Está claro que este LP no es para todos
los seguidores (no todos entenderán nuestra decisión) y aquellos que esperaban
sonidos más directos y sencillos puede que hayan quedado algo decepcionados. No
obstante, hace tiempo que los Maiden de “Run To The Hills” han optado por
fórmulas más complejas que, fruto del nivel de experiencia y clase que sus
miembros acumulan, funcionan a la perfección.
Tras el monolítico tema título, con un épico
estribillo que invita a ser coreado en futuras giras y unos contundentes golpes
de batería firmados por Nicko McBrain, vienen “Stratego” y “The Writing On The
Wall”, las dos canciones elegidas como singles promocionales de la obra. La
primera nos trae la versión más reconocible y directa del grupo, con la
habitual cabalgada de bajo de Harris, un estribillo donde no faltan los agudos
de Bruce Dickinson y un par de buenos solos, mientras que la segunda nos da
una idea del concepto más renovador de
este trabajo, a partir de ese riff con feeling
sureño o un extenso solo más limpio de lo normal firmado por Adrian Smith (otro
gran estribillo, por cierto). Posteriormente vendrán “Lost In A Lost World”
(un inicio absolutamente progresivo da paso a un desarrollo estructural de
excelente factura), la acelerada “Days Of Future Past”, una experimental “The
Time Machine” en la que aparecen algunos arreglos de guitarra propios de un
clásico como “Dance Of Death” o la oscura balada “Darkest Hour”.
Y es a partir de aquí cuando Steve
Harris toma el timón absoluto de la nave y nos regala tres canciones de más de
10 minutos cada una en la que nos va a dejar sin palabras debido a su arriesgada
y virtuosa propuesta. Primeramente nos encontramos con “Death Of The Celts”, un
glorioso corte que parece evocar el espíritu guerrero de “The Clansmann” con un
atronador bajo acústico y un sorprendente instrumental inspirado en la música
tradicional celta (el momento más grande del álbum seguramente). “The
Parchment” toma el relevo con sonidos de inspiración egipcia (las líneas de
guitarra y el dramatismo con el que canta Bruce son para quitarse el sombrero)
al más puro estilo “Powerslave” y que cuenta con los solos más veloces de la
obra. Como colofón final tenemos “Hell
On Earth”, una canción oscura y elegante que pone el broche de oro al que, para
este Blog, es la obra indiscutible de este año en materia de Metal.
“Senjutsu” vuelve a recordarnos por qué
Iron Maiden son únicos en su especie.
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