Ya estaban tardando en visitar
el Blog los Twisted Sister, una banda sin la que sería imposible entender al
100% la historia del Hard-Rock, ya que algunos de los mayores himnos del género
llevan la firma de Dee Snider y compañía, los cuales, a su vez, están incluidos
en “Stay Hungry”, su obra magna. Este disco, el cual se va a analizar a
continuación, terminó de catapultar definitivamente a la banda fuera de las
fronteras americanas, convirtiéndose en una banda referente.
La historia del grupo
se inició en 1973 cuando Jay Jay French se une a una banda llamada Silverstar,
cuyo nombre terminó evolucionando a Twisted Sister. Sería en 1975 cuando
ingresarían a la banda un joven Eddie Ojeda, Kevin John Grace (posteriormente
sustituido por Tony Petri), Kenny Neil y, un año más tarde, el gran Dee Snider,
el cual aportó al grupo una nueva forma de hacer Glam al grupo, orientándola a
sonidos más duros. No obstante, no fueron tiempos sencillos para el grupo.
Ninguna discográfica americana quería trabajar con ellos porque su sonido no se
ajustaba a los cánones de la época. Solo el bueno de Eddie Kramer les editó en
aquellos tiempos los sencillos de “I’ll Never Grow Up Now/Under the Blade”
(1979) y “Bad Boys (Of Rock and Roll)/Lady’s Boy” (1980).
La banda, harta de las
discográficas locales, decidió marcharse hasta el Reino Unido, no sin antes
volver a experimentar cambios en su formación, desembarcando en el grupo Mark
Mendoza y el eterno A.J. Pero. Por fin en 1982, a través del sello Secret
Records, podemos disfrutar de su primer álbum de estudio “Under The Blade”,
ganándose el derecho a comenzar a telonear a bandas de gran nombre como
Motörhead. Cuanto todo parecía despegar se produjo la quiebra del sello Secret
Records y la banda vuelve a quedarse sin contrato. No obstante, y casi como una
última salida, la banda cambia por completo su apariencia hacia lo
estrambótico, teniendo ahora un look que describiría de “mujer diabólica” (fue
como romper por completo con el estilo del Glam y darle un toque más duro).
Este hecho, así como la repercusión de su primer LP, llamó la atención de
Atlantic Records, el cual no duda en ofrecerles un contrato para lanzar su
próximo álbum de estudio, el cual sería bautizado como “You Can’t Stop Rock ‘n’
Roll” (1983). Este vino acompañado de mejores críticas y mostró a la banda en
una tesitura más metalera (muy recomendado). Con este panorama tan cambiante,
Twisted Sister necesitaba dar un golpe definitivo en la escena de aquel tiempo
y así lo hicieron gracias a “Stay Hungry”, su álbum más emblemático.
A modo de resumen, en
“Stay Hungry” la banda juega sus cartas con mucha inteligencia, combinando el
Rock duro (muy acorde con la portada, por cierto), con algunas piezas más
comerciales que pasarían a la historia.
Dicho esto, es el
momento de analizar detenidamente cada canción del álbum. Para ello tengo la
suerte de coescribir esta reseña con un gran amigo del Blog como es Fede, uno
de los líderes de la agencia SoundBlast Media (lleva algunas bandas
latinoamericanas realmente increíbles), así como también escribe en El Cuartel
del Metal y ha colaborado con esta página en muchas ocasiones.
Stay
Hungry
Fede: Apertura enérgica
por parte de Dee y los muchachos, y con un mensaje más que claro. “Stay Hungry”
o “Quédate con Hambre”. Destaco los puentes de transición entre estrofas y
estribillos, en los que la voz de Snider sube a la par de las guitarras de
Eddie Ojeda y Jay Jay French, la cual contrasta abruptamente en la cuarta
vuelta con el bajón del riff y la voz, para así pasar a este estribillo épico,
y a un resto de la canción sumamente potente también.
Diego: El álbum
comienza en clave homónima. La contundencia se apodera de estos primeros
minutos de viaje con un tema pegadizo, especialmente en el estribillo, y
cargado de electricidad. Dee Snider está en plena forma, rugiendo en cada
instante como el gran frontman que siempre ha sido. La suciedad de la
producción le termina aportando un toque más macarra a esta espídica
introducción.
