A estas alturas de la historia, nadie puede negar que Tobias Sammet, líder y cerebro detrás de Avantasia, es un artista que vive por y para el Metal. A lo largo de las décadas, y siempre inspirado en esos mundos fantásticos que tanto adora, nos ha regalado grandes obras tanto con este proyecto como con Edguy, donde ha apostado por dotar cada disco de una identidad sonora propia.
Tal vez porque este nuevo trabajo marca el décimo álbum de
estudio en la trayectoria de Avantasia, o quizá como respuesta al aluvión de
críticas negativas que recibió “A Paranormal Evening with The Moonflower
Society”, Tobi ha decidido reunir en “Here Be Dragons” todos los estilos que
han definido a la banda a lo largo de su historia. Esto, visto desde un ángulo
positivo, aporta una mayor diversidad al disco.
Como es costumbre, Sammet ha contado con un destacado elenco
de colaboradores, quienes no han dudado en sumar su talento a un LP que invita
a ser escuchado desde su vistosa portada de inspiración clásica. Ahora bien,
¿estará el contenido a la altura de la ilustración que lo acompaña?
El álbum arranca de manera festiva con “Creepshow”, un tema
de tintes poperos que no será del gusto de todos. Su estructura simple,
duración breve y reiteración de estribillos memorables lo acercan al Rock más
comercial. Admito que, aunque en la primera escucha me dejó frío, con el tiempo
he terminado disfrutándolo bastante.
Hacía mucho que Sammet no mostraba tanta ambición como en la
homónima “Here Be Dragons”, donde ha contado con la participación de una
leyenda como Geoff Tate, quien ya había colaborado previamente con el proyecto.
Sin alcanzar la grandeza de “The Scarecrow”, esta extensa composición, que
equilibra melodías y pasajes más intensos, transportará a los oyentes al sonido
más clásico de Avantasia.
La presencia del gran Michael Kiske (Helloween) era casi
obligada. “The Moorland At Twilight” adopta un enfoque más cercano al Power
Metal, pero enriquecido con melodías y arreglos de teclados que le otorgan un
aire teatral. Sin embargo, siento que Sammet no supo aprovechar del todo a
Kiske, limitando su participación a momentos puntuales dentro de una canción
que, en mi caso, no ha terminado de convencerme.
Uno de los puntos más disfrutables del álbum llega con “The
Witch”, donde la banda imprime un tono dramático que alterna con un estribillo
enérgico y luminoso. Destaca la combinación vocal entre Tobias y Tommy Karevik,
actual cantante de Kamelot, que encaja a la perfección en la dinámica del tema.
Las buenas sensaciones continúan con la veloz “Phantasmagoria”,
una propuesta convincente que destaca por sus riffs contundentes y la
inconfundible voz de Ronnie Atkins, quien, una vez más, deslumbra con su
registro rasgado. También brilla “Bring On The Night”, una pieza elegante
liderada por Bob Catley. Su interpretación cautiva desde el primer segundo,
evolucionando hacia una segunda mitad más dinámica con claros tintes
radiofónicos.
El espíritu de Edguy regresa con fuerza en la sobresaliente “Unleash
The Kraken”, una arrolladora pieza de Power Metal coral en la que Tobias
entrega una interpretación vocal impecable (¡mención especial a los agudos que
alcanza en el puente y el estribillo!). La segunda mitad del tema nos regala un
glorioso duelo instrumental, donde guitarras y teclados, respaldados por una
potente base rítmica, harán las delicias de cualquier oyente.
Sin pena ni gloria transcurre “Avalon”, una composición
operística y algo artificial en la que Sammet comparte micrófono con Adrienne
Cowan (Seven Spires). No hay nada en ella que logre atraparme, convirtiéndola
en una de las piezas más prescindibles del álbum.
¡Qué bien sientan temas con la energía de “Against The Wind”!
Para mí, el gran himno de “Here Be Dragons”, con esa descarga de Power Metal
que rememora los tiempos de The Metal Opera. Gran parte del mérito se lo lleva
la excelente química entre la voz de Tobias y el registro más grave de Kenny
Leckremo, cantante de Heat.
El cierre llega con “Everybody’s Here Until The End”, una
balada donde el piano lleva la batuta. Sin embargo, tras un par de minutos, el
desarrollo instrumental se vuelve algo insípido, impidiendo que el notable
duelo vocal entre Tobi y Roy Khan luzca en todo su esplendor.
CONCLUSIÓN
Sin ser un álbum trascendental (en unos años podría terminar
siendo "otro LP más de Avantasia"), debo decir que Here Be Dragons me
ha dejado gratamente satisfecho. No es perfecto, pero contiene más momentos
disfrutables que el insípido A Paranormal Evening with The Moonflower Society.
Eso sí, he echado en falta más colaboraciones por tema.
¿Dónde quedaron aquellas composiciones con tres o cuatro cantantes invitados?
Durante años, Avantasia nos acostumbró a ese nivel de interacción vocal, y en
esta ocasión se extraña.
El tiempo dirá si este disco logra dejar huella en la
memoria de los oyentes, pero, de momento, me cuento entre quienes han
disfrutado la mayor parte de la propuesta. Conociendo a Tobias Sammet,
seguramente sabrá llevarlo al directo con su habitual genialidad.
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