Tras dar un golpe sobre la mesa con la publicación de “Tattoo”, un disco impecable, y salir de gira por todo el mundo registrando, ya por aprovechar la ocasión, un directo que también sería un bajo el título “Irish Tour 74”, el irlandés Rory Gallagher, consciente de la fragilidad del éxito, no dudó en correr al estudio junto a sus músicos habituales para grabar su siguiente álbum de estudio que, como curiosidad, se convertiría en el primero en salir bajo el sello de Chrysalis Records. No obstante, y antes de que el disco, que terminó titulándose “Against The Grain”, viera la luz el 1 de octubre de 1975, nuestro curioso protagonista ofreció un memorable concierto en Madrid el 7 de marzo de dicho año. Como ya conté en otro escrito, el primer afortunado en hacerse con una entrada para dicho show fue nuestro adorado Rosendo Mercado, quien curiosamente sería comparado, musicalmente hablando, con Gallagher por su estilo.
Este nuevo disco convence desde su sencilla portada, mostrando al joven y melenudo Rory en una fotografía que se apoya sobre su legendaria Fender desgastada. Diez canciones (doce si posees la reedición posterior) orientadas hacia sonidos clásicos de Blues y Rock conforman un LP que estoy seguro que os va a gustar.
Rory nos pide que lo dejemos entrar (“Let Me In”) para comenzar con bastante calidad este recomendadísimo disco. La producción suena cuidadosa, con una primera parte del tema donde la guitarra y el piano comparten el protagonismo hasta que Rory toma la delantera y ejecuta un solo de esos que lo hicieron grande y eterno. La base de bajo y batería también golpea desde atrás con fuerza. Rock’N’Roll potente y del que nunca decepciona.
La primera muestra de las influencias blueseras y jazzísticas del irlandés llega con la celestial “Cross Me Off Your List” que parece sacada de la banda sonora de ese gran musical que es Jesucristo Superstar, solo que con unas guitarras de más nivel. Mucha atención a cómo la batería marca el ritmo en esta canción (de lo mejorcito que le he oído a Rod).
“Ain’t To Good” es una desconocida balada de Blues realmente excelente a la que Rory adapta su voz sin gran dificultad, así como mezcla instantes de guitarras acústicas con algún que otro punteo con su Fender. Esta faceta más emotiva y melancólica del músico volverá a aparecer tras un par de canciones bajo el título de “Lost At The Sea” (otro gran corte).
Las hostilidades regresan por cortesía de “Souped-Up Ford”, un tema machacón y directo en el que, sin desmarcarse de los cánones del Rock clásico, el músico saca su artillería más eléctrica y puntea como el Dios que es, fue y será mientras se ayuda del slide para transportarnos en un par de segundos al sur de los Estados Unidos.
Cada escucha que le dedico a “Bought And Sold” solo me hace quererla más y más. Medio tiempo que por momentos parece luminoso y de repente nos hace sentirnos en un paradero de lo más oscuro (mucha atención a cuando Gallagher canta e imita con la guitarra el tono de su voz). Eso sí, la letra es de una amargura absoluta, ya que Rory nos habla de la cara oculta de las discográficas y sus intereses financieros (unos años más tarde Gallagher viviría un calvario con varios sellos).
Ahora voy a comentar las tres versiones de otros artistas que Rory decide incluir en el disco a modo de recordar a los artistas que lo hicieron crecer como músico. Primeramente, tenemos “I Take What I Want”, canción popularizada por Sam & Dave en la que toda la banda se desmelena y roza el cielo entre riffs acompasados por un piano omnipresente (Lou Martin fue un compañero de viaje ideal para Rory), grandes solos y una interpretación furiosa tras el micrófono de nuestro protagonista. Después vendrá el turno de la bluesera y seductora “All Around Man”, un tributo al tema más conocido de una banda irlandesa que no tuvo gran popularidad llamada de Mississippi Sheiks de la que Rory era un fiel admirador. La canción avanza lenta, serpenteando hasta mordernos en un estribillo simple pero efectivo. No faltará la incorporación del slide en muchos momentos de la canción (la ocasión así lo merecía). Finalmente, Rory se pone el antifaz de ladrón y hace suya la bellísima “Out On The Western Plain” de Leadbelly. Entre arpegios empapados en whiskey, una voz adaptada al Country, una percusión suave y todo tipo de detalles tras la guitarra, Rory nos hechiza con esta canción oscura y breve que, a mi modo de ver, y aun teniendo en cuenta que es una versión, es la mejor de toda la obra.
El disco, en su versión original, llega al final con la sincera y colorida “At The Bottom” con la que seguimos sin movernos de los sonidos del sur de los Estados Unidos. Rory canta con suavidad mientras cambia de acordes con cada compás en su guitarra acústica. La reedición que vio la luz a finales del pasado milenio incluyó dos buenas canciones “Cluney Blues” y “My Baby Sure” que no desentonaban en absoluto frente al nivel general del disco.
“Against The Grain” es otro álbum notable del guitarrista que, desde mi visión personal, no está a la altura de sus mejores discos pero que, eso sí, posee un nivel compositivo y sonoro muy alto que, a mi modo de ver es merecedor de un nueve.
Reseña publicada originalmente en El Portal del Metal el 7 de junio de 2020.
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