Tenía una gran expectativa por escuchar el debut de Vended, una banda que cuenta con dos descendientes directos de los miembros principales de Slipknot: el vocalista Griffin Taylor, hijo de Corey Taylor, y el baterista Simon Crahan, cuyo padre es Shawn Crahan. Sin embargo, la influencia de la legendaria banda de Des Moines no se limita solo a los lazos familiares; el sonido que Vended ha desarrollado en estos primeros años de su carrera tiene una clara herencia de los primeros discos de Slipknot. Este es un aspecto que encantará a los maggots más fieles, pero que podría no resonar tan bien con aquellos metaleros de gustos más clásicos. Un excelente ejemplo de esta conexión es el EP de 2021 “What Is It//Kill It”, altamente recomendable.
Recientemente ha salido a
la luz su álbum debut homónimo, que promete una experiencia cargada de
intensidad y agresividad desde el primer segundo. El disco se sustenta en una
producción impecable, que permite apreciar tanto la destreza técnica como la energía
desbordante que cada miembro de la banda imprime en su interpretación.
El álbum comienza con una
obertura sencilla, titulada de manera concisa como “Intro”, que bien podría
haber formado parte de cualquier trabajo de Slipknot. A partir de ahí, la
tormenta sonora irrumpe sin piedad con “Paint The Skin”, una demostración del
Nu Metal en su estado más puro. Con guitarras contundentes y una voz
completamente desatada (qué revelación ha sido Griffin Taylor), la banda logra
encapsular su propuesta sonora en tan solo tres minutos y medio, dejando claro
el terreno por el que transitará el resto del álbum. Esta línea se reafirma con
“The Far Side”, una de las piezas seleccionadas como single, que destaca por su
ritmo aplastante (mención especial a Crahan y su técnica depurada) y un
estribillo melódico que deja una fuerte impresión. Ambas canciones evocan el
estilo de los primeros Slipknot, aunque, en muchos aspectos, probablemente
superan el nivel actual de la banda.
A partir de aquí, el
disco mantiene un nivel notable con pistas como “Am I The Only One”, “Pitiful”,
“Serenity” (que recuerda en algunos momentos a “(sic)”) y la ya popular “Nihilism”,
que, a nivel de reproducciones, se ha convertido en la canción más escuchada de
la banda en las plataformas digitales. Aunque estas canciones siguen una
estructura bastante predecible dentro de los cánones del género, consiguen
mantenerse frescas. Sin embargo, como era de esperar, hay momentos en los que
algunas piezas no terminan de impactar completamente en el oyente, tal vez
debido a la falta de un elemento que las diferencie. “Where The Honesty Lies”,
por ejemplo, es un claro ejemplo de cómo una canción puede elevarse con la
inclusión de detalles innovadores; en este caso, el tema introduce un potente breakdown
y un solo de guitarra que resulta más que satisfactorio.
El álbum culmina con dos
composiciones caóticas, “Downfall” (que incluye un solo de batería) y “As We
Know It”, ambas de menos de dos minutos de duración, que cierran el disco con
solidez y coherencia. A pesar de su brevedad, estas últimas piezas ofrecen un
desenlace adecuado para un álbum que, en términos generales, funciona de manera
bastante eficaz.
Aunque ya habíamos tenido
un adelanto del potencial de Vended a través de algunos singles y EPs, este
debut homónimo logra convencer, aunque todavía presenta ciertos aspectos por
pulir. Es evidente que la banda tiene mucho camino por recorrer, y es posible
que con el tiempo sus seguidores empiecen a exigirles una mayor identidad
propia, en lugar de este evidente tributo a los adorados Slipknot.
Como mencioné antes,
muchos desearían que los actuales Slipknot sonaran como Vended.
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