"La primera gran obra de 2024 lleva el nombre de una de las bandas más grandes de la historia. De lo mejor de Saxon en los últimos 30 años".
No me cansaré jamás de reivindicar la figura de Saxon como una de las bandas insigne del Heavy Metal por su enorme y glorioso legado, así como por lo influyentes que han sido para otros artistas desde 1979, año en que vio la luz su debut homónimo, hasta nuestros días.Aunque es innegable que
también han tenido algunos momentos de cierta sequía compositiva (ahí están los
irregulares “Rock The Nations” e “Innocence Is No Excuse”), la calidad de los
álbumes lanzados por estos británicos a lo largo de las décadas siempre ha sido
enorme. Y esta tendencia va mucho más allá de los siempre mencionados “Wheels
Of Steel”, “Crusader”, “Denom And Leather” o “Stron Arm Of The Law”, por
ejemplo.
No hay más que escuchar
cualquiera de los álbumes que el grupo ha lanzado en este milenio para darse
cuenta de que la maquinaria de Biff Byford y compañía sigue igual de engrasada
que en antaño, manteniéndose fieles a ese Heavy Metal de tintes clásicos y, al
mismo tiempo, moderno (en el sentido de que la producción de sus últimas obras
se siente realmente compacta y más contemporánea).
Parece que el grupo se ha
propuesto ser uno de los primeros en lanzar álbum en 2024. “Hell, Fire &
Damnation” ve la luz tras el aluvión de críticas positivas que cosecharon con
“Carpe Diem” (2022) y “Thunderbolt” (2018), álbumes donde la banda todavía fue
capaz de convencer a su audiencia con una propuesta sincera y estelar. Es por
ello que las expectativas antes de escuchar este nuevo LP son bastante altas,
aunque a estas alturas de la historia tal vez sea injusto exigirles a
semejantes leyendas que nos sigan probando su grandeza. Me atrevería a decir
que las expectativas son aún mayores desde que me enteré de que Biff Byford ha
escrito, en su mayor parte, letras sobre acontecimientos históricos diversos
(el amor de Byford por la Historia de la Humanidad ha dado luz a grandes temas
como “Dallas 1PM” o “Crusader” entre otras muchas)
Una de las mayores
peculiaridades de este nuevo lanzamiento es que se convierte en el primer LP de
Saxon tras la retirada del icónico Paul Quinn, guitarrista y, junto a Biff
Byford, único miembro original del grupo que quedaba, quien dejó las largas
giras el año pasado y, según parece, tampoco participó en la composición y
grabación del LP.
Pese a su ausencia, y con
el mayor de los respetos, tengo la corazonada de que su ausencia no se notará
del todo en el resultado final del LP. Y es que para suplir a Mr. Quinn, la
banda ha terminado reclutando a un guitarrista de referencia para todas las
grandes bandas de Heavy Metal clásico: el mismísimo Brian Tatler de Diamond
Head (¡casi nada!). Junto a Tatler y Byford estarán los ya clásicos Doug
Scarratt, Nigel Glockler y Nibbs Carter.
Antes de empezar a catar
la nueva música de estos titanes, me gustaría invitarles a apreciar la
monstruosa portada que Péter Sallai se ha sacado de la chistera para ilustrar
el caos sonoro que estamos a punto de desgranar. Por cierto, el quinteto volvió
a contar con el bueno de Andy Sneap (actual guitarrista de Judas Priest) para
la producción del mismo, una colaboración que viene repitiéndose desde
“Sacrifice” (2013).
Tras una breve
introducción de oscuras orquestaciones titulada “The Prophecy”, donde la voz
del veterano actor Brian Blessed nos presenta una narración que calibra el
cuerpo para enfrentarnos al endemoniado riff que abre la ya conocida “Hell,
Fire & Damnation”, un corte que supura mala hostia y que contiene ese
feeling más contemporáneo que ha definido al grupo. Tras unos versos
martilleantes, las melodías ganan terreno en un estribillo de manual en el que
los coros repiten con epicidad el título de esta canción, con papeletas serias
para terminar convirtiéndose en un clásico moderno de los británicos. No puedo
olvidarme del bellísimo pasaje intermedio en el que Doug y Brian protagonizan
un elegante duelo de solos llenos de sentimiento.
El bajo de Nibbs desata
una vibración visceral en "Madame Guillotine", convirtiéndola en un
punto culminante innegable del álbum. La instrumentación martillea con un ritmo
clásico de guitarras muteadas, tanto en los sobrios estribillos como en un
puente-estribillo excelente que va in crescendo. Biff Byford ofrece una
interpretación excelente tras el micrófono, algo que no sorprende para quienes
han seguido sus discos más recientes, demostrando ser uno de los cantantes de
Heavy Metal mejor conservados.
Destaca el magistral
quiebre a los dos minutos y medio, donde todo se detiene para dar paso a un
interludio instrumental que va in crescendo, mientras las guitarras trazan
solos de primera categoría. En este punto, Byford demuestra una vez más su
fascinación por la historia mundial, con una letra centrada en la popular y
sangrienta guillotina que marcó una época. Una sorpresa recomendada que
encajaría perfectamente en álbumes clásicos como "Wheels of Steel" o
"Denim And Leather".
El clímax se alcanza
alrededor de los dos minutos y medio, donde un quiebre magistral crea un
suspenso tangible y un in crescendo que envuelve al oyente en una espiral
emocionante. "Madame Guillotine" se eleva como una obra maestra
musical, fusionando la destreza técnica con la pasión histórica, y generando un
ambiente sonoro que deja una impresión duradera en cada acorde y nota.
