En 1980, junto a todos los discazos que salieron aquel año,
se publicó el primer disco de Iron Maiden, de título homónimo. Un disco donde
el estilo que definió a "la doncella de hierro" comienza, poco a
poco, a surgir a lo largo de las 9 que lo componen.
Otro elemento que se debe conocer antes de aventurarse a
escuchar este disco y es que no nos encontramos ante la formación clásica de
Iron Maiden, sino que vemos a unos jóvenes Steve Harris (bajo), Dave Murray
(guitarra) y Clive Burr (batería) junto a Dennis Stratton (guitarrista que solo
aparecerá en este álbum) y a Paul Di'Anno (voz). Probablemente es la voz de
Paul, que tiene ciertos matices de punk, la que le aporta a este disco un
sonido diferente a lo que años después nos acostumbraría la banda con su
extensa discografía.
En lo personal, este disco junto a su clásico "The
Number of the Beast" son mis favoritos de esta banda. La escucha de este
disco es obligada para todo fanático del Heavy Metal porque nos encontramos
ante una obra maestra que no va a decepcionar a nadie.
Y es que la carta de presentación de Maiden es "Prowler",
uno de mis temas favoritos de la banda. La guitarra de Dave Murray hace una
labor increíble a lo largo de todo el tema, como nos tiene acostumbrados este
"guitar god". Di 'Anno muestra su potencial en un tema donde su voz
combina a la perfección con la instrumentación. La parte intermedia contiene un
instrumental que está al alcance de muy pocas bandas, así como uno de mis
favoritos de la banda. La aportación de wah-wah en algunos compases es fundamental
en el sonido de esta canción. La letra, que no es una balada de amor, trata
sobre un psicópata que acecha en las sombras esperando mujeres (prostitutas)
para luego asesinarlas.
"Sanctuary", otro clásico de la banda, es
la segunda pista. Un tema, dentro de lo que Maiden ha hecho, sencillo (no
incluyo los solos), pero a la vez requiere mucha experiencia para poder
emularlo en la guitarra. La zona intermedia, con otra instrumentación
sobresaliente, merece ser resaltada, aunque en este caso la labor de Steve Harris
que deja que se muestre su presencia con el bajo. Este es el primer tema en la
historia de la banda donde aparece un fugitivo que escapa de la ley, luego
aparecerían otros, como son Murders In The Rue Morgue, Innocent Exile y The
Fugitive.
Una joya está en el tercer lugar. "Remember Tomorrow"
baja el ritmo un poco, tanto en la parte más melódica, como en las zonas donde
coge algo más de caña. Paul, mediante el uso de varios registros, muestra sus
dotes vocales a lo largo del tema, los cuales realmente eran increíbles. A
partir del minuto 2:25 (más o menos) se acaba el descanso y comienza una nueva
pieza instrumental muy cuidada y destacable que dura algo más de un minuto,
antes de que el ritmo vuelva a la calma, para culminar en un apoteósico final.
Al parecer, la letra habla sobre el abuelo de Paul.
El cuarto tema es adorado por los fans de Maiden. Un himno
de la rebeldía, "Running Free", no puede faltar en
los recitales de la banda, muchas veces como cierre de éstos. Un sonido más
macarra de las guitarras, con un Paul desafiante, y con una pieza instrumental
(no me canso de decirlo) muy destacable. Y es que todo había cambiado. El Heavy Metal ya estaba empezando, y con el la legión de aficionados más grande que ha existido.
Uno de los riffs más complejos que he escuchado es el de
"Phantom of the Opera", otro clásico de la banda.
Instrumentalmente hablando, nos encontramos ante el tema más complejo de todo
el disco, junto a la pista siguiente, que ya me gustaría poder emular algún
día, aunque fuera el riff inicial, en la guitarra. Una maravilla de 7 minutos
de duración que, querido lector, te va a crear la necesidad de volver a escucharla
varias veces. Basado en la clásica novela escrita por Gaston Leroux, que más
tarde se convertiría en un famoso espectáculo de Broadway.
"Transylvania", en pocas palabras, es
uno de los mejores instrumentales de Heavy Metal que se han hecho. Las guitarras
gemelas, gran influencia de otras bandas como Wishbone Ash, te hacen mover la
cabeza hasta la muerte. Normal que esta banda fuera una influencia para grandes
bandas que vendrían después, aunque ninguna los ha podido superar. El trabajo
de todos en este tema merece ser resaltado.
El séptimo tema aparece en un momento clave y necesario. "Strange
World", como en "Remeber Tomorrow", llega para bajar las
pulsaciones del disco, incluso más que el tercer tema. La introducción
instrumental es una pequeña obra maestra, en especial por las aportaciones de
Harris. Un tema con un tono más triste y oscuro. El solo que entra a los tres
minutos es otro regalo dentro del disco, que, si nos coge en un día triste o
sensible, puede sacarnos un par de lágrimas. La voz de Paul cumple con las
expectativas y aporta más calma a la canción.
El octavo tema supone el inicio de la trilogía de temas de
"Charlotte" que se encontrarían en este disco, con "Charlotte
the Harlot", en "The Number of the Beast" con "22
Acacia Avenue" y en "Fear of the Dark" con "From Here to
Eternity". La letra de este tema describe el dolor y las emociones que
producen tener una novia prostituta, en este caso Charlotte". Vozarrón de
Di'Anno en este tema, desde las partes más calmadas hasta los estribillos más
demenciales. La música de este tema, de nuevo muy trabajado. El estribillo se
grabará rápidamente en tu mente.
Para terminar la banda quiso hablar del origen de su propio
nombre mediante una profunda y clara descripción. "Iron Maiden",
tema homónimo, tiene un riff rápido y que la gente siempre espera escuchar en
los directos de la banda. El estribillo es otro de los puntos álgidos del
disco, y que un servidor adora corear cada vez que pone este disco. Un cierre
digno para el disco.
Sin duda era el origen de los Maiden, que hasta la
actualidad nos han regalado discos que serán eternos. "La doncella"
se iniciaba con este disco en los mercados, el cual tuvo una excelente
recepción y que está en el corazón de toda la fanaticada de sus fans, los
cuales son de los mejores del mundo.
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