25 de marzo de 2022. El mundo del Rock recibía de noche la impactante noticia del fallecimiento del bueno de Taylor Hawkins, el batería de los Foo Fighters, a los 50 años de edad por una aparente sobredosis accidental. Sin duda alguna, este deceso fue uno de los que más shock generaron durante dicho año. Y es que Taylor, basándome en la faceta que todos pudimos conocer, era uno de los músicos de la escena actual que más simpatía despertaban, además de ser un batería exquisito y sobrio que había convencido en su momento al mismísimo Dave Grohl para que le cediera su puesto tras los parches. La tragedia, como cabía esperar, provocó la cancelación inmediata de todos los espectáculos que Foo Fighters había programado para dicho año y estos anunciaron un “parón indefinido” ante una situación tan compleja como esta.
Tuvieron que pasar varios meses para que las redes
sociales de la banda volvieran a cobrar vida y se anunciara la celebración de
dos conciertos de homenaje a Taylor, uno en Londres y otro en Estados Unidos,
donde una multitud de estrellas de la industria musical junto a los propios Foo
Fighters homenajearon a la grande a este ídolo caído (ese “My Hero”
interpretado a la batería por el hijo de Taylor y por un Dave Grohl totalmente
emocionado ya es historia).
La decisión de continuar o no era realmente compleja.
Dave Grohl quedó, como hemos podido comprobar en sus diferentes apariciones
públicas, muy tocado por la pérdida del que él consideraba su mejor amigo, un
dolor que no dejó de aumentar cuando en agosto del mismo año perdió también a
su madre. Pero si algo ya nos ha demostrado el bueno de Grohl en el pasado con
el fallecimiento de Kurt Cobain, es que, pese a todo, la música debe continuar.
Es por ello que Foo Fighters han decidido seguir adelante con su legado sonoro.
Quince meses después de la tragedia, la banda lanza al
mercado “But Here We Are…”, el undécimo álbum de su discografía. Este se ha
sido presentado por el propio quinteto como "el primer capítulo de la
nueva vida de la banda". Encabezados por Grohl, y bajo la producción
del ya habitual Greg Kurstin (ya trabajó con el grupo en “Concrete And Gold” y
“Medicine At Midnight”), el conjunto nos presenta 10 canciones completamente
nuevas que, como dicen ellos mismos, sirven como "una respuesta
brutalmente honesta y emocionalmente cruda a todo lo que Foo Fighters ha
soportado recientemente”. El quinteto encuentra en la música una
herramienta enormemente poderosa para expresar con claridad el aluvión de
emociones sentidas durante este tiempo de luto, algo que se traduce en un
sonido y una lírica más melódicos y oscuros que en anteriores referencias.
Aunque recientemente han confirmado a Josh Freese (The
Offspring) como nuevo batería para la gira mundial del grupo, en el disco ha
sido el propio Dave Grohl quien ha tratado de llenar el vacío que ha quedado
tras la muerte de Taylor.
Desde esa primera línea de “Rescued” en la que Grohl
canta “Llegó en un instante, vino de la nada. Sucedió tan rápido y luego se
acabó” la banda nos deja claro que los tópicos de la muerte y el duelo, y
más concretamente la pérdida de Taylor Hawkins y de la madre de Dave, van a ser
los ejes temáticos sobre los que gire la obra. Cuatro minutos de Rock sencillo
y cálido erigido a partir un mar de distorsión de lo más placentero y que es coronado
por un estribillo de manual. Grohl,
además, se permite incluir un par de esos rugidos que tanto le han
caracterizado desde que decidió tomar las riendas vocales del grupo. Una más
que convincente introducción.
“Under You” es una pieza que me evoca a los Foo Fighters
del “Concrete Gold”, solo que con una producción algo más acertada. Hard-Rock
pegadizo y cumplidor que focaliza toda su atención en la que muy probablemente
sea la mejor letra de todo el disco. Dave Grohl nos habla aquí sobre lo costoso
que es superar una pérdida, en este caso la de Taylor, aludiendo a la lentitud
del paso de los días cuando quieres que tus heridas sanen (“Hay días que
duran para siempre”) y, al mismo tiempo, sobre cómo las personas que están
en una situación tan compleja se olvidan de vivir mientras lloran dichas penas
(“Hay días que no puedo recordar”). Aunque Grohl confiesa en algunos versos que
veía imposible poder aceptar la muerte de su mejor amigo, termina abogando por
seguir adelante y quedarse con los buenos momentos (“Alguien dijo que nunca
volveré a ver tu cara. Una parte de mí simplemente no puede creer que sea
verdad. Fotos de nosotros compartiendo canciones y cigarrillos. Así es como
siempre te imaginaré”).
