"Sad Wings of Destiny"...¡qué brutalidad de disco! No se me
ocurre una manera mejor de presentarlo. Desde mi punto de vista, esta fue la
gran obra de los Judas Priest, estando por encima de cualquier otro trabajo que
hayan hecho. Se me ocurren muy pocos discos de Metal que lo superen.
Nos situamos en el año
1976. AC/DC lanzaba "High Voltage", Rainbow conquistaba la escena
musical con su legendario "Rising", .... . Los Priest se encontraban
en sus inicios. Tenían un solo trabajo publicado, "Rocka Rolla", y
todavía les quedaba un largo camino por recorrer para ganarse el cariño de los
jóvenes melenudos. Con el deseo de avanzar, el quinteto decide entrar en el
estudio y grabar una serie de canciones previamente compuestas e interpretadas
en la anterior gira, o siendo algunas incluso descartes del anterior trabajo ya
mencionado.
Por estos tiempos, la
discográfica Gull tenía todos los derechos de los británicos. Su comportamiento
dejó mucho que desear, mostrando poco interés y tacañería en subvencionar este
proyecto, lo que provocó que Ian, Glenn y Downing tuvieran que buscarse un
"curro" para poder financiar su prometedor y ambicioso disco. Ian se
dedicó a hacer repartos con un camión, Halford en un teatro se encargó de la
iluminación, KK Downing comenzó a trabajar para una fábrica y Glenn de
jardinero.
Una vez reunido el
dinero, los músicos emprendieron su viaje hasta los estudios Rockfield (Gales),
donde estuvieron todo un mes cocinando una receta ganadora. Las mezclas, en
cambio, se hicieron en una semana, en Londres.
Un aspecto de lo más
curiosos que nos ha dejado este disco es el orden de las canciones que lo
componen . Gull y Judas Priest habían
acordado que "Prelude" sería el inicio del disco, y "Victims of
Changes" abriría la cara B. La
edición original presenta este orden, pero pronto la discográfica
cambiaría el orden de las caras, llegando a nuestros tiempos esta última
versión. Hay que puntualizar que la reseña se iniciará con "Victims of
Changes".
La portada es muy
buena. De las mejores de la banda, junto a la del "British Steel" y
el "Painkiller". Es obra de Patrick Woodroffe. La imagen del Ángel
Caído nos anticipa lo que se nos viene encima: Riffs diabólicos, melodías
oscuras y muy mala leche. Hay un aspecto muy interesante en la ilustración y
que no podemos obviar. Si se pone atención, se puede apreciar que el ángel
lleva como colgante la que pronto se convertiría en el logotipo de la banda.
Antes de analizar cada
tema, me parecería injusto no destacar y alabar el trabajo de Sir Glenn Tipton,
compositor de todos los temas, algunos de manera individual y, otros, junto al
resto de los integrantes, y un guitarrista que nunca ha tenido el
reconocimiento que se merece.
Ahora sí, es hora de
rockear lml:
Unas aplastantes
guitarras nos introducen de lleno en la clásica e imperdible "Victim of Changes", donde los
cambios de ritmo se convierten en un recurso muy presente. La pesadez inicial
fiel al Metal más pesado pronto dará paso a un mayor dinamismo, que no tardará
en evolucionar a un sonido más tranquilo y terminar como empezaba. El bajo de
Ian Hill tiene algo de presencia, lo que no suele ocurrir en los discos de los
Judas (¿pero quién le dice al señor que no lo hace bien? disfruta moviendo el
instrumento en cada concierto). ¿Creías que me iba a olvidar de comentar el
trabajo de Sir Rob Halford, una de las voces, si no es que es ya "la voz" del Heavy Metal. Su capacidad
de llegar a los agudos más insospechables y a tonos más graves lo convierten en
un ser imprevisible. Tipton comienza su exhibición con un solo marca de la
casa. Cuando llega la calma, Halford comienza a cantar como si de un actor se
tratara, expresando cierta tristeza en su tono. Pero ojo, que lo mejor está por
llegar. El sonido vuelve a ascender y la pesadez impera, donde el rubio (ahora
calvito) comienza a demostrar su capacidad pulmonar y tira de agudos para
cerrar el disco con un grito estremecedor.
