Desde finales de 1979 hasta su fallecimiento en 2010, los caminos de Black Sabbath y el inmortal Ronnie James Dio estuvieron muy unidos, lo cual no quiere decir que la cosa fuera siempre bien. Tras compartir tres años en la banda grabando dos álbumes de estudio dignos de la calificación más alta posible como “Heaven And Hell” y “Mob Rules”, Dio abandonó el grupo durante la polémica mezcla del álbum en vivo “Live Evil”. Tras unos añitos de divorcio, ambas partes volvieron a juntarse para grabar en 1992 otra obra maestra como “Dehumanizer”, un idilio que duró pocos meses tras la marcha de Dio por considerar un más que comprensible insulto el hecho de que Black Sabbath fuera a telonear a Ozzy Osbourne, el que había sido su predecesor, dejando un puesto vacante que brevemente supliría el bueno de Rob Halford bajo el propio consentimiento de su amigo Ronnie.
Y cuando pensábamos que ya sería imposible todo tipo de reconciliación, los años de vida terrenal y la mayor madurez quisieron que las relaciones entre Dio y el tándem Iommi-Butler (Vinny Appice en este asunto siempre estuvo en un segundo plano) volvieran a renacer en 2005 y, esta vez, con un vínculo que podría considerarse de verdadera amistad. Los cuatro músicos se reunieron para lanzar un disco recopilatorio (“Black Sabbath: The Dio Years”) que incluyó tres canciones grabadas durante esas sesiones de reunión. Pero la cosa no quedó en algo puntual ya que, fue tan llamativo el buen rollo que se creó entre los músicos que decidieron girar por el mundo y tocar allí donde los reclamaran bajo el nombre de Heaven & Hell, inspirado en el título de su LP más célebre, ya que llamarse Black Sabbath era imposible debido a un acuerdo firmado por Iommi y Ozzy ya que este último se negaba rotundamente a que Sabbath existiera sin él. La gira fue un éxito, como cabía esperar, tal y como podemos comprobar en el monstruoso concierto en el Radio City Hall que el cuarteto publicó tiempo después.
Sin tiempo que perder, y con la satisfacción absoluta de la gran acogida que el tour había tenido, los veteranos músicos decidieron entrar en los estudios Rockfield de Gales entre 2008 y 2009 para, en un ambiente bastante relajado, grabar un buen puñado de nuevos temas donde el único objetivo era celebrar el legado de estos cuatro jinetes y disfrutar de la música. Prueba de este cambio de actitud por parte de Iommi, Butler y Dio fue el hecho de que los tres, supervisados por Mike Exeter, actuaran como productores conjuntamente, cosa que evitaría cualquier roce similar al que los distanció cuando el mencionado “Live Evil” estaba siendo masterizado. El 28 de abril de 2009 el disco salió a la venta y, cumpliendo con las expectativas, solo generó críticas positivas entre una legión de fans que seguían pellizcándose para asegurarse de que aquello que estaban viendo y escuchando no fuera un sueño.
El disco abre con una solidez similar a la que estos mismos genios habían logrado imprimir a las canciones que formaron parte del “Dehumanizer”. “Atom And Evil” es el primer gran tema de una obra que estoy seguro que se convertirá en unos años en objeto de coleccionismo. Pieza pesada sobre la que Dio se siente muy cómodo y se permite el lujo de sacar lo mejor de su experimentada y más rota voz. Los riffs de Iommi recuerdan mucho a los de los primeros Sabbath, así como me gusta la sección de cuerda que se esconde en la parte trasera del corte en algunos instantes.
“Fear” sube (poco) la velocidad del disco a través de un riff absolutamente demencial de la escuela Iommi que bastándose de la pentatónica es capaz de facturar sonidos únicos. Dio está implacable, jugando con efectos de voz tanto en el puente como en el delay del estribillo.
Si hay una canción que merece todo tipo de elogios esa es “Bible Black”, único single del disco, y que trae de vuelta a los Sabbath melódicos y, al mismo tiempo, agresivos del “Mob Rules”. Un inicio arpegiado permite a Ronnie hacer sus primeras virguerías con la voz antes de que él mismo, con la ayuda de los baquetazos de Vinny, nos avise de que estamos leyendo la Biblia Negra y comiencen, ahora sí, los riffs más oscuros y distorsionados del tema (aquí Dio está también sembrado ya que saca esa faceta más teatral que tanto nos enamoró en el pasado).
