Que en pleno 2020 tengamos la suerte de recibir un nuevo álbum del mismísimo Bruce Springsteen solo puede ser sinónimo de alegría. Y es que, aunque no es necesario a estas alturas hacer una presentación de semejante icono de la música contemporánea, nunca está de más afirmar que “The Boss” es uno de los compositores, letristas, cantante y, en definitiva, artistas más humanos y carismáticos que han existido. Inspirado por otros músicos trascendentales como Bob Dylan, John Fogerty o Hank Williams, Bruce se convirtió desde muy joven en un músico de la calle que cantaba a su nación desde una perspectiva cruda y contraria a la idea tan utópica del “sueño americano”. Es solo necesario detenerse a escuchar discos colosales como “Darkness On The Edge Of The Town”, “The River”, “Born To Run” o “Born In The U.S.A.” para saber que no estás ante un músico del montón sino ante un héroe de la clase baja (un “working class hero” como diría Lennon) que forjó su carrera con un sonido muy personal y, al mismo tiempo, cercano a tantas personas que nos hemos sentido reconfortados por sus canciones.
Como iba diciendo, “Letter To You” es el nuevo LP del mismísimo “jefe”, quien ya ha cumplido 70 años, y, consciente de que el final de su carrera no queda tan lejos ya, ha optado por reunirse con sus inseparables camaradas de la E Street Band para, en solo cinco días y grabado en directo desde el estudio, dar luz a un disco en el que se confirma una hipótesis que llevaba años elaborando en mi mente: las trágicas pérdidas de dos componentes como Danny Federici y, por encima de todo, el gran Clarence Clemons, sirvió para que el propio Springsteen se diera cuenta de la importancia suma que todos sus músicos habían tenido en su desarrollo profesional (negarlo sería de idiotas, la verdad). El año pasado, eso sí, nuestro protagonista decidió lanzar un disco por su propia cuenta titulado “Western Stars” que, aunque tiene sus detractores, siempre defenderé por mostrar esa cara más íntima y oscura de un músico que, ante todo, es persona y también ha vivido problemas tan graves como la depresión.
El vigésimo disco del de New Jersey empieza con un rollo muy “Nebraska” de la mano de la dulce y melódica “One Minute You’re Here” en la que Bruce canta con veteranía exhibiendo esa inconfundible voz rota sobre una guitarra acústica solemne. El resto del grupo va incorporándose a la pista poco a poco, haciendo de esta una introducción monumental. Cabe decir que ya desde el inicio el “jefe” nos habla del paso del tiempo y de su visión de los años pasados recurriendo al tópico del Carpe Diem para recordarnos que “un minuto estás aquí y al siguiente no”.
“Dejo mi centavo en los rieles
Mientras el viento de verano canta su última canción
Un minuto estás aquí
Al minuto siguiente te vas”
Mucha atención al tema título. “The Boss” se reencuentra con su mejor versión en una canción sincera y de tono ciertamente cálido mientras las guitarras y el bajo crean una formidable base. Letra de soberbia calidad que encaja con el tono nostálgico que se respira en toda la obra y, con mucha fuerza, en esta pieza concreta.
“Cosas que descubrí en tiempos difíciles y buenos
Los escribí todos con tinta y sangre
Cavé profundamente en mi alma y firmé con mi nombre verdadero
Y te lo envié en mi carta
En mi carta para ti
Tomé todos mis miedos y dudas
En mi carta para ti
Todas las cosas difíciles que descubrí
En mi carta para ti
Todo lo que encontré cierto
Y te lo envié en mi carta”
Si necesitabas alguna prueba extra del gran estado de forma en que se encuentran tanto Bruce como su E Steet Band esta llegará en forma de “Burnin’ Train”, un corte de inspiración claramente clásica que enamorará a todos los amantes de este genio y de sus “días de gloria” (había que aprovechar para hacer este guiño jejeje). Me encanta esa mezcla de la etapa dorada de la banda con esos extras que te da la propia experiencia. Impresionante cómo han vuelto estos músicos.
“En tu lecho de espinas, te traje brillantes regalos
Limpié el sudor de tu frente y toqué tus labios
Sábanas manchadas de sudor, fuera de la lluvia interminable
Cariño, estoy bendecido en tu sangre y marcado por Caín”
Antes nombraba el “Darkness On The Edge Of The Town” y es necesario volver a mencionarlo ya que “Janey Needs A Shooter” tiene esa mezcla de sensiblería, belleza y oscuridad que tanto engrandeció aquel LP. De hecho, según he podido leer en varios foros de fans, esta canción, así como otras tres del presente disco son descartes que originalmente datan de los 70. Letra nuevamente llena de inspiración, aunque en esta ocasión mi atención se centre mayoritariamente en el sonido tan contundente de esos teclados de Roy y del órgano de Giordano, la voz de nuestro prota y su aportación personal con la armónica. Seis minutos de magia.