Las revoluciones se reducen ligeramente con “Hearing
Voices”, un número 100% Grohl en el que, lejos de romper con unos patrones
sonoros tan definidos, consigue enganchar a través de esas melodías
distorsionadas que tan bien suelen funcionar a estos veteranos. No es la octava
maravilla del mundo, pero al menos convence.
¿Cómo es posible que “But Here We Are”, el
tema-título, no fuera elegido como single del LP? Rock marca de la casa que en
los versos se presenta amenazante para terminar desembocando en un
puente-estribillo excelente (de los mejores de toda la obra) en la que el bueno
de Grohl se desgañita con una efectividad absolutamente envidiable.
“The Glass” es el típico tema in crescendo de
los Foo Fighters, aunque no llegue a romper del todo en ningún momento. Pieza
pasable (sin más) que retoma las letras amargas hablando sobre la sensación de
pérdida de Taylor y, de una manera bastante explícita, celebrando la relación
de amistad tan especial que Grohl tuvo con este.
“Show Me How” nos entrega uno de los momentos más
llamativos y rompedores de todo el LP. Acompañado por su hija Violet, Dave
Grohl le canta nuevamente a su madre, preguntándole con melancolía dónde está
ahora y prometiéndole que se encargará ahora de mantener todo en orden como
ella hizo en vida. Musicalmente estamos ante una pieza atmosférica y melódica
con reminiscencias poperas que brilla por el dueto que firman padre e
hija.
La balada del disco lleva por título “Beyond Me” y se
presenta como uno de los momentos más sentidos del LP. Unos omnipresentes
teclados acompañan una interpretación teatral y emotiva por parte de Mr. Grohl,
quien aprovecha para marcarse otra nueva letra sobre el paso del tiempo y el
intentar recordar a quienes ya no están quedándote únicamente con los momentos
felices la banda despliega su envidiable habilidad para facturar este tipo de
composiciones tan conmovedoras. No, no es una canción que te cambie la vida,
pero aporta algo medianamente diferente al resultado final.
Nos acercamos al final con “The Teacher”, la pieza más
larga lanzada por estos músicos con un total de 10 minutos de pura
experimentación. El despliegue musical parece sacado de una sesión de ensayos
de la banda, sucediéndose numerosos cambios rítmicos (no siempre cohesionados)
y momentos que parecen realmente improvisados. A nivel personal he disfrutado
más de aquellos compases donde la distorsión es mayor (en el segundo minuto
encontramos una intensidad realmente elevada), siendo estos, tal vez, los más
rockeros y dinámicos de todo el LP. El título del número supone un nuevo homenaje
de Grohl a su madre, quien ejerció como maestra durante toda su vida, quien
falleció también el año pasado. Interesante invento que gana con las escuchas,
aunque también podía haber sido reducido un par de minutos.
Todo llega a su fin con la íntima “Rest”, una pista
lenta y tristona que evoca los tiempos de Nirvana (concretamente a números del
calibre de “Something In The Way” o “Marigold”) en la que Grohl acapara todo el
protagonismo con una solemne pista en la que se despide definitivamente de
Taylor y su madre (“Descansa, puedes descansar ahora / Descansa, estarás a
salvo ahora”) expresándoles su único deseo de reencontrarse cuando llegue su
hora (“En el cálido Sol de Virginia, allí te encontraré”).
CONCLUSIÓN
Dave Grohl, como ya nos había demostrado con la muerte
Kurt Cobain, vuelve a encontrar en la música el mejor medio de desahogo y nos
entrega una obra que confirma el inicio de una nueva era para Foo Fighters que,
ojalá, solamente atraiga buenas noticias a estos músicos que tan mal lo han
pasado en los últimos tiempos.
“But Here We Are” dista mucho de ser una obra maestra
o la más importante de una banda de tan dilatada trayectoria, pero sí la que se
siente más sincera. Hablamos de casi 50 minutos que cumplen sobradamente con el
objetivo de homenajear como se merece al eterno Taylor Hawkins y a Virginia
Grohl. Hay canciones realmente buenas, además de alguna que otra menos
inspirada, pero en todas se respira una sinceridad absoluta por parte de todos
los músicos (especialmente en el apartado lírico), algo que es difícil de
encontrar en un negocio de la música cada vez más artificial.
Larga vida al bueno de Dave Grohl y a los Foo Fighters.
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