Pueden pasar las décadas, cambiar por completo su formación original por disputas o defunciones, sufrir algún que otro revés discográfico…pase lo que pase, los icónicos YES siguen en pie de guerra. Tras más de medio siglo de carrera, parece que el grupo liderado por ese genio de la guitarra llamado Steve Howe todavía siente la necesidad de seguir extendiendo su ya de por si enorme legado.
Lo sé. A veces resulta extraño
hablar de Yes cuando Chris Squire y Alan White ya no se encuentran entre
nosotros (puedo entender a aquellos que no han sabido encajar la continuidad del
grupo desde hace ya unos años y prefieren limitarse a escuchar los álbumes más
clásicos), pero siento que tanto “The Quest”, álbum lanzado en 2021, como este
nuevo “Mirror To The Sky”, demuestran que la banda originaria de Londres no
solo se mantiene en plena forma, sino que sigue teniendo la envidiable
habilidad para facturar discos de sonidos reconocibles y, al mismo tiempo,
alejados de todo sentimiento nostálgico. Supongo que la clave de esta segunda
(o tercera) juventud se halla en la savia nueva de los recientemente
incorporados Billy Sherwood (tremendo bajista) y Jay Schellen (última incorporación
tras la reciente muerte de Alan), sin olvidarnos de otros dos músicos de
categoría como Geoff Downes y Jon Davison que llevan ya una década haciéndose
notar en el proceso creativo del grupo.
Como digo, en pleno 2023
recibimos un nuevo LP de la banda que recibe el nombre de “Mirror To The Sky” y
que contiene un total de seis canciones completamente nuevas, más tres bonus
tracks. Tras la producción ha estado nuevamente el bueno de Howe, quien ha
logrado pulir el sonido de este nuevo álbum hasta asegurar que la escucha de
cada instrumento sea lo más nítida posible.
No quiero andarme con rodeos.
Ha llegado la hora de disfrutar al máximo de este nuevo álbum de semejantes
leyendas del Rock Progresivo.
Una fina línea de
violines nos da la bienvenida al álbum y nos adentra en un corte luminoso como
“Cut From The Stars”, pista que desde su primera escucha convence por ser capaz
de condensar la faceta más alegre y melódica de Yes en poco más de cinco
minutos. La juguetona línea de bajo de Billy Sherwood, los destellos jazzísticos
del debutante Jay Schellen o la inconfundible voz de Jon Davison (guste más o
no, hay que reconocer que tiene un timbre maravilloso) van tejiendo una pista
colorida e imperdible que no podía no ser escogida como single.
No tardarán en emerger
los Yes más progresivos y atmosféricos. Y es que será difícil que la elegante
“All Connected” y sus más de nueve minutos de extensión encuentren algún
detractor. El tratamiento instrumental de la pista merece todos los elogios
posibles, especialmente un Steve Howe absolutamente desatado tras su guitarra
(no para de incluir licks y pequeños adornos con su mástil), pero
también la labor de un triunfal Davison que juega con sus registros más dulces
para deleitar al oyente más exquisito.
Otro de los platos
fuertes de este LP ha sido “Luminosity”, una epopeya espacial que también
supera los nueve minutos y que se acerca más a los Yes setenteros. Sonoramente,
y fiel a su título, estamos ante un número que te llena de buenas vibras a
través de coros dulces, arreglos acústicos de primera categoría (la guitarra de
Howe vuelve a brillar con luz propia) y un tono, en líneas generales alegre. Es
imposible escuchar a Davison cantar aquí y no pensar en el bueno de Jon
Anderson. Un auténtico regalo sonoro.
La versión más rockera de
Yes resucita en la técnica “Living Out Their Dreams”, canción que debe
escucharse en bucle para poder apreciar la gran cantidad de detalles
instrumentales que esconde (la vacilona línea de bajo, los detalles que Howe
dibuja con su guitarra, la batería machacona, …). Cuando una pista te ofrece un
riff al unísono de bajo y guitarra como el que encontramos en numerosas partes
de esta canción, sabes que la diversión está asegurada. Admirable la frescura
con la que siguen sonando.
55 años en el negocio
musical y todavía son capaces de marcarse canciones de una extensión más que
considerable sin sacrificar calidad por el camino. Un ejemplo claro de esto
sucede en la pista que da nombre al álbum y sus casi 14 minutos de constantes
cambios rítmicos en los que caben todo tipo de detalles a tener en cuenta:
líneas instrumentales sobradas de técnica, momentos que rozan lo sinfónico,
atmósferas psicodélicas (honor a los teclados), voces dobladas… . Una canción
que todo amante de los Yes más creativos disfrutará.
La edición estándar llega
a su final con “Circles Of Time”, una solemne balada en la que podremos
disfrutar de un magnánimo Jon Davison, quien canta como los ángeles sobre una
base marcada por la guitarra acústica de Howe y una capa coral imperdible.
Sobre los tres bonus
tracks del segundo CD puedo decir que, si bien ofrecen momentos realmente
disfrutables como los arreglos de clavicordio de Downes en la bucólica “Unknown
Place” o el feeling más rockero de “Magic Potion”, todas se sienten
ligeramente inferiores a lo que encontramos en la edición estándar del álbum,
algo que habla muy bien del nuevo material de estos veteranos.
CONCLUSIÓN
Pocas bandas con tantos
años de trayectoria a sus espaldas pueden presumir de poseer la habilidad para
seguir publicando música novedosa y convincente. “Mirror To The Sky” no
necesita llegar a las cotas de genialidad de “Close To The Edge” o “90125” para
hacerle justicia al legado imperecedero de Yes. La oferta musical que esta obra
nos ofrece es, seguramente, una de las más agradables y vistosas de este 2023.
¿Quién se atreve a decir
que este es el último trabajo de Yes?
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