El éxito que Aerosmith había
obtenido gracias a la publicación de discazos como "Toys in the Attic" y "Rocks" ,
ambos considerados los grandes discos de la banda, así como los espectaculares
"Get Your Wings" y el homónimo "Aerosmith", habían
convertido a la banda en un nuevo fenómeno de masas que comenzaba a sobrepasar
las fronteras de los Estados Unidos para conquistar el mundo y ponerlo a sus
pies. A pesar de ello, la banda no estaba viviendo un momento bello en su mundo
interno. Las drogas habían comenzado a desgastar a los miembros de la banda,
especialmente a Steven Tyler y Joe Perry, quienes, a su vez, comenzaban a
sentir como sus correspondientes personalidades chocaban con mayor fiereza, lo
que en un futuro no muy lejano terminaría teniendo consecuencias nefastas.
Durante la grabación
del nuevo disco, que se realizó en un convento abandonado ubicado al norte de
Nueva York bajo la supervisión, como venía siendo habitual ya, de Jack Douglas,
comenzaron a crecer las tensiones entre los 5 músicos de la banda, provocando
peleas de todo tipo que terminaban muchas veces con el encierro durante días de
algún miembro en la habitación fruto de la frustración y la ira. Esta
agresividad fue provocada, como suele ocurrir, por el excesivo consumo de
drogas que bajo aquel edificio los músicos estaban realizando. Tristemente, el
aumento de los vicios terminaría afectando, en mayor o menor medida, al
resultado final del disco. Y es que "Draw The Line" no tiene el
nivelazo de los 4 discos anteriores, pero,
amiguito/a, no por ello deja de ser un discazo merecedor de una gran
nota. A la crítica no le gusto, siendo detractores hasta de la portada, que sin
ser una maravilla, causa sentimientos agradables a la vista, con los miembros
caricaturizados.
Sin mucho más que decir,
les invito ya mismo a leer esta crítica y a escuchar este recomendable álbum:
¡Qué comienzo! Poco más se puede pedir. La homónima "Draw The
Line", canción imprescindible en los recitales de la banda por todo el
mundo y un hit de su los muchos que tuvieron en su carrera. Hard-Rock puro, con
un Steven Tyler abrumador, tirando de un registro variado (¡ojo a los gritos
del final!) Riff pegadizo cortesía de un enérgico Joe Perry que nos regalará en
algo más de 3 minutos una exhibición de solos con slide increíbles, que son aún
más sorprendentes en vivo, donde suele alargarlos casi al minuto de duración.
Ese fulgurante inicio tiene la
suerte de venir acompañado de la notable "I Wanna Know Why", con un
sonido rockero muy parecido al de los primeros discos de Kiss. Tanto en esta
canción como en "Critical Mass", los de Boston recuperan el sonido
más fiestero del primer álbum. Este segundo corte destaca por el buen rollo que
transmite el conjunto, así como por la fuerte presencia de los coros y por el
buen solo de Perry. "Critical Mass", suena también al Rock de antaño,
apareciendo por primera vez en el disco la armónica de Tyler, aunque es Tom
Hamilton, quien se adueña del tema gracias a una trepidante base de bajo. Nada
mal esta canción.
Turno de "Get It Up", una canción en la que se impone el
slide y el buen hacer de la dupla Perry-Whitford. Canción accesible para todo
rockero con buen gusto, en clave fiestera y animada.
"Bright Light Fright" es la primera canción en la historia de Aerosmith (luego vendrían más) en la
que Joe Perry coge el mando de la canción y ejerce el papel de cantante. Soy un
fiel admirador de este personaje y todas las canciones en las que ha cantado
siempre han tenido un lugar especial en mi corazón. 2 minutos y 20 segundos de
puro Rock and Roll, de guitarras afiladas y de una base de batería y bajo
sobresalientes.
Otro de los grandes momentos del disco llega con la sublime "Kings and Queens". Preciosa balada melancólica en la que Tyler
realiza su mejor interpretación de todo el LP, jugando con su melodiosa voz. El
bajo de Hamilton vuelve a tener un gran peso en el tema, dirigiendo el rumbo
del corte. Posteriormente podremos disfrutar de un emotivo solo por parte
de Brad Whitford, quien siempre que ha tenido la ocasión de lucirse con la
guitarra ha cumplido a la perfección. Por si no habías caído en la cuenta,
Aerosmith son auténticos maestros de las baladas, un don que solo un par de
bandas poseen (véase por ejemplo Scorpions), y esta "Kings And
Queens" no iba a ser excepción alguna.
Y si decía
anteriormente que Hamilton estaba desatado con el bajo, es en "The Hand
That Feeds" cuando el rubio
se termina de soltar la melena y crea una base bailable que suena por encima de
cualquier otro instrumento. Es un tema raro, que necesita seguramente un par de
escuchas para ser realmente apreciado, pero al final terminará convenciendo a
todo oyente, especialmente gracias al impresionante instrumental que se inicia
poco antes de llegar al segundo minuto de canción, así como el que se encarga
de llevarnos al final del tema.
En otras reseñas de
Aerosmith he destacado la química que progresivamente comenzó a existir entre
Perry y Whitford a la hora de tocar la guitarra, y eso se va a manifestar en
"Sight For Sore Eyes". Gran labor de Steven con el micro, de Kramer en
los parches y, obviamente, de Hamilton al bajo, que sigue martilleando nuestra
mente con sus cuatro poderosas cuerdas. Buen tema, sin llegar a ser un himno ni
nada por el estilo, pero sí que nos deja con un buen sabor de boca.
Lejos de renunciar a su tradición de incluir un cover en cada disco, la
banda quiso finalizar el disco en clave de blues, versionando el "Milk Cow
Blues". Brillante Steven al micrófono, pese a que las guitarras sean
nuevamente las que se encarguen de aportar la magia durante los 4 minutos gracias
a los riffs, punteos y solos que se sucederán. Un cierre por todo lo
alto, para un disco tristemente ignorado por la crítica.
Si comparamos este LP con cualquiera de sus predecesores, lo normal es
que siempre "Draw The Line" salga perdiendo porque los otros atesoran
un mayor número de clásicos y, a nivel general, la calidad es algo superior. No
por ello "Draw The Line" deja de pertenecer a la etapa dorada y
rockera de Aerosmith (se considera el último gran álbum de la primera etapa).
Pronto la adicción a las drogas y las tensiones aumentarían, provocando la
sorprendente marcha de Joe Perry, en busca de reencontrarse consigo mismo a
través de un nuevo proyecto solista, The Joe Perry Proyect. Tendrían que pasar unos años para que Los Chicos
Malos de Boston remontaran el vuelo e iniciaran su segunda gran etapa, cargada
de buenos discos y de un sonido que se orientó hacia un mundo algo más
comercial, pero que nunca dejó de lado el Rock y el buen hacer.
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