La ciencia nos ha demostrado que la Tierra es redonda, que la energía no se crea ni se destruye, sino que se transforma y que nunca puedes dar por muertos a Black Sabbath (bueno, ahora que están retirados sí, pero mientras estaban en activo siempre resucitaban en algún momento).
Si hay una etapa de Black Sabbath que todos recordamos con cariño esa fue la era Dio, la cual se inició en 1980 tras la partida de un decadente Ozzy Osbourne por aquel entonces (pronto volvería a ser el titán de antaño) y tuvo un brusco final tras la masterización del directo “Live Evil”. Pero, y alejándose del erróneo dicho de que “las segundas partes nunca fueron buenas”, el destino quiso que el pequeño genio volviera a unirse a Black Sabbath tras la salida un tanto extraña de Tony Martin, quien grabó tres más que aceptables discos con el grupo y que terminó saliendo por la puerta de atrás, para dar a luz a un nuevo álbum que ni mucho menos quedaría por debajo de “Heaven And Hell” y “Mob Rules”, ambos grabados con Dio. En esta ocasión, los planes de Ronnie y de sus dos excompis, Tony y Geezer, sí coincidían ya que ambas partes deseaban volver a engrandecer una vez más a un grupo aparentemente herido de gravedad y cuya muerte parecía más y más próxima con el surgimiento del Grunge y la caída en picado del Heavy Metal (Dickinson dejaba Iron Maiden, Rob Halford hacía lo mismo con Judas Priest, Metallica se alejaba del Thrash,…). Para todos la fórmula estaba clara: provocar una especie de Renacimiento del Heavy Metal de los setenta pero con un extra de mala leche nunca antes escuchada en un disco con la firma de Black Sabbath.
Tan rápido como les fue posible, el grupo entró en los Rockfield Studios de Gales junto al batería Vinny Appice, quien ya había trabajado junto a Sabbath en el “Mob Rules” y se había convertido en el fiel escudero de Dio en su posterior carrera solista, aunque por aquellos tiempos Ronnie estuviera trabajando con el ex AC/DC Simon Wright (de hecho este fue propuesto por el vocalista para grabar el disco pero ni Iommi ni Butler lo vieron viable). Cabe señalar que realmente tras los parches iba a estar Cozy Powell, pero un lamentable accidente a caballo lo mantendría alejado durante demasiado tiempo como para estar esperando por él. Por supuesto, cabe señalar que en los teclados, como siempre, estuvo Geoff Nicholls. Tras la producción estuvo un omnipresente Reinhold Mack-
Dicho esto, os invito a leer y escuchar “Dehumanizer”, el disco más oscuro, pesado y terrorífico parido por Black Sabbath.
Es escuchar los primeros compases de “Computer God” y darte cuenta rápidamente de que los Black Sabbath más ácidos y oscuros estaban de vuelta. La batería de Appice golpea secamente justo antes de que la guitarra de Iommi nos machaque la cabeza y surja de entre las tinieblas la versión de Dio más oscura que jamás le he oído (este álbum es espectacular) en un álbum. Eso sí, en el intermedio más atmosférico sí nos encontramos con algunos detalles más melódicos en su vocalización. Sabbath volvía por la puerta grande y, ya de paso, no dudaban tampoco en beber un poco de algunos elementos más contemporáneos. Esto es Heavy puro y duro...¡y me encanta!
Cuando pensabas que la cosa no podía mejorar va y se nos aparece en nuestra mismita cara “After All (The Dead)”, tema que muy acertadamente abriría los conciertos de los posteriores Heaven And Hell. Riff inconfundible y pesadísimo dentro de la tesitura de Iommi que crea una atmósfera tenebrosa sobre la que, como ya os decía en el anterior párrafo, surge un Dio irreconociblemente rabioso hasta ese momento. Sin duda, el “Black Sabbath” de la era Dio tanto por la ambientación sonora como por la crudeza con la que esta suena. Ronnie hace auténticas barbaridades con su única e irrepetible voz.
Sin dejar de lado la oscuridad “TV Crimes” se acerca un poco más a lo que Dio venía haciendo en sus cinco primeros álbumes en solitario. Tema espídico hecho para que la voz del pequeño elfo se luzca con agudos y para que Iommi nos demuestre una vez por qué se le considera uno de los más grandes de la historia. La letra, como tantas canciones de esa época, atacan al creciente movimiento de los telepredicadores que tanto daño han causado a esta sociedad y que tantas veces han querido poner la mordaza a nuestro querido género (afortunadamente, nunca lo han conseguido). Uno de los temas más grandes de todo el plástico por derecho propio, aunque la obra entera es de 10.
