Los fineses Lordi, la popular banda originaria de Finlandia que en 2006 conquistó Europa con su hit “Hard Rock Hallelujah”, vuelve a la carretera con un nuevo disco solamente, algo especialmente llamativo si tenemos en cuenta que ha pasado solamente un año de la publicación de “Lordiversity”, una colección de seis álbumes completamente nuevos donde apostaron por abarcar diferentes subgéneros musicales (lo cierto es que salieron bien parados en todos).
En esta ocasión el quinteto
presenta “Screem Writers Guild”, un LP cuyo título es, realmente, una parodia
de la Screen Writers Guild, una popular organización de guionistas que existió
en los Estados Unidos en los años 30. Sin llegar a ser una obra conceptual, el
grupo afirma que sus letras están, casi en su totalidad, inspiradas en las horror
movies del siglo pasado.
¿Es posible lanzar nueve
álbumes en menos de tres años sin mostrar en algún momento cierta falta de
inspiración? Creo que el lanzamiento que comienzo ya a analizar nos servirá para
dar respuesta a este interrogante.
Podría decirse que los
fineses ponen toda la carne en el asador en ese estelar inicio que supone “Dead
Again Jayne”. Tras una introducción de teclados macabros que parecen sacados de
una película de miedo, la guitarra y la batería entran en acción construyendo
la canción más salvaje de todo el LP. La potencia y malas intenciones de los
versos da paso a uno de esos estribillos corales que tanto gustan a Mr. Lordi y
sus secuaces. Acierto incuestionable.
Casi siempre, Lordi suele
abrir sus LPs con una de esas introducciones atmosféricas con tintes
humorísticos que ellos bautizan como “SGC” (de hecho en muchos álbumes, como
precisamente sucede en este, incluyen más de uno). Lo llamativo es que en esta
ocasión la han ubicado en segundo lugar, recibiendo el título de “SGC XVIII:
Nosferuiz Horror Show”, donde un personaje extraño, que suponemos que es el tal
Nosferuiz, nos da la bienvenida a un supuesto programa de terror valiéndose de
un inglés bruto. Dando continuidad al concepto del show de miedo, “Unliving
Picture Show” se conecta con la pieza previa y nos trae a los Lordi más
ochenteros y melódicos. Si bien la mayor parte de los elementos que presenta
esta pista suenan a “refrito” de ideas ya explotadas (que me gusta el estilo de
Lordi, pero no puedo negar a veces su excesiva repetición de recursos), rescato
los excelentes teclados del estribillo, así como el guiño lírico a numerosos
personajes del cine de miedo clásico como el Hombre Lobo o Frankenstein.
Un riff distorsionado y
bien apoyado en numerosos sintetizadores nos da la bienvenida a una vistosa
“Inhumanoid”, pieza que te engancha con el paso de las escuchas hasta convertirse
en una de tus predilectas. Mucha atención a su estribillo tan “de la casa” y
que funciona de maravilla.
La ya conocida “Thing In
The Cage”, pieza elegida como single de adelanto del disco, no termina de
convencerme pese a la cantidad de oportunidades que le he dado. Sí, tiene una
introducción curiosa (no es habitual ver a Mr. Lordi haciendo algo muy parecido
al «Khoomii», el popular canto gutural de Mongolia), pero de resto da la
sensación de haberla escuchado antes.
“Vampyro Fang Club” se
mantiene en la tesitura melódica habitual de la banda, pero sale mejor parado
que el edulcorado error previo. Obvio que a estas alturas del LP estoy
estrenando un poco más de garra (solamente el primer corte ofrecía algo de esa
garra que distinguió a los primeros Lordi). En todo caso, no está nada mal esta
pieza donde los teclados y los coros dejan un sabor de boca realmente dulce.
Mr. Lordi se nos pone
meloso y se marca una radiofónica balada titulada “The Bride”, en la que,
líricamente hablando, el monstruo creado por el doctor Frankenstein se dirige a
su novia. No sé si Mary Shelley vomitaría en su tumba si viera a aquella
criatura creada a partir de cadáveres tocando el piano y dedicándole una
canción a alguien, pero este experimento de los fineses funciona, aunque obviamente podamos definirla como “la
típica power ballad” de Hard-Rock. Buena interpretación vocal y aún mejor el
solo de guitarra.
Superada la primera mitad
del disco, nos adentramos en las atmósferas opresivas de “Lucyfer Prime Evil”,
uno de los puntos más álgidos de la producción. Y es que en cuanto Lordi sube
ligeramente los decibelios, raro es que no convenzan. Pista algo más acelerada
que, si bien no llega al Speed de “Dead Again Jayne”, logra inyectar algo de
dinamismo a un trabajo donde predominan los cortes a medio gas. No, no es
perfecta, pero tiene los elementos suficientes para ser tenida en cuenta (el
mejor solo de guitarra de la obra, un estribillo facilón y una estructura que
no suena especialmente repetitiva).
Las guitarras que irrumpen
al inicio de “Scarecrow” anuncian un nuevo retorno a las melodías que tanto
gustan al quinteto desde hace ya unos años. Cuatro minutos que pasan sin pena
ni gloria, donde la falta de creatividad condena a esta pista a caer en el
olvido. Completamente anecdótica…completamente descartable.
Si bien puede pecar de
recaer en la sobreexplotación de una serie de recursos sonoros, el trabajo de
percusión y sintetizadores en “Lycantropical Island” suenan ligeramente más
pesados que de costumbre. No obstante, tampoco estamos hablando de un tema para
escuchar con asiduidad. Afortunadamente, la cosa mejora ligeramente gracias a
“In The Castle Of Dracoolove”, una canción adornada por un riff ochentero
compacto y que encaja bien con la pista de teclados que lo acompaña.
Encaminamos la recta
final del álbum con una nueva entrega de la mencionada saga “SCG”, titulada en
esta ocasión “The SCG Awards”, en la que se parodia una entrega de premios (los
fragmentos de las “películas nominadas” que se escuchan tienen su gracia).
Justo después se inicia “Heavengeance” y, siendo realista, vuelve a dejarme muy
frío por culpa de un nuevo refrito innecesario de las mismas ideas de siempre.
“End Credits” cierra aceptablemente
el disco. Su tono baladístico se aleja de los excesos románticos de “The Bride”
y apuesta por inyectar un tono más lúgubre al tema. Un omnipresente piano se
convierte en el compañero de viaje perfecto para Mr. Lordi, quien siempre que
saca su faceta más dramática suele cumplir. Tras un solo épico de guitarra, se
incorporan los coros para una conclusión masiva.
CONCLUSIÓN
Para bien y para mal, “Screem
Writers Guild” tiene todo lo que cabría esperar de los Lordi actuales. Si bien
hay un par de canciones más destacables (no creo que ninguna pase a la historia
más dorada del grupo, sinceramente), en general se respira cierta monotonía.
Estamos ante un álbum adecuado, pero que no termina de alzar el vuelo. Títulos
previos y cercanos en el tiempo como “Killection” o un par de esa saga
bautizada como “Killection” me dejaron mejor sabor de boca (no hablemos ya de
los primeros LPs de estos fineses). Tampoco llega al nivel de decadencia de “Sexorcism”
o “Monstereophonic”, pero es muy irregular.
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