Corría el año 1978, y Kiss se había consolidado como una de las bandas más poderosas de la época, tanto en términos musicales como financieros. Sin embargo, las tensiones entre los miembros de la banda empezaban a surgir.
La hostilidad se desató cuando Ace Frehley expresó públicamente su deseo de abandonar la banda para grabar su propia música, liberándose de la influencia de sus compañeros. Afortunadamente, Paul y Bill Aucoin lograron persuadir a Ace para que se quedara, proponiéndole la opción de grabar un álbum en solitario. Esto satisfizo al guitarrista, quien sugirió que cada miembro tomara un tiempo para grabar su propio disco en solitario para, pasado un tiempo, lanzarlos todos bajo el propio nombre del grupo.
La idea no terminó de contentar a Casablanca, la discográfica que llevaba al grupo en aquel momento, quienes veían como descabellado el hecho de lanzar cuatro LPs en un solo día y las posibilidades más que altas de que esto se tradujera en pérdidas para esta como para el propio grupo. Sin embargo, y tras la insistencia del grupo, el sello terminó aceptando y, a modo de dar tiempo a cada miembro para que dieran forma a sus respectivas obras, editaron el recopilatorio "Double Platinum", el directo “Alive II” y produjeron un cómic y un film con la banda como protagonista.
El proceso de grabación fue relativamente sencillo para Gene, Paul y Ace. Sin embargo, Peter Criss, después de un accidente de tráfico, tuvo que esforzarse contra el tiempo para completar su disco. Finalmente, todos los álbumes estuvieron listos para su lanzamiento conjunto el 18 de septiembre. Esta publicación, por cierto, coincidió también en un momento en el que el merchandising de Kiss estaba multiplicándose con el paso de los meses (pinballs, cómicos, películas, recopilatorios, …).
Aunque económicamente fueron años prósperos para Kiss, Neil Bogart, líder de Casablanca y descubridor clave de la banda, cometió un error costoso. Imprimió y distribuyó un millón de copias de cada álbum a minoristas con la esperanza de que los fanáticos adquirieran toda la colección de una vez (lo cual no sucedió). A pesar de esta pérdida financiera, Kiss se benefició enormemente de ingresos por concepto de merchandising que habían logrado acumular en menos de un año.
La inicial "Rip It Out" comienza de manera enérgica, evocando la vertiente más festiva y dura de Kiss. Ace siempre ha demostrado ser muy competente vocalmente, algo que no es una excepción en este LP. Luego, podemos disfrutar de otra destacada canción, "Speedin' Back To My Baby", un corte más influenciado por el rock clásico y que se apoya en una sección coral omnipresente, alcanzando su punto álgido en un estribillo memorable. Mención especial para su solo.
Aunque al principio no me entusiasmaba, debo admitir que "Snow Blind" se ha convertido en una de mis pistas favoritas de toda la obra. Su ritmo monolítico se vuelve más denso que las dos canciones anteriores, rompiendo con cualquier tono festivo para sumergirnos en riffs más cercanos al heavy. Sin embargo, poco antes de superar el segundo minuto, la pista se acelera considerablemente para que, como no podía ser de otra manera, Ace nos regale un solo descomunal que se puede considerar entre los mejores de todo el LP.
Mucho menos convincente me resulta "Ozone", una canción árida y melancólica en la que la mezcla de guitarras acústicas y eléctricas se convierte en el único elemento destacable. Sin embargo, "What's on Your Mind?" parece devolvernos al mejor Frehley con un corte certero y atractivo que engancha fácilmente y que cuenta, como novedad, con un patrón de arpegios limpios altamente disfrutable en cada verso. Una vez más, es necesario destacar los coros de Susan Collins y David Lasley que acompañan a nuestro protagonista en un puente fácilmente memorable.
Indudablemente, la canción más famosa de esta obra fue "New York Groove", una versión del exitoso tema que el grupo Hello lanzó en 1975. Su ritmo pegajoso y seco, junto con sus coros constantes, lograron un resultado final muy bueno que, como muchos sabrán, se tradujo en un éxito radiofónico para Frehley. A nivel personal, diré que prefiero otras canciones del LP, pero eso no quita para reconocerle a Ace su magnífica versión.
Después de la discreta pero cálida "I'm In Need Of Love" (con buenos efectos espaciales tras la guitarra), la propuesta vuelve a remontar con "Wiped-Out", un corte de un talante más funky y veloz con el que Ace parece querer rendir un pequeño homenaje a su querido Jimi Hendrix, sin renunciar a incluir algunos elementos más experimentales, especialmente tras sus guitarras. Finalmente, "Fractured Mirror" cerrará la obra en clave instrumental. De este último número, sinceramente, no hay mucho que destacar.
Ya sea por su deseo de explorar nuevos horizontes sonoros por cuenta propia o por la necesidad de demostrarle a sus compañeros su valía como compositor (Paul y Gene confesaron en varias ocasiones que dudaron de que el guitarrista firmara un LP tan completo), lo cierto es que Ace superó cualquier expectativa y logró configurar la obra más disfrutable de esta colección de aventuras solistas.

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