Seguramente no
esperabas esta pregunta, pero es lo que hay cuando descubres la calidad de
bandas como Running Wild o los más contemporáneos, y “protas” de la reseña,
Alestorm. Estos últimos han sido una auténtica revolución en los últimos 20
años con una mezcla de Folk y Pirate Metal tan sobresaliente como peculiar, ya
que, a una instrumentación de primer nivel, añaden generalmente un tono
humorístico o, en ocasiones, hasta absurdo que ha terminado por reclutar a
miles y miles de seguidores que conforman una férrea tripulación que se
mantiene fiel con el paso de los tiempos.
Lo bueno del catálogo
de estos piratas originarios de Escocia es que, primeramente, no tienen un
disco malo, pero es que TODAS sus canciones podrían sonar en sus shows en
directo ya que tienen ese tono fiestero que muchos demandamos y nos llevan al
desmadre absoluto. Si no sabes lo bien que lo pasan estos muchachos en cada
concierto que dan, o desconoces el nivel sonoro de estos divertidos personajes,
creo que este novedoso “Live In Tilburg” puede ser una buenísima excusa para
enamorarte de Alestorm.
Ciertamente este concierto fue lanzado en You Tube hace un año de manera oficial, pero no por ello dejaré de celebrar un material novedoso de mis queridos corsarios.
Alestorm desembarcan en
Tilburg de la manera más grande posible, de la mano de un himno que no puede
faltar en ninguno de sus shows como es “Keelhauled”, un auténtico desmadre
sonoro que el público agradece desde el primer punteo, coreándolo al unísono antes de que Bowes se arranque a
cantar hasta llevarnos al antológico estribillo que, una vez sabes de memoria,
no puedes dejar de repetir. Este primer cañonazo de los piratas solo puede abrir
la veda para que entren otro par de canciones duras y que les han quedado de
escándalo (¿cuál no?). Primeramente tenemos la homónima “Alestorm”, con los
guturales de Elliot incluidos en los versos, así como el posterior estribillo
siempre celebrado, mientras que será “Magnetic North” la encargada de
introducir un poco de frialdad a la velada con su Pirate Metal a medio gas (con
un pequeño error al inicio de Elliot tras los teclados que provoca las risas de
sus compañeros, tal y como se ve en la grabación).
Si el público todavía
no estaba metido de lleno en el show de nuestros corsarios (como dije,
están a tope desde el primer segundo)
“Mexico” terminará de liarla y de desmadrar al personal con su festivo tono y
uno de los estribillos más recordados de estos muchachos.
Turno de celebrar el
pasado del grupo con dos clásicos de sus inicios como “Over The Seas”, el
cañonazo de Power/Pirate Metal con el que se dieron a conocer en su debut, el
“Captain Morgan’s Revenge” (2008), y otro referente de sus primeros años como
“The Sunk’n Norwegian” del “Back Through Time” (2008).
Turno de “No Grave But
The Sea”, tema que dio nombre al disco de 2017 y que incluye una breve travesía
de uno de los miembros del crew de la banda sobre el público montado sobre una
barca de plástico de la que sale despedido en poco tiempo por la emoción (y un
poco de pillería) de los aficionados. Este nuevo desenfreno se produce poco
antes de que el recinto se venga abajo con el himno de las tabernas, “Nancy The
Tavern Wench”, y su mítico estribillo para cantar mientras levantas tu jarra de
cerveza. Esta seguramente sea mi pieza favorita del grupo. Monumental.
En tres segundos
interpretan “Rumpelkombo” (creo que la alargaron demasiado…jejeje) y se animan
con una épica “1741 (The Battle Of Cartagena)” para acordarse del enemigo
hispano durante la célebre batalla marina del mencionado año. Me encanta la
potencia y efectividad con la que el conjunto lleva al directo una pieza que en
estudio incluida en el “Sunset on the Golden Age” (2014) sorprendía por sonar
más compleja y ambiciosa en todos los planos.
Semejante derroche de técnica necesita, como manda Alestorm, un pequeño
descanso, por lo que invitan a varios miembros de su “tripulación” a
emborracharse en vivo mientras ellos interpretan una pieza instrumental
exclusiva para sus shows en vivo titulada “Drunken Sailor”. Es por ello que
“Hangover” (que se traduciría como “resaca”) viene al pelo a estas alturas del
repertorio. Esta versión del tema original de un popular rapero llamado Taio
Cruz (la de Alestorm es infinitamente mejor) solo aporta enteros a un
concierto, hasta el momento, monumental.
“Pegleg Poison” (no
falta un gorro pirata sobre el alocado Bowes) y “Bar Ünd Imbiss” reivindican el
buen nivel mostrado por el quinteto en el “No Grave”, aunque no sean
precisamente piezas memorables o que gocen de la condición de “intocables”.
A partir de aquí, como
toda buena banda, encaramos la recta final del show con varia de las más
destacables canciones de un grupo siempre colosal en vivo. La primera es la
homónima “Captain Morgan`s Revenge” (¡ojo con el moshpit!) y su antológico estribillo, aunque para estribillo el de “Shipwrecked”,
que podría ser una de sus piezas más duras (otra de mis predilectas, por
cierto). Me es imposible contenerme y no gritar eso de “SHIPWRECKED!! GET DRUNK
OR DIE!!!!!!”.
Los presentes más
afectados por el alcohol de la sala (todo el mundo, vamos) se desmadrarán con un himno a la “priva” tan
bueno como es “Drink”. La traca final la pondrán “Wolves Of The Sea” (otro
clasicazo) y esa “tierna” pieza de Folk llamada
“Fucked with an Anchor” (los asistentes disfrutan con su cachondo
estribillo y la masterclass de insultos que presenta su letra).
Como ya hicieron en
“Live At The End Of The World” (2013), estos escoceses vuelven a darlo todo en
un jugosísimo material en vivo que pone de manifiesto el nivel y derroche de
energía que traen con cada nueva gira.
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