We’re
Not Gonna Take It
Fede: ¿Qué decir de
este himno de la música? De no conocer de su existencia, no eres digno de
percibirte como rockero (bueno, quizás sí). Verdaderamente es una de esas
canciones que, por más de reconocer a su intérprete, todo el mundo reconoce su
melodía característica. Dee Snider immortalizó una generación de adolescentes
rebeldes con sus letras de protesta, cargadas de rabia y transgresión. A diferencia
del solo del tema homónimo del disco (el cual ocurre a velocidades
relativamente aceleradas), el solo de esta canción copia, con arreglos de wah
wah y estiramientos, la melodía de la estrofa. Si tuviera que definir esta
canción dos palabras y un concepto, sería “Fiesta Rebelde”.
Diego: Si no has
escuchado jamás esta canción debes haber estado viviendo en una piedra durante
un par de décadas. Y es que “We’re Not Gonna Take It” (rebautizado como “huevos
con aceite” por el público hispano) es un himno mayúsculo del género. Sin duda
un hit pegadizo (¿quién no ha coreado alguna vez su estribillo?) que transmite,
a su vez, una llamada a la rebeldía de lo más atractivo. TEMAZO LEGENDARIO
Burn
In Hell
Fede: Una de mis
favoritas, oscura y agresiva. La canción consta de dos etapas. La primera se
desenvuelve más sutilmente, con progresiones algo más lentas y voces una octava
más por debajo de lo que solemos acostumbrar con Dee. Poco tiempo demora el
tema en mutar y adoptar un ritmo alterno, siendo este uno más veloz y con un
riff algo más poderoso. Nuevamente destacar las similitudes entre los riffs de
guitarra y las líneas vocales de Dee. Brutales solos, brutales estribillos,
brutal todo (y ni hablar del parate del minuto 3:40).
Diego: No obstante, y
aunque en este disco haya dos himnos indiscutibles, para mí la mejor canción de
esta placa, y seguramente de los Twisted Sister, es la dramática “Burn In
Hell”. Esta pieza parece sacada de la etapa inicial del gran Alice Cooper por
su oscuridad y por la sobresaliente interpretación vocal del señor Snider (de
hecho no sé si realmente pudieron inspirarse en Mr. Cooper para esta pieza). El
cambio de ritmo que se sucede entre los versos y el estribillo, aumentando la
marcha hasta la absoluta locura, es una maravilla. Para mí lo mejor de “Stay
Hungry”.
Horror-teria
Fede: Dee Snider,
además de ser un gran vocalista y compositor, es un gran cuenta cuentos. Letras
algo bizarras pero muy entretenidas e interesantes, por supuesto que
acompañadas de esta semejante banda sonora que es Twisted Sister. La primera
parte de esta canción es “The Beginning: Captain Howdy”, una porción muy lenta,
riffera, y lúgubre de la canción, que luego da paso a la adrenalina con “Street
Justice”. Ambas mitades sumadas alcanzan la marca de los 7:43, y es sumamente
necesarios escucharlos todos. Una vez llegado el final del tema, reflexionar
acerca de cómo la canción va evolucionando de a poco en todo momento.
Diego: Seguramente no
pasaría a la historia como una gran canción, pero “Horror-teria” tiene su
encanto. Me gusta esa idea de que una misma composición esté conformada por dos
pequeñas piezas en su interior. En un primer momento nos topamos con “Captain
Howdy”, que vendría a ser una combinación de los riffs de Black Sabbath con
otra interpretación muy buena de Snider. Posteriormente es el turno de “Street
Justice”, que se torna algo más rockera.
I
Wanna Rock
Fede: El segundo de los
dos pilares del rock ochentero que nos dejó esta grandísima banda con este LP.
“I Wanna Rock” es otro estandarte de la rebelión. “¿Qué quieres hacer con tu
vida?” preguntaba el profesor en el icónico videoclip. La respuesta estaba y
sigue estando más que clara. Todos aquí, queremos rock.
