amplio catálogo de la banda.
Las
cosas comenzaron, eso sí, a cambiar desde la grabación del "Iron Fist", donde
Eddie "Fast" Clarke dejó en más de una ocasión la banda por motivos
desconocidos, aunque siempre terminaba regresando tras recapacitar, o porque
Phil y Lem le convencían. El juego llegó a su final cuando volvió a abandonar
el conjunto tras el fracaso de la gira promocional de aquel álbum, y por la
poca acogida del material. Lemmy se hartó de la misma rutina y dejó de contar
con Eddie para los siguientes años.
Tras
una búsqueda intensiva, la banda fichaba a Brian Robertson, ex-Thin Lizzy, banda de la que Phil Taylor era fiel seguidor. Como ya comprobarás, el trabajo que este
personaje desarrolló durante el disco es sorprendentemente bueno y más fiel a su propio estilo que al del grupo que acababa de hacerse con sus servicios. Aportó su sobrada técnica con solos muy logrados y una menor distorsión que poco tenían que ver con la crudeza, por ejemplo, de "Ace Of Spades". Lamentablemente, su
carácter dificultó mucho su estancia en Motörhead, siendo expulsado en medio de
la gira promocional del disco.
Brian,
al oficializarse su incorporación, hizo unas declaraciones muy negativas acerca
del sonido que la banda había hecho hasta entonces. Al ser preguntado por el
porqué de comenzar a trabajar para Lemmy, respondió "La verdad es que yo jamás he dicho que ellos me gustasen, aunque
les respeto por haber tocado esta mierda durante años y que encima les paguen
por ello...”. La verdad es que no se podía empezar peor. Pero solo era el inicio...
El
propio Lemmy reconoció en su biografía que tuvieron peleas de todo tipo.
Lo describe como una persona arrogante y poco profesional. Además, su forma de
vestir era de lo más opuesta a Motörhead, con una cinta y con los pelos, por
aquellos tiempos, completamente teñidos, sin olvidar sus pantalones muy cortos.
Este look provocó el enfado de los miembros de la banda y, en especial, de los
fans, quienes llegaron a amenazarlo de muerte o, incluso, a tener encontronazos
físicos con él. Posteriormente, Lem dijo "Motörhead no combina con zapatos
de bailarina".
La
gota que colmó el vaso fue la actitud negativa que Brian mostró, negándose
completamente a tocar en vivo "Ace of Spades" o "Bomber", entre
otros clásicos. Sorprendentemente, Lemmy aceptó a regañadientes esta petición,
hasta que se cansó y lo expulsó.
No obstante, "Another Perfect Day" es un diamante en bruto elaborado en tiempos de mucha tensión. Así que les invito a escuchar, a continuación, el único trabajo de Motörhead con Robertson.
El
disco empieza con una bonita frase de Lemmy: "I`m a bit in the mood for
pussy...TOP NOTCH!" (Estoy de humor para "pussy" (+18)...de
buena calidad").
Con
esa filosofía abre "Back at the
Funny Farm". Un tema que con los primeros acordes de bajo nos
transporta a "Ace of Spades", aunque cobrará identidad propia en
cuanto Robertson haga su entrada con breves licks que serán acompañados de unos excelentes baquetazos de Phil. Una canción espectacular en todos los
sentidos, fiel a lo que Motörhead había desarrollado en sus primeros trabajos.
El solo que "Robbo" hace, con un sonido limpio, demuestra que las
cosas habían cambiado un poco...¡¡¡y tremendo acierto!!!
Con
una escala ascendente de lo más pegadiza entra "Shine", una de las
grandes piezas del álbum. Una canción macarra, con un Lemmy directo, escupiendo cada
verso como el Dios que era. Los puentes-estribillos son muy buenos y el solo de
Brian es sensacional. De siempre ha sido una de mis preferidas del grupo.
Otro
de los platos fuertes del disco se viene con "Dancing On Your Grave",
un corte que sirve para disfrutar de un pletórico Robertson, quien logró que
esta canción sonará menos distorsionada de lo habitual, sin perder la mala
leche de éste trío. Enorme solo de guitarra de nuevo. Además, el estribillo es de los que se graba a fuego en tu mente. De hecho, cabe señalar que este es uno de los pocos números que la banda recuperó en posteriores giras.
"Rock
It" es de los cortes que más gustarán a todos los que sean fans del sonido
clásico de Motörhead. Un Rock and Roll
de la vieja escuela, pero fiel al estilo de los británicos. Líricamente es una
oda al Rock y lo que supuso para Lem. En la gira final de la banda, con un Lemmy muy mermado, recuperaron
este clásico y, pese a tener como hándicap las dificultades derivadas de la salud de Lem, sonó siempre enorme.
"One
Track Mine" es una joya escondida en el catálogo del grupo. Una canción con influencia directa de
"Robbo", donde podemos ver el lado más tranquilo del trío (aquí hay mucho de Thin Lizzy). Cada
verso se convierte en un lujo que pocos hemos sabido disfrutar. Todos los
instrumentos se muestran gigantescos. La línea de bajo de Lemmy me encanta,
especialmente mientras Brian realiza, probablemente, el mejor solo de todo el
disco.
Sin
abandonar la dinámica del corte anterior, se inicia "Another Perfect
Day", con unos arpegios que tuvieron que sacar los colores de los más
puristas. Al poco del comienzo empieza la caña y regresamos al sonido que
distinguió siempre a Lemmy y sus matones. Una canción que me resulta hasta
bonita en algunos instantes, aunque no pierda el carácter rebelde de nuestros muchachos. Un número para enmarcar.
"Marching Off To
War" es pura caña. Una canción que
lleva la firma de los creadores del Speed. No va a decepcionar a ningún oyente,
eso lo garantizo. Me voy a permitir, de hecho, decir que si esta canción hubiera estado incluida en alguno de sus primeros LPs tendría más seguimiento del que ha gozado hasta ahora.
Una de las piezas más destacadas del disco, que destaca por encima de la mayoría, es "I
Got Mine", donde se combinan las ideas de Robbo con la mala leche de Phil
y Lemmy. El resultado, una maravilla que caló rápido en los fans, siendo
recuperada para giras como la del "Inferno" (como la ya citada "Dancing On Your Grave". Un puente-estribillo con clase.
El
disco no ha terminado todavía, y lo que queda no desmerece en
absoluto. "Tales of Glory" nos devuelve al Metal más machacón. Una
canción que me recuerda a "Over the Top" (B-Side del
"Bomber").
¿¿Qué
es eso que se escucha antes de iniciarse "Die Your Bastards"?? ¿¿Es
un eructo de Lemmy?? El caso es que se viene otro temazo de los grandes, con un
Lemmy pletórico. El instrumental central
es calidad de la buena, con los amplificadores echando humo y con Phil Taylor
al borde de reventar los parches. Sí, has etiquetado enormemente este disco. Robertson tenía también muy mala leche cuando quería y era capaz de regalarnos riffs y solos diabólicos como los de este número.
Como
cierre de fiesta tenemos "Turn You Round Again", que se muestra
agresiva desde el inicio, pateando nuestros oídos a golpe de feroces líneas de
bajo y con los punteos de Robertson.
El
tiempo ha hecho justicia y, cada vez más fans, han comenzado a valorar como se
merece este "Another Pefect Day". Brian duró poco más en la banda,
siendo expulsado por el resto de los miembros, abriendo la puerta a la nueva
era que estaba a punto de iniciarse para la banda, donde se transformaría en un
cuarteto, pero eso ya es otra historia que muy pronto les contaré.
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