Hay tipos cuyo nombre
merecen suscitar el mayor de los respetos posibles. Uno de ellos es el infatigable
Jeff Lynne, miembro fundador de la entrañable Electric Light Orchestra, quien
acaba de lanzar un nuevo álbum titulado “From Out Of Nowhere”. Y, si bien a
estas alturas de la historia no vamos a exigir al señor Lynne un álbum
perfecto, tengo que reconocer que, dado el currículum que tiene este personaje
en su haber, me es imposible no emocionarme ante la llegada de esta savia nueva
de Rock.
Crecí escuchando
canciones de ELO, pese a no vivir en su época de mayor gloria. Fue gracias a mi
padre, quien sí era y es fan del grupo, como me adentré en el espacial mundo de
este grupo coreando canciones tan queridas como “Mr. Blue Sky”, “Turn To Stone”,
“Tightrope” o cualquiera del “Discovery”. Además, años después me aficioné
mucho a los Traveling Wilburys, supergrupo que Jeff formó junto a Bob Dylan,
Tom Petty, George Harrison y Roy Orbison.
Una vez más, el señor
Lynne se ha encargado de la grabación de todos los instrumentos que aparecen en
el disco (la edad no es un impedimento), ofreciéndonos como primera prueba de
su valía un tema de un nivel compositivo impresionante como la que da nombre a
este álbum. “From Out Of Nowhere” suena emotiva, con una mirada clara al pasado
y un tono triste que suena la mar de interesante. Es imposible no querer seguir
con la escucha tras este primer número.
“Help Yourself” y “All My
Love” aportan pausa al álbum y nos muestra al Lynne más íntimo, ese que tanto
me recordó siempre al bueno de George Harrison, íntimo amigo suyo hasta el
final de los días. Dos temas que ganan enteros con cada escucha y que en sus
estribillos de voces dobladas tiene uno de los momentos más impecables de toda
la obra.
“Down Came The Rain”
parece en un inicio una versión de “Every Breath You Take”, pero termina
convirtiéndose en un bello medio tiempo que nos transporta al legado de los
Wilburys. Buena canción que precede a la lacrimógena “Losing You”, baladón con
cierto deje radiofónico que enamora desde la primera escucha. Lynne está en
estado de gracia, señoras y señores.
¿Hay alguna canción
movidita en este trabajo? Sí amiguete. Atención a “One More Time” porque es una
joya de 3 minutos y 28 segundos que suena apoteósica. Rock del de toda la vida,
con su estructura predecible y arreglos instrumentales propios de un icono como
Jeff. TEMAZO.
“Sci-Woman” (tiene muchas
similitudes, especialmente en el estribillo, con “She’s My Baby” de los Wilburys)
, la “beatleliana” pieza “Goin’ Out On Me” y, por supuesto ese adelanto tan
maravilloso que fue “Time Of Our Life” (de lo mejor de todo el LP) mantienen viva
la esencia pasada del grupo (un trabajo que sacará las lágrimas de los más
melancólicos) y revindican el papel de ELO en la historia de la música.
El telón baja con
maestría de la mano de la cautivadora “Songbird”, una tierna balada digna de
cinco estrellas que amenaza seriamente al oyente con sacarle las lágrimas.
Bellísimo el solo de guitarra que surge entre una base coral de voces dobladas.
Una vez terminada la obra
solo siento la necesidad de volver a escuchar otra y otra vez. Jeff Lynne se ha
marcado uno de los mejores discos de todo el año volviendo a rescatar la esencia de su pasado
más grande y regalándonos una colección
de canciones que, al menos a este que escribe, han enamorado y le han
transportado a otra época.
Gracias
por tanto, Mr. Lynne.
Sea lo que y sea como sea el esta devuelta y la banda que dio paso muchas generaciones
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