Tenía muchas ganas de hablar de este jugoso material
de los suecos Stormhold, banda con solamente 10 años de antigüedad que
considero que merecen ser escuchados por la comunidad metalera. Su sonido, si
bien es cierto que no ofrece nada nuevo, destaca por combinar el Heavy Metal y
el Power Metal, recordando en muchas ocasiones a bandas de renombre como Iron
Maiden, Helloween, Hammerfall y Sabaton.
El nivel de sus dos primeros EPs, “Démo” (2008) y
“Stormhold” (2010), así como su álbum de debut, “Battle Of The Royal Halls”
(2015), les abrieron las puertas de abrir para Hammerfall, Dream Evil o Bullet,
además de acompañar a Grave Digger durante su gira italiana.
Con estos antecedentes, el grupo volvió a la carga
en 2017 con “Salvation”, un trabajo recomendadísimo que analizaré a
continuación.
La portada es el primer detalle a destacar del LP.
Esta consiste en un logrado dibujo presidido por un médico que sostiene un
candelabro y que porta su máscara para protegerse de la peste. Junto a él hay
dos enfermos que parecen pedirle ayuda. En el fondo de la imagen también puede
verse el símbolo del grupo (un escudo medieval con la inicial del conjunto).
“Heart Of A Hero”
supone la carta de presentación de este LP y, para nuestra suerte, Stormhold
juega con sus mejores armas de Power Metal (véase la atractiva base rítmica de
bajo y batería), con unas pistas de guitarras magistrales (¡mucha atención al
solo!) y unos resultones puentes y
estribillos que incitan a escuchar hasta el final este nuevo trabajo.
Con “Black Death” sale a relucir el lado
más épico del grupo. Corte pesado, con Groove y, nuevamente, con un formidable
trabajo de la base bajo-batería y el juego de guitarras. Algo similar ocurre
con “Edge Of The World”, el cual muestra mucha solidez y cuenta con unos coros
asombrosos.
El tema del álbum para
mí es, sin duda, la sorprendente “The
Stranger”, donde las influencias de los Maiden más contemporáneos (me es
imposible no pensar en el álbum “Dance Of Death” cada vez que lo escucho) salen
a la luz. El inicio acústico (¡qué cómo
se siente Filip Peterson cantando en esta parte!), da paso a un acelerado
espectáculo de guitarras gemelas, de un bajo cabalgante y atronador, así como
de un destacable Peterson con el micrófono. El estribillo aspira a ser uno de
los más grandes de todo el LP. Poco después de alcanzar los cuatro minutos, se
inicia un solo de guitarras, tanto gemelas como solistas, que, desde la primera escucha, me dejó sin
palabras.
El buen nivel del
trabajo mantiene su rumbo con la
instrumental “Exile”, otro tema que
ha mamado, metafóricamente hablando, de la teta de Steve Harris (mi mente ha
creado una imagen un tanto desagradable jejeje). Cambiante, llena de grandes momentos
ofrecidos por cada componente del grupo (excelentes punteos del dúo
Jakob-Jonas) y extremadamente adictiva.
Las revoluciones bajan
con la acústica “Path Of No Return”,
una composición con cierto gusto medieval que vuelve a mostrar el lado más suave
del grupo y sobre el que, una vez más, Filip se muestra muy bien en cada verso
y estribillo. Las guitarras suenan muy bellas (la producción del trabajo es excelente),
el bajo vuelve a tener gran presencia y los arreglos de percusión de Robin
Hermasson aportan mucho al conjunto final.
Otro de los platos
fuertes llega de la mano de “God’s
Crusade”, pista que vuelve a elevar la intensidad con una buena dosis de Power
Metal, cargado de melodía y muy buen gusto. La descarga de adrenalina de los
versos contrasta con un puente y un estribillo más pesado. Las guitarras siguen
sobresaliendo con una nueva ejecución de técnica y compenetración que se sucede
durante un cambiante solo en el que hay que quitarse, otra vez, el sombrero
ante la base de batería y bajo.
A más de uno se le
quedará una cara de sorpresa al escuchar la línea de bajo, cortesía de Jan
Ekberg, que abre “We March”,
penúltimo track del álbum y un nuevo guiño al Power de Helloween, unido a más
momentos de guitarra que suenan a Maiden. El estribillo aspira a ser el mejor
de todo el plástico, con unos coros omnipresentes. Recomiendo escuchar con los
oídos bien abiertos (y los altavoces a máxima potencia) los diferentes solos de
guitarra que encontramos en este tema.
Nuestro viaje por las
frías tierras de Stormhold llega a su fin con “We’ll Never Fall”, un cierre a la altura del gran trabajo que
constituye “Salvation”. La banda opta por dejar a un lado su lado más veloz,
para despedirnos con un tema de carácter épico, con un notable estribillo y con
varios momentos de buen Metal.
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