El 18 de septiembre de 1970 el mundo de la música se estremeció: Jimi Hendrix, el guitarrista más influyente de todos los tiempos, moría en Londres con apenas 27 años. Más de medio siglo después, su legado permanece intacto, no solo como prodigio instrumental, sino como un visionario que transformó para siempre el lenguaje del rock.
Ese mismo
día, de manera paradójica, se publicaba “Paranoid” (1970) de Black Sabbath,
disco fundacional del heavy metal. Dos hechos distintos pero complementarios:
Hendrix abría universos eléctricos, Sabbath los endurecía en otra dirección.
Ambos siguen marcando el rumbo musical hasta hoy.
Revisitar
“Are You Experienced”, su debut de 1967, justo cuando se cumplen 55 años de su
partida, es el mejor homenaje posible. Y es que este no fue un disco más: fue
una irrupción, un terremoto creativo que cambió la forma de entender la
guitarra, el estudio de grabación y la música popular.
HA
NACIDO UNA ESTRELLA
En 1966,
Hendrix era un desconocido en Estados Unidos, tocando en pequeños clubes de
Nueva York bajo nombres como Jimmy James and the Blue Flames. Todo cambió
cuando Chas Chandler (bajista de The Animals) lo descubrió y decidió llevarlo a
Londres. Allí formó la Jimi Hendrix Experience con Noel Redding (bajo) y Mitch
Mitchell (batería).
Su llegada
a la capital británica fue un auténtico terremoto. En cuestión de semanas ya
corría la voz entre los músicos: había aparecido un guitarrista que parecía
tocado por los dioses. La anécdota más célebre ocurrió en octubre de 1966 en el
Polytechnic de Regent Street, cuando Hendrix subió al escenario durante un
concierto de Cream. Clapton, ya entonces apodado “God”, lo invitó a tocar con
ellos. Jimi eligió “Killing Floor” de Howlin’ Wolf, endemoniadamente difícil de
ejecutar a gran velocidad. El resultado fue devastador: tocó con tal furia y
virtuosismo que Clapton quedó en shock, hasta el punto de abandonar el
escenario a mitad de canción para encender un cigarrillo. Más tarde le diría a
Chandler: “No sé si me estás trayendo a un ángel o a un diablo, pero este tipo
me va a quitar el trabajo”. Fue el momento en que la élite británica entendió
que Hendrix no era un guitarrista más, sino un revolucionario.
Este
episodio desencadenó una auténtica “Hendrixmanía” en Reino Unido. En pocos
meses, Clapton, Jeff Beck, Pete Townshend o los Beatles acudían a verlo en los
clubes londinenses, maravillados por su técnica y carisma. Todo ese ruido
cristalizó en la grabación de “Are You Experienced” en 1967, un debut que no
solo condensaba su talento, sino también esa aura de “forastero llegado para
cambiarlo todo”.
1967 fue
el año de la psicodelia: el Sgt. Pepper de los Beatles, el debut de Pink Floyd,
el Verano del Amor en San Francisco. Pero Hendrix se diferenció radicalmente:
mientras otros flotaban en ensoñaciones lisérgicas, él aportaba fuego,
visceralidad y un virtuosismo inédito. Su guitarra no solo acompañaba: se
convertía en voz, tormenta y experimento sonoro.
La
producción de Chas Chandler y el ingeniero Eddie Kramer también rompió moldes.
Feedbacks, grabaciones al revés y efectos como el wah-wah o el Octavia (fuzz
octavador) transformaron el álbum en un laboratorio psicodélico que aún hoy
suena moderno.
Antes de
hablar de las canciones conviene matizar que el disco tuvo ediciones distintas
en Reino Unido y EE. UU., con variaciones notables en las pistas incluidas.
Para esta reseña sigo la reedición de 1997 de Experience Hendrix/MCA, que reúne
las 17 canciones de ambas versiones más los sencillos de la época. Así se
aprecia en su totalidad la magnitud de aquel debut y la grandeza del
guitarrista.
EL
VIAJE CANCIÓN POR CANCIÓN
El ritual
sonoro se inicia con la icónica “Purple Haze”, mucho más que carta de
presentación: desde el primer segundo entendemos que el Rock acababa de
reescribirse. Un riff denso y psicodélico convertido en una de las frases de
guitarra más reconocibles de la historia, una letra ambigua (“‘scuse me while I
kiss the sky”), constantes adornos instrumentales y una actitud chulesca que
demostraba al mundo que Hendrix era único. Proto-heavy metal, psicodelia y
blues eléctrico en un arranque que define la revolución que estaba a punto de
comenzar.
“Manic
Depression” es otra muestra de su carácter innovador: Hendrix nunca se sometió
a estructuras convencionales y aquí apuesta por un inusual compás de 3/4 en el
Hard-Rock. Gran parte de la magia la aporta Mitch Mitchell con su batería de
raíces jazzísticas, firmando una exhibición, mientras Noel Redding nos hace
vibrar con su bajo. Y por supuesto, el maestro zurdo nos lanza un solo abrasivo
que encarna la depresión maníaca del título.