Siempre que escucho este disco y, concretamente, “Letters From Earth” siento que aquel monumental “The Devil You Know” que estos músicos publicaron bajo el nombre de Heaven And Hell fue una continuación de la mala hostia que habían mostrado en este disco. Concretamente estamos ante una canción sólida como el metal que te va atrapando con la sucesión constante de riffs que, para gozo del oyente, siempre está bien acompañada de Dio. Mucha atención al cambio de ritmo que sucede poco después del segundo minuto gracias a un enfermizo riff de Tony que precede a su breve pero magno solo.
La primera vez que escuché “Dehumanizer” fue “Master Of Insanity” la que más boquiabierto me dejó (ahora es todo el álbum). Misil sónico en el que Butler teje una peligrosa telaraña con su bajo que nos atrapará cuales moscas para, pocos segundos después, ser devorados por ese eterno animal de los micrófonos que fue Ronnie James Dio. El punteo que precede a los versos es muy parecido al de “Lady of The Lake”, precisamente de los Rainbow de Dio, mientras que el estribillo estoy seguro que se convertirá en uno de tus predilectos de cara a próximas escuchas.
Aunque inicialmente solo fue incluida en la versión americana por ser compuesto originalmente para la BSO de “Wayne’s World”, no quería pasar por alto “Time Machine”, otro pelotazo que el grupo recuperó para las giras finales de Heaven And Hell. Pieza más velos, al estilo “TV Crimes” pero, a la vez, con su ADN propio.
Algo que siempre me gustó de Sabbath (da igual quién estuviera frente al micrófono) fue su facilidad para amoldarse a los sonidos de cada etapa, así como, de la misma manera, para crear escuela con esas mismas influencias. Eso es lo que surge en la curiosa “Sins Of The Father”, que me atrevería a definir, si no es demasiado arriesgado, como una fusión experimental de Metal y Grunge (no es de extrañar que Chris Cornell y sus Soundgarden citaran a Black Sabbath como su mayor influencia).
¿Me habré equivocado de disco y estaré gozando del “Mob Rules”? Pues no. Si pensabas que la segunda parte de la era Dio era incapaz de volver a lanzar una balada al nivel de “The Sign Of The Southern Cross” siento decirte que eres una persona de poca fe, o que desconocías la grandeza de estos tipos. “Too Late” es un tema monumental donde hay de todo: guitarras acústicas, un bajo que brilla a la sombra, una batería cruda y que marca el paso con esa rigidez que siempre ha caracterizado a Vinny, una letra devastadora y, como guinda del pastel, a la voz del Heavy Metal haciendo magia.
Desde mi humilde opinión como fan adorador de Dio creo que “I” es la canción más salvajemente agresiva que nos dejó el cantante, desgañitándose como un poseso en cada verso, puente o estribillo mientras escupe una letra no menos retorcida que, personalmente, ocupa un lugar privilegiado entre las letras de los de Birmingham (no es la mejor, pero sí de las mejores). El riff de Iommi es compacto y parece estar constantemente amenazándonos cual tiburón cuando observa a su presa en la distancia. Un tema de culto.
Finalmente, la obra maestra termina sin un amago de bajar el nivel gracias a “Buried Alive”, otro tema que, como mencione en “Letters From Earth”, siento que sirvió como inspiración para “The Devil You Know”, disco cuya reseña tengo ya a la mitad y en estos días podréis escuchar. Riffs mordientes y un Dio más agudo sacan “Dehumanizer” por la puerta grande.
“Dehumanizer” supuso el tercer gran ascenso de Black Sabbath (el primero fue cuando debutó Ozzy y el segundo cuando comenzó la era Dio) gracias a su regreso a las raíces que los habían hecho grandes. Número 28 en el Top de ventas británico, 14 en las alemanas y número 44 en la importante Billboard 200 americana. Cuando todo parecía que Dio había venido para quedarse se produjo un acontecimiento lamentable por parte de un Iommi hambriento de éxito aceptara la disparatada oferta de Ozzy y Sharon Osbourne para que Black Sabbath telonearan a Ozzy durante su supuesta girada de retirada titulada “No More Tours” (¿cómo demonios podían abrir para el excantante de su grupo?). Este gesto inaceptable y que, como muchos medios ya predecían, era una especie de indirecta de Osbourne para poco tiempo después hacer una reunión económicamente rentable de los miembros originales, terminó por hartar a un orgulloso pero siempre racional Ronnie James Dio, quien dijo que se negaba “abrir para un payaso” dejando su puesto vacante y dando él mismo su aprobado para que un amigo suyo como Rob Halford, “The Metal God”, lo sustituyera en dichos shows. Este lamentable hecho no hizo que los caminos de Dio y Sabbath se separaran definitivamente ya que, como sabéis, una década y poco más tarde se reuniría con sus amigos para formar Heaven And Hell y volver a poner el mundo a sus pies.
