Danko Jones lleva más de dos décadas en pie de guerra, defendiendo un tipo de Rock que muchos se empeñan en dar por muerto una y otra vez, mientras él insiste en mantenerlo vibrante a base de riffs cortantes, actitud callejera y estribillos memorables nacidos de una honestidad que pocas bandas conservan con el paso del tiempo. “Leo Rising”, su nuevo trabajo, irrumpe precisamente en una época en la que buena parte de la música pesada parece obsesionada con revestirse de capas de producción digital y efectos, en ocasiones, excesivamente ornamentados. Danko, en cambio, opta por el camino opuesto: recupera los patrones de siempre sin temor a caer en reiteraciones y con la convicción de que no existe nada más disfrutable que un power-trio bien engrasado, una voz afilada y una energía que se desata a todo volumen.
Basta
con escuchar la apertura, “What You Need”, para comprobar que poco —o
prácticamente nada— ha cambiado dentro del universo creativo del grupo. Ese
Hard-Rock con actitud Punk que tan buenos resultados les ha proporcionado
vuelve a tomar forma a través de guitarras aceradas, una batería con pegada y
una voz que nos recuerda que “esto es lo que necesitas”.
Uno
de los puntos más esperados del disco era “Diamond In The Rough”, impulsado por
la sorprendente colaboración del mismísimo Marty Friedman, antiguo guitarrista
de Megadeth. Nos encontramos ante un tema de Rock clásico que evoca a los Kiss
más contemporáneos gracias a su patrón rítmico, aunque siempre filtrado por el
sello inconfundible de la banda. El solo de Friedman supera cualquier
previsión, equilibrando melodías y agresividad con precisión quirúrgica. Sin
duda, una de las joyas del LP.
Elegida
con buen criterio como sencillo, “Everyday Is Saturday Night” nos presenta al
Danko más festivo, desplegando un ritmo contagioso y un estribillo tan pegajoso
como incitador. Es Rock puro, perfecto para escucharlo a volumen indecente
mientras recorremos la Carretera 66.
Sin
embargo, como suele ocurrir en álbumes cuya fórmula compositiva apenas se
desvía del camino habitual, hay cortes que se sienten algo previsibles o faltos
de un matiz distintivo. En este trabajo se pueden señalar ejemplos como “I Love
It Louder”, “It’s A Celebration” (buen puente, pero poco más), “Pretty Stuff” o
la deslucida “I Can’t Stuff”.
Entre
los momentos más destacados también asoma “I'm Going Blind”, que aporta una
mayor carga bluesy sin abandonar del todo la identidad sonora del disco. Este
medio-tiempo reflexivo añade un toque de profundidad emocional, recordando por
momentos a los cortes más accesibles de contemporáneos como Volbeat.
A
pesar de que su ADN no resulta especialmente novedoso, “Hot Fox” me convence
por la suciedad que destila y su juego de dobles intenciones, apoyado en una
base rítmica impecable.
“Gotta
Let It Go” merece igualmente un par de elogios, ya que posiblemente sea una de
las piezas más intensas de todo el conjunto, sostenida por un riff macizo y un
ritmo insistente que transmite cierta urgencia. Un tema que crece con cada
escucha.
El
álbum se cierra con la sensualidad nerviosa de “Too Slick For Love”, mi
favorita del lote gracias a su ritmo callejero y bailable que recupera el
espíritu más primitivo del Rock. Un temazo que redondea con acierto este nuevo
capítulo del trío canadiense.
CONCLUSIÓN
“Leo
Rising” encaja sin desentonar dentro de la sólida discografía de Danko Jones. A
lo largo de sus once canciones, la banda no pretende revolucionar nada ni
reinventar el género: simplemente busca ofrecer a sus seguidores una buena
dosis de distorsión y estribillos que se graban en la memoria desde la primera
escucha.
Tienen
claro quiénes son y cómo quieren sonar, sin necesidad de plegarse a tendencias
o expectativas ajenas. Con mayor o menor acierto —y en este caso, con
resultados más que convincentes—, Danko Jones continúa siendo uno de los
personajes más auténticos del Rock actual.

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