¡La madre que los parió! Nigel
Glockler acelera con su batería anunciando la llegada de "Fire And
Steel", una de las canciones más intensas y veloces del álbum y de los
últimos 15 o 20 años. En momentos, roza el terreno del Power Metal, construida
sobre una base instrumental con un ritmo endiablado donde las guitarras lanzan
llamas mientras la ferocidad vocal de Byford evoca los tiempos de "Heavy
Metal Thunder", "Motorcycle Man" o la más contemporánea "Terminal
Velocity". Quiero resaltar una vez más la impresionante condición vocal de
Biff, quien tira de sus rugidos inquebrantables y esa actitud desafiante a la
que nos tiene acostumbrados. Temazo.
Desde que escuché por
primera vez esa hipnótica línea de guitarra que abre “There’s Something In
Roswell”, supe que esta se convertiría en una de mis canciones predilectas. Esa
instrumentación densa te va taladrando la mente, mientras el bueno de Biff Byford
se desgañita al micrófono hablándonos del Caso Roswell, una de las más
populares leyendas de alienígenas que tuvo lugar en julio de 1947 cuando un
OVNI se estrelló en un rancho cerca de Roswell. La manera en que Nibbs Carter
toca aquí su bajo me hace recordar mucho a un clásico de los británicos como
“Dallas 1 P.M.”, aunque solo en algunos instantes. También hay que escuchar
detenidamente el nuevo despliegue de solos que firman conjuntamente Scarratt y
Tatler (¡en seguida han congeniado!). El estribillo es simple, pero convence a
cualquiera.
Después de una primera
mitad tremendamente convincente, parece que la banda se niega a disminuir la
intensidad, como podemos comprobar en "Kubla Khan and the Merchant of
Venice", una canción destacada en el aspecto de las guitarras (con momentos
que evocan las melodías de las twin guitars a lo Iron Maiden). La
estructura se asemeja a la de los Saxon más contemporáneos, donde, después de
la repetición de un par de estribillos, se sumergen en un interludio más audaz.
Aquí, Scarratt y Tatler vuelven a deleitar a los amantes de las seis cuerdas
con un nuevo duelo de solos.
Como indica su título, la
letra nos sumerge en las aventuras de Marco Polo a lo largo del Imperio Mongol,
cumpliendo la misión encomendada por el poderoso Kublai Khan, último gran Kan
de dicho imperio y primer emperador chino de la dinastía Yuan.
Unos efectos de sonido que evocan las antiguas
emisoras de radio abren la nostálgica "Pirates Of The Airwaves", un
hermoso tributo a la histórica emisora pirata Radio Caroline, fundada por Ronan
O’Rahilly. En poco tiempo, esta atrajo a millones de oyentes diarios al ignorar
las restricciones de la BBC y las discográficas, transmitiendo las bandas más
populares de la época, como The Rolling Stones y The Beatles.
A nivel sonoro, nos encontramos con un corte más
contemporáneo y sencillo que quizás no tenga momentos destacados
sobresalientes, pero que gana aprecio con cada escucha.
Las guitarras muteadas y el bajo frenético de Carter
toman el control en la cruda "1066", donde la banda entrega una
actuación decidida, combinando versos afilados como cuchillos que desembocan en
un estribillo ricamente melódico. En esta pista, Byford ofrece una de mis
interpretaciones preferidas del álbum, optando por registros más sosegados que
destacan su destreza como narrador. Además, la letra nos sumerge en la historia
a través de una fiel descripción de la sangrienta Batalla de Hastings, que
enfrentó al ejército franco-normando del duque Guillermo II de Normandía con el
ejército anglosajón del rey Harold II. Esta gesta se considera el inicio de la
conquista normanda de Inglaterra.
La paranoia se adueña de manera magistral en
"Witches Of Salem", una pieza de Heavy Metal densa, clásica y cruda
donde los cambios de ritmo son moneda corriente (con un destacado uso del doble
pedal que Nigel Glockler ejecuta a la perfección en el puente). Aunque el
estribillo sigue una fórmula "de manual", creo que encaja a la
perfección con la tensión generada por la letra, que narra el juicio y la
ejecución de 20 personas inocentes acusadas de brujería en la famosa localidad
de Salem.
Con el acertado título de “Super Charger”, la banda
cierra inteligentemente el LP escupiéndonos una última vez en la cara con un
incendiario número que fusiona a la perfección la sonoridad contemporánea del
grupo con ese espíritu clásico que ha definido la carrera del grupo. Un
auténtico festival de riffs sólidos y directos que acompañan a un impresionante
Byford.
CONCLUSIÓN
Tenía plena confianza en que "Hell, Fire And
Damnation" estaría a la altura del renombre de Saxon, pero nunca imaginé
que podría rivalizar con cualquier álbum lanzado por el grupo en el nuevo
milenio, siendo una de las mejores obras desde la década de los 90.
Con casi 50 años dedicados al Heavy Metal de alta
calidad, el tiempo y los cambios en la industria musical no han logrado opacar
su legado, que perdura con letras doradas en el Panteón del Heavy Metal.
En resumen, nos encontramos ante una destacada
colección de 10 canciones compactas que cautivarán a cualquier oyente gracias a
su propuesta eléctrica y sincera, así como a la ausencia de puntos débiles. Sin
duda, se trata de una de las joyas musicales más destacadas que tendremos el
placer de escuchar en el 2024.
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