“Dehumanizer”, como “Heaven And Hell” y “Mob Rules son obras maestras incalificables e imposibles de ordenar según su grandeza (todos me enamoran por igual), pero, con vuestro permiso, le voy a poner la máxima nota porque no puedo dejar de evaluarlo.
Si hay una etapa de Black Sabbath que todos recordamos con cariño esa fue la era Dio, la cual se inició en 1980 tras la partida de un decadente Ozzy Osbourne por aquel entonces (pronto volvería a ser el titán de antaño) y tuvo un brusco final tras la masterización del directo “Live Evil”. Pero, y alejándose del erróneo dicho de que “las segundas partes nunca fueron buenas”, el destino quiso que el pequeño genio volviera a unirse a Black Sabbath tras la salida un tanto extraña de Tony Martin, quien grabó tres más que aceptables discos con el grupo y que terminó saliendo por la puerta de atrás, para dar a luz a un nuevo álbum que ni mucho menos quedaría por debajo de “Heaven And Hell” y “Mob Rules”, ambos grabados con Dio. En esta ocasión, los planes de Ronnie y de sus dos excompis, Tony y Geezer, sí coincidían ya que ambas partes deseaban volver a engrandecer una vez más a un grupo aparentemente herido de gravedad y cuya muerte parecía más y más próxima con el surgimiento del Grunge y la caída en picado del Heavy Metal (Dickinson dejaba Iron Maiden, Rob Halford hacía lo mismo con Judas Priest, Metallica se alejaba del Thrash,…). Para todos la fórmula estaba clara: provocar una especie de Renacimiento del Heavy Metal de los setenta pero con un extra de mala leche nunca antes escuchada en un disco con la firma de Black Sabbath.
Tan rápido como les fue posible, el grupo entró en los Rockfield Studios de Gales junto al batería Vinny Appice, quien ya había trabajado junto a Sabbath en el “Mob Rules” y se había convertido en el fiel escudero de Dio en su posterior carrera solista, aunque por aquellos tiempos Ronnie estuviera trabajando con el ex AC/DC Simon Wright (de hecho este fue propuesto por el vocalista para grabar el disco pero ni Iommi ni Butler lo vieron viable). Cabe señalar que realmente tras los parches iba a estar Cozy Powell, pero un lamentable accidente a caballo lo mantendría alejado durante demasiado tiempo como para estar esperando por él. Por supuesto, cabe señalar que en los teclados, como siempre, estuvo Geoff Nicholls. Tras la producción estuvo un omnipresente Reinhold Mack-
Dicho esto, os invito a leer y escuchar “Dehumanizer”, el disco más oscuro, pesado y terrorífico parido por Black Sabbath.
Es escuchar los primeros compases de “Computer God” y darte cuenta rápidamente de que los Black Sabbath más ácidos y oscuros estaban de vuelta. La batería de Appice golpea secamente justo antes de que la guitarra de Iommi nos machaque la cabeza y surja de entre las tinieblas la versión de Dio más oscura que jamás le he oído (este álbum es espectacular) en un álbum. Eso sí, en el intermedio más atmosférico sí nos encontramos con algunos detalles más melódicos en su vocalización. Sabbath volvía por la puerta grande y, ya de paso, no dudaban tampoco en beber un poco de algunos elementos más contemporáneos. Esto es Heavy puro y duro...¡y me encanta!
Cuando pensabas que la cosa no podía mejorar va y se nos aparece en nuestra mismita cara “After All (The Dead)”, tema que muy acertadamente abriría los conciertos de los posteriores Heaven And Hell. Riff inconfundible y pesadísimo dentro de la tesitura de Iommi que crea una atmósfera tenebrosa sobre la que, como ya os decía en el anterior párrafo, surge un Dio irreconociblemente rabioso hasta ese momento. Sin duda, el “Black Sabbath” de la era Dio tanto por la ambientación sonora como por la crudeza con la que esta suena. Ronnie hace auténticas barbaridades con su única e irrepetible voz.
Sin dejar de lado la oscuridad “TV Crimes” se acerca un poco más a lo que Dio venía haciendo en sus cinco primeros álbumes en solitario. Tema espídico hecho para que la voz del pequeño elfo se luzca con agudos y para que Iommi nos demuestre una vez por qué se le considera uno de los más grandes de la historia. La letra, como tantas canciones de esa época, atacan al creciente movimiento de los telepredicadores que tanto daño han causado a esta sociedad y que tantas veces han querido poner la mordaza a nuestro querido género (afortunadamente, nunca lo han conseguido). Uno de los temas más grandes de todo el plástico por derecho propio, aunque la obra entera es de 10.
Siempre que escucho este disco y, concretamente, “Letters From Earth” siento que aquel monumental “The Devil You Know” que estos músicos publicaron bajo el nombre de Heaven And Hell fue una continuación de la mala hostia que habían mostrado en este disco. Concretamente estamos ante una canción sólida como el metal que te va atrapando con la sucesión constante de riffs que, para gozo del oyente, siempre está bien acompañada de Dio. Mucha atención al cambio de ritmo que sucede poco después del segundo minuto gracias a un enfermizo riff de Tony que precede a su breve pero magno solo.
