A finales de los 80, la escena del rock estaba dominada por el Glam que abanderaban bandas como Mötley Crüe, Poison y Bon Jovi, mientras que en el underground empezaba a gestarse el movimiento grunge que explotaría con Nirvana, Alice In Chains, Soundgarden y Pearl Jam poco tiempo después, poniendo en entredicho la supervivencia del Rock en su versión más clásica. En este panorama poco prometedor, un grupo de jóvenes de Atlanta (Georgia) irrumpió con una propuesta que parecía avocada al fracaso: recuperar el espíritu del Rock Sureño, el Blues y el Soul añadiéndole un toque de actitud propia de la época. Bajo el liderazgo musical de los hermanos Chris y Rich Robinson, estos muchachos se hicieron llamar The Black Crowes.
El 13 de
febrero de 1990 llegaba al mercado "Shake Your Money Maker", una
declaración de amor a bandas como The Rolling Stones, Lynyrd Skynyrd, The Faces
o Humble Pie a través de 10 canciones que no tardarían en despertar el interés
de miles de personas de dentro y fuera de la geografía norteamericana. Bajo el
selli Def American Recordings, y con la inestimable ayuda de George Drakoulias,
los cuervos lograron capturar la esencia del Rock & Roll clásico con un
sonido fresco y enérgico que les valió comparaciones con algunos de los grandes
nombres del género.
Como era
de esperar, el álbum fue un éxito inmediato, alcanzando el cuádruple platino en
EE.UU. y convirtiéndose en uno de los discos debut más exitosos de la década. Ahora
me dispongo a desgranar cada una de las composiciones que hicieron de “Shake
Your Money Maker” (título inspirado en el clásico de Elmore James) una obra
atemporal.
Solamente
necesitabas escuchar la inicial “Twice As Hard” para darte cuenta del enorme
potencial que atesoraba un grupo llamado a conquistar la escena americana y
mundial con su sonido clásico. Este primer número apuesta firmemente por el
Rock Sureño desde ese inicial riff con arreglos de slide y el posterior
despliegue enérgico que el resto de la banda realiza. No tardará en emerger
Chris Robinson, un elemento distintivo en el sonido de la banda, para
enamorarnos con su voz contagiosa y potente. Un comienzo potente que deja claro
que los Crowes vinieron a recuperar el verdadero espíritu del rock &
roll.
Justo
después llega “Jealous Again”, otra de mis predilectas de siempre, con su ritmo
pegajoso y deudor de los mejores Rolling Stones o The Faces cortesía de un riff
glorioso por parte de Rich. Tras unos versos de ritmo vacilón la canción
termina desembocando en uno de los mejores, y más simples, estribillos que esta
banda posee, donde la fuerza coral resulta clave.
Tras un
inicio fulgurante, el quinteto bajaba las revoluciones con un Blues-Rock
melancólico titulado “Sister Luck”, donde podremos disfrutar por primera vez de
la elegancia de la banda a la hora de firmar baladas. Los arreglos de teclado y
las melodías de guitarra imponen un tono melancólico idóneo para que Chris
firme una interpretación vocal soberbia en la que reflexionará sobre la mala
fortuna y el destino.
La
“bendita simpleza” del Rock Sureño resucita en otro tema notable del
grupo como "Could I've Been So Blind", una composición cuya
instrumentación se siente, en algunos momentos, más cercana a una jam
improvisada. Apoyándose en un riff contagioso y un estribillo que se graba a
fuego desde la primera escucha, la banda va erigiendo una pieza altamente
disfrutable que terminaría por convertirse en una de las más interpretadas a lo
largo de sus primeros años de trayectoria.
