No creo que sea descabellado afirmar que Myles Kennedy puede ser considerado uno de los grandes vocalistas de Rock contemporáneo que hemos podido disfrutar. Y es que su legado con Alter Bridge fundamentalmente, pero también con Slash y los Conspirators (no era de extrañar que el de la chistera se decidiera a ficharlo para su proyecto), da buena cuenta del nivel gargantil que tiene nuestro querido músico. Tres años después de lanzar “Year Of The Tiger”, una obra marcada por la introspección lírica y musical de un artista que optó por explotar los sonidos más acústicos. No obstante, para “The Ides Of March”, su segunda placa solista, el de Washington desempolva la guitarra eléctrica en gran parte de las piezas que lo componen para acercarnos a su vena más rockera, aunque ello no implique que desaparezcan las propuestas acústicas.
Este nuevo capítulo en
la carrera del melenudo se inicia con “Get Along”, una canción que abre
eléctrica pero que termina mutando en unos versos más melódicos que, como si de
un tema de Alter Bridge se tratara, se une con un puente-estribillo accesible y
adictivo a partes iguales. “A Thousand Words” viene justo después explotando al
máximo su técnica acústica tras las guitarras y marcándose, de paso, uno de los
estribillos más memorables de la obra.
El primer adelanto que
pudimos escuchar del disco fue “In Stride”, corte que despertó mi atención
desde sus primeros segundos por ese omnipresente slide sureño empleado por
Myles para una canción de buen Hard-Rock, con su estructura predecible, un
nuevo estribillo cumplidor y su buen solo de guitarra.
La joya indiscutible
del disco es, precisamente, la homónima “The Ides Of March”, una joya de más de
siete minutos de extensión en los que nuestro protagonista rompe con todo y se
desata en una canción teatral, llena de cambios, buenos solos de guitarra y
esas armonías vocales por las que vuestro humilde escritor lo define como uno
de los mejores del género en los últimos años. La manera en que sostiene
algunas notas durante los versos, la subida de tono en el estribillo o la
manera en que dramatiza algunos instantes del corte…ese es Myles en estado
puro. Uno solo puede sentarse y disfrutar.
Hay tres canciones que
podría reseñar juntas, concretamente me refiero a “Moonshot”, “Love Rain Down”
y “Wake Me When It’s Over”, ya que me
resultan menos llamativas por sus similitudes con Alter Bridge y, en especial,
a su reciente “Walk The Sky”, disco del que no me declaro fiel amante
precisamente porque creo que terminó quedándoles demasiado mainstream. Las dos
primeras que he citado suenan más suaves, mientras que la última es algo más
movida, pero muy edulcorada.
Personalmente he
disfrutado más de “Sifting Through The Fire” o “Tell It Like It Is”, dos
canciones que, como en “In Stride”, Myles decide elevar a la máxima potencia de
lo sureño. “Sifting…” es puro Folk, con un sonido pantanoso siempre atractivo
que Kennedy lleva a su terreno con esa inconfundible voz, mientras que “Tell
It…” me recuerda durante muchos instantes a la rockera “Sting Me” de los Black
Crowes (ahí es nada).
“Worried Mind” lanza el
telón hacia debajo de una manera oscura, sin adornos ni románticos estribillos.
Myles se nos pone melancólico en un corte donde el Blues y el Soul emergen tras
esa manera tan bella de cantar cada sección del tema, tras cada arpegio,…un
final destacadísimo.
Si te gusta Myles Kennedy vas a disfrutar de lo lindo de “The Ides Of March”, un disco que cumple con lo que podemos esperar de este consagrado artista, con alguna sorpresa mayúscula, pero también con algún pequeño bajón. Personalmente, es un trabajo que me gusta bastante por la amplitud de su propuesta y por el gran estado de forma en que todavía se mantiene este ídolo.
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