El bajo de Geezer Butler, como ya hiciera en “Lady Evil” (¡qué clásico del “Heaven And Hell”!) nos avisa de que se viene un tema mayúsculo que llevaría por título “Double The Pain” y que contiene uno de los mejores estribillos de todo el trabajo. Una pieza tan convincente como las posteriores “Rock And Roll Angel” y “The Turn Of The Screw”, donde el grupo apuesta una vez más por explotar su faceta más pesada y clasicona que puedo entender que a aquel que no esté familiarizado pueda resultar menos grande, pero a mí personalmente me encanta.
Y de repente, como por arte de magia, surge “Eating The Cannibals” y el cuarteto parece reencontrarse con su faceta más veloz y agresiva, tal y como mostraban en composiciones como “TV Crimes”, “Mob Rules” o “Turn Up The Night”. Cuando estos cuatro músicos meten la quinta marcha sabes que no te van a decepcionar. Por cierto, el puente-estribillo para mí es el mejor de toda la obra.
La distorsión thrasher y el mayor peso de los teclados marcan un tema extremadamente cañero como “Follow The Tears”, que no dudaría en incluir entre lo mejor de todo el LP. Cañonazo épico en el que estos cuatro músicos nos vuelven a demostrar que la experiencia acumulada durante tantas décadas era capaz de ser aplicada en piezas nuevas con una elegancia magnánima. La forma en la que Dio canta esta canción me pone la piel de gallina.
Casi en la recta final es el turno de “Neverwhere”, una composición más rápida, al estilo de “Eating The Cannibals” que me suena a los últimos discos grabados por Dio como solista. Heavy Metal puro y duro. Y para terminar, Heaven And Hell, y más concretamente Dio, se despedía para siempre con “Breaking Into Heaven”, una extensa pieza que roza los siete minutos de duración y que muestra la faceta más Doom de estos cuatro titanes.
“The Devil You Know” es como un All-Star en el que cuatro genios que ya habían coincidido en el pasado se reunieron para grabar canciones completamente nuevas bajo un nombre alternativo, que para mí, le duela a quien le duela, es realmente Black Sabbath (Sharon y Ozzy, al César lo que es del César). Esta fue la última obra de Dio antes de hacerse inmortal en aquella fatídica madrugada del 16 de mayo de 2010. No obstante, tras la publicación del disco, el grupo, con un Dio ya enfermo de cáncer, se embarcó en una pequeña gira igual de exitosa de la que se extrajo y filmó el show de Wacken (también de gran calidad), en el que, aunque se notaba que algo no iba bien en lo que a aspecto significaba, Dio seguía estando realmente colosal. En definitiva, “The Devil You Know” es un disco monumental firmado por cuatro seres superiores.
Y cuando pensábamos que ya sería imposible todo tipo de reconciliación, los años de vida terrenal y la mayor madurez quisieron que las relaciones entre Dio y el tándem Iommi-Butler (Vinny Appice en este asunto siempre estuvo en un segundo plano) volvieran a renacer en 2005 y, esta vez, con un vínculo que podría considerarse de verdadera amistad. Los cuatro músicos se reunieron para lanzar un disco recopilatorio (“Black Sabbath: The Dio Years”) que incluyó tres canciones grabadas durante esas sesiones de reunión. Pero la cosa no quedó en algo puntual ya que, fue tan llamativo el buen rollo que se creó entre los músicos que decidieron girar por el mundo y tocar allí donde los reclamaran bajo el nombre de Heaven & Hell, inspirado en el título de su LP más célebre, ya que llamarse Black Sabbath era imposible debido a un acuerdo firmado por Iommi y Ozzy ya que este último se negaba rotundamente a que Sabbath existiera sin él. La gira fue un éxito, como cabía esperar, tal y como podemos comprobar en el monstruoso concierto en el Radio City Hall que el cuarteto publicó tiempo después.
Sin tiempo que perder, y con la satisfacción absoluta de la gran acogida que el tour había tenido, los veteranos músicos decidieron entrar en los estudios Rockfield de Gales entre 2008 y 2009 para, en un ambiente bastante relajado, grabar un buen puñado de nuevos temas donde el único objetivo era celebrar el legado de estos cuatro jinetes y disfrutar de la música. Prueba de este cambio de actitud por parte de Iommi, Butler y Dio fue el hecho de que los tres, supervisados por Mike Exeter, actuaran como productores conjuntamente, cosa que evitaría cualquier roce similar al que los distanció cuando el mencionado “Live Evil” estaba siendo masterizado. El 28 de abril de 2009 el disco salió a la venta y, cumpliendo con las expectativas, solo generó críticas positivas entre una legión de fans que seguían pellizcándose para asegurarse de que aquello que estaban viendo y escuchando no fuera un sueño.