La primera vez que escuché “Dehumanizer” fue “Master Of Insanity” la que más boquiabierto me dejó (ahora es todo el álbum). Misil sónico en el que Butler teje una peligrosa telaraña con su bajo que nos atrapará cuales moscas para, pocos segundos después, ser devorados por ese eterno animal de los micrófonos que fue Ronnie James Dio. El punteo que precede a los versos es muy parecido al de “Lady of The Lake”, precisamente de los Rainbow de Dio, mientras que el estribillo estoy seguro que se convertirá en uno de tus predilectos de cara a próximas escuchas.
Aunque inicialmente solo fue incluida en la versión americana por ser compuesto originalmente para la BSO de “Wayne’s World”, no quería pasar por alto “Time Machine”, otro pelotazo que el grupo recuperó para las giras finales de Heaven And Hell. Pieza más velos, al estilo “TV Crimes” pero, a la vez, con su ADN propio.
Algo que siempre me gustó de Sabbath (da igual quién estuviera frente al micrófono) fue su facilidad para amoldarse a los sonidos de cada etapa, así como, de la misma manera, para crear escuela con esas mismas influencias. Eso es lo que surge en la curiosa “Sins Of The Father”, que me atrevería a definir, si no es demasiado arriesgado, como una fusión experimental de Metal y Grunge (no es de extrañar que Chris Cornell y sus Soundgarden citaran a Black Sabbath como su mayor influencia).
¿Me habré equivocado de disco y estaré gozando del “Mob Rules”? Pues no. Si pensabas que la segunda parte de la era Dio era incapaz de volver a lanzar una balada al nivel de “The Sign Of The Southern Cross” siento decirte que eres una persona de poca fe, o que desconocías la grandeza de estos tipos. “Too Late” es un tema monumental donde hay de todo: guitarras acústicas, un bajo que brilla a la sombra, una batería cruda y que marca el paso con esa rigidez que siempre ha caracterizado a Vinny, una letra devastadora y, como guinda del pastel, a la voz del Heavy Metal haciendo magia.
Desde mi humilde opinión como fan adorador de Dio creo que “I” es la canción más salvajemente agresiva que nos dejó el cantante, desgañitándose como un poseso en cada verso, puente o estribillo mientras escupe una letra no menos retorcida que, personalmente, ocupa un lugar privilegiado entre las letras de los de Birmingham (no es la mejor, pero sí de las mejores). El riff de Iommi es compacto y parece estar constantemente amenazándonos cual tiburón cuando observa a su presa en la distancia. Un tema de culto.
Finalmente, la obra maestra termina sin un amago de bajar el nivel gracias a “Buried Alive”, otro tema que, como mencione en “Letters From Earth”, siento que sirvió como inspiración para “The Devil You Know”, disco cuya reseña tengo ya a la mitad y en estos días podréis escuchar. Riffs mordientes y un Dio más agudo sacan “Dehumanizer” por la puerta grande.
“Dehumanizer” supuso el tercer gran ascenso de Black Sabbath (el primero fue cuando debutó Ozzy y el segundo cuando comenzó la era Dio) gracias a su regreso a las raíces que los habían hecho grandes. Número 28 en el Top de ventas británico, 14 en las alemanas y número 44 en la importante Billboard 200 americana. Cuando todo parecía que Dio había venido para quedarse se produjo un acontecimiento lamentable por parte de un Iommi hambriento de éxito aceptara la disparatada oferta de Ozzy y Sharon Osbourne para que Black Sabbath telonearan a Ozzy durante su supuesta girada de retirada titulada “No More Tours” (¿cómo demonios podían abrir para el excantante de su grupo?). Este gesto inaceptable y que, como muchos medios ya predecían, era una especie de indirecta de Osbourne para poco tiempo después hacer una reunión económicamente rentable de los miembros originales, terminó por hartar a un orgulloso pero siempre racional Ronnie James Dio, quien dijo que se negaba “abrir para un payaso” dejando su puesto vacante y dando él mismo su aprobado para que un amigo suyo como Rob Halford, “The Metal God”, lo sustituyera en dichos shows. Este lamentable hecho no hizo que los caminos de Dio y Sabbath se separaran definitivamente ya que, como sabéis, una década y poco más tarde se reuniría con sus amigos para formar Heaven And Hell y volver a poner el mundo a sus pies.
“Dehumanizer”, como “Heaven And Hell” y “Mob Rules son obras maestras incalificables e imposibles de ordenar según su grandeza (todos me enamoran por igual), pero, con vuestro permiso, le voy a poner la máxima nota porque no puedo dejar de evaluarlo.
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