Diego: El segundo himno
del disco. Se puede decir más alto, pero no más claro…I WANNA ROCK! Pocas
canciones serán más inmortales que esta. De nuevo la sencillez se impone a la
técnica y es más que suficiente para volver a colgarse la medalla de “hit”.
Esto es historia del Rock, así que, amiguetes, a desmadrarse y disfrutar de
este temazo (no debéis olvidaros de hacer air.guitar con el impresionante solo de
Ojeda).
The
Prince
Fede: Era un pecado en
los años ochenta lanzar un disco de Hard Rock/Glam Metal y no incluir en sus
filas, una power balad. Un brutal despliegue de Dee, alcanzando notas muy altas
(aunque algo forzadas). Brillante el solo, y más que el solo en sí, la base
rítmica y armónica que lo acompaña. Mucho estribillo (como toda balada
comercial debe tener), y buena estructura en general.
Diego: Lejos de perder
fuelle, la banda vuelve a apostar por sorprendernos y se marca un baladón muy
famoso como “The Prince”, que siempre me hace pensar en los Scorpions. Snider
canta desde el corazón, cargado de emotividad y flotando sobre la dulce melodía
que las guitarras van creando.
Don`t
Let Me Down
Fede: Podemos estar
ante el tema más flojo del disco. Las melodías de Dee y las mímicas de la misma
con la guitarra me parecen sumamente predecibles, volviéndose aburridas incluso
con el pasar del track. Sin embargo, debemos destacar lo que merece ser
destacado. El solo de esta canción, es el mejor de todo el disco. No es muy
complejo ni muy rebuscado, aunque tampoco es algo sumamente sencillo. Logra su
cometido con éxito.
Diego: Aunque su título
coincida con el de un famoso tema de cierto cuarteto de Liverpool, poco tiene
que ver con esa pieza. La batería de AJ (se le extraña mucho) marca con el
doble bombo el ritmo constante de una pieza cargada de actitud y de mucho
Hard-Rock. El estribillo, partiendo de la sencillez, es extremadamente
efectivo.
The
Beast
Fede: Hard Rock Blusero
de la mano de “The Beast”. También, una de mis preferidas. Las estrofas me
remiten, por momentos, al emblemático tema de Black Sabbath, “Heaven and Hell”,
y los cantos graves también me retrotraen un poco a aquellas voces épicas de
Dio. El riff principal de guitarra es tan simple que logra cautivarte, con
todas sus variaciones. Por supuesto que un solo con escala de blues a flor de
piel. Excelente tema para ir despidiéndonos del disco.
Diego: Anteriormente ya
había citado a Black Sabbath, pero es este el tema que más me recuerda a los de
Birmingham. Ese riff principal parece salir de la guitarra del mismísimo Tony
Iommi. De nuevo la banda apuesta por volver a la teatralidad que exhibieron en
“Burn In Hell” (Dee Snider lo borda) y por un estribillo contundente (de los
mejores de toda la obra).
S.M.F.
Fede: Nos retiramos a
mil revoluciones con un tema digno de formar parte del catálogo de los AC/DC, y
es que se notan muchísimo todas las influencias recibidas por estos músicos y
plasmadas en este trabajo. El solo no llega a ser mi favorito por muy poco,
pero descarga rabia, desprolijidad y mucho rock, así como el resto de la
canción y, por supuesto, de este disco.
Diego: El telón baja
con un tema que el grupo quiso dedicar a la gran legión de fans que poseían ya
por aquellos tiempos. Snider suena gamberro y se desenvuelve con maestría por
una instrumentación que recuerda mucho a los AC/DC de inicios de la década de
los ochenta. Un cierre a la altura de la obra aquí analizada.
No dudamos en calificar
esta obra como una de las indispensables de la década de los 80. “Stay Hungry”
fue uno de los discos que encabezaron el nacimiento del Glam. Cada canción
tiene un encanto propio y muchos matices que la hacen única en comparación con
el resto. Personalmente, nos parece la mejor obra de la banda y de Dee Snider
como cantante, aunque el rubio nos haya dejado a lo largo de su trayectoria
auténticas joyas. Para nosotros es merecedor de la máxima calificación, sin
duda alguna.
I WANNA ROCK!!!
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