En este contexto, “Absolute Elsewhere” asume el
difícil papel de suceder en su cronología discográfica a “Timewave Zero”
(2022), una obra que generó opiniones muy divididas debido a la incorporación
de elementos de ambient y electrónica que rompieron con lo esperado.
Afortunadamente, este nuevo álbum parece inclinarse hacia terrenos más
instrumentales y ambientales que, aunque se distancian algo de lo mostrado en
su excelente debut, esconden numerosos momentos de gran interés a lo largo de
la escucha.
La cara A del álbum, titulada “The Stargate”, se
divide en tres temas bien diferenciados que, a mi juicio, concentran la esencia
sonora de la banda en estos años de trayectoria. La primera parte recupera el
Death Metal característico de los primeros álbumes del grupo, con voces
guturales y pasajes dinámicos que evocan a los mejores Opeth, pero con un
añadido de aura cósmica (el solo de sintetizador a mitad del tema es,
sencillamente, impresionante). Por otro lado, la segunda parte parece extraída
directamente de “Timewave Zero”, gracias a sus sintetizadores y arreglos
electrónicos contemporáneos, aunque se desmarca con un breakdown completamente
disonante. Finalmente, la última parte de “The Stargate” fusiona las dos
canciones previas, combinando guturales con voces limpias, mientras la
instrumentación apuesta por una percusión tribal y riffs crudos (es inevitable
pensar en el eterno Chuck Schuldiner). En este último corte, la calidad de la
producción del LP se luce, permitiendo apreciar con gran nitidez cada
instrumento.
Por su parte, la cara B del LP, titulada “The
Message”, también se divide en tres partes. La primera arranca de forma
arrolladora con un Death Metal de corte clásico que deja en segundo plano los
pasajes ambientales, impactando al oyente con solos brillantes donde el tremolo
juega un papel crucial. En contraste, la segunda parte da un giro de 180 grados
hacia un enfoque más progresivo y cinematográfico, donde predominan las voces
limpias y un omnipresente bajo que, en algunos momentos, evoca a los mismísimos
Pink Floyd, aunque con matices propios del Death Metal. Finalmente, el tercer
acto, que se extiende hasta los 11 minutos, incluye tres secciones bien
diferenciadas: una introducción que roza el Thrash Metal, un extenso intermedio
progresivo y un cierre más electrónico.
CONCLUSIÓN
Guste más o menos, es innegable que la propuesta
sonora de Blood Incantation resulta bastante atípica debido a la variedad de
estilos que abarca y a su capacidad para sorprender al oyente. Aunque el peso
del Death Metal originario ha comenzado a disminuir en su música (aún presente
en algunos cortes), la incorporación de elementos ambientales evidencia la
evolución del grupo y nos invita a reflexionar sobre la capacidad del subgénero
para explorar nuevas y diversas formas de expresión.
En mi opinión, este es un disco bastante disfrutable,
aunque no lo situaría entre mis favoritos de 2024. La evolución del grupo es,
sin duda, un aspecto a seguir de cerca en el futuro. Hay un talento
indiscutible detrás de esta banda.
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