Tras digerir esta maravilla se viene el segundo plato. "The Ripper" es otro temazo. Más atractivo quizás que el anterior (no quiere decir que sea mejor) debido a su atmósfera mística y por los diversos riffs que el tándem Tipton-Downing se sacaron de la manga. La letra habla de un personaje mítico en la historia de la literatura, Jack el Destripador. La manera de cantar de Halford en cada verso, metiéndose en la piel del asesino desde el inicio, y finalizando con otro de sus gritos me ponen los pelos de punta. Creo que es uno de los temas por el que todo rockero interesado en aprender sobre los Judas debería empezar.
Ojito con lo que se
viene ahora. "Dreamer Deceiver"
es un baladón, no hay discusión alguna. Los arpegios iniciales de la guitarra
acompañan a la versión más melódica de Dios, para los mortales, Rob Halford,
quien vuelve a tirar de gritos en uno de los momentos más emotivos del disco.
¡Qué bien suena esa guitarra acústica! Aunque, personalmente, me quedó con el
solo de guitarra que Tipton, ese guitarrista tan infravalorado y eclipsado por
algún que otro endiosado músico que lleva un sombrero de copa, que no toca ni
la mitad de bien que el gran Glenn. Ese pasaje del solo, con unos gritos incorporados y con la
banda manteniendo el ritmo me suena un poco a Pink Floyd.
Conectada por un
poderoso riff llega "Deceiver",
una pista mucho más directa y cañera. Guitarras afiladas y un Halford pletórico
que sigue haciendo lo que le da la gana con su voz. ¡Esto es Heavy Metal!
Me declaro un enamorado
de "Prelude". Tipton no es
solo un amo de la guitarra, también del piano. Es un instrumental breve, pero
atractivo como pocos donde se nos prepara para el siguiente pepinazo del disco.
De la nada aparece "Tyrant" con una guitarra
escupiendo fuego. La voz de Halford de muestra macarra y desafiante,
demostrando quién manda con el micrófono . Me encantan los desganados coros que
acompañan al cantante, de verdad que quedan genial. De nuevo, como si fuera
algo habitual (que lo es), se nos viene un señor solo de guitarra donde las
guitarras de Downing y Tipton deciden combatir una contra otra para ver quién
se luce más con las seis cuerdas, realizando al poco tiempo otro solo, esta vez
de guitarras gemelas que, si me apuras, es mejor que el anterior. Un poderoso grito pone la guinda al pastel.
Glenn Tipton |
Siempre he creído que
si "Epitaph" hubiera
llevado la firma de Queen y no la de los Judas, esta breve balada sería una de
las más grandes del Rock, pero al ser de los Priest, banda de Heavy Metal, no
se le puede reconocer tanta calidad, o eso creen los críticos y posers. JAJAJA lo siento pero no seré yo quien
desprestigie este BALADÓN. La voz de Halford, si me coge en un día sensible me
termina de hundir en un mar de lágrimas. ¡Qué preciosidad!
Unido al tema anterior
por una guitarra muteada comienza la traca final con "Island of Domination" donde la banda vomita toda la
calidad que les quedaba en la reserva. Adoro esta canción, donde la voz de
Halford vuelve a su carácter más fanfarrón y rebelde. Los punteos de Tipton en
cada verso son un gran compañero de viajes para una voz que se mueve a placer.
¡Ese estribillo! Amigo Rob, gracias por hacerte querer d esta manera. El cambio
de ritmo en el intermedio, volviéndose un poco más pesado el sonido, con los
gritos del británico, debería usarse en las escuelas para enseñar lo que es la
música. Y el telón baja ante nuestra sorpresa y emoción por lo que acabamos de
escuchar.
Si bien es cierto que a
día de hoy se considera imprescindible para entender el origen y evolución del
Heavy Metal, siendo uno de los mejores que se han editado y una influencia para
tantas bandas, en su momento y a pesar
de las críticas positivas, no despertó mucho interés, con una gira muy breve (22
conciertos en Inglaterra) y con pocas ventas.
El líder de Megadeth, Dave
Mustaine, que no necesita muchas presentaciones, confesó en su autobiografía su
amor por la banda de Halford y, especialmente por el "Sad Wings". Fue
el primer disco de Metal que logró comprarse y, a día de hoy, sigue pensando
que es su mejor disco, y que es uno de los grandes del Metal. Este es uno de tantos casos en los que auténticas leyendas del Metal se nutrieron de esta obra maestra de los Priest.
Si todavía no lo has escuchado, estás tardando amigo. Disfruta de un disco que cambió la forma de hacer Heavy Metal y que demostró que este género llegaba para quedarse.
Si todavía no lo has escuchado, estás tardando amigo. Disfruta de un disco que cambió la forma de hacer Heavy Metal y que demostró que este género llegaba para quedarse.
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