Parece
mentira que “Seeing Things”, uno de los momentos más emotivos y bellos del
disco, nunca terminara convirtiéndose en un clásico del grupo. Y es que el
Blues lento con arreglos de Hammond y esa aura góspel que tiñe la
canción de un tono más lacrimógeno son elementos más que suficientes para
terminar convirtiendo una composición en un hit. Chris Robinson suena
desgarrador aquí, abriendo su corazón para confesarnos que empieza a ver las
cosas claras por primera vez en su vida, teniendo así que aceptar algunos
errores graves cometidos en el pasado. Afortunadamente, en la gira de reunión
de 2022 esta pieza fue recuperada para el setlist, algo que seguramente sirvió
para que muchos la redescubrieran y terminaran dándose cuenta de la joyita
musical que es.
Pocas
bandas pueden presumir de que su canción más famosa (con permiso de “Remedy” y
“She Talks To Angels”) sea una versión de otro artista. Y es que, como si del
mismísimo Rey Midas se tratara, la banda convirtió en oro su particular
reinterpretación del “Hard To Handle” de Otis Redding. Frente a la ya de por si
notable versión original, el quinteto apostó por dotarla de un plus de Rock
y Groove irresistibles que en seguida les catapultó dentro de la escena del
momento. El poder rítmico de esta canción, sumada a la calidad de los solos de
Rich y a la adictiva línea vocal de Chris (¿quién no ha tratado alguna vez de
imitarle cantando ese pegadizo “Hey, little thing, let me light your
candle/'Cause, Mama, I'm so hard to handle now, yes sir, I'm”?).
Tras
asustarnos con un sonoro accidente de coche, la banda nos pone a bailar con la
icónica “Thick N’ Thin”, un tema cargado de Boogie Rock festivo que siempre me
ha recordado a “Rip This Joint” de los Rolling Stones. Es la canción más rápida
del álbum y, como tal, era garantía de convertirse en una de nuestras
preferidas.
Y ahora,
amiguetes, es hora de ponerse emotivos para disfrutar de la magnánima “She
Talks To Angels”, una de las mejores baladas de los últimos treinta años, así
como una de las grandes joyas que podemos encontrar en el catálogo de los “cuervos
negros”. Sobre unas guitarras hipnóticas, Chris Robinson nos entrega una de sus
interpretaciones más sentidas y con una letra que te parte en mil pedazos. El
propio cantante explicó en su momento la historia tras la canción: "She
Talks to Angels" trata sobre una chica que conocí en Atlanta. Era una
chica gótica que consumía heroína. Realmente no era amigo de ella. Inventé una
historia sobre cómo sería si ella fuera tu chica. "She Talks to
Angels" fue una relación sincera con un tema oscuro”.
Casi al
final del álbum la banda nos sumerge en el humo de los bares de carretera para
sacudirnos con “Struttin’ Blues”, un tema pegajoso y de ritmo contagioso que
siempre me ha recordado a los primeros álbumes de nuestros queridos M-Clan, banda
que siempre ha reconocido que nació y creció como una especie de “versión
española” de los Black Crowes. Pese a su brevedad, adoro el solo de Mr. Rich
Robinson, quien dota de una mayor épica a un tema vibrante como este.
El cierre
ideal del álbum lo pone “Stare It Cold”, una canción enérgica y cargada de
actitud desafiante que realiza una síntesis bastante lograda de todo lo que
hemos escuchado a lo largo de los últimos tres cuartos de hora.
CONCLUSIÓN
Puedes ser
más o menos fan de los Black Crowes, pero jamás podrás negar que "Shake
Your Money Maker" es un álbum sobresaliente que resucitó el Rock Sureño en
una década en la que la música se regía por los principios del Grunge.
El
quinteto logró el equilibrio perfecto entre respeto por las raíces y una
energía moderna que mantendrían a lo largo de las décadas. De hecho, solamente
tendríamos que esperar dos años para degustar su otra obra maestra, “The
Southern Harmony And Musical Companion” (1992), pero esa es otra historia que
os contaré próximamente.
Treinta
años después, sigue siendo un referente imprescindible del Rock clásico.
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