Si bien había gran competencia este año entre tantos
buenos álbumes, para nosotros, y resulta que también para nuestros lectores, el
tema del año no es otro que “Puppe” de nuestros queridos Rammstein. Todo en
este es absolutamente perfecto: la dramatización y los guturales de Lindemann,
la solemne instrumentación que avanza lentamente hasta estallar en el memorable
estribillo o la polémica letra en la que se nos habla de la dramática historia
de una niña pequeña (encarnada por Till) que está recluida en su habitación
junto a una muñeca (su única protección ante tanta incertidumbre) mientras su
hermana, la cual es prostituta, realiza su labor en la habitación de al lado.
Posteriormente, la historia tiene un desenlace lamentable (“miro por el ojo de
la cerradura y uno la golpeó hasta la muerte”) y se nos muestra a la pobre
criatura delirando y utilizando a su muñeca como la víctima de su ira. En
directo esta canción vino acompañada de un cochecito para muñecas con un
personaje diabólico en su interior que terminaba ardiendo.
¡Solo ellos podrían hacer algo así!
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