La
legendaria “Hey Joe”, tema tradicional del Folk-Rock americano, se transforma
en manos de Hendrix en un relato eléctrico de violencia y fatalidad. Su
dramatismo vocal intensifica este blues trágico sobre la huida de un hombre
tras disparar a su pareja. La guitarra de Jimi brilla, pero es justo
reivindicar el trabajo inhumano de Mitchell a la batería. Fue su primer single
exitoso en Reino Unido y mostró que, además de innovar, sabía reinterpretar con
personalidad.
“Love or
Confusion” es una secundaria de lujo. Con una letra impregnada de dudas
amorosas y existenciales, el trío nos envuelve en un ritmo desorientado que
alterna calma y explosiones eléctricas, reflejando su faceta más experimental.
La
delicadeza llega con “May This Be Love” (también conocida como “Waterfall”).
Hendrix nos mece con su voz más melódica mientras su guitarra cristalina
transmite ternura y paz interior. Un respiro entre tanto voltaje.
De la
calma pasamos a la oscuridad de “I Don’t Live Today”, con riff repetitivo y
letra existencial sobre la alienación. Aquí emerge el Hendrix más caótico y
rompedor, sumergiendo al oyente en un blues bañado en ácido. Otra joya
infravalorada del disco.
Luego
aparece “The Wind Cries Mary”, una de sus composiciones más elegantes y
melancólicas, escrita tras una discusión con Kathy Etchingham. A partir de un
riff sencillo y un solo breve pero certero, describe la soledad con imágenes
poéticas.
El turno
de “Fire” nos devuelve al frenesí. Es dinamita pura gracias al excelso trabajo
de Mitchell y a un Hendrix desatado que convierte la pieza en tormenta de
funk-rock eléctrico. La leyenda cuenta que la inspiración de la letra (“Let me
stand next to your fire”) nació cuando Hendrix bromeó con la madre de Redding
sobre calentarse junto a la chimenea. Groove setentero en estado puro.
La
experimentación alcanza su culmen en “Third Stone from the Sun”, collage sonoro
donde caben jazz, surf rock y psicodelia. Jimi juega con voces y guitarras
distorsionadas mediante múltiples efectos, transportándonos a un viaje
espacial. El título, de hecho, alude a la Tierra como la tercera roca desde el
sol.
Como
sucedía con “Purple Haze”, la legendaria “Foxey Lady” despliega otro de los
riffs más icónicos del rock. Es sensualidad pura, con un Hendrix provocador,
casi sex symbol, acompañado por un groove hipnótico de guitarra.
La edición
británica cerraba con “Are You Experienced?”, lo cual parece un acierto
indiscutible. Pocas piezas resultan tan hipnóticas: guitarras al revés,
atmósfera alucinógena y una letra que invita a experimentar con la mente y el
arte, además de con las drogas (¡faltaría más, Jimi!). Un canto a la
exploración.
De la
edición americana destacan joyas como “Stone Free”, primera composición que
escribió tras llegar a Londres. Rock directo y rebelde, con riff contundente y
letra contra las ataduras de la vida, muy autobiográfica para alguien tan libre
como Hendrix. Más simple que otras, pero igual de demoledora.
“51st
Anniversary” aporta ironía. Con tono sarcástico, Hendrix habla del matrimonio
como condena repetitiva. Musicalmente es un rock’n’roll juguetón, de guitarras
punzantes y actitud burlona.
En
“Highway Chile” revive el Hendrix más autobiográfico, evocando la vida en la
carretera con guitarras impregnadas de rhythm & blues, pasadas por su
filtro electrificado. Sencillez y sinceridad que reflejan su propio estilo de
vida.
“Can You
See Me” puede no ser de las más recordadas, pero su urgencia, estructura
bluesera y guitarra afilada la convierten en imprescindible. Es Hendrix en modo
garage: energía y distorsión sin reservas.
Hacia el
final encontramos “Remember”, alegre y luminosa, con tintes soul. Algunos la
consideran menor, pero aporta variedad y equilibrio, mostrando que podía
moverse en terrenos más accesibles sin perder esencia.
Y el viaje
concluye con “Red House”, gran blues del disco y una de sus piezas más
perfectas. Una epopeya en clave Delta, cargada de detalles técnicos de
guitarra, reforzada por la base rítmica de bajo y batería, y coronada con la
voz de Jimi. Esta joya se convirtió en piedra angular de sus actuaciones en
directo.
CONCLUSIÓN
“Are You
Experienced” es, sin duda, uno de los debuts más impactantes de la historia del
rock. En un solo álbum, Hendrix redefinió la guitarra eléctrica, expandió las
posibilidades del estudio y abrió las puertas a géneros enteros: del hard rock
al heavy metal, del funk-rock al noise.
Su
influencia fue inmediata y universal. Clapton, Beck, Townshend, McCartney e
incluso los Beatles lo reconocieron como un talento único. Décadas después,
Eddie Van Halen, Stevie Ray Vaughan, Prince o John Frusciante seguirían
bebiendo directamente de esta fuente inagotable.


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