El disco abre con una solidez similar a la que estos mismos genios habían logrado imprimir a las canciones que formaron parte del “Dehumanizer”. “Atom And Evil” es el primer gran tema de una obra que estoy seguro que se convertirá en unos años en objeto de coleccionismo. Pieza pesada sobre la que Dio se siente muy cómodo y se permite el lujo de sacar lo mejor de su experimentada y más rota voz. Los riffs de Iommi recuerdan mucho a los de los primeros Sabbath, así como me gusta la sección de cuerda que se esconde en la parte trasera del corte en algunos instantes.
“Fear” sube (poco) la velocidad del disco a través de un riff absolutamente demencial de la escuela Iommi que bastándose de la pentatónica es capaz de facturar sonidos únicos. Dio está implacable, jugando con efectos de voz tanto en el puente como en el delay del estribillo.
Si hay una canción que merece todo tipo de elogios esa es “Bible Black”, único single del disco, y que trae de vuelta a los Sabbath melódicos y, al mismo tiempo, agresivos del “Mob Rules”. Un inicio arpegiado permite a Ronnie hacer sus primeras virguerías con la voz antes de que él mismo, con la ayuda de los baquetazos de Vinny, nos avise de que estamos leyendo la Biblia Negra y comiencen, ahora sí, los riffs más oscuros y distorsionados del tema (aquí Dio está también sembrado ya que saca esa faceta más teatral que tanto nos enamoró en el pasado).
El bajo de Geezer Butler, como ya hiciera en “Lady Evil” (¡qué clásico del “Heaven And Hell”!) nos avisa de que se viene un tema mayúsculo que llevaría por título “Double The Pain” y que contiene uno de los mejores estribillos de todo el trabajo. Una pieza tan convincente como las posteriores “Rock And Roll Angel” y “The Turn Of The Screw”, donde el grupo apuesta una vez más por explotar su faceta más pesada y clasicona que puedo entender que a aquel que no esté familiarizado pueda resultar menos grande, pero a mí personalmente me encanta.
Y de repente, como por arte de magia, surge “Eating The Cannibals” y el cuarteto parece reencontrarse con su faceta más veloz y agresiva, tal y como mostraban en composiciones como “TV Crimes”, “Mob Rules” o “Turn Up The Night”. Cuando estos cuatro músicos meten la quinta marcha sabes que no te van a decepcionar. Por cierto, el puente-estribillo para mí es el mejor de toda la obra.
La distorsión thrasher y el mayor peso de los teclados marcan un tema extremadamente cañero como “Follow The Tears”, que no dudaría en incluir entre lo mejor de todo el LP. Cañonazo épico en el que estos cuatro músicos nos vuelven a demostrar que la experiencia acumulada durante tantas décadas era capaz de ser aplicada en piezas nuevas con una elegancia magnánima. La forma en la que Dio canta esta canción me pone la piel de gallina.
Casi en la recta final es el turno de “Neverwhere”, una composición más rápida, al estilo de “Eating The Cannibals” que me suena a los últimos discos grabados por Dio como solista. Heavy Metal puro y duro. Y para terminar, Heaven And Hell, y más concretamente Dio, se despedía para siempre con “Breaking Into Heaven”, una extensa pieza que roza los siete minutos de duración y que muestra la faceta más Doom de estos cuatro titanes.
“The Devil You Know” es como un All-Star en el que cuatro genios que ya habían coincidido en el pasado se reunieron para grabar canciones completamente nuevas bajo un nombre alternativo, que para mí, le duela a quien le duela, es realmente Black Sabbath (Sharon y Ozzy, al César lo que es del César). Esta fue la última obra de Dio antes de hacerse inmortal en aquella fatídica madrugada del 16 de mayo de 2010. No obstante, tras la publicación del disco, el grupo, con un Dio ya enfermo de cáncer, se embarcó en una pequeña gira igual de exitosa de la que se extrajo y filmó el show de Wacken (también de gran calidad), en el que, aunque se notaba que algo no iba bien en lo que a aspecto significaba, Dio seguía estando realmente colosal. En definitiva, “The Devil You Know” es un disco monumental firmado por cuatro seres superiores.
Comentarios
Publicar un comentario