En otro guiño al pasado, Springsteen se acuerda de su primera banda, The Castiles, con un corte mayúsculo como “LAST MAN STANDING” en el que, de manera cariñosa, recuerda las experiencias vividas con sus antiguos compañeros, a quienes ha perdido por el camino convirtiéndose en “el último hombre en pie”. Guitarras compactas, un Bruce más grave en cuanto a registro vocal y una actuación plausible de Jake Clemons, el sobrino del gran Clarence, quien hará honor a su apellido y lo bordará.
“Era del Rock, levántame de alguna manera
En algún lugar alto, duro y fuerte
En algún lugar profundo en el corazón de la multitud
Soy el último hombre en pie ahora”
Algo que me ha encantado de las posteriores "The Power Of Prayer" y "House Of The Thousand Guitars" es la presencia más que considerable de un grande como Roy Bittan tras los teclados, ya que, a través de su maestría nos hará viajar en el tiempo y nos devolverá a los tiempos de "The River". Cortes de tintes más clásicos, endulzados por la voz de un siempre genial Bruce y de pequeños momentos de riqueza solista en las manos de Jake y su saxo. Imposible no sentir los ojos llenarse de lágrimas melancólicas cuando escuchas ambas composiciones.
“Tarde de ensueño bajo el sol de verano
Nos acostamos junto al lago hasta que llega la noche
Paso mis dedos por tu cabello rayado por el sol
Cariño, ese es el poder de la oración”
Los sonidos americanos que impregnaron el “Western Stars” reaparecen en una dulce “Rainmaker” que tiene como gran momento su explosivo estribillo, así como los punteos de slide que se presentan tras las guitarras o los arreglos de cuerda. Lo estoy pasando de lo lindo escuchando este disco.
Casi hasta los siete minutos se extiende “If I Was The Priest”, otro descarte recuperado para la ocasión y que me da la razón al comparar unos párrafos más arriba a Bruce con Bob Dylan o John Fogerty en cuanto a estilo y lírica. Roy Bittan y Giordano construyen nuevamente una sólida muralla sobre la que se levantará el veterano cantante para, como siempre, desenvolverse sin problema alguno a lo largo de la canción.
“Bueno, la dulce Virgen María dirige el Salón del Santo Grial
por un centavo te dará whisky
Y un globo personalmente bendecido
Y el Espíritu Santo es el anfitrión principal
Y dirige el espectáculo burlesco
Donde te dejan entrar gratis y te golpean cuando te vas”
El segundo single del disco llegó bajo el título de “Ghost”, un tema movido (enorme Max tras la batería) pero con referencias a sus dos amigos caídos Clarence y Danny. Corte vintage que seguro que no faltará en los repertorios futuros del grupo.
“Fantasmas corriendo por la noche
Nuestros espíritus llenos de luz
Te necesito, te necesito a mi lado
Tu amor y yo estoy vivo”
El tercer, y último, descarte presente en “Letter To You”, es “Songs For Orphans”. Como en “If I Was The Priest”, volvemos a encontrarnos con la versión más poética, o “Dylaniana” (sinónimo acuñado por mí para hablar de aquello que resulta similar a lo que nos regaló nuestro querido Bob Dylan). Composición extensa con gran elegancia en lo lírico y vocal.
Finalmente, y de un modo optimista y sincero, “The Boss” nos dice que la muerte no supone el final de la existencia para el ser humano ya que este seguirá apareciendo en los sueños y recuerdos de sus seres queridos. Melódico e intenso final que podría llegar a interpretarse como una posible despedida del músico frente a sus seguidores (no creo que sucede) ante la incógnita del futuro. Mayúsculo cierre para un disco que ha traído de vuelta lo mejor tanto de Bruce como de su E Street Band.
“Tengo tu guitarra
Aquí junto a la cama
Todos tus discos favoritos y todos los libros que has leído
Y aunque mi alma se siente como si estuviera partida por las costuras
Te veré en mis sueños”
“Letter To You” es un nuevo acierto en la discografía del americano. Si alguien todavía se atrevía a poner en duda su grandeza, creo que este disco ha sido definitivo para cerrar bocas.
¡Una oda al Rock de siempre de